11 abril, 2021

ESAS LENGUAS QUE NOS RESULTAN UN INCORDIO Y UNA PEJIGUERA

 Me acuerdo siempre de un alumno chino que tenía en Houston cuando enseñaba español en un high school. Era un alumno muy listo y tenía la costumbre de leer El País que creo que compraba semanalmente en una tienda de revistas del centro comercial Galleria. Al acabar las clases siempre venía a mí con el periódico a preguntarme alguna cosa relacionada con vocabulario o expresiones. Una vez vino con el mapa del tiempo y me preguntó algo sobre los símbolos del tiempo. Como en el mapa figuraban España y Portugal, pues me dijo que por qué España no había logrado conquistar Portugal y así no tenía por qué haber esa división que a él le molestaba a la vista. "¿Por qué tienen ahí a Portugal, tan pequeño, dividiendo el mapa?", me preguntó sin inmutarse. 


Aquella forma de entender la realidad en función de la uniformidad visual en un mapa conllevaba también,--al margen de la posible ironía que podía encerrar, pues el chaval con sus quince años era un alumno excepcional--, una forma de entender el mundo que mucha gente considera la normal, la de sentido común, la que debería dominar siempre. En términos de extensión se podría representar como el centro y la periferia, siendo el centro el espacio superior de donde emana la realidad primera y por lo tanto más perfecta y a la cual nos hemos de subordinar. En Platón ese mundo original es el mundo de las ideas y, en la metafísica siempre hay una búsqueda del Ser que es la Realidad del mundo, a la cual se someten las cosas. En nuestros mitos primigenios hay siempre un origen que se entiende como perfecto, atemporal, para luego corromperse por algún accidente cósmico o moral y así situarse en el tiempo, pero mirando siempre a esa dimensión superior que abandonamos con dolor. ¿Habrá que recordar el mito de Babel siempre interpretado como ese idioma universal que había en los principios de los tiempos y que luego "degeneró" en las diversas lenguas del mundo?

Hay gente que cree que el mejor español se habla en Valladolid y que en Latinoamérica se habla el español incorrectamente, no hablemos ya de cómo se perciben aquellos dialectos castellanos peninsulares que no forman parte del español "correcto" o sea el de las Castillas. Peor todavía si hablamos de lenguas peninsulares del territorio español que no sean castellanas. Para mucha gente, al


igual que mi alumno chino (pero sin posible ironía), no comprenden cómo la gente que habla tales lenguas se les ocurra exigir sus derechos lingüísticos en España teniendo, como tenemos, una lengua oficial que "nos une" y que es la lengua de verdad, la que manda y se proyecta internacionalmente. Muchos ciudadanos (bastantes con estudios superiores), al igual que mi alumno chino, pues borrarían del mapa todos aquellos idiomas del territorio español que "dividen" o "incordian" y también se preguntan qué coño hacen ahí todavía dando la pelma cuando su función debería ser la propia de un dialecto provinciano en un centro-Estado que rige e impone lo que es cultura y lengua normal por definición.

A estas lenguas "regionales" se les "concedió" un estatus bajo una autonomía, pero con la condición de que poco a poco fuesen entrando en razón y se hicieran "españoles" al cien por cien como todo el mundo. Sobran razones históricas o políticas del porqué Portugal sigue con la línea divisoria. Otras naciones-- según esta manera de percibir las cosas-- de la península han de aspirar a ser simple regiones o provincias pendientes de asimilación por imperativo histórico, o por derecho metafísico de superioridad ontológica.  


28 comentarios:

  1. Las lenguas son inasibles, pero también manipulables en cierta medida. A eso aspiran los políticos. Y aunque las lenguas son patrimonio de sus hablantes, sí que caben actuaciones en su contra y a su favor. El problema es que olvidamos muy a menudo que los idiomas surgieron para comunicarnos, aunque para algunos comunicación sea siempre discusión constante, e intento de preponderancia. Buen apunte, Vital

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    1. Falta algún ejemplo concreto para situarnos. Que hay manipulación política por supuesto. Lo estamos viendo continuamente entre el catalán y el castellano en Cataluña. Lo estamos viendo a nivel estatal con la televisión oficial para la que sólo existe la cultura oficial centrada en Madrid, Andalucía y poco más. Hasta en Asturias con el pobre asturiano se trata de armar el cisco. La comunicación en abstracto entre dos partes ideales nunca existió, salvo en teoría científica y matemática; a nivel de vida y experiencia la lengua es el medio donde nos confrontamos, nos amigamos, nos distanciamos, nos deleitamos, etc...
      Corregí algún error en el escrito. Gracias Eduardo por la aportación.

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  2. ÉRASE UNA VEZ EN REYNOSA, TAMAULIPAS

    Habíamos cruzado el Río Bravo por la frontera de Mc Allen/Hidalgo para llegar a Reynosa al otro lado. El otro lado aparece muy cochambroso así de buenas a primeras. Tiene la estructura de un pueblo grande, pero con medio millón de habitantes en los años 80. En aquella época se podía pasear y comprar en los mercados y las tiendas; también comer en algún restaurante o taquería. Llamaba la atención el número de dentistas que había. Todos seguidos, uno tras de otro. Los gringos venían al otro lado de la frontera a arreglarse la dentadura, bastante mucho más barato que en Texas. También sorprendía ver el número de licorerías y clubs de alterne. Los policías iban vestidos de una manera un tanto informal. Algunos llevaban un pantalón vaquero y luego una guerrera con distintivos de agente del orden. No faltaba el gorro de la autoridad y la cartuchera rellena de balas en el cinto. Alguno sí tenía el uniforme completo y todos llevaban tolete y pistolón. Nosotros preferíamos estar a distancia de la autoridad por si las moscas.
    La plaza central era agradable, con sus bancos de madera, su kiosko de música al estilo de los pueblos españoles a los cuales Reynosa se parecía de alguna manera. El sabor mestizo, la música de cumbia, corridos, y ritmos caribeños llenaban el ambiente. Mucha gente caminando por la calle, población mestiza e india, autobuses destartalados de marca Wayne y algunos con motor de gasolina. Luego los "taxis" que van cogiendo y dejando gente de un modo informal y donde te ves apretujado entre gente, cestas, bolsas y un techo tan bajo que has de ir agachado al ras de una cucaracha.
    Fuimos al mercado y compramos varias cosas, también una guitarra que hubo que regatear; pero siempre hay que regatear y si no regateas les parece mal, pues es lo que se espera. Es el mero juego del comercio al por menor. Yo quise una guayabera de cierto estilo que en aquel momento no tenían, y entonces me dijeron que siguiera al chamaco que me iba a llevar al almacén donde tenían varios modelos.
    Así que seguimos al chamaco y dimos la vuelta a la cuadra y nos metimos por una callejuela y luego nos encaminamos hacia unas casas de planta baja de paredes un tanto descarnadas y entramos en una de ellas siguiendo al chamaco y entonces vimos que era un almacén lleno de guayaberas, pero iluminado por unos ventanucos que no lograban vencer la penumbra. Nos llamó la atención ver allí sentados en suelo y apoyando la espalda sobre las paredes a un grupo de unas doce personas que estaban leyendo la Biblia Reina-Valera del 60 en voz alta. Es decir, primero leía uno, luego otro y luego otro y siguieron sin inmutarse a pesar de nuestra presencia y la poca iluminación del habitáculo. Algunos eran puro indio.
    Fue en Reynosa, estado de Tamaulipas. Años primeros de los 80.

