27 septiembre, 2013

PSICÓPATAS

Atención a un tipo de conducta que afecta al 4% de la población. La anomalía psicopática puede revelar mucho sobre la actuación del mal en nuestra historia. Simplemente hay humanos que no sienten lo que otros sentimos (compasión, afecto, empatía) de ahí que el psicópata sea un manipulador nato, un humano francamente peligroso. Pero si es verdad que esta gente nace con esa forma de ser o enfermedad, entonces no habría posibilidad real de culparlos o hacerlos responsables de sus actos. En la práctica, por ahora, se les aplica la ley como a todo ciudadano; pero si se llega a demostrar de manera fehaciente y con pruebas científicas que esa persona no puede actuar de otra manera, entonces tendríamos un importante dilema ético-moral que se podría traducir en un reconocimiento jurídico de "personas que sufren trastornos mentales o disminución psíquica", con lo cual se les eximiría de cualquier responsabilidad penal y pasarían a ser internados en centros psiquiatricos o sometidos a tratamientos controlados con pastillas u otros medicamentos.

Por otra parte existen teorías que atribuyen a estas conductas psicopáticas un origen moral, no a una inexorable e inevitable enfermedad orgánica. Hay ciertas conductas que se originan y luego se refuerzan y crean hábito cerebral (mental). La persona que "no siente" el daño y las manipulaciones con que fuerza a sus congéneres para conseguir sus caprichos, será siempre una persona amoral y delictiva, llegado el caso. Una persona a quien de pequeño ha empezado a salirse con la suya, sin corrección o castigo oportuno; sin freno moral alguno; es una persona que a medida que va creciendo se va reforzando en esa conducta y efectivamente llega a no sentir ningún tipo de remordimiento con sus actuaciones.

Vivimos en una época en que la moral se ha relativizado a tal punto que incluso para muchos ha desaparecido ya del mismo mapa social. El lema viene a ser "hago lo que me sale de los ... y usted no es nadie para impedírmelo". Tratar de inculcar unos principios morales puede ser tildado de fundamentalismo reaccionario, de vuelta a la religión y la moral hipócrita burguesa; de crear daños psicológicos a un niño que ha de aprender a ser libre de ataduras morales mogigatas, etc. Además ¿en qué se basan tales principios morales? ¿Quién es el guapo o la guapa que me quiera dar a mí lecciones de moral? Mucha gente piensa que mientras no transgreda la ley son libres de hacer lo que les da la gana.

¿No estaremos creando una cultura psicópata? Si a nadie se le pueden pedir responsabilidades morales por sus actos y si los niños tienden a crecer entre personas que no les quieren, o que saben que son un estorbo para unos adultos que evitan toda responsabilidad moral o el más mínimo afecto hacia ellos ¿qué se puede esperar de estos futuros hombres o mujeres?

Pueden seguir leyendo en este link:  

http://es.wikipedia.org/wiki/Psicopat%C3%ADa 

23 septiembre, 2013

NUNCA TE VENDAS: SÉ TÚ A PESAR DE TODO

Creo que cada uno ha de buscar la razón de las cosas en su propia modalidad de existir. Cada uno de
nosotros nace ya con una predisposición a sentir y dar significado a la vida de una manera peculiar. Traicionar tal sentir nos conduce al camino de lo que otros sienten y desean para nosotros y por nosotros. Es la vía a la infelicidad, de la falsificación de nosotros mismos; y sobre todo del resentimiento, de la envidia, de la búsqueda de compensación por aquello que aceptamos como modelo, pero que no es lo que en realidad nos agrada y pertenece; y, de ahí, el resentimiento.

No es cierto eso de que haya que escuchar, leer, y ver de todo para tener una idea equilibrada de las cosas. Simplemente, no hay tiempo para tal cosa, e incluso yo diría que es contraproducente para nuestra salud mental: sólo añade más lastre a nuestra libertad de ser y existir. Cada artículo que leemos al sentirmos atraídos por el titular o la firma; cada opinión que se cruza en nuestra vida, cada argumento; pueden resultar una desviación o substracción de nuestras facultades racionales y afectivas. Una inversión de tiempo que acaba agotándonos para otras cosas que por naturaleza nos corresponden.  Hemos de saber escoger aquello que realmente conviene a nuestra alma.

