17 septiembre, 2013

PENSAMIENTO LIBERAL Y RADICALIDAD (SEXUAL) DECONSTRUCCIONISTA

El pensamiento liberal todavía asume una razón objetiva como referente basada en la ciencia o en la
economía. Valora de muchas maneras las estadísticas que surgen de los estudios sociales, políticos, mercados; previsiones de futuro, etc., y los utiliza así mismo como referentes objetivos para entender una realidad que existe ahí afuera y que de alguna manera se puede aprehender, aunque sólo sea una aproximación. Para el liberalismo actual todavía es el sujeto libre y soberano quien decide a la hora de escoger opciones de consumo, opciones culturales; educación para sus hijos, elección de religión o ideología. Pero ante todo, las opciones que más importan como son las opciones políticas, se concretan con las elecciones democráticas cada cuatro años. Es ahí donde el ciudadano libre y soberano elige a quien le va a gobernar y en su justa proporción de representantes en el Congreso. Podemos decir que en el pensamiento liberal, la política es ese terreno interesado y subjetivo que puede aproximarse o alejarse de esas leyes objetivas o aproximadamente objetivas que mueven la economía, la ciencia. O, también, la política es ese poder interesado que podría acaparar la libertad de una sociedad civil que la componen individuos libres de actuar o asociarse de la forma más creativa posible y en función de sus intereses privados o colectivos. En las sociedades liberales es la ley la única forma de regulación social y política; y, esa ley se entiende ha sido consensuada y actualizada de forma democrática en el Parlamento.

El pensamiento de izquierdas deconstruccionista más radical niega la posibilidad de separar la política de cualquier expresión humana. La política determina o configura todos y cada uno de los aspectos del ser humano a quien ya no se le concede ese privilegio liberal de la soberanía y libre albedrío; desde el momento que el mismo sujeto-individuo-ciudadano es ya constituido políticamente: digamos que es ya una construcción política desde el momento que adquiere conciencia e incluso ya antes de nacer queda ya inscrito en una red de relaciones sociales que jamás se pueden abstraer de la política. Evidentemente aquí ya estamos ampliando la definición de política de una manera que rompe los esquemas de la sociedad liberal: no hay ningún espacio que se pueda abstraer a la política. No hay por un lado sociedad civil, objetividad científica, económica o social; y por otro, política como un aspecto de las ideologías o creencias. Nada es inocente en esta modalidad radical de pensamiento posmoderno-deconstruccionista. Desde el momento que somos historia, existimos y nos constituimos como seres históricos, no hay posibilidad de privilegio alguno de situarse en ningún espacio neutro, objetivo, trascendente, esencia; etc. ya estamos todos situados en una
relación de poder o de dominación-resistencia. Entonces todo conocimiento o experiencia están ya situados en este juego político. E incluso ese flujo omnipotente de la política configura no sólo nuestros gustos o “subjetividad”, sino también nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, nuestra idea de diferencia biológica, de raza, etc. 

Entonces la sexualidad centrada en los órganos sexuales con predominio del pene como centro de configuración del placer; no es más que una estrategia de poder de género, subsumida en otras redes de poder político que hacen del hombre el sujeto dominante en la configuración de los flujos e intensidades placenteras del cuerpo. Toda expresión sexual al margen de esta configuración “falocéntrica” queda etiquetada como perversión, excepción, o margen. Liberada la sexualidad de tal falocentrismo el cuerpo podría configurar el placer de múltiples maneras sin necesidad de etiqueta alguna, y sin necesidad de cualificación de hombre-mujer-gay/maricón-lesbiana/bollera, etc. Género y sexo serían así también productos o “constructos” políticos. Léase el libro de Beatriz Preciado “Manifiesto contrasexual” (Anagrama. Barcelona 2011). No me extiendo más. Pueden opinar si quieren.

18 comentarios:

  1. Esta deconstrucción de sexo y género ya comienza con Simone de Beauvoir en su libro "El Segundo Sexo", donde hace ver la diferencia entre el factor biológico del pene y la vagina y el factor representativo-simbólico del falo y el órgano femenino. Es en este nivel representativo donde actúan las relaciones de poder: en este caso poder masculino donde el falo mide y codifica las afectividades sexuales en función de un orden machista. Así Freud califica como envidia de pene al complejo de Electra por considerar que a la mujer "le falta" el pene para ser ser humano completo.

