15 septiembre, 2019

A NEW COMANCHE IN TOWN

When I first walked about Guadalupe Street in Austin I felt really strange. It was in January 1975 and the second semester had just started in the University of Texas. I walked aimlessly thinking about how the Comanches used to look at Austin from the nearby hills in order to plan the next raid against the white men, who without permission and too much arrogance, were beginning to build a town. A town that later on would become the capital of a new state and that'd happened not too long ago,
because Texas's history is short when compared with Europe's. There were two theaters in Guadalupe Street, one was an R-rated movie theater not far from the University Baptist church; and the other was the Varsity cinema with newly released movies, before becoming an specialized place for foreign films and old black and white pieces of art from Hollywood. In between, those two theaters there were different kind of stores, I used to browse books in the University Bookstore, and their neighbors's well-stocked bookshop named Gardner and Smith; with such a good section of history, philosophy and literary cristicism. They always had the up to day titles in everything. It was a marvelous place to find a refuge for the mind, with classic music always in the background.

I felt like a Comanche ready to raid the city for new experiences. It was like being a mutant among an
unknown civilization. People were unaware of your presence because you were almost invisible. A ghost walking and driving through the white man's city. Was I white? What was to be a foreigner after so many years of being a plain working class young man speaking the same language as anybody else and keeping the same ID card as millions of others? It meant a new rebirth and a new reinvention of myself when facing so many different situations and challenges and landscapes. Yes, I was a new Comanche in town, ready to reconquer what was mine at a time when nothing was there but the grass, the forest, the rattlesnakes, the squirrels, and the wild birds. Back to a time of an almost absolute beginning in an untrodden territory with a wide river to cross and fish and swim. Up the hills and looking at the sky I went straight to my English class down the corridors of Parlin Hall as a new student eager to learn my new language and my new world. 

26 comentarios:

  1. EL BULO

    Muchedumbres enteras habían creído que había mucha agua fresca y abundante en el Valle de Jarr. Muchos predicadores, periodistas, políticos, maestros, profesores y otros; habían hablado de las aguas frescas y abundantes que había en el Valle de Jarr. Las muchedumbres ya sabían positivamente que había agua fresca y abundante en el Valle de Jarr.
    Un día se dieron cuenta que ninguno de los periodistas, predicadores, políticos, maestros, profesores y otros; en realidad nunca habían estado en el Valle de Jarr. Fue como un descubrimiento increíble: nadie de los que pregonaban el agua fresca y abundante de Jarr jamás habían estado en tal valle. Solo unos pocos habitantes de esa zona lejana, se atrevieron a decir que no había tal agua en ese lugar. Algún que otro manantial y eso era todo.
    Entonces se nombró una comisión de La Verdad para aclarar el asunto. Fueron al Valle de Jarr y efectivamente no había agua fresca y abundante. Era todo mentira. ¿Quién había creado el bulo? ¿Quién había mentido? Las muchedumbres habían creído en tal realidad en base a un bulo bien difundido y amañado. Pero la realidad real negó el bulo de forma directa y entonces las muchedumbres dejaron de creer y todo el mundo lo fue olvidando.
    Hay muchas ocasiones en que el bulo jamás se puede corroborar de forma directa y tal bulo puede pasar por verdad durante siglos. Ocurre a veces que ni siquiera existe tal Valle de Jarr, pero la fuerza del bulo, de la mentira, puede más que una verdad que podría resultar insoportable.