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  3. MAQUILADORAS EN MATAMOROS

    Fuimos a Matamoros aquel día. Alex trabajaba en el departamento de sociología de la Universidad de Texas en Austin. Quería recoger datos sobre las maquiladoras en Matamoros. Esta ciudad está cruzando el Río Bravo o Río Grande o Río Grande River por la ciudad texana de Brownsville. Estamos hablando del tramo final del Río Grande antes de desembocar en el Golfo de México. Es una zona de clima subtropical: calor húmedo con algún período de sequía. Si quieres dormir bien necesitas aire acondicionado, si no pues no duermes o sueñas con los infiernos.
    Así que Alex vino de Austin y se quedó en nuestro apartamento de Harlingen. Yo enseñaba en el high school de Mercelano y en ese momento disfrutaba las vacaciones de primavera, así pues me decidí a acompañarlo.
    Cruzamos a Matamoros. Sabor de ciudad fronteriza. Ambiente de música caribeña y música norteña que surgen de muchos sitios. Te llama la atención la pobreza, quizás la población flotante que esperan cruzar el río para entrar en EEUU. De nuevo los dentistas, las licorerías, los restaurantes, los puestos de fritangas, los mercados y tiendas y tenderetes en las calles; los clubs de mujeres para saciar machos por dinero. Los policías que te infunden desconfianza, los críos que te venden bolígrafos o mecheros en cualquier sitio. La buena gente que abunda en todos los sitios y que van a su vida sin más preocupación que sobrevivir lo más decentemente posible.
    Matamoros era una ciudad que en aquellos años mediados de los ochenta tendría 400,000 habitantes. Allí se asentaban muchas maquiladoras o fábricas de transformación y elaboración de productos diversos para diferentes ramas de la industria. Las maquiladoras gozan de un estatus preferencial de tarifas. Están situadas en la mera frontera por la parte mexicana y en poblaciones grandes como Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Tijuana, etc. Alex quería entrevistar a personas que mostraban síntomas de enfermedades crónicas debido a las condiciones de trabajo y ausencia de seguridad de dichas fábricas. El milagro económico de las maquiladoras tenía sus sombras siniestras, y eso era lo que quería estudiar él en su trabajo de campo para la Universidad. Alex era de Ciudad Juárez y ya llevaba tiempo en Austin estudiando sociología con un "minor" en literatura inglesa. Una curiosa combinación.
    Así que visitamos barrios periféricos de Matamoros donde vivían obreros de las maquilas. Allí vimos las colonias con edificios de un patio interior cúbico y espacioso, perimetrado por galerías con apartamentos al estilo un gran motel y un par de escaleras centrales para subir a los diferentes pisos. Estuvimos en tres apartamentos visitando familias donde un miembro estaba en situación de desempleo sin percibir ningún subsidio, además del agravante de padecer alguna enfermedad profesional debido al tipo de trabajo que habían realizado durante muchos años. Trabajos con productos químicos en algunos casos que creaban problemas de respiración, en otros eran ciertas posturas intensificadas o que hacían fosfatina las articulaciones como era el caso de una madre de familia con sus manos ya deformadas y sin apenas poder moverlas. Fue dolorosa la experiencia y Alex tomó sus notas y fotografías pertinentes.
    Antes habíamos comido en un pequeño restaurante regido por alguien que ya conocía Alex y donde comimos unas fajitas y enchiladas con un guacamole de chuparse los dedos. Él también conocía gente de algunas tiendas del centro. Alex era hombre de frontera y se movía perfectamente en tales ciudades.
    A la hora de volver a Texas y una vez cruzado el puente sobre el Río Bravo en la aduana gringa de Brownsville, nos hicieron esperar bastante tiempo analizando mi tarjeta verde. Llegaron a llamar a mi director de High School en Mercelano para comprobar mi identidad. Ya era de noche y llovía con fuerza. Teníamos gana de volver a Harlingen después de un largo día.

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  4. CENTROS EDUCATIVOS Y DIRECTORES

    Cuando enseñaba como 'Substitute Teacher' en mis prácticas de la Universidad de Texas tenía que, como mi nombre indicaba, sustituir a profesores de baja de un modo puntual o por un día o por varios, en la misma ciudad. Me llamaban, o bien el día anterior por la tarde o noche, o bien a las seis de la mañana del mismo día para presentarme en tal high school (instituto) de tal sitio. Al llegar a tal instituto el jefe o jefa de departamento me daba los 'lesson planing' del profesor ausente y yo asumía su horario. Cada high school era un mundo diferente. Todo dependía del director que hubiera. Un buen director marcaba pauta de disciplina, de orden, de respeto, de seguridad en lo que hacías, pues a tal hecho siempre había tal consecuencia. No se trataba de que tal persona tuviese que ser un tipo serio o estirado o autoritario, simplemente ser alguien que se tomaba su trabajo en serio y que sabía cómo era el clima de su escuela y además actuaba puntualmente en casos potenciales de disrupción de las normas. Por lo demás podía ser el tipo más amable y disponible para cualquier cosa tanto para alumnos, padres, como profesores. Simplemente que las normas iban en serio y las normas estaban por encima de cualesquier otra consideración.
    Pasé por unos pocos institutos donde hubo tales directores. Notabas su existencia por el silencio que había en las aulas de llegada (home room). Luego, una vez el director hablaba a toda la escuela por altavoz y se hacía el saludo de bandera, los cambios a las aulas se hacían en silencio. Nada de estrépitos o escorribandas o hablar a voces y de forma desordenada o entradas en manada a las clases. Mucho menos llegadas tarde sin estar debidamente justificadas. Aquel instituto mostraba su imagen de institución de aprendizaje y educación con solo entrar.
    Y cuando empezabas a dar clase se notaba que los alumnos ya sabían lo que había que hacer cuando llegaba un sustituto. El delegado de clase te daba incluso las indicaciones sobre las rutinas o prácticas del profesor ausente. Por lo general no había infracciones de disciplina más allá de lo normal en clases con muchachos más o menos inquietos. No había que enfrentarse a alumnos desafiantes o provocadores pues ya tenían el paso marcado o ya estaban lo suficientemente aleccionados para que no repitieran conducta. Podría haber alguna excepción, pero mínima.
    Repito, sólo encontré pocos institutos con esa marca de seriedad y ambiente de educación o formación. A veces era en una zona conflictiva o a veces en un distrito de clase media, quien marcaba la pauta era la autoridad del director.
    Los demás institutos ya era otra cosa. Ya comenzaba la 'democracia' pedagógica a hacer sus estragos, ya comenzaban los tumultos desde los primeros minutos del home room. Ya se oían estrépitos e impotencia generalizada y con sus profesores mártires de películas de héroes pedagógicos excepcionales que también los había y sobrevivían. Pero el ambiente en sí era perronero, y tal ambiente hacía de la labor docente un infierno diario.
    La diferencia era en lo que cada director creía debía de ser un centro de enseñanza. Esa era la diferencia fundamental. Lo notabas cuando hablabas con él o ella. Ya notabas el pasotismo, el cinismo, la indiferencia, el "arreglatelas como puedas" y "eres tú el responsable de tus clases y cómo las manejas", o "no me traigas problemas que tengo muchas más cosas que hacer en un instituto como este", etc. Notabas también los grupúsculos entre profesores divididos en función de favoritismos, de corruptelas, de oposición a la política educativa del centro, etc.

