29 abril, 2018

UN PASEO POR UNA MAÑANA SOLEADA

Hoy amanece un día azul. Cielo azul. Los días pasados fueron todos grises y lluviosos. A hora el cielo azul me sugiere inocencia. Un sol que brilla con intensidad y una extensión del cielo inabarcable. Inocencia. Ganas de salir a jugar. A correr por los prados verdes todavía mojados por el rocío de la mañana. Acuden los recuerdos de infancia más alegres. Veo a Mokamer paseando con su perro. Mokamer solo sabe hablar de política. Le saludaré y le haré saber que voy con prisa.


Estoy relajado en la terraza de la cafetería de la esquina. He pedido un café con leche. Contemplo los árboles del parque que hay cruzando la calle. No sé qué árboles son. Soy muy ignorante en árboles. Conozco los más comunes: castaños, robles, manzanos, acebos, y para de contar. Últimamente trato de identificar los  árboles que voy conociendo: cipreses, encinas, chopos, abetos, olmos, etc. Pero luego se me olvidan. No provengo de una cultura de campo o de casería. Fui insensible a la naturaleza por mucho tiempo.

No sólo a la naturaleza, sino también a otros lenguajes que no fueran los racionales o analíticos. Sin embargo tuve una época de infancia y todavía en la adolescencia en que me gustaba la poesía y los relatos míticos, las leyendas, las historias de la Biblia. Luego los fui perdiendo con el tiempo para centrarme más en los lenguajes racionales, la prosa diaria de los periódicos o ensayos, la racionalidad política, económica, histórica, filosófica, etc. Todo en detrimento de otros lenguajes: poéticos, simbólicos, míticos, etc.

Ahora mismo y después de una pausa de una hora sin escribir, el cielo ha oscurecido. Se ha vuelto gris. Hace frío para esta época del año. Lo más seguro es que llueva. Entristece. Te hace replegarte en casa. He leído un ensayo de una revista de teología protestante que me recomendaba un amigo. Se titula: "Desafío de la nueva cosmología a las religiones". Hace una exposición de lo que es la nueva cosmología que nos descubre la ciencia y lo
anacrónicas y trasnochadas que son las religiones del libro, las religiones de revelación. Todos esos mitos y relatos ya corresponden a otro paradigma. El dualismo materia-espíritu está superado por ese panteísmo o monismo que nos descubre la ciencia. El patriarcalismo de estas religiones debe ser suplantado por un retorno actualizado a las diosas paganas del pasado en forma de neo-animismo. 

Bueno. El teólogo José María Vigil, que es el autor, se ve que lo ha escrito en un momento de euforia optimista. No saca a relucir el mal, el sufrimiento o los dilemas existenciales y morales tan vivos como siempre y que siguen justificando el consuelo que ofrece la religión. En lugar de religión o teología pues ciencia y en lugar de iglesias donde se hagan cultos o misas, pues mejor militar en la socialdemocracia radical como Podemos.

08 abril, 2018

LA ERA DEL ESPÍRITU. AMÉN.

Corriendo por el campo a través y allí bajo el sol están los niños jugando. Juegos entre rocas. Entre árboles. Un riachuelo circula cerca. El sol deslumbra con un color verdoso. Un sol verde. Un sol que circula al revés. De oeste a este.  Un mundo al revés. Una mente que circula al revés. Los niños tienen ojos grises y se suben a los árboles como monos. Como antiguos simios. Mis manos son fuertes. Mis ojos ven en la lejanía con precisión. Es la hora de la caza.

Recorremos la ciudad. Sólo recorremos la ciudad andando. Llevamos mochilas. Ella habla. Dice algo que no comprendo. La avenida no se acaba nunca. Llevamos tres días caminando esta avenida que no se acaba nunca. Yo digo algo, pero ella no entiende lo que digo. A veces circulan vehículos a gran velocidad. Tal es la velocidad que no llegamos a distinguirlos. Tan solo vehículos que pasan a gran velocidad. Hay gente sentada en los alféizares de las ventanas de los edificios. Sus piernas cuelgan en el aire. Son edificios muy altos algunos.

Para los Larghamoides la religión dependía de un dios real que se les aparecía en sus templos y les hablaba y les daba consejos y normas. Ellos no dependían de la invisibilidad de las ideas o los deseos. Su religión no era ideal o psicológica, era una religión real, material, visible. Su dios aparecía en el templo, se le podía ver, tocar, se le podía oír. Y les hablaba cosas. Y ellos respondían con canciones, con cánticos, con rituales, con entrega de sacrificios. Un dios real. Todos habíamos ansiado un dios real como aquel.

En mi territorio la gente volvió a creer en los espíritus. Después de siglos de puro y rancio ateísmo, la gente volvía a creer en los espíritus de los muertos,  Y no solo de los muertos. Espíritus de otras dimensiones y de otros planetas y de otros tiempos y espacios. Y espíritus de piedras, de fuentes y de ríos y de montañas. Se retornaba al animismo más crudo como un alivio. Era una experiencia increíble verse rodeado de espíritus por todas partes. Donde antes no había nada, ahora había espíritus por todas partes. Nos dirigíamos a ellos y ellos respondían con golpecitos, con ruidos, con deslumbramientos, con coscorrones, con bofetones, con tocamientos eróticos, con travesuras. Era la era del espíritu. Amén.

(También pueden visitar Los Relatos de Nesalem)

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LA INCREIBLE PREGUNTA SOBRE DIOS

 Poco a poco vas buscando a Dios y vas agotando sin remedio. Dios es una palabra que no lleva a ningún sitio concreto, solo a infinitas espe...