Cada autor o cualquier sujeto que proclama verdades u opiniones interesadas trata de influir sobre nosotros; trata de ganarnos para su causa o para su percepción; que no tiene porque ser la nuestra. No hay tiempo humano para desarticular todos los argumentos, todos los razonamientos o premisas de aquello a lo que estamos expuestos todos los días; pero el efecto puede quedar impreso de alguna manera y puede que ya nos haya restado potencialidad personal para desarrollar nuestras propias ideas o sentimientos. Hay una intuición profunda en cada uno de nosotros que nos avisa cuando las cosas no siguen el curso para lo que hemos venido a este mundo. Hemos de ser valientes: nunca hemos de vendernos a quien traiciona o vampiriza nuestra verdad. Hemos de ser nosotros a pesar de todo.

17 septiembre, 2013

PENSAMIENTO LIBERAL Y RADICALIDAD (SEXUAL) DECONSTRUCCIONISTA

El pensamiento liberal todavía asume una razón objetiva como referente basada en la ciencia o en la
economía. Valora de muchas maneras las estadísticas que surgen de los estudios sociales, políticos, mercados; previsiones de futuro, etc., y los utiliza así mismo como referentes objetivos para entender una realidad que existe ahí afuera y que de alguna manera se puede aprehender, aunque sólo sea una aproximación. Para el liberalismo actual todavía es el sujeto libre y soberano quien decide a la hora de escoger opciones de consumo, opciones culturales; educación para sus hijos, elección de religión o ideología. Pero ante todo, las opciones que más importan como son las opciones políticas, se concretan con las elecciones democráticas cada cuatro años. Es ahí donde el ciudadano libre y soberano elige a quien le va a gobernar y en su justa proporción de representantes en el Congreso. Podemos decir que en el pensamiento liberal, la política es ese terreno interesado y subjetivo que puede aproximarse o alejarse de esas leyes objetivas o aproximadamente objetivas que mueven la economía, la ciencia. O, también, la política es ese poder interesado que podría acaparar la libertad de una sociedad civil que la componen individuos libres de actuar o asociarse de la forma más creativa posible y en función de sus intereses privados o colectivos. En las sociedades liberales es la ley la única forma de regulación social y política; y, esa ley se entiende ha sido consensuada y actualizada de forma democrática en el Parlamento.

El pensamiento de izquierdas deconstruccionista más radical niega la posibilidad de separar la política de cualquier expresión humana. La política determina o configura todos y cada uno de los aspectos del ser humano a quien ya no se le concede ese privilegio liberal de la soberanía y libre albedrío; desde el momento que el mismo sujeto-individuo-ciudadano es ya constituido políticamente: digamos que es ya una construcción política desde el momento que adquiere conciencia e incluso ya antes de nacer queda ya inscrito en una red de relaciones sociales que jamás se pueden abstraer de la política. Evidentemente aquí ya estamos ampliando la definición de política de una manera que rompe los esquemas de la sociedad liberal: no hay ningún espacio que se pueda abstraer a la política. No hay por un lado sociedad civil, objetividad científica, económica o social; y por otro, política como un aspecto de las ideologías o creencias. Nada es inocente en esta modalidad radical de pensamiento posmoderno-deconstruccionista. Desde el momento que somos historia, existimos y nos constituimos como seres históricos, no hay posibilidad de privilegio alguno de situarse en ningún espacio neutro, objetivo, trascendente, esencia; etc. ya estamos todos situados en una
relación de poder o de dominación-resistencia. Entonces todo conocimiento o experiencia están ya situados en este juego político. E incluso ese flujo omnipotente de la política configura no sólo nuestros gustos o “subjetividad”, sino también nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, nuestra idea de diferencia biológica, de raza, etc. 

Entonces la sexualidad centrada en los órganos sexuales con predominio del pene como centro de configuración del placer; no es más que una estrategia de poder de género, subsumida en otras redes de poder político que hacen del hombre el sujeto dominante en la configuración de los flujos e intensidades placenteras del cuerpo. Toda expresión sexual al margen de esta configuración “falocéntrica” queda etiquetada como perversión, excepción, o margen. Liberada la sexualidad de tal falocentrismo el cuerpo podría configurar el placer de múltiples maneras sin necesidad de etiqueta alguna, y sin necesidad de cualificación de hombre-mujer-gay/maricón-lesbiana/bollera, etc. Género y sexo serían así también productos o “constructos” políticos. Léase el libro de Beatriz Preciado “Manifiesto contrasexual” (Anagrama. Barcelona 2011). No me extiendo más. Pueden opinar si quieren.