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  5. EQUILIBRIOS Y DESEQUILIBRIOS

    Una dirección recta y sensata podría acabar siendo una dictadura. Una dirección laxa y cínica acaba en corrupción generalizada. Los equilibrios son difíciles de sustentar. Una democracia puede acabar fácilmente en demagogia y en corrupción generalizada. Un partido fuertemente ideologizado puede llevar a un país a una dictadura enmascarada. Los equilibrios son difíciles de mantener. El juego de poder nos lleva a retorcer la realidad a nuestro favor y a usar las tácticas más convenientes al margen de la ética. La propaganda más indecente vale también. La complicidad es fácil de obtener una vez ejerces el poder. Todo depende también del control que se tenga de los medios de comunicación. Todo depende del poder del partido y hasta dónde llegan sus tentáculos. Su influencia sobre los agentes económicos dándoles privilegios que luego ellos te pagarán con favores.
    La gente o el pueblo es sólo el pretexto para vivir del poder. Todo es controlable, pero no dura una eternidad y todo suele desgastarse con el uso y el tiempo. El pueblo en su anonimato e impersonalidad a veces se revuelve de forma inesperada. Hasta que lleguen otros.
    A pesar de ser los homínidos muy vulnerables, a tropezones van ganando espacios de libertad que eran inimaginables incluso hace cien años. La esclavitud ya no existe en la mayoría de países del mundo. Hay leyes importantes que protegen contra la arbitrariedad del poder. Hemos hecho desaparecer las monarquías absolutas. Los dictadores no dejan de ser dictadores por mucho que se jacten de ser salvadores del mundo. La ciencia nos ha resuelto muchos problemas. Pero hay otras muchas formas de control, de abuso de poder, de contribuir a la decadencia de una sociedad o naciones. Cuando una ideología pierde su efectividad muere corrompiendo. Todos a corromperse, a vivir del poder y del oportunismo.
    Definitivamente los homínidos tendemos al desequilibrio, al desgaste, al abuso, a la complicidad indeseable; luego intentamos regenerarnos, hacer las cosas bien, pero vuelven los desequilibrios. Al final todo tiende más al mal que al bien. Aunque hay cosas buenas que se instalan y quedan a pesar de todo, pero los equilibrios son siempre frágiles en este mundo. Nunca sabemos lo que nos depara el futuro.

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  6. LABORATORIOS DE PENSAMIENTO

    Los laboratorios de las ideologías y las representaciones de la realidad son las universidades. Son los grandes departamentos de humanidades de las grandes universidades del mundo las que nos proveen de las grandes ideas con las que sin darnos cuenta nos vamos orientando. Las grandes ideas y valores se van filtrando de arriba a abajo como un efecto trickle down. No hay que preocuparse mucho por pensar las cosas pues para producir este efecto están los medios de comunicación y los sistemas educativos en gran medida.
    ¿Qué haríamos sin orientación y dirección en nuestras vidas que no tuvieran una garantía de aceptación social importante? Y así tenemos realidad común y consistente hasta cierto punto. Tenemos referentes científicos comunes hasta cierto punto. Tenemos diagnósticos sociales, políticos, históricos, psicológicos por millares y hasta cierto punto. Izquierdas y derechas cuecen sus sistemas ideológicos en las universidades y los estados beben de sus teorías y sus representaciones sin tregua. Se invierte sin parar en tales departamentos y de ahí pueden también surgir ideas extrañas, salidas de madre, o filosofías oscuras sobre la existencia que como toda marginalidad radical estimula las corrientes agotadas de la normal mediocridad dando lugar a lo nuevo que se renueva como novedad.
    Un día súbete a esa colina cerca de tu ciudad o pueblo y párate a pensar por ti mismo. No le tengas miedo a tu propio pensamiento. Puede que haya cosas en tu tarro que te puedan resultar sorprendentemente creativas, pero muy lejanas quizás de lo que tu vecino piensa o tu misma familia o el ciudadano de a pie. No le tengas miedo a tu propio mundo y coge papel y lápiz y ponte a escribir, a dibujar, a silbar: el mundo, todo el planeta es tuyo para recrear, para reconstruir, para sentir de un modo extraño y diferente.

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  7. EL VALLE DE LOS SIETE LIBROS Y DE LAS SIETE LLAVES O VICEVERSA

    La Gran Montaña se veía desde los siete valles. Los siete valles habían sido abiertos por siete ríos que nacían en las faldas de la Gran Montaña. En cada valle vivía una comunidad diferente. En cada comunidad se hablaba un idioma diferente.
    En la Gran Montaña había un templo y del templo salían siete caminos que iban a los siete valles. Por cada camino caminaba todos los días un mensajero con catorce llaves y catorce libros escritos en la lengua de la Gran Montaña. Cada valle recibía a su mensajero y recogía las dos llaves y los dos libros que le correspondían. Las dos llaves que recibían las comunidades de cada valle eran las llaves con las que se podían comunicar con los valles vecinos.
    Cada valle tenía un profeta y una profetisa. Cuando los mensajeros de la Gran Montaña entregaban las llaves y los libros se daban la vuelta y volvían a la Gran Montaña con un cuenco de frutos de cada valle. Entonces el profeta y la profetisa de cada valle abrían cada uno una puerta de una cueva profunda que comunicaba con el valle vecino a derecha y a izquierda. Todos abrían la puerta a la misma hora y todos se encontraban en la mitad de la galería bajo la luz de una claraboya que desde mucha altura dejaba pasar la luz del día. Entonces allí intercambiaban un libro con cada profeta o profetisa de cada valle. Luego todos daban la vuelta y leían la página del libro en la lengua propia de cada valle. Si la profetisa lo leía en la lengua desconocida del valle de la izquierda, el profeta al leer la otra página del otro libro que procedía del valle de la derecha, lo hacía en la lengua propia de su valle y su comunidad; y todos comprendían habiendo oído primero los sonidos del idioma de su vecino de la izquierda al compartir todos el mismo código fonético.
    A veces era al revés. El profeta leía el idioma desconocido del valle vecino de la derecha y la profetisa leía la otra página en el idioma propio. Cada libro constaba sólo de una página y las sincronías de las lenguas en su alternancia eran siempre perfectas. Cuando se leía el libro comenzaba la vida en cada comunidad de cada valle.
    Así ocurría todos los días de todos los años y los libros eran escritos en la lengua de la Gran Montaña.

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  8. EL PUEBLO DE LAS TRES IDEAS

    Nuestro pueblo había surgido del templo y el templo nadie sabía de donde había surgido. El templo nos daba tres ideas que quedaban incrustadas para siempre en nuestra alma, pero esas tres ideas eran nuestro secreto. Todos las almas que formaban nuestro pueblo participaban del secreto de las tres ideas. Nadie, fuera de nuestro pueblo, podía conocer las tres ideas como secreto. Eso nos hacía inexpugnables.
    Las tres ideas eran eternas y nos hacían partícipes de lo inmortal dentro de nuestra mortalidad. En muchos territorios podíamos encontrar a alguien de nuestro pueblo y si había más de tres almas juntas de nuestro pueblo podíamos formar asamblea.
    Había muchas asambleas repartidas por el mundo. Cada cuarenta y ocho asambleas podían construir un templo y cada templo tenía el poder de las tres ideas. Llegar a recibir las tres ideas era recibir la participación de lo inmortal dentro de nuestra mortalidad. Las asambleas elegían los candidatos seguros para la iniciación del templo.
    Así nos constituimos como pueblo inexpugnable, con tres ideas inmortales. Todo por la existencia del templo, cuyo origen todo el mundo desconocía.
    Pero nadie fuera de nuestro pueblo tampoco conocía la existencia de nuestro pueblo.