    Beatriz Preciado va más allá y dice en su libro arriba mencionado:

    "La sociedad contrasexual demanda que se borren las denominaciones "masculino" y "femenino" correspondientes a las categorías biológicas (varón/mujer, macho/hembra) del carné de identidad, así como de todos los formularios administrativos y legales de carácter estatal. Los códigos de la masculinidad y de la femenidad se convierten en registros abiertos a disposición de los cuerpos hablantes en el marco de contratos consensuados temporales."

    Ya no somos hombres ni mujeres sino CUERPOS HABLANTES, concepto que pone en circulación a través de su libro. El contrato de que habla es el comienzo de una relación "contrasexual" entre "cuerpos hablantes" basados en una descodificación de los órganos genitales para pasar a usar los brazos y la cabeza y técnicas de dildo (el libro teoriza mucho sobre el dildo como suplemento que deconstruye el pene y lo "libera" de su función falocrática o falocéntrica para crear en el cuerpo centros de intensidad erótica a voluntad de dos cuerpos hablantes.

    Si les parecía que la vida y el sexo eran ya complicados en sí (habrá cosa más equívoca que el sexo y "el amor"; añadan ahora estas teorías en voga producidas por las mejores universidades europeas y americanas. Beatriz preciado a pesar de su nombre es francesa.

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  2. A partir de ahora su mujer o pareja o su hombre o pareja pues pasan a ser "cuerpo hablante X" y "cuerpo hablante Y". A la hora de ir a la cama pues han de firmar un contrato temporal consensuado para llegar a un acuerdo sobre las experiencias contrasexuales que se van a llevar a cabo con dildos y arnés y vibradores y fisting, etc, etc... Sugiere también la Preciado que se cambien los nombres. Si uno se llama Antonio es bueno que se haga llamar Antonia-o y viceversa ya que así descodifica y deconstruye su función de macho represivo. Y si ella se llama María, pues es bueno que invierta el nombre en Marío/a; hacerlo ambiguo.

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  3. No olvidemos también que el fascismo impone la política de arriba a abajo sin dejar rendija u orificio alguno que no sea "penetrado". En el caso de la izquierda deconstruccionista las consecuencias son hacer de la vida una lucha política de resistencia sin proyecto teleológico alguno. Dicha política consiste en la contínua sospecha de todo aquello que huela a poder en nosotros mismos y en los discursos.

    Pero el fascismo actúa de forma opuesta: intenta movilizar a toda la sociedad en función del líder que impone su poder de forma arbitraria y brutal. El fascismo es una máquina de guerra totalitaria donde no hay cabida posible a sociedad civil alguna y cuya ley es la ley que imponga el Partido Único y su líder.

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  4. Todas estas teorizaciones sobre la politización de todo, de la vida, de la realidad, del sexo, etc; no es más que un neo-maniqueismo que espera que el bien, el hombre libre de explotaciones, de miserias y de otras cosas; acabará algún día ganando la batalla de la historia y entonces flotaremos en un mar de felicidad y cosas parecidas. Esto no lo dicen así, pero en el fondo es el mismo sueño. No son más que sucedáneos de la religión. No son más que sueños y anhelos de poseer el secreto de la verdad, las claves de la existencia y cosas por el estilo. También el deseo de estar al lado del bien, de la revolución, del cuerpo libre de codificaciones, del orgasmo cósmico, etc. Da lo mismo.

    Pero todas estas ilusiones teoricas y prácticas más bien parecen llevar a un mundo de más neurosis, de más intensa frustración, de incapacidad para vivir en la realidad humana siempre conflictiva, interesada e irracional. No hay salida.

    La salida posible es el sentido común y las cuatro reglas morales que nunca se han de dejar doblar más allá de cierta flexibilidad. Si se dejan doblar más allá de la cuenta cascan y luego vale todo o se pierde uno en todavía más irracionalidad y más confusión. Sin ese sentido común y las cuatro reglas que funcionen como axiomas innegociables vivir es un sinsentido o un vivir para intereses ajenos a los propios; o un vivir para monstruos ideológicos, o mitos falsos, o idolatrías de todo tipo.

    Fuera de ese sentido común y las cuatro reglas morales, uno se puede perder en infinitos signos e interpretaciones de signos y en cuarenta mil cábalas sobre los hechos cotidianos, las personas, y la realidad que acaban deformando más la existencia.

    El calvinismo radical elimina de un soplo todo ese ruido y polvo de la vida para centrarse más en todo aquello que ha de redundar en honrado beneficio personal y por extensión colectivo (no al revés que es una mentira): esfuerzo, disciplina personal, amor al trabajo, plena confianza en que al final todo está bajo manos de D-ós; cumplimiento de las obligaciones con los demás y así esperar la muerte o paso de transición al cielo. Justo la receta de la vida más odiada hoy día en esta siniestra España. Suerte.

