28 julio, 2021

LA DISLOCACIÓN MENTE Y CUERPO O CUERPO Y MENTE

Me puse a caminar con la lista de la compra hacia el supermercado. No eran muchas cosas. Me puse el barbijo, metí las llaves de casa y del coche en el bolso. Metí el frasco del gel desinfectante en el otro bolsillo. También llevaba el pañuelo. Cuando vivimos estas acciones como aburridas o como rutinas inconscientes, entonces nos hemos perdido en la dicotomía de lo que estoy pensando y lo que estoy haciendo. Lo que estoy pensando pesa más que lo que estoy haciendo y entonces lo que estoy haciendo queda devaluado en función de lo que pienso. Lo que pienso absorbe mi ser y meter las llaves en el bolsillo pasa a ser un acto automático, un acto maquinal inconsciente subordinado a lo importante que es la idea que llevo en la cabeza, la preocupación de lo futuro. Funcionamos como fantasmas metidos en un cuerpo. Si el alma responde a la materia, como dicen los materialistas, entonces mi acto de meter las llaves en el bolsillo sería eso en su sentido pleno. No habría dicotomía alguna donde la mente vive en un plano y el acto material de meter las llaves en el bolsillo vive en otro inferior y subordinado a la preocupación del momento. Sería todo un plano en acción y con la misma intensidad. Las llaves en el bolsillo y la idea de ir al supermercado son la misma acción en un plano absoluto de igualdad. No falta ni sobra nada. Todo ello es un acto de existencia sin jerarquía alguna.


Si esto no es así, entonces estamos viviendo una dislocación permanente entre mente y cuerpo. Lo que importa es lo que hay en la mente: mis obligaciones futuras en función de mis preocupaciones pasadas. Estamos en el plano mental de la existencia que se mueve a una velocidad diferente de mi cuerpo y mi realidad del momento. Estamos en disonancia con el cuerpo y las cosas presentes que pasan a ser superficiales, de segundo o tercer orden, objetos inertes a nuestra disposición mental. Las cosas pasan hasta desapercibidas y aburridas en su disponibilidad o funcionalidad. Coger la lista de la compra, coger las llaves de casa y meterlas en el bolsillo, poner el barbijo, etc., son cualitativamente acciones muy inferiores a lo que de verdad cuenta: mi mente y sus representaciones. El materialismo dice uno, pero luego hace otro. El materialismo como práctica de vida parece más un dualismo mente/materia, que un monismo de todo materia en todo momento y sin distinción de jerarquías. ¿Por qué la mente va por un lado y la materialidad por otro? ¿Por qué no todo al unísono como es en última instancia si todo es materia? A mayor distancia materia/mente mayores disonancias y mayores fricciones. Vivo para mis representaciones y el mundo está ahí fuera a mi servicio o al servicio general de la normalidad a la que hay que obedecer.

01 julio, 2021

CREO QUE NECESITO UN TRAGO

Cuando has hecho una elección en un cruce de caminos, queda la duda de lo que hubiese pasado si hubieses cogido el otro camino. Imposible saberlo una vez seguido el primer camino. Hay un vacío de sentido en aquello que jamás ha acontecido. Salvo que una mente poderosa, muy superior a la nuestra, pudiese hacerse un modelo exacto de todas las posibilidades que la otra elección hubiese supuesto. Entonces tal mente poderosa tendría dos planos de vida en tiempo y espacio: el real o acontecido y el imaginario virtual calculable que para tal mente no dejaría de ser tan real como la otra opción. Habría dos mundos simultáneos cuyo personaje serías tú. Dos vidas que se han de desplegar en tiempo y espacio con sus contingencias y sus finales. Dos biografías.


Pero en todo momento hay una posibilidad de elección. Mientras estás en casa bebiendo un vaso de agua, puedes dejar de beber y optar por infinitas elecciones. Una, seguir en la cocina oyendo la radio sentado en una banqueta. Dos, salir de casa, dirigirte al bar de la esquina y ver un partido que ponen en la tele. Tres, ponerte a correr hasta llegar al centro de la ciudad. Cuatro, coger el coche en dirección a Vladivostok. Cinco, hacer un bocadillo de chorizo y pensar en cómo llegar a fin de mes con los 50 eurípides que te quedan. Etc., etc., etc., Las posibilidades son infinitas. Sólo una elección toma su camino y se va desplegando en el tiempo y espacio "real". Pero una mente trascendente y omnipotente podría seguir todas tus infinitas opciones en infinitas posibilidades de mundos y experiencias. Incluso tal mente, si no "existente", podría ser una mente perfectamente hipotética.

He cogido un tren en la estación del Este de Bromsburgo y el curso de mi vida sigue un trayecto fijado, pero no hubiese habido nada que hubiese impedido una avería y hubiese tenido que abandonar el tren. No sé quién es la persona que tengo a mi lado, podría ser una terrorista con una bomba y ese sería mi final, o podría ser la mujer de mi vida que habría de cambiar todas las cosas de manera radical y mi destino acabase siendo la Patagonia. O, en lugar de esa persona pudiese haber coincidido con un personaje parlanchín que me diese la tabarra sin final posible y entonces hubiese cambiado de vagón y allí estaba otra posibilidad de multiplicar mis opciones. O, se podría producir un terremoto y ...

A veces tengo la impresión de que la realidad que percibimos con nuestros sentidos es una realidad de planos discontinuos y cada instante corresponde a una dimensión absolutamente diferente a la anterior con todas las infinitas posibilidades que te ofrece cada plano en su instantaneidad. Nada hace necesario que un instante haya de seguir al otro y en cualquier momento podría suceder cualquier cosa que rompiese con el hábito y la costumbre de nuestros sentidos y nuestro paradigma de educada y ejercida percepción. Quizás haya un mente que sepa ver la infinidad de acontecimientos en toda su inmensurable dimensión. Me entra vértigo. Hay una asombrosa extrañeza que comienza a dominar mi espíritu. Creo que necesito un trago.    

LA INCREIBLE PREGUNTA SOBRE DIOS

 Poco a poco vas buscando a Dios y vas agotando sin remedio. Dios es una palabra que no lleva a ningún sitio concreto, solo a infinitas espe...