24 marzo, 2010

UN PASEO

Ayer cuando salía a dar mi paseo diario me di cuenta que la gente solo caminaba en una dirección. Todos caminaban en dirección contraria a la mía. Seguí caminando y todo el mundo seguía caminando en dirección contraria a la mía. Qué raro, pensaba yo. Luego me fui al Paseo del Mar y no había nadie. Me extrañó, porque normalmente a esa hora todo el mundo está paseando por el Paseo del Mar, pero no paseaba nadie y yo estaba solo caminando mirando las olas. Más tarde cansado y abrumado por la soledad del paseo me fui a casa. Poco a poco me fui encontrando con la gente y de nuevo todos caminaban en dirección contraria a la mía pero dando dos pasos rápidos y uno lento y así todo el mundo. Dos pasos rápidos y uno lento. Qué raro, pensaba yo. Una viejecita también procuraba dar dos pasos rápidos y uno lento. La ciudad se ha vuelto loca, pensaba yo. No conseguía entender nada de lo que estaba pasando aunque todo estaba en absoluto orden y la gente muy correcta y callada. Como no entendía lo que estaba pasando me fui a casa, hice un güevo frito, y me fui a la cama.

1 comentario:

  1. "¡Munchu güevu nun ye bueno!" Yo, sin ir más lejos, ceno casi todos los dias avena remojada en leche de soja.

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