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  5. Para la fantasía, la especulación metafísica o utopismo político; para delirios fascistas o comunistas-anarquistas, para hiperrealismos religiosos-milenaristas; par eso está el arte, la literatura, la música, el cine, etc, etc...

    No renunciemos al arte, pero sabiendo que es arte.

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  6. Mmm... Parece interessante ese calvinismo radical que Ud propone, Sr. Nesalem. Suena a cosa austera, recia y viril. Me gustaría saber más sobre ello. Todas esas virtudes, ¿en virtud de qué anhelo deben ser practicadas? Si todo está en manos de Di-s, haga Ud. lo que haga nada va a cambiar. ¿O no?

    Pedrosa Latas

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  7. Lo dicho Sr. Pedrosa Latas: honrado beneficio personal y por extensión colectivo (no al revés que es una mentira): esfuerzo, disciplina personal, amor al trabajo, plena confianza en que al final todo está bajo manos de D-ós; cumplimiento de las obligaciones con los demás y así esperar la muerte o paso de transición al cielo.

    No se coma la cabeza con más. Nunca verá las manos de D-ós por mucho que lo intente y si lo intenta se perderá en infinitas divagaciones que le volverán loco. Quizás enpiece a ver unas manazas horribles y con pezuñas. Acepte el axioma de D-ós: otro axioma más que le resultará muy, pero que muy beneficioso. Pero si no lo siente o no lo necesita pues nada a seguir "peliando" como se pueda.

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  8. LA ELIMINACIÓN RADICAL DEL SEXO

    Iba yo el otro día, en ocasión de mi paseo cotidiano veraniego, por las cuestas del barrio de Cuerros. Encontreme a la sazón, como me sucede a menudo, con el poeta Antón el Chiova, el cual, como es sabido, suele pasear por Cuerros hasta los lejanos montes. Iba aquel día nuestro insigne poeta acompañado por un hombre cuarentón, barbudo y con aspecto ceñudo y malhumorado. Supe luego que venía de Gijón. En el curso de la conversación, toda ella mantenida en correcto idioma leonés (que el Chiova y otros poetas insisten incomprensiblemente en llamar "bable", y a ellos mismos "bablistas", cuando no conozco ningún poeta castellano, por ejemplo, que llame a su idioma "cazurro", ni a ellos mismos "cazurristas"); en el curso de la conversación, digo, salió el tema del sexo.

    Decía aquel ceñudo personaje, de nombre José Maria, que el tema del sexo, para mucha gente (si no para la mayoría de los mortales), no tiene solución. Que esta mucha gente, fracasada en su vida sexual y matrimonial, se emperraban una y otra vez en volver a establecer lazos de pareja sexual, fracasando una y otra vez. Que lo que había que hacer con el sexo era eliminarlo, así como suena, ELIMINARLO. Con ello se eliminaría una notable fuente de fracasos, frustraciones y sinsabores. Unos medicamentos sin efectos secundarios que eliminaran de raíz cualquier deseo sexual. Que esas masas de gente fracasada, en vez de emperrarse una y otra vez a volver a emparejarse sexualmente, que lo que tenían que hacer era eliminar de una puñetera vez el sexo de sus vidas, fuente de toda su infelicidad. Buscar nuevas formas de convivencia, que podían ser desde el hotel al apartotel, pasando por formas de comunas donde todo sexo estuviera severamente excluído. Unas formas de socialización que permitieran compatibilizar la soledad libremente asumida y la libertad individual con una cierta socialización dosificada al gusto de cada uno, yendo a los salones comunes del hotel, del apartotel o de la comuna, pero siempre con el bien entendido de ausencia de todo deseo sexual. Eliminado el rijo, eliminado el problema.

    Vaya vaya, pensaba yo. ¿Y qué otra cosa sino eso es La Posada de doña Josefina, aquí en el barrio de la Ribera? Yo y los demás posaderos vivimos esa vida austera y sin sexo que nos predica don José María. ¿Y qué otra cosa eran si no los monasterios de los primeros tiempos del cristianismo? Una vida sin sexo, con el sexo eliminado totalmente de las vidas y de las mentes de los residentes --en teoría--. Una vida que conciliaba la libertad y el aislamiento individual con la socialización moderada en los espacios comunes. Esa vida fracasó. Pero hoy en día es posible médicamente eliminar todo impulso sexual tanto en hombres como en féminas. Se abren, pues, nuevas posibilidades de existencia, un mundo mejor, más puro y más noble, en el cual la Humanidad llegará a las más altas metas sociales. Un mundo redimido de todo mal, en el cual el Hombre se podrá realizar con total Plenitud sin esa sucia e indigna traba del sexo.

