11 abril, 2021

ESAS LENGUAS QUE NOS RESULTAN UN INCORDIO Y UNA PEJIGUERA

 Me acuerdo siempre de un alumno chino que tenía en Houston cuando enseñaba español en un high school. Era un alumno muy listo y tenía la costumbre de leer El País que creo que compraba semanalmente en una tienda de revistas del centro comercial Galleria. Al acabar las clases siempre venía a mí con el periódico a preguntarme alguna cosa relacionada con vocabulario o expresiones. Una vez vino con el mapa del tiempo y me preguntó algo sobre los símbolos del tiempo. Como en el mapa figuraban España y Portugal, pues me dijo que por qué España no había logrado conquistar Portugal y así no tenía por qué haber esa división que a él le molestaba a la vista. "¿Por qué tienen ahí a Portugal, tan pequeño, dividiendo el mapa?", me preguntó sin inmutarse. 


Aquella forma de entender la realidad en función de la uniformidad visual en un mapa conllevaba también,--al margen de la posible ironía que podía encerrar, pues el chaval con sus quince años era un alumno excepcional--, una forma de entender el mundo que mucha gente considera la normal, la de sentido común, la que debería dominar siempre. En términos de extensión se podría representar como el centro y la periferia, siendo el centro el espacio superior de donde emana la realidad primera y por lo tanto más perfecta y a la cual nos hemos de subordinar. En Platón ese mundo original es el mundo de las ideas y, en la metafísica siempre hay una búsqueda del Ser que es la Realidad del mundo, a la cual se someten las cosas. En nuestros mitos primigenios hay siempre un origen que se entiende como perfecto, atemporal, para luego corromperse por algún accidente cósmico o moral y así situarse en el tiempo, pero mirando siempre a esa dimensión superior que abandonamos con dolor. ¿Habrá que recordar el mito de Babel siempre interpretado como ese idioma universal que había en los principios de los tiempos y que luego "degeneró" en las diversas lenguas del mundo?

Hay gente que cree que el mejor español se habla en Valladolid y que en Latinoamérica se habla el español incorrectamente, no hablemos ya de cómo se perciben aquellos dialectos castellanos peninsulares que no forman parte del español "correcto" o sea el de las Castillas. Peor todavía si hablamos de lenguas peninsulares del territorio español que no sean castellanas. Para mucha gente, al


igual que mi alumno chino (pero sin posible ironía), no comprenden cómo la gente que habla tales lenguas se les ocurra exigir sus derechos lingüísticos en España teniendo, como tenemos, una lengua oficial que "nos une" y que es la lengua de verdad, la que manda y se proyecta internacionalmente. Muchos ciudadanos (bastantes con estudios superiores), al igual que mi alumno chino, pues borrarían del mapa todos aquellos idiomas del territorio español que "dividen" o "incordian" y también se preguntan qué coño hacen ahí todavía dando la pelma cuando su función debería ser la propia de un dialecto provinciano en un centro-Estado que rige e impone lo que es cultura y lengua normal por definición.

A estas lenguas "regionales" se les "concedió" un estatus bajo una autonomía, pero con la condición de que poco a poco fuesen entrando en razón y se hicieran "españoles" al cien por cien como todo el mundo. Sobran razones históricas o políticas del porqué Portugal sigue con la línea divisoria. Otras naciones-- según esta manera de percibir las cosas-- de la península han de aspirar a ser simple regiones o provincias pendientes de asimilación por imperativo histórico, o por derecho metafísico de superioridad ontológica.  


LA INCREIBLE PREGUNTA SOBRE DIOS

 Poco a poco vas buscando a Dios y vas agotando sin remedio. Dios es una palabra que no lleva a ningún sitio concreto, solo a infinitas espe...