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  9. INFINITOS

    Desde este instante me trasladé al infinito. Todo está en disposición de seguir hasta el infinito. La conciencia pura sigue hasta el infinito. El pensamiento puro hace lo mismo. La vista pura es infinito de vista, vista al infinito, lo mismo con el oír. Movimiento de todos mis átomos, células, etc.
    Pero los planos al infinito chocan o se contrarrestan entre sí, se oponen y forman las cosas que no dejan de ser planos infinitos en despliegue también contrarrestados por otros planos y así formamos realidad. En una palabra todo tiene limitaciones externas que frenan su despliegue al infinito y desvían los planos hacia pliegues o repliegues de materia, de ideas, de movimiento.
    Mi "yo" es un repliegue sin esencia alguna. Un cruce de planos infinitos que forman esa apariencia con esa peculiaridad, pero sin esencia alguna. Cuando se despliegan los planos libremente entonces "estamos" alegres, cuando chocan otros planos en direcciones contrarias y producen repliegue, entonces "sufrimos".
    En el universo todo tiende al infinito. Todo busca expandir y desplegarse ad infinitum, pero todo se interrumpe, se interfiere, colisiona, se parasitan diferentes planos y se repliegan sobre sí mismos.

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  10. EXTRAÑÍSIMO

    La persona infinitamente alegre no necesita de ningún recuerdo ni memoria alguna, pues todo coincide en una misma expansión infinita. Pero cuando hay memoria y recuerdos es que hay repliegues que han quedado atrapados y ansían salir y desplegarse lo más libres posibles. Pero entonces la conciencia memorizada o recordada serían planos enrevesados formando lo que "es", lo que a cada "uno" le ha tocado y de ahí "su" conducta, "su" conflicto, "su" fricción con "otros" y la "realidad" que son también inmanentes en última instancia.
    Pero la verdad apetece meter una chispa de trascendencia en algún sitio y conectar el "yo" con un yo real trascendente que haga de juez en todo este embrollo de planos infinitos impersonales e indiferentes, aunque sí sufrientes o sintientes. Pero sin esa chispa todo es en última instancia un plano de absoluta inmanencia fuera de nuestro alcance y percepción. Una cosa extraña, extrañísima....

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  11. TRANSMUTACIÓN

    Fuimos por el camino. Llegamos a la casa. Allí estaba la banda de rock. Nick estaba tocando la guitarra. Gerardo golpeaba la batería. Istar tocaba el bajo y Emmanuel los teclados. Afuera hacía sol y el cielo era de un azul profundo. Tocaban en el jardín. El jardín tenía un césped fresco y verde. Había cuatro árboles. Nos sentamos en el banco del porche. La música nos había hecho viajar antes y ahora estábamos en el centro mismo de su producción. De pronto pararon de tocar. Nick nos invitó a seguirle. Luego se juntaron los demás. Seguir a Nick era seguir los ritmos de la música del grupo. El jardín se hizo mucho más grande, los árboles desarrollaron un bosque y la casa parecía un templo. Habían logrado la singularidad entre la música y la realidad y nosotros éramos parte de tal transmutación.

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  12. COMUNARDOS SIN COMUNIDAD

    Formamos una comuna en 1969, pero Mary no sabía qué hacer con su cabeza. Estéfano no lograba controlar su libido y Natalia gastaba demasiado, mientras que Lulio tan solo pensaba en leer libros. Nesparnadolocus tenía la manía de escuchar rock hasta altas horas de la noche y Espharna dormía toda la mañana hasta las 12.
    Un día nos dimos cuenta que en realidad no teníamos nada en común y deshicimos la comuna.
    Entonces Mary se hizo profetisa en una secta dura, Estéfano desapareció sin dejar rastro y Natalia se casó con un rico de California, Nesparnadolocus fundó una banda heavy y se hizo famoso. Epharna se juntó con un hippie de Alabama y juntos se lanzaron a cruzar EEUU andando y en auto-stop. Nunca más se supo de ellos. Lulio se quedó en la casa y pronto se llenó de ratas y cucarachas mientras él no dejaba de leer y comer sandwiches de atún. Su madre le enviaba parte de su cheque de viuda en Kansas.
    Yo entonces conocí a Sylvia y juntos exploramos todo el estado de Texas en un Toyota Corolla hasta quedarnos en Amarillo para trabajar de profesores de francés y español en un instituto.

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  13. FELICES COMO PERDICES

    Nicoplasto tenía cuatro ideas fijas rectoras de su puñetera vida. Y parecía feliz. Benditas ideas de cemento armado. Para él el mundo era un cuadrado con todas sus medidas exactas y sin más límites que la más suprema indiferencia. Cuando llegaba a casa bebía un six pack de botes de cerveza y se ponía a ver fútbol americano. Nicoplasto era un perfecto robot, una perfecta máquina humana. Fuera de su puñetera rutina de vendedor de electrodomésticos en un centro comercial y el fútbol no había más mundo.
    Sus principios de acero inoxidable eran cuatro: trabajo, fútbol, cerveza y su amante Pildra. Pildra era una mujer hecha para Nicoplasto y cuando se juntaban se dedicaban a follar, a beber cerveza y a aplaudir su equipo de fútbol americano. Y eran felices. Más felices que nadie. Lo juro por los dioses.

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  14. DEPREDADORES

    Aquel hombre me explicó su teoría sobre la humanidad en un bar mientras bebíamos cerveza. Dijo que los homínidos éramos complejos y sofisticados depredadores, pero siempre depredadores. Todos, decía, buscamos aquello que mejor se adapte a la seguridad y necesidad de nuestro ser animal. Para ello usamos las tácticas más eficientes o convenientes a nuestra mano y en proporción a nuestra inteligencia. Podemos ser muy astutos, endemoniadamente astutos para conseguir nuestros fines. Y los más torpes o menos inteligentes o menos adaptados a la dura vida son los que acaban sufriendo más y siendo explotados por los listos. Es puñeteramente injusto, pero es así. Dijo.
    No cabe duda, decía él, que justificamos todo lo que hacemos como justo y necesario o si no justo y necesario para los demás, por lo menos para nosotros sí. Recurrimos a altos ideales, a grandes proyectos políticos, a Dios como soporte de lo que hacemos, a la moral o la ética, a la ciencia, etc. Pero en realidad lo que nos preocupa es cómo sobrevivir nosotros mismos, cómo comer y vestir todos los días, como satisfacer el sexo y reproducirnos, cómo controlar nuestros miedos y temores como sea. Y acabó diciendo: "Cuando eres capaz de ver la vida homínida con estos ojos realistas y te empiezas a ver como los animales que somos, pues ya sabes a qué atenerte y no vas a sufrir demasiados desengaños. Toma nota de lo que te digo".
    Y siguió bebiendo su cerveza.