13 septiembre, 2013

EL PODER DE LOS OBJETOS Y LAS COSAS


Las cosas, los objetos, nos condicionan de mil y una maneras. Creemos, normalmente, que son las personas y la sociedad quienes nos condicionan a ser, a pensar, a reaccionar, a vivir; pero no nos damos cuenta muchas veces cómo nos condicionan los objetos, la materia aparentemente inanimada, inerte, muerta para
muchos. Mientras tratamos con objetos solemos tener la mente ocupada en otras cosas supuestamente más importantes; en lo que hemos de hacer en el futuro, lo que pasó ayer; el estado de ánimo y muchas cosas más relacionadas con el pensamiento, con las representaciones mentales enfocadas principalmente en las personas, trabajo, etc. Pero no nos damos cuenta de que simplemente en el acto de vestirse los objetos con que nos vestimos ya están condicionando nuestra vida. Los calcetines nos imponen ciertos movimientos que resultan inexorables y nos fuerzan a un uso del tiempo. Lo mismo la camisa, el pantalón o falda, que primero hay que planchar y luego mirar si quedan bien, etc. No hablemos del afeitado o la puesta de maquillaje, el peinado, previamente el bañarse y estar en contacto con el agua, la ducha, el champú, el jabón, etc. Nos movemos entre objetos y entre ellos y nosotros se establece una relación que nos condiciona para bien o para mal. Cada objeto ocupa un espacio y requiere una atención mínima por nuestra parte. Un cepillo de la ropa lo usaremos una vez al día o la semana, pero ese objeto requiere su sitio propio, su lugar en nuestra mente. No puede quedar tirado en el suelo, o encima de la mesa de la cocina: eso nos traería problemas con la persona con quien convivimos. No hablemos ya de un coche, o de una televisión o de una lavadora. Aquí los condicionantes son mucho mayores, a pesar del ocio o tiempo libre que por otro lado nos proporcionan.

Y de aquí se deduce una cosa: cuantos más objetos poseamos más nos han de condicionar nuestra vida en forma de atención, trabajo y preocupación. Cuantos menos utilicemos menor será nuestro apego a ellos y menos será también su poder sobre nosotros. También hay otra salida: tener los objetos que nos gusten, pero ser conscientes de nuestra relación con ellos y darles vida propia; reconocerles como entes en reciproca relación de necesidad. Así, cuando colocamos los platos en el lavaplatos ser muy conscientes de lo que estamos haciendo en relación con las cosas, con los objetos con quienes estamos tratando. En ese momento la mente ha de estar ahí siendo consciente de los movimientos que hacemos, de las posturas, del funcionamiento de la máquina. Cuando limpiamos los zapatos hemos de estar en la labor de limpiar zapatos y nada más. En ese momento estamos en contacto con la crema, con el aplicador, con el cepillo; no con el
jefe, o con los chiquillos, o con la novia, o con los insolubles problemas de la vil política. El cepillo, la crema, el zapato son objetos nobles, callados, obedientes a nuestra necesidad. Nos fuerzan a movernos y a cierta dedicación a ellos, pero si somos conscientes de lo que hacemos en ese momento también nos premian con paz mental, con el sagrado silencio que implica el contacto con la materia inocente ya domesticada; pero viviendo también la necesidad de existir a su manera.

Pero elevemos a un nivel más alto nuestra reflexión: Cuando las cosas y los objetos actuan ya como tecnología "pesada", como armas, como máquinas informáticas, su poder sobre nuestras vidas y nuestro poder sobre la materia se han ya entrecruzado de forma indefinida e indeterminada. ¿Dónde está el espíritu del hombre independiente de la materia o el espíritu de la materia independiente del hombre? 