    Venga, pues, todos los desengañados del sexo a unirnos y a impulsar este noble ideal.

    El Posaderu

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  9. El sexo, cuanto menos se hable de él y se lo mencione, mejor.

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  10. Y si se ha de hablar de él por razones educativas se hará con el máximo rigor científico y dentro de una moral de estricto sentido común. Allá cada uno luego con su líbido y su moral o no-moral.

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  11. "El sexo, cuanto menos se hable de él y se lo mencione, mejor." Pues no parece que predique Ud. con el ejemplo, Sr. Nesalem. Nadie sinó Ud. ha abierto este epígrafe sobre el sexo, con amplios comentarios cuya autoría también le pertenece. Y si no lo abre para que se hable de ello, ¿para qué, pues?

    Pedrosa Latas

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  12. La definición de política de la izquierda radical deconstruccionista me recuerda mucho aquella frase en boga entre la oposición al franquismo durante los (felices) años 60-70: TODO ES POLÍTICA. Era una manera de decir que no había que ser ingenuos, que el poder aprovechaba muchas cosas aparentemente neutrales para dominarnos. Y algo de razón había en ello. Los deconstruccionistas elevan esto a verdad absoluta y fundamental, de una forma manifiestamente abusiva. Hasta el rijo es política. Y oiga, por ahí ya no se puede pasar.

    Porque, evidentemente, no todo es política. Es más, la política es un aspecto bastante anodino y ceporro de la existencia humana.

    ¿Mi definición de política? Claro está que está muy lejos de los deconstruccionistas. Es una definición todo lo ceporra que ustedes quieran, pero que a mi me vale y me hace gracia:

    "POLÍTICA: Para los que tienen el poder, es el arte de conservarlo. Para los que no lo tienen, es el arte de alcanzarlo."

    Y den ese "conservar el poder" matan Uds. todo lo que quieran: arte de gobernar bien, arte de reprimir bien, arte de ser tolerante bien, etc. Lo mismo que en el arte de alcanzarlo: la propaganda, la demagogia, la agitación, arovechar las frustraciones del pueblo, etc.

    ¿Entra el rijo en todo esto? Pues puede ser que sí y puede ser que no. Los rijosos/as insatisfechos, por ejemplo, pueden conectar en cierto momento con un tipo de política: la oposición al franquismo, por ejemplo. Loss rijosos/as satisfechos y ahítos, pueden conectar con otro tipo de política.

    Ahora bien, todo lo que se refiere al rijo, es asunto harto complicado.

    Cuetu

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  13. La política, cuanto menos se hable de ella y se la mencione, mejor.

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  14. Y si se ha de hablar de ella por razones educativas se hará con el máximo rigor científico y dentro de una moral de estricto sentido común. Allá cada uno luego con su política y su moral o no-moral.

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  15. Muy bien, Sr. Nesalem. Ese ascetismo suyo es encomiable. En realidad, cuanto menos se hable de nada, mucho mejor. ¿Para qué sirve? Al fin y al cabo, todos tenemos que morir.

    Pedrosa Latas

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  16. Ciencia, Torá y Cielo (o Nueva Tierra).

    --Ciencia: rigor, razón, iconoclástismo radical.
    --Torá: normas morales básicas y axiomáticas.
    --Cielo: Existencia infinita, reinado del Mesías.

    Con esas tres categorías, incrustadas en mente y corazón gracias al milagro de la fe, la vida tiene pleno sentido.

    Todo lo demás es ARTE.

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  17. Y el arte puede ser bueno, malo, destructivo; horroroso, sublime, comedido, equilibrado, delirante, alucinante, espeluznante, pedagógico, político, religioso, cienzudo, moralista, anarquista, fascista; obsceno, pornográfico, etc, etc, etc.........

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  18. El arte de crear o el arte de destruir. El arte que se basa en la afirmación de cada momento de la vida o se basa en su destrucción y negación. Afirmación: sabe que la realidad que ve y vive está contenida inexorablemente en D-ós. Destrucción: desconoce, se aisla, niega, carece de sensibilidad para percibir que todo lo que existe está contenido en D-ós.

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