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  15. UNA EXPERIENCIA PERRA EN UN MUNDO DE PERROS
    (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    Entré a trabajar. Ganaba poco. Trabajaba horarios indefinidos. El trato era inhumano y vejatorio. Era un taller mecánico. El jefe era un personaje despreciable por su mezquina forma de ser y su frialdad de trato. Un oficial que tenía con él era una persona de carácter sádico y muy amigo del jefe por ser del mismo pueblo. Trabajar allí era un infierno. Entraba a las 9 de la mañana y salía a las 9 de la tarde. Una hora para comer. A veces el horario se extendía a las diez y las doce de la noche.
    Hay veces que no sabes porqué te metes en tales infiernos. Quizás crees que es provisional y que tal gente está pasando por un mal momento en su vida y están de mala leche, pero que en dos días estarán mejor y serán normales. Te dispensarán un trato normal y además no dejas de aprender el oficio. Es todo provisional.
    No, no es todo provisional. Simplemente hay gente que son unos perros por naturaleza y además eso no cambia. Y por otra parte esa fue una fase de masoquismo de un chaval despistado y que no veía el futuro claro por ningún sitio. Una especie de autosacrificio por mis culpas y mis carencias y defectos y eso suele pasar a mucha gente por razones de carácter y experiencias malas y no eches más tras de ello. Simplemente vas a acabar de víctima de algún perro, y en el mundo hay demasiados humanoides que ejercen de perros sabuesos por naturaleza y a placer. Y eso siempre será así.
    El oficial se cagaba en tu madre en ocasiones, te forzaba a hacer algo que iba más allá de tus fuerzas, te humillaba cuando te equivocabas y ese era el ritmo de trabajo diario en aquel taller. El jefe te miraba con su mirada estrábica, fría como la de un reptil. Un auténtico hijo de puta. Los sábados te pagaba una mierda metida en un sobre y te decía que si no estabas conforma había cientos de chavales esperando en la cola para aprender el oficio.
    Pero la mierda era yo. Y me daba cuenta de que la vida era una apuesta y que aquel par de hijo de putas tendrían que ir a tomar por el culo antes de que acabasen conmigo a base de explotación y humillaciones. Así que una noche de verano, cuando ya eran las doce de la noche y no había manera de que aquello acabase decidí que ya estaba bien. Estaba agotado. casi sin fuerzas, pero cuando el oficial se metió en la fosa y puso la lámpara portátil y vio que todavía no había fijado el tubo de escape de aquel Renault y se empezó a cagar en mi madre, fue cuando sin dudarlo cogí la llave inglesa y con una energía endemoniada que salía de lo más profundo de mi ser animal le amenacé dando golpes contra las paredes de la fosa, y blandiéndola delante de su cara porcina le hice ponerse blanco y retroceder temblando como una fiera acorralada.
    Entonces salí de la fosa, cogí mi chaqueta y sin quitar el mono me fui mandándolos a tomar por el culo y que se fueran a la mierda. Era muy tarde y en la calle no había nadie. Al cabo de unos seis meses leía en las noticias de sucesos de mi ciudad que un aprendiz de taller mecánico había muerto en un accidente en aquel puto taller que nunca tenía que haber existido.

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  16. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).
    UNA TRISTE CLASE DE RELIGIÓN

    El cura. Teníamos clases de religión obligatoria, aunque era más una maría para cubrir programación que otra cosa. Yo iba alguna vez porque el cura era majo y abierto. Era en la escuela de Maestría Industrial de la ciudad. El cura hablaba de un modo majo y distendido, cura dicharachero y majo; abierto a las inquietudes de los jóvenes, según parecía, también sabía que yo era protestante y se hacía el ecuménico conmigo. Estamos en el año 1967 en plena dictadura, pero a veces había curas que parecían romper la carcunda dominante.
    Un día hablando de algo relacionado con el papa o los santos o algo parecido pues yo levanté la mano en un exceso de confianza en la bondad y comprensión del cura dialogante, y di mi opinión diciendo que en la Biblia no había culto a los santos ni Papa, que eso había surgido siglos después de Cristo. Entonces el cura majo se puso serio y no contestó y siguió hablando como si nada hubiese pasado.
    Pero al día siguiente y estando yo esperando para entrar a una clase con otros amigos, el cura, que estaba de paso para ir a su clase, se para; y, apuntándome con el dedo delante de mis compañeros de clase y amigos comienza a increparme levantando la voz y acusándome de pretender ridiculizarle y de decir cosas que no son verdad y que jamás se me ocurriere volver a hacer preguntas capciosas y malintencionadas en su clase con el objeto de humillarle. Mis compañeros de clase se quedaron fríos, asustados, no sabían o no recordaban a qué se estaba refiriendo el cura, pero aquella escena les parecía muy grave. Recordemos los tiempos del franquismo: Había miedo y terror a la hora de expresar cualquier idea crítica. Entonces para acabar la escenificación de grave amonestación pública me dijo que inmediatamente me presentara al Sr. Director a pedir disculpas o perdón, pues de lo contrario podría haber un castigo ejemplar, etc.
    Recuerdo que el corazón se me salía de la caja torácica, parecía que me iba a desmayar. Me resultaba completamente inesperada como inexplicable aquella situación tan extrema y tan vergonzosa de linchamiento público por parte de un cura "majo". Una vez que se fue hice de tripas corazón y me fui derecho al despacho del director. Allí estaba él y cuando le dije el porqué me presentaba en su despacho, se veía que ya había sido informado por el cura de lo que, según su versión, había pasado en clase.
    El director simplemente me dijo que no volviera a hacer tales preguntas y sin más me dijo que volviera a las clases.

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  17. ANOTACIONES DE FLIPO MARTIN: SIMPLEMENTE NO

    Cuando escribo estas anotaciones en mi cuaderno lo hago no para contar mi vida y ponerla como ejemplo o hacerla ejemplarizante de una moral o una ideología o una biografía concreta con personajes de nombre y apellido existentes o no existentes. No. Lo digo porque hay tendencia a leer estas cosas como ¿y esto fue verdad? ¿te pasó a ti? ¿Cuándo? ¿Quién era tal fulano? Bueno, son preguntas legítimas, pero mis relatos podrían ser los relatos del mismo lector salvando las diferencias concretas de su vida en tiempo, espacio, lugar, etc. Son relatos de la vida, de cómo funcionan las cosas en muchas ocasiones al margen de la época o los personajes, pues cada época produce sus sufrimientos, sus absurdos, sus crueldades, tristezas y alegrías. Cada personaje podría ser un arquetipo de muchos personajes que viven la vida o ejercen su función en la vida de forma similar y experimentando los mismos miedos o las mismas prepotencias o las mismas pasiones constructivas o destructivas.
    Esta es la vida: dejadme relatarla de forma directa: es así y es así en muchos sitios a la vez y en diferentes épocas desde que le mundo es mundo. Pero el ser así no es una aceptación pasiva o resignada de tales cosas o escenarios para acabar haciendo pedagogía. No. Es preguntarse, ¿y por qué narices tiene que haber un cura sí? o ¿por qué ese jefe de taller tan perro? y ¿por qué tiene que haber víctimas y verdugos y sufrimiento a toneladas? ¿Por qué el mal y la maldad y la explotación y todas esas cosas?
    El problema es que uno no acaba de aceptar esta existencia como es. Es demasiado perra con todos, demasiado confusa y violenta, demasiado intratable salvo pocas excepciones. Ser persona implica decir no a las injusticias de la vida tengan la modalidad que tengan y ocurran donde ocurran y bajo las ideas o sistemas en que ocurran. No. No es asumible que la existencia sea así y nos determine la vida de esta forma. Ante la mentira y la simulación y el abuso y el ser humano en estas condiciones de existencia pues no. Simplemente no.

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  18. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    TRABAJO Y JUEGO

    X entra a trabajar en una pequeña fábrica. A X le ponen a hacer unas piezas en una máquina. Ha cogido en ritmo y piensa que podría estar haciendo eso por una eternidad. Curiosamente no le importa lo que le paguen. Tiene quince años y es un niño todavía. De lo que gane con tal trabajo sólo va a recibir un porcentaje pequeño para gastos. Lo demás es para ayudar en casa. A X el ayudar en casa le resultaba una cosa abstracta que venía de tradición y las tradiciones se aceptan como algo natural y entonces para él la cuestión económica de su salario se le escapaba; simplemente el salario no le pertenecía de forma directa como dinero que él habría de gestionar para sus gastos. Aceptaba la tradición sin su lección moral que a él le resultaba una cosa abstracta de obligación natural y entonces era un hombre para trabajar, pero un niño en cuanto a gestionar sus propios ingresos producto de su trabajo. Eso no era cosa suya. Eso era cosa de padres adultos. Por eso el trabajo para él en esas edades (ya había empezado a trabajar a los 14 recién cumplidos) era una prolongación del juego y si resultaba ser un juego agradable y entretenido pues bien, pero si aburrido y rutinario pues mal.
    No había relación directa entre trabajo y ganancia o beneficio y la cuestión moral le resultaba lejana, abstracta, obligatoria por necesidad. Tampoco veía la relación entre superación y mayores ingresos y por lo tanto para él el trabajo suponía jugar mejor o peor, entrar en un juego como una pieza más, un participante más. Tardó mucho tiempo en darse cuenta de cómo era el asunto del trabajo. Del trabajo en serio como la inversión de ti mismo en un mercado donde debes de venderte al mejor precio en función de tus capacidades. Y también en función de tu disfrute personal de lo ganado para crear tu propia vida. Eso estaba muy lejos de su mente todavía infantil. A X le ponían en una máquina y ese trabajo lo podía hacer hasta el infinito llegado el caso, pero si resultaba muy aburrido lo mejor sería que le pusieran en otro trabajo algo más difícil. Como los juegos.

