Oigo la radio y las noticias políticas aquí en Asturias y con la crisis que hay siguen siendo las políticas de reparto y redistribución. Todos hablan de repartir, de más gasto social, de más dinero para proyectos públicos a través de gobierno, conserjerías, ayuntamientos, etc.. Pero nadie habla de crear empresas, de favorecer la inversión, de traer empresas de afuera, de fomentar el espíritu empresarial y de riesgo. En definitiva, en Asturias, por lo visto, está feo ser capitalista, hablar en términos de mercado puro y duro; de producción, de eficacia, de productividad y creación de puestos de trabajo. Nadie se atreve, salvo raras excepciones, hablar con realismo, con sentido pragmático para llegar a ser una región productiva. No. Esto es pecado. Nadie quiere declarase capitalista porque eso parece algo feo y se asocia con latrocinio, con explotación, con deshumanización, etc. Y así nos luce el pelo. Es como si tuviéramos la mentalidad de que el dinero tiene que venir de todos modos y sea como sea: bien por arte de magia con el Estado como el mago de la varita, bien a través de impuestos a los empresarios y ricos que son los que tienen que pagar al erario público por enriquecerse a base de explotar, bien porque sí y porque siempre habrá dinero por cualquier medio. Parece que bromeo, pero mucha gente en Asturias piensa de esta forma, o no se preocupa en absoluta de dónde viene el dinero del Estado. La idea es que me toque ese dinero de alguna forma. Es una forma providencialista de entender la economía y mucha izquierda y derecha refuerzan esta forma de pensar anulando todo discurso que se refiera al lado productivo y generador de riqueza de la economía.
Todos queremos vivir del bote del Estado, los empresarios quieren vivir lo más cerca posible del poder político que va a ser quien les dé prebendas, contratos sustanciosos, ventajas de los amiguetes de los partidos. La gente joven sabe que la única forma de tener trabajo estable es a través del estado y las oposiciones a uno y otro. Todos esperamos alguna subvención que nos facilite las cosas: vivienda, estudios de los hijos, sanidad, etc… Somos una región que en la práctica aplica la sumisión a la política como medio de recibir algún beneficio a cambio. En Asturias, como en muchos sitios, la ceguera de seguir creyendo que a nosotros no nos alcanzan los mercados porque los políticos nos protegen, el Estado nos protege (con dinero que trae Papá Noel); pues nos hace ser mediocres, conformistas, más pobres, más cínicos, más desconfiados. Votaremos lo de siempre y seguiremos obedeciendo más a los políticos, por mucho que les critiquemos, que a la realidad pura, dura y desagradablemente objetiva del mercado.
Una evaluacion exacta de la mentalidad rebanil de Asturias.
ResponderEliminarKousinsky
pasate por la cuenca hermano que realmente eres tu el que da pena no el espíritu de lucha de los asturianos, yo no vote al pp tu lo votaste? te jodes
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