Creo que cada uno ha de buscar la razón de las cosas en su
propia modalidad de existir. Cada uno de
nosotros nace ya con una predisposición
a sentir y dar significado a la vida de una manera peculiar. Traicionar
tal sentir nos conduce al camino de lo que otros sienten y desean para nosotros
y por nosotros. Es la vía a la infelicidad, de la falsificación de nosotros
mismos; y sobre todo del resentimiento, de la envidia, de la búsqueda de compensación por
aquello que aceptamos como modelo, pero que no es lo que en realidad nos agrada
y pertenece; y, de ahí, el resentimiento.
No es cierto eso de que haya que escuchar, leer, y ver de todo para tener una
idea equilibrada de las cosas. Simplemente, no hay tiempo para tal cosa, e
incluso yo diría que es contraproducente para nuestra salud mental: sólo añade más
lastre a nuestra libertad de ser y existir. Cada artículo que leemos al
sentirmos atraídos por el titular o la firma; cada opinión que se cruza en nuestra vida, cada argumento; pueden resultar una desviación o
substracción de nuestras facultades racionales y afectivas. Una inversión de tiempo que acaba agotándonos para otras cosas que por naturaleza nos corresponden. Hemos de saber escoger aquello que realmente conviene a nuestra alma.
Cada autor o cualquier sujeto que proclama verdades u opiniones interesadas trata de influir sobre nosotros; trata de ganarnos para su causa o para su percepción; que no tiene porque ser la nuestra. No hay tiempo humano para desarticular todos los argumentos, todos los razonamientos o premisas de aquello a lo que estamos expuestos todos los días; pero el efecto puede quedar impreso de alguna manera y puede que ya nos haya restado potencialidad personal para desarrollar nuestras propias ideas o sentimientos. Hay una intuición profunda en cada uno de nosotros que nos avisa cuando las cosas no siguen el curso para lo que hemos venido a este mundo. Hemos de ser valientes: nunca hemos de vendernos a quien traiciona o vampiriza nuestra verdad. Hemos de ser nosotros a pesar de todo.
Cada autor o cualquier sujeto que proclama verdades u opiniones interesadas trata de influir sobre nosotros; trata de ganarnos para su causa o para su percepción; que no tiene porque ser la nuestra. No hay tiempo humano para desarticular todos los argumentos, todos los razonamientos o premisas de aquello a lo que estamos expuestos todos los días; pero el efecto puede quedar impreso de alguna manera y puede que ya nos haya restado potencialidad personal para desarrollar nuestras propias ideas o sentimientos. Hay una intuición profunda en cada uno de nosotros que nos avisa cuando las cosas no siguen el curso para lo que hemos venido a este mundo. Hemos de ser valientes: nunca hemos de vendernos a quien traiciona o vampiriza nuestra verdad. Hemos de ser nosotros a pesar de todo.
prisioneros somos todos.
ResponderEliminarAunque seamos nosotros mismos, siempre estamos influenciado por nuestro entorno.
ResponderEliminarUn abrazo
Oh! Pueblo; ¿no os dais cuenta que el autor de este epígrafe también os quiere llevar a su punto de vista que no necesariamente es el vuestro? ¡Desechadlo y descubrid vuestra propia alma!
ResponderEliminarPero al mismo tiempo lo que os acabo de decir arriba es también otro punto de vista particular sobre el epígrafe y del cual habría que sospechar también. Al final la pregunta es: ¿Qué es eso que somos y que se ha de actualizar de alguna manera como lo que realmente y propiamente somos si no hay posibilidad de escapar a los condicionantes que ya desde niños nos han configurado de una manera concreta? ¿Habrá un algo propio que trascienda de forma absoluta todo condicionamiento y éso es eso que somos? ¿Intuimos ese algo propio que podríamos llamar "alma"? ¿No hay a pesar de todo condicionamiento un algo (un sentimiento, una percepción) que es único e instransferible a nosotros? Y si todos los humanos poseemos tal sentir único y particular en relación a nuestra individualidad, ¿no habrá territorios comunes que podamos compartir y sentir como propios cuando ese otro nos relata sus opiniones, sus percepciones, su ideología; etc.? ¿No hay algo que reverbera en nosotros ante ciertos discursos y sentimos empatía por ellos? O también rechazo.
ResponderEliminarImaginaros un punto absoluto y que desde ese punto absoluto salen infinitos radios que se pierden así mismo en una distancia insondable donde se formaría un perímetro "final". Cada uno de esos radios son una experiencia o perspectiva única del universo, pero todos ellos convergen en ese punto absoluto. Big Bang. Del punto absoluto o singularidad surge la "creación" del universo en tiempo y espacio (o sólo en tiempo y el espacio o extensión no deja de ser tiempo, formas de tiempo lentas o aceleradas) y he ahí que al llegar al ser humano ese universo toma conciencia de sí mismo y comienza a ser consciente de lo que es, de las miles y millones de perspectivas y experiencias que surgen de esa conciencia.
ResponderEliminarY ahora llegado a ese "limite" todo se contrae y vuelve a la singularidad o punto absoluto y ...posiblemente surja otro nuevo universo....
¿Quiere esto decir que en esa singularidad antes de nacer nuestro universo ya estaba contenida toda realidad y experiencia en proceso de actualización?