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  2. EL PERGAMINO QUE POSEÍA LA ESTRUCTURA DEL UNIVERSO

    El sacerdote Fotokarpio poseía las claves matemáticas del universo; el plano de toda la estructura universal encodificada en complicadísimas fórmulas matemáticas. Los grandes sabios sacerdotes y filósofos del país de Undratatón habían conseguido, después de siglos de paciencia y elaboradas abstracciones; llegar al territorio común del conocimiento sin fisura alguna, sin arruga alguna, sin oscuridad o sombra; eliminados así mismo todos los impertinentes nudos de las contradicciones; y entonces ahí estaba, en una urna de cristal, el pergamino que contenía todo el código del universo, con sus secretos ya desvelados; su eternidad atrapada en la quietud de una transparencia absoluta. Tal perfección significaba así mismo el poder absoluto sobre la realidad del cosmos, por eso el problema que surgía era el cómo y el momento de poder usar tal conocimiento sagrado o si nunca jamás de los jamases tal conocimiento debiera de ser usado alguna vez.
    Otro sacerdote, el honorable Gormandises, se le ocurrió decir que jamás había posibilidad de que los grandes sabios y sacerdotes filósofos del país habrían podido llegar a esa perfección de abstracción imperturbable, siendo ellos humanos y en alguna medida propensos también a alguna leve o levísima afectación de carácter, prejuicio vanidoso, o desequilibrio egoísta que haya marcado un desvío muy mínimamente interesado. De ser así, decía el orondo Gormandises, entonces lo que tenemos en la cripta tendría que ser siempre ya una aproximación a la perfección y en qué grado sería imposible de saberlo. Con lo cual Gormandises, aguó la fiesta del gran sacerdote Fotokarpio.
    Es más, decía Gormadrises con toda ingenuidad de glotón empedernido, Quién podía usar ese conocimiento si no sólo los seres humanos no contaminados por ningún prejuicio, poseedores de un equilibrio mental perfecto, de un sentido de justicia jamás cuestionado; de una salud no castigada por enfermedad alguna que haya podido crear interferencias de ánimo capaces de contaminar el conocimiento perfecto. Gente que puedan demostrar no estar movidos por ningún interés personal, por ninguna ambición, por ningún sentido de amor a su patria o lealtad a algún dios; menos por alguna infatuación con alguna mujer o hombre; sensibilidades estéticas que puedan imponer afectos o emociones. Aghh! Imposible de encontrar tal persona en el reino ni en territorio alguno. Sólo algún dios puro podría entender y descodificar el conocimiento perfecto.
    ¿De qué nos serviría, de todas maneras tal conocimiento perfectamente absoluto, si no podemos usarlo a nuestra sabia y docta y equilibrada y justa conveniencia oh Gran Sacerdote? ¿Usted me entiende verdad? Alguien ha de abrir la urna en algún momento y utilizar los códigos en beneficio de algo; y, nadie mejor que nosotros podríamos utilizar tal conocimiento con tanto sentido de la justicia y el equilibrio. Nos habríamos de adelantar al ambicioso emperador Klomástines quien quizá sepa ya de la urna acristalada; nos habríamos de adelantar a nuestros enemigos declarados, los Gromatok, quienes podrían apoderarse de la urna y de los códigos para su exclusivo uso. En definitiva, mis queridos cofrades, de nada nos sirve un conocimiento perfecto, si no podemos ni estar seguros de que así lo sea y si llegamos a utilizarlo nunca será tal conocimiento ya perfecto, sino a conveniencia de otra cosa. Asumamos que ese pergamino ya es en sí una infinita aproximación a cualquier absoluta perfección y así podemos hacer uso de él sin ningún rencor y a favor de nuestros santos y sagrados intereses.

    Todos quedaron en silencio. Nadie supo que decir. Gormadrises aprovechó el silencio y la indecisión para meter la mano en la bandeja de los pasteles de Salmetakos y se lo llevó a su impenitente bocaza.

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  3. MÁS SOBRE LA CUESTIÓN NACIONAL

    Efectivamente España como nación política es un fenómeno moderno. El fenómeno del nacionalismo como concepto político comienza con la Revolución Francesa. Va ligado al concepto de ciudadano. Tales conceptos no existían en épocas pasadas. Son anacronismos que proyectamos al pasado.

    Cuando se hablaba de nación en épocas pasadas se refería a gentes que hablaban una lengua y compartían ciertas costumbres, pero su lealtad era difusa: iglesia, señor feudal, príncipe, rey lejano mediado por condes, barones, etc, señores....
    Las Españas se entendía más como territorio geográfico, no político.

    SC: En lo que discrepo es en que el concepto de naciónalismo es moderno. Yo encuentro la palabra nación y el concepto tácito del naciónalismo ampliamente en la Biblia siempre referido a la patria y pueblo judíos y a su nación.
    Precisamente ese concepto nacionalista llevó a muchos judíos al movimiento zelote e incluso a los discípulos de Jesus a nio entender en un principio su muerte.

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  4. SIGUE LA CUESTIÓN NACIONAL

    Es imposible encontrar en el siglo XVI, por ejemplo, ciudadanos de la nación francesa nacidos todos iguales y con los mismos derechos y deberes ante la nación. La nación como lugar donde reside el poder civil que ha de producir legislación y regular el aparato del Estado. Sí encuentras en ese siglo gentes de diversas naciones que hablan diferentes lenguas y que deben lealtad al rey de Francia pero muy indirectamente en muchos casos y a través de la nobleza, los condes o duques que dominan territorios y hacen leyes y exigen lealtad. Nación es palabra que denomina comunidades humanas basadas en la lengua común, tradiciones y costumbres; pero que no implica proyecto político de Estado, ni mucho menos igualdad jurídica, ni menos la superación de los estamentos sociales. La nación bretona o los occitanos están sometidos a la corona francesa, pero con sus leyes y costumbres, su lengua, sus pesos y medidas; sus señores nobles que los gobiernan de acuerdo a su propia interpretación del derecho. O sea, nación en este caso no es un concepto de soberanía política, sino de comunidades "naturales" que comparten lengua, historia y costumbres. Políticamente pueden pertenecer a un rey u otro, a un noble u otro, ya que el poder soberano en aquella época corresponde al rey y al noble o magistrado o al obispo o arzobispo de turno. No a la nación como Voluntad del Pueblo y Soberana de un Estado civil. Decir también que muchas naciones han desaparecido, o fueron integradas a los imperios o monarquías, bien por la fuerza o bien por ventajas políticas; y, otras sobreviven por siglos.

