24 diciembre, 2023

RAZÓN, RELACIÓN, PASIONES, INTENSIDADES, INSTINTOS, INTERESES, ETC.

Las cosas y las personas, o las personas con las personas, o las cosas con las cosas vistas por las personas; o las cosas con las cosas en sí mismas independiente de las personas (fenómenos físicos, relaciones matemáticas, lógica formal, etc.). Hablamos de la relación entre entes. Relación. Tipos y modos de relación. ¿Cómo nos relacionamos con la idea de un país, de un dios, de nuestra misma percepción como individuos? ¿Cómo nos relacionamos con una ideología concreta? ¿Cómo nos relacionamos con la naturaleza, o con la gente en grados de intimidad o distanciamiento, en grado de aceptación o rechazo? ¿Dónde encontramos relación de semejanza, relación de fe, relación con obras de arte y gusto estético?

 El concepto de relación entonces cobra importancia. Lo podemos aislar de forma abstracta porque es universal. Va ligado a los afectos, a las resonancias que sentimos, que se producen. Resonancias positivas o negativas en forma de adversión o rechazo. La plena relación donde afectos y resonancias se fusionan al cien por cien no existen. Es un ideal. Una abstracción. La absoluta falta de relación tampoco existe, pues de forma directa o indirecta todo está relacionado.


Seguimos pensando que si aportamos una razón poderosa y visiblemente demostrable, entonces la gente se ha de postrar a nuestra razón porque la objetividad es la última instancia de autoridad en cualquier argumento entre personas. Pero desgraciadamente no es así. Lo que funciona en la ciencia y en las matemáticas o en la lógica formal, no funciona en la vida diaria, en las masas, entre grupos con intereses, entre individuos concretos, afinidades, ideas, opiniones, verdades, gustos, etc. Las razones de unos no son las razones de los otros que podrían ver en esas razones una manera de imponerles sus intereses o arrebatarles su libertad. O viceversa. 

A nivel de vida diaria, de relaciones sociales prosaicas, familiares, la gente se puede llevar bien, relativamente bien, escasamente bien, regular, con pocas empatías o resonancias, con choques de intereses o ideas o antipatías, o sin compartir nada en común salvo la condición de ser humanos. Todo ello se manifiesta en forma de gestos, de distancias, de uso de lenguaje más o menos cargado de emoción o frialdad o artificialidad, etc. Cuando los choques de intereses son agudos, puede surgir el pleito, la denuncia ante la ley. A veces se recurre a la violencia como solución instintiva, animal, brutal. Si se trata de violencia de grupos o masas, entonces interviene la mayor violencia del Estado.

La razón es equilibrio. Justicia visible. Verdad evidente. La razón apela al espíritu de imparcialidad. El mundo de la abstracción. Pero los humanos somos ante todo cuerpos, relaciónes, energías, intensidades emocionales, pasionales, apetitos, instintos, complejos inconscientes, etc. Cuando nos relacionamos solemos dar prioridad a nuestros intereses más inmediatos: intereses afectivos, de afinidad, de beneficio, de lealtad a uno mismo, a la familia, al grupo, al partido, a los compañeros. Distinguimos entre amigos y enemigos. Siempre existimos en conflicto con algo, con alguien, con los próximos o con los lejanos. Siempre compartimos afectividades con algo, con alguien, etc. Siempre hay territorios comunes entre personas, grupos, partidos, que podemos compartir para mitigar, suavizar, poner en común. La identidad de nación, de religión, de lengua, de grupo etnico, de intereses coincidentes.


En este caso la razón no es más que una herramienta o instrumento de estrategia, de lucha. La razón se pone al servicio de ideologías, de axiomas que se dan por sentados son universales, de instrumento para seleccionar, corroborar, inventar aspectos de la realidad que nos han de favorecer contra el enemigo. La razón y la fuerza se dan de la mano. El enemigo también aduce sus razones, sus axiomas, sus inventos, su realidad concreta. Entonces necesitamos la búsqueda de lugares comunes de encuentro, pacto o alianza, para elucidar, aclarar: los contratos, las leyes, las normas, las reuniones de vecinos, de socios de una sociedad, congresos, parlamentos nacionales, etc. Si todo esto falla, si los tribunales, las leyes, las altas instancias de justicia; entonces podríamos entrar en la guerra abierta, la violencia, la fuerza bruta. 

El mundo se va licuando en diferentes realidades, valores, zonas de influencia, geopolíticas; se hacen necesarias instancias internacionales de justicia, de debate, de consenso, de condena aprobación.   

LA INCREIBLE PREGUNTA SOBRE DIOS

 Poco a poco vas buscando a Dios y vas agotando sin remedio. Dios es una palabra que no lleva a ningún sitio concreto, solo a infinitas espe...