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  19. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    LA TABLA DE SALVACIÓN DEL MUNDO

    Una vez un compañero de trabajo de X se definió como perteneciente a una iglesia de tipo protestante fundamentalista. Le preguntó por sus creencias y dijo que era un estudiante de la Biblia. Entonces el compañero le hizo ver a X cómo sus creencias encajaban perfectamente con lo que decía la Biblia. Lo cual implicaba que las demás religiones estaban equivocadas. O sea, el compañero de X a quien nombraremos UNO vivía una verdad adecuada e incuestionable y se sentía existencialmente completo, pues pertenecía a la iglesia correcta y estaba haciendo lo que Dios quería que hiciera. Pero su actuar en tal iglesia implicaba también una expansión proselitista que Dios demandaba en los evangelios. Por ello estaba involucrado en actividades misioneras diversas que implicaba el ir de casa en casa o predicar a los demás en todos los ámbitos posibles. Como eran una iglesia milenarista o apocalíptica, entonces se hacía imperativa la actividad proselitista debido al corto periodo de tiempo que quedaba para el fin del mundo. Había que convertir al mayor número posible de personas para salvar al mayor número de humanos de la destrucción que se avecinaba. El esquema estaba claro. No había ambigüedad posible. Las doctrinas estaban muy sustentadas en la Biblia.
    O sea, la Biblia era un texto perfecto y objetivamente racional a la hora de estudiarla. O lo que era lo mismo, ante un texto objetivamente verdadero y sin fisuras, ni discontinuidades, ni contradicciones UNO tenía ante sí la verdad absoluta, la garantía de salvación sin dudarlo un solo minuto. Y si algo fallaba en el esquema teológico o doctrinario de tal paradigma, pues ese fallo se debía al hombre por no ser lo suficientemente obediente y disciplinado moralmente para seguir la Verdad pura y transparente.
    Tal máquina de verdad religiosa era inexpugnable. Por un lado la verdad objetiva para todo aquel que la quisiera estudiar y aplicar en la vida, por otro todo posible fallo se hallaba fuera de la máquina, le era algo externo a ella: la debilidad y los fallos humanos debidos a la falta de fe, a la terquedad, al diablo que impedía acercarse a la verdad, las tentaciones, el corazón duro, etc.
    A X aquello le resultaba muy curioso. Se acercaba a una mente estructurada como una fortaleza o un tanque en medio de un mundo maligno, condenado, en poder del Diablo, perdido en su ceguera. Una especie de Arca de Noé ante un diluvio o destrucción final inminente. Fue un descubrimiento desconcertante. Un potente mito parecía dar un sentido radical y absoluto al mal generalizado que parecía ser toda la historia humana, sus injusticias, su crueldad. Tal iglesia era el salvavidas, la comunidad elegida, el oasis de futuro eterno en una nueva tierra renovada y gobernada por Dios. Pero de todas maneras no dejaba de ser una versión dura de un mismo modo de ver la vida más generalizado de lo que él creía e iría descubriendo.

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  20. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    MÁQUINAS Y ENSAMBLAJES

    Cuando alguien se enchufa a una máquina doctrinal abstracta como una secta o iglesia fuerte es porque ha de experimentar satisfacción. Conectarse a una organización es romper con el aislamiento que sufre un individuo cuyas conexiones sociales o familiares sufren confusión y entonces todas las energías mentales y corporales vuelven a circular con sentido. Se restablecen los flujos creativos al participar en una gran familia ordenada, con explicaciones convincentes y comunes sobre la vida en este mundo y el porqué de sus fallos. Sentido de pertenencia, orden, disciplina, tareas que hacer y ocupar el tiempo y además tareas de gran trascendencia pues se trata de salvar al mundo.
    Un individuo en un cierto estado de inestabilidad emocional o desarraigo o también por la influencia en su vida por parte de una persona que le sirve de modelo, puede en un momento dado entregarse con pleno entusiasmo a servir a una organización de este tipo. Abandona la vida normal de su sociedad o familia, pero adquiere una nueva familia y una nueva sociedad con fuerte sentido de las cosas y valores compartidos por igual. Nos hemos de fijar en la máquina doctrinal abstracta, sus flujos y conexiones. La representación mítica o doctrinal puede variar. Eso sí: ha de haber un fuerte mito que genere sentido, satisfacción, esperanza de futuro y seguridad de vida en el más allá.
    Otra máquina social es un centro de trabajo: un taller, una fábrica, una oficina, una red informática. Pero enchufarse a estas máquinas se hace por necesidades imperativas de supervivencia física. Uno trabaja en una fábrica porque ha de comer y sobrevivir. Es fuerza obligatoria. Necesidad. El ensamblaje de un individuo en una fábrica puede ser satisfactorio o insatisfactorio y degradante. En el último caso surgen entonces los mecanismos compensatorios, de defensa, exculpatorios; la hostilidad, la agresividad. En un centro de trabajo se produce, no es ninguna comunidad voluntaria, ningún sustituto de familia o comunidad; se entrega una energía corporal en abstracto, para fines abstractos, separados en mayor o menor grado de nuestro interés personal.
    Funcionamos en forma de ensamblajes.
    Toda máquina social busca su expansión y desarrollo ad infinitum. Todo individuo busca su expansión y desarrollo ad infinitum.

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  21. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    RUTINA Y VIDA

    Un trabajo repetitivo actúa como un mantra. Haces lo mismo una y otra vez de forma mecánica o automática. La mente puede volar a su gusto mientras que el cuerpo se acopla perfectamente a la tarea de forma inconsciente. El trabajo rutinario te hace sentirte seguro, no arriesgas nada, te sientes cómodo; la realidad es predecible. En ciertos momentos consigues una especie de plenitud entre cuerpo y mente, una perfecta sincronía. Pero en otros puede haber fricción entre mente y cuerpo, al quedar el cuerpo estructurado en un automatismo ya no necesita de la mente y la mente se suelta en su mundo, en sus recuerdos, en sus ensoñaciones. El cuerpo queda sujeto a la materia visible, física; y la mente vive en su mundo invisible, su incorporeidad.
    Un día de mal dormir o en resaca o después de algún infortunio o mala experiencia. O cuando los problemas fuera del trabajo son serios, entonces la sincronización cuerpo y mente padece. Entonces la automatización del trabajo rutinario se vive como tiempo muerto, inútil, como una cadena que durante 8 horas te sujeta a una nada que te impide vivir la vida más compleja y contingente que entonces ves como tu vida real que te pertenece y que deberías estar viviendo para hacer cosas, tomar decisiones, decir lo que hay que decir, hacerte valer en tal o cual situación. Pero la rutina del trabajo actúa como un mantra que no te dice nada, que te resta vida, que te convierte en máquina, pues no eres más que la prolongación de la máquina.
    Esa tensión la vivía en mis años de trabajo de fábrica. Por un lado la rutina era mi mantra o ritual de afirmación de mi inmutabilidad cuando era todavía un niño con quince años o más, con mis rutinas también afuera en mi vida familiar o social. Era un mundo de rutinas y seguridades.
    Pero a medida que iba creciendo todo se iba complicando, las cosas dentro y fuera del trabajo reclamaban mi mayor atención, mi involucración en nombre de una responsabilidad de adulto: había que enfrentarse a obligaciones que surgían sin más explicación que tu mente y tu cuerpo parecían haber traspasado cierta barrera de inocencia o imaginación y ahora el mundo se hacía más peligroso. La rutina de mi trabajo ahora era un tiempo robado, una exterioridad que me sustraía el alma; un alma que debería estar viviendo sus pasiones, conflictos, alegrías en un mundo complejo, arriesgado, aventurado.
    Pero ahora el trabajo en toda su dimensión podía ser una cárcel de la cual habría que liberarse para entregarse a la vida. Había comenzado mi adolescencia y juventud. Mi mundo se ampliaba de modo confuso. La rutina el compás de un tiempo que ya no era el mío, pero que por inercia seguía atado a ello sin tener todavía fuerza suficiente para soltarme a otros saberes, a otras habilidades, a otro tiempo más variado.

