22 marzo, 2010

LA CASA

Iba paseando por un camino alejado
El día era gris y parecía que pronto se pondría a lloviznar
A veces me tropezaba con casas cercadas por una valla
O también una cerca de varilla de hierro
Protegiendo un césped o un pequeño jardín
Con perro guardián ladrador
Pero al acabar una curva vi una casa que me llamó la atención
Parecía un lugar ya conocido
Un hogar por el que ya había pasado
Un prado por donde yo había jugado
Un interior que podía en este momento imaginar
Estábamos todos en la cocina
Mi madre, mi padre y mis hermanos
El fogón estaba encendido con carbón
Y a través de la ventana se veían las montañas lejanas
El ambiente olía a cocido
Y a patatas fritas con huevo
Todos teníamos algo que contar sobre aquella mesa
Algo sobre el mundo exterior
Sobre el trabajo, sobre la escuela
La tienda del pueblo o la iglesia
Sobre la política o nuestros pareceres sobre la gente conocida
Conversación compartida, a veces pequeña discusión
Pero aquello era nuestro refugio en un mundo difícil
Mis padres eran humanos pero sagrados
Como dos columnas que sostenían una familia
A toda costa y a cualquier precio
Imposible pensar que esas columnas podrían agrietarse
O romper por un capricho personal
Nuestra familia era un núcleo de calor y de vínculo de sangre
Luego estaban nuestras habitaciones
Nuestros libros, nuestros sueños personales
Nuestros anhelos, nuestro futuro imaginario
Nuestras mañanas de domingo
Cuando amanecía y todo el frescor del paisaje era nuestro

Así fui imaginando la casa
En mi paseo solitario.
Así fui reconstruyendo las escenas, las paredes y los cuadros
Los muebles, las alfombras, las cortinas
Hasta que de repente me di cuenta
Que en la casa real había alguien
Alguien que miraba a través de la ventana
Con una mirada desconfiada y furtiva
Yo seguí caminando a paso lento
Prestando ahora atención al deterioro de la casa
El abandono, la decadencia de sus muros
La hierva salvaje y el descuido
Podía imaginarme un interior desaliñado
Iluminado por coloridas ráfagas de luz televisiva
La soledad no compartida de cualquier alma descompuesta
Por una vida de desengaños, traiciones y tragedias
Todo había sido posible en aquella casa
Y los ojos que todavía me espiaban
Podían ser los de cualquier alma del pasado
Aun viva, aun desencarnada, aun desencajada
Buscando el calor de una olvidada cocina
O las vibraciones espectrales de una pasada familia

Aligeré el paso y miré hacia la niebla que cubría las montañas
Cortinaje de vapor que cerraba la visión de las estrellas
Mis dos ojos terrestres limitados, a ver lo que sólo es posible verse
Pero un alma capaz de trasformar la nostalgia en fuego eterno.

2 comentarios:

  1. Así es de cruel la vida. Nada hay firme ni seguro; éramos felices y no lo sabíamos, tampoco sabíamos arreglárnoslas con este mundo, y siempre llega el momento de la soledad, la amargura, la decadencia imparable, la nostalgia irremediable de la tierna infancia, el frío invernal que no se puede quitar uno de encima. Y la muerte.

    ResponderEliminar

Antes de enviar un comentario escríbelo primero en word para conservarlo en caso de que falle el envío. Trata de que no sea muy largo, pero si quieres escribir más entonces divídelo en más comentarios con el "sigue...etc". En caso de no poder enviar por cualquier razón no descrita entonces envíamelo a rbjoraas@telecable.es y yo me encargo de publicarlo.

LA INCREIBLE PREGUNTA SOBRE DIOS

 Poco a poco vas buscando a Dios y vas agotando sin remedio. Dios es una palabra que no lleva a ningún sitio concreto, solo a infinitas espe...