06 septiembre, 2013

LA CONSPIRACIÓN CÓSMICA DE AGAPITOMEZ DE PUNSAMARA BAJO LOS EFECTOS DE UNA TAZA DE CAFÉ

Ayer caminaba yo muy aburrido por el centro de Gijón. Miraba a algún escaparate; entré en alguna librería a ver los mismos títulos de gente que de alguna manera ha publicado sus ideas o sus investigaciones. Miraba a las personas tan prosaicas y con miradas ensimismadas. Compré un helado y luego me fui al Muro a ver las olas. A la vuelta me dirigí al Dindurra a tomar un café. Y he ahí que en una mesa estaba Agapitomez de Pursamara, un amigo de épocas lejanas, pero que al momento nos conocimos y pronto me invitó a sentarme a su mesa. Hablamos de varias cosas, pero lo que realmente me impresionó fue ese punto de vista suyo que literalmente me sacó de mis casillas mentales por largas horas. He aquí parte de lo que me dijo:

Esta realidad que vemos cuando andamos por la calle o cuando trabajamos o cuando hablamos con el tendero, no es más que una parte muy superficial de lo que realmente hay en el universo. Muy pocos se dan cuenta de que cuando van caminando por la calle hay infinitos mundos y conciencias y percepciones que nos
miran, que nos siguen, que nos condicionan, que nos mueven o nos dejan ser o que pueden vernos en contextos mucho más complicados de lo que jamás nosotros podemos percibir. Los señores y señoras que se aferran a teorías conspiratorias sobre el mundo se quedan muy cortos; quizás al nivel del ridículo, pues eso que ellos creen ver como las organizaciones secretas que mueven los hilos del mundo y nos hacen sus esclavos; está al nivel del relato aventurero. No logran ver que desde esa misma pared que les protege en sus casas; desde ese mismo árbol que se ve desde sus ventanas; desde dentro de sus mismos cuerpos y desde sus vísceras y tejidos o desde el de los demás: desde ese gato que nos mira; desde esa luz que nos alumbra; desde ese lenguaje o representaciones de los sueños; desde los mismos discursos políticos, doctrinas religiosas; acontecimientos aparentemente contingentes; conversaciones “sin sustancia”, etc.; todo ello lleva consigo infinitos puntos de vista, de percepción, de vidas conscientes en plena actividad creativa o destructiva. La materia no está muerta, ni es inerte cuando la pisamos o la vemos o la manipulamos. Gran error de nuestra pobre percepción humana tan reducida, tan cretinescamente reducida a ver lo inmediato como instrumentos a utilizar; a ver los fenómenos naturales como leyes inertes a manipular; a ver a los demás como proyecciones nuestras que hemos de controlar y poseer.

Cuando caminamos por la calle desde esos azulejos de la acera hay corrientes de conciencia que constituyen, a ciertos niveles, esa misma aparente materia y pueden percibirnos o penetrarnos a niveles de
comprensión inimaginable para nosotros que pisamos como si todo ello estuviere muerto (¡¡Oh, ilusos!!). Pero “eso” nos ve y nos sigue y nos percibe como energías, no como nosotros nos vemos a nosotros mismos como cuerpo extenso, no. Nos ven a niveles de profundidad magnética y en sus lenguajes y tonalidades. Y quizás, desde ese árbol haya otra conciencia arraigada en mundos remotos para nosotros que nos está percibiendo a niveles de moralidad, pero que tal moralidad se mueve bajo parámetros incomprensibles para nosotros y quizás esas conciencias o conciencia esté en conflicto con otras conciencias remotas y este universo sea todo él algo abrumadoramente entretejido bajo niveles de energía, conciencia como muchísimos espectros de sustancias y por lo tanto conciencias que nos penetran, nos traspasan, nos forman en cierta medida o nos condicionana; pero en función de “proyectos” inimaginables para nosotros en esta conciencia nuestra reducida con objeto de tenernos siempre a este nivel de instrumentalizad animal. ¿Quién sabe lo que hay en nuestros tejidos mismos contemplándonos desde puntos de vista más allá de cualquier célula, más allá de cualquier partícula nuclear de nuestro ADN? Y sin embargo ahí mismo hay “alguien” que nos examina, nos divisa desde su extraño ángulo de percepción, nos constituye posiblemente en función de programas y proyectos o mundos remotos, profundamente misteriosos. No hablemos ya de nuestro cerebro, o de los lenguajes informativos, o…….

DE LA RESURRECCIÓN PAULINA A LA RESURRECCIÓN VIRTUAL

  La promesa bíblica se centraba en un mundo transhistórico bajo el gobierno de Dios a través de su Mesías. Los espiritualistas quisieron es...