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  22. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    ENCUENTROS EN INFINITA FASE

    Los encuentros de almas en la tierra. Cuerpos y almas. Estos encuentros son contingentes. Si hay una necesidad es una necesidad que va más allá de nuestra experiencia. Como si no la hubiera. Por tanto los encuentros, los ensamblajes, las resonancias o disonancias son siempre contingentes. Aquel día diste la vuelta a la esquina y te tropezaste con Gervasia que comenzó a hablar contigo y os hicisteis amigos y luego novios y luego marido y mujer y luego padres y luego familia, hijos, etc. Todo un mundo se ha creado en base a una coincidencia. Un encuentro aleatorio. ¿Qué hubiese sucedido si no hubieses dado la vuelta a la esquina? Imposible de saber. Las posibilidades son casi infinitas. Pero ya desde un principio tu nacimiento, tus padres, tu pueblo o ciudad, nación , etc. Es aleatorio.
    Suceden cosas y uno se mueve o se deja mover o se ve impulsado a moverse...
    Entras a trabajar en un taller o una fábrica a tus 14 o 15 años por razones puramente contingentes y aleatorias. En cada instante hay infinitas posibilidades de elección, pero solo se hace una y esa una parece obedecer a una causa que la soporta con mayor fuerza. Por ejemplo, yo estoy en casa, tengo la opción de salir o no salir. Si salgo tengo la opción de hacerlo andando o en coche. Puedo ir a una cafetería o a comprar o simplemente pasear. Pero aunque sí fuera posible, no me iría a la Argentina o me iría a robar o a subirme a los árboles.
    Hay unas elecciones que ya son más posibles que otras en un porcentaje muy alto, altísimo. Desde que se nace ya estamos inmersos en una realidad que va favoreciendo unas elecciones más que otras en base a unos valores heredados, en base a unas posibilidades económicas y sociales, en base a unas expectativas condicionadas, en base a ser hombre o mujer, ser negro o blanco, inmigrante o nativo, etc. Pero las razones o causas posibles de lo que pueda motivar o condicionar o determinar una elección x sobre las demás es puramente contingente y nunca se sabe a qué mundos o realidades o vidas o conflictos o posibilidades nos va a llevar.
    Aun estrechando el rango de posibles elecciones por los factores dados arriba, la elección real que se toma en un momento dado es siempre contingente, aleatoria. Excluimos las elecciones dentro de un campo de acción determinado por sus reglas, un paradigma de trabajo o conocimiento, etc.

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  23. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    LAS PERSONAS Y SUS COMPLICACIONES

    Las personas son entradas a mundos. Y tú eres un mundo para otras personas. Cuando vemos personas anónimas por la calle solo captamos las figuras, los cuerpos, los rostros, si acaso. O alguna rareza física o conducta inusual o vestimenta que llama la atención, pero por lo demás la gente nos es indiferente en un contacto de calle. Pero cada uno de nosotros ya llevamos la huella de una multitud de personas en nuestra alma. Cada uno de nosotros hemos ido tejiendo la textura de nuestra alma en función de las muchas almas con las que hemos ido tratando. De forma directa o indirecta, proximidad o lejanía. Los afectos, las pasiones, los apegos, los rechazos, la simpatía o antipatía, las resonancias fuertes, las disonancias o asonancias. Los odios, los miedos, el temor que nos puede causar alguien en determinadas circunstancias aunque no en otras. La inseguridad a que nos mueve una persona o varias. La inseguridad o el miedo o el rechazo o el afecto o la fuerte resonancia que puedes tú mismo causar a otros. Y a veces son las circunstancias, los momentos, los cambios de humor, lo imprevisto que desplaza los equilibrios en ciertos momentos y no en otros.
    Luego están las ideas, las expresiones, los gestos, las interpretaciones, el uso descuidado o confiado del lenguaje. Las complicidades que se van estableciendo entre personas, la distorsión que efectúan las relaciones de poder. Las complicidades de amistad que implican la delimitación de la enemistad o los enemigos. Todo ello nos lleva los valores o ideas o ideologías o intereses comunes que compartimos o nos dividen. Y todo de forma gradual, de forma modulada, espectral.
    Todo ello hace de las relaciones entre las personas un campo complicado, ambiguo, sembrado de zonas de confianza, desconfianza, buen trato, mal trato o caracteres intratables; dudas, certezas, amor, odio, indiferencia. La química entre las personas que se quieren y duran en sus relaciones de confianza se me hacen milagrosas. Las relaciones de amistad duradera y su resistencia al desgaste o la lejanía. La capacidad de algunas personas de sentir una empatía que les lleva a comprender situaciones difíciles y evitar o subsanar malos encuentros. La incapacidad de otras por comprender al prójimo y su egocentrismo o egoísmo que les hace ver a los demás como complementos o suplementos en su vida. La fuerza del amor y su otra cara destructiva del odio.
    Las relaciones entre personas son harto complicadas. La vida social se logra bajo leyes externas o poderes que nos coaccionan en última instancia, pero que en sí no son más que ortopedias que impiden nos desconyuntemos o nos destruyamos por quien más fuerza posea.
    Las personas somos mundos complejos que existimos sin tener una explicación o un motivo certero salvo el que nosotros nos vamos formando y no siempre el que más felices nos hace.

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  24. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    CIELOS E INFIERNOS (¿QUIÉNES SOMOS?)

    Hay personas que te pueden llevar a sensaciones y visiones de paraísos. Hay personas que te pueden llevar a los mismos infiernos. Y tú quizás seas una de esas personas con capacidad de crear cielos e infiernos en los demás, pero de lo que sí estás seguro es que se te escapan los efectos de tu alma. De eso sí estás seguro: no eres un malvado de forma consciente, no se produce tal pasión mórbida y destructiva como sí se produce en algunas personas. Se pueden producir pasiones fuertes, pero de sufrir derrota o fracaso se transforman estas en nuevas visiones, nuevos territorios a explorar. Lejanías de horizontes sin límite. Nostalgias remotas que inspiran sensaciones de paraísos posibles. Es lo que ocurre. Lo que me ocurre. Cosas de mi alma. No hay tiempo para el odio o el rencor o la tristeza morbosa o la venganza emponzoñada que consume a muchos. De eso estoy cierto y me alegra mucho sentirlo y reconocerlo. Otra cosa son los apegos.
    Los apegos con lo indebido, lo inconveniente, lo que produce tristeza o confusión en uno mismo y en otros. A veces faltan los contra-apegos o contrapuntos emocionales o pasionales que te fuercen al desapego. Nunca faltan las visiones milagrosas de apertura hacia ese amor noble que no es amor en abstracto sino fuerza e intensidad que proviene del espíritu. De la incógnita más allá de la consciencia y la inconsciencia. Pero a veces surgen también los infiernos con su frialdad, su hostilidad, su capacidad de autodestrucción y absorción de energías. Su silencio perverso y vengativo. Hay fuerzas infernales que pueden sumir al alma en una agonía de sufrimiento y autodesprecio. La vida da golpes imprevistos, envites sin explicación o razón última. Las palabras pierden fuerza y no sirven para nada. No encuentras suelo. Quizás en esos momentos seas el mismo infierno para otras almas.
    A lo largo de la vida he cruzado territorios de intensa resonancia junto con almas que compartían mismas alegrías o exploraciones. Pero también he atravesado senderos de confusión, de duda, de rechazo, de bloqueo emocional, de fijaciones desconcertantes. He comido la fruta permitida y la prohibida. He desafiado a Dios en el árbol del conocimiento y he intentado sacrílegamente subirme al árbol de la vida, pero he sido rechazado y expulsado por los querubines con espadas de fuego.
    ¿Quiénes somos? Las explicaciones no convencen. Los mitos nos dan una pista. La ciencia nos hace viajar a los confines del entendimiento. Hay intuiciones milagrosas. Visiones desconcertantes. Inspiraciones prohibidas. Arte prolijo en vestirnos y desnudarnos con vistas a los abismos.
    ¿Quiénes somos?

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  25. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    LA FÁBRICA Y SU RITMO

    Te pones a hablar con tu compañero de camino a una máquina. Se pregunta cómo quedó el partido de fútbol entre el Trueno y el Rayo. Se comenta el partido. Metes la pieza en la máquina. Luego vas a tu banco a preparar otro molde. Te fijas un poco en la superficie del banco de madera. Sus tablas, sus grietas. Entonces el oficial que tienes al lado te pregunta si ya has cumplido con las piezas de Tender and Co., yo le digo que en ello estoy.
    El oficial que se llama Hermógenes frunce el ceño y rumia algunas palabras para sí. Es un tipo un tanto neurótico e intratable, tiende al despotismo con sus aprendices y además es un lameculos del jefe de sección. También se desata en alguna ocasión en ataques de ira que deja desconcertados a sus colegas. Pero es un buen oficial, trabaja muy bien, es apreciado porque saca trabajo adelante con su precisión y habilidad para producir piezas complicadas. En cuanto a trabajo y experiencia no le llego ni a los pies y, por tanto, busco la manera de llevarme lo mejor posible con él. Entonces se me arrima y me pregunta qué tal los estudios en la escuela nocturna. No sé qué contestarle, no me inspira confianza el tipo pues cuándo trata de ser amigable y amable y cuándo le cambia el carácter y te manda a freír churros de mala manera. Le digo que bien, que tengo exámenes la próxima semana, etc. Entonces me señala el molde que estoy rellenando y me hace ver que sería mejor cambiar la calidad del material resinoso. Me explica el porqué y la verdad tiene razón. Se aleja para su banco de trabajo y sigo trabajando en lo mío.
    Pasa el tiempo entre una máquina y otra, intercambio alguna palabra con otros compañeros. Uno es algo filósofo y me habla de si Dios existe o no existe. Los dos exploramos el asunto sin más ánimo que llegar a alguna conclusión. Es buen chaval y se dedica a recoger piezas y darles el remate final quitándoles asperezas y rebarbas. Otros dicen una cosa u otra sin más interés que dar la señal de sus existencias. Un decir: "¡Eh! estoy aquí, existo."
    A veces hay rivalidades debido al uso de las máquinas. No siempre las máquinas están disponibles y eso nos hace esperar perdiendo el ritmo de producción. Las rivalidades o los roces son fáciles de producirse en estos casos, pero en esta fábrica las relaciones son buenas a pesar de algunas formas de ser particulares que no acoplan, pero que tampoco se llega a socializar demasiado para crear conflictos de intereses de importancia.
    Cuando llegan las seis es la hora de salir. Pero hay muchos detalles en esta fábrica. Muchas cosas que me gusta observar, detallar. No sólo las cosas sino también la gente, mis compañeros.

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  26. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    RUTINAS

    Fui al supermercado. Me esperaba Carma con una bolsa de plástico para meter la compra. Entramos. Gente común. Nada especial. Suerte que no sabemos lo que piensan. Si los pensamientos fuesen visibles nos volveríamos todos locos. Quizás la raza homínida se hubiese extinguido. Cogemos esos limones o esas manzanas. Más allá ese pollo o esas chuletas. Luego lechugas, zanahorias o patatas. Además una botella de vino y quizás vinagre. Cosas de limpieza y ya bastó.
    Mientras, gente normal y corriente que se te cruzan. No se te cruzan marcianos, ni nadie está robando la caja a punta de pistola. Nadie grita o se desmaya. Todo normal. Ligeramente aburrido. El local bien iluminado y refrigerado. A la hora de pagar hay dinero con qué pagarlo todo. Normalidad sin sobresaltos. Afuera los coches están aparcados.
    En realidad los días pasan así para una gran mayoría de gente en los países avanzados. En otros sitios hay otras rutinas

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  27. (Las anotaciones de Flipo Martin en su libreta de memorias abandonada en su casa después de su muerte).

    LAS TRES VERDADES ABSOLUTAS

    El encuentro con Fulkar fue curioso. Me dijo que su religión se basaba en la fe pura, es decir: sólo creen en Dios si éste se les aparece objetivamente y con señales claras y palpables. Mientras tanto especulan que todo podría ser creación y obra directa de Dios, pero mientras no reciban la prueba absoluta de la fe, tal como ellos la entienden, pues abren un paréntesis de incógnita en cuanto a la realidad del mundo en que viven, o sea, una especie de peculiar agnosticismo. No obstante, se reúnen bajo la esperanza de que Dios se les ha de revelar algún día, y esa es la razón de su religión. Lo cual es muy curioso.
    Sin embargo, otro personaje que he conocido llamado Hutrelk dice que su religión se basa en una fe ciega en su organización, pues tal organización es la organización de Dios, según ellos. Entonces todos los creyentes en tal religión entran en un pacto con Dios en el cual delegan todos sus derechos como personas libres a Dios y le aceptan como Poder Supremo de sus vidas, y a cambio Dios les gobierna en la Verdad Suprema. Pero no les gobierna directamente, sino que lo hace a través de su organización a la cual los creyentes se han de subordinar bajo absoluta obediencia. El presidente de la organización es quien recibe los oráculos de Dios y luego los expone al consejo ejecutivo para seguidamente hacerlos efectivos para todos los creyentes. Los oráculos son todos basados en la Biblia. O sea, serían las verdades perfectas y puras de la Biblia. Cosa curiosa.
    Pero también conocí a Mirtalina Ozklan quien dice ser de una secta que interpreta la Biblia de manera literal, pues la Biblia, según esta secta, encierra la Verdad Absoluta letra por letra. Es decir, cuando ellos leen la Biblia saben que en esos textos sagrados está toda la verdad sobre el universo. Si hay aparentes contradicciones o los hechos históricos, científicos y arqueológicos no parecen coincidir con el texto, eso ocurre porque los conocimientos de los hombres son siempre erróneos y sólo pueden alcanzar tal verdad eterna y absoluta si tienen la verdadera fe que sólo Dios provee a los suyos. La realidad de la Biblia es la única realidad existente y todo lo demás son ficciones que desaparecerán cuando se afirme la realidad de Dios en los últimos tiempos. Y, repitamos, esa realidad está grabada y sujeta a la pura literalidad bíblica. Curioso. Me resultó muy curioso.

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