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  5. Y SIGUE

    Curiosamente en la Biblia ya vemos cómo desaparecen naciones o cómo ciertas naciones son absorbidas por otras, etc. En el periodo hebreo Israel era una confederación de tribus que adoraban un mismo Dios, que hablaban una misma lengua y que compartían un origen común basado en la sangre, la ascendencia común de sangre. Un extranjero podía pasar a ser parte de esa comunidad nacional en base a un ritual de circuncisión y total asimilación al pueblo de Israel y sus leyes a través de un período de prueba y educación. Nación entonces significaba para los hebreos y más tarde para los judíos también, una comunidad de sangre, de ascendencia común, regida por sus leyes provenientes directamente de Dios. Con lo cual la nación de Israel era una entidad político-religiosa con un estado monárquico en sus mejores tiempos y un templo con sus sacerdotes. Todo ello aspiraba a ser una perfecta teocracia. Una nación regida por una teocracia donde Dios gobernaba todo a través de sus leyes, de la Ley. Otra cosa era la práctica y la imposibilidad de imponer la Ley y el culto a Jehová a todo el pueblo hebreo que siempre se desviaba de tal proyecto adorando dioses diferentes y siguiendo a veces costumbres también diferentes

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  6. Y DALE QUE DALE

    Por tanto la nación o pueblo de Israel a la que aspiraban los zelotas y antes los Macabeos a través de la violencia directa, era esa teocracia de antiguo, que el imperio romano y sus cómplices judíos habían corrompido. Nada que ver con el concepto de nación moderno que rechaza la teocracia de plano y mucho menos un derecho divino revelado, ni tampoco una nación basada en la consanguineidad. La imposibilidad de construir una teocracia según los cánones de la Torá y por obvias razones de relación de fuerza, hace que otros estamentos del pueblo judío opten por el compromiso con Roma, fracasado este compromiso por la revuelta del 66, entonces las comunidades judías acaban constituyéndose en etnias dentro del imperio romano y sometido a una legislación especial. Etnia viene a ser una comunidad nacional-religiosa o uno u otra, que no aspira a poder político alguno. Estamos muy lejos del concepto de nación y nacionalismo moderno en todo esto. Pero el término nación nos es útil a la hora de catalogar o designar comunidades político-religiosas, consanguíneas y de lengua común; composición social de los estados, etc.
    Contrástese esto con el nacionalismo moderno del Estado de Israel. El moderno estado de Israel asume a través del sionismo el concepto nacional moderno que emana de la Constitución americana y la Revolución Francesa. De minoría étnica pasa a ser nación con aspiración de Estado.

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  7. Y VENGA QUE VENGA

    Sobre cómo el cristianismo soluciona el problema nacional/etnico/religioso inherente al judaísmo es un tema muy largo. La ciudadanía romana se transfiere a la figura de Cristo que ahora nos hace a todos iguales y al margen de diferencias etnicas, nacionales, sociales, etc. Pero como pasaba en el imperio romano eso no eliminó las diferencias concretas de poder, de dinero, de amo y esclavo, de patricio y plebeyo, de griego o galo o germano. El cristianismo hizo suya esa idea de hermandad a nivel espiritual, de ciudadanía en el cielo, pero en la tierra los siervos habrian de ser siervos, los esclavos lo mismo, los griegos seguían siendo griegos y los romanos romanos. No obstante esa idea de igualdad en abstracto sirvió para que luego fuese tomando cuerpo en la historia occidental. Es un tema largo. Lo dejo ahí.

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  8. UNA LECTURA CRÍTICA Y DESAPASIONADA DE PABLO SEGÚN ROMANOS

    Pablo dice, al principio de su epístola, que todos somos pecadores y que además somos conscientes de ello. Y somos conscientes de ello porque hay una conciencia natural universal que nos dice lo que está bien y lo que está mal. En este caso Pablo cree en una moral natural que nos es dada por el simple hecho de nacer humanos. También eso implica un conocimiento de Dios natural que se nos impone como razón o intuición por el hecho de ver la creación natural, el mundo, el cosmos; y tal obra nos lleva a Dios por necesidad. Resumiendo: todo el mundo sabe de su condición moralmente pecadora y todo el mundo sabe que Dios existe. Y ese es el estado del mundo a pesar de ser un mundo moralmente aberrante y desobediente con Dios. Nadie se escapa a ese conocimiento.
    Ahora bien, los judíos tienen la Ley, y esa ley les fue dada por Dios. Los judíos creen que esa ley siguiéndola y cumpliéndola pues les da amistad para con Dios. Ser el pueblo escogido por Dios por medio de la señal de la circuncisión y la entrega de la Ley para regular su vida como pueblo y su moral, pues les hace estar a bien con Dios. Eso parece ser todo lo que hay entre Dios y el mundo. Los no judíos tienen la ley moral universal en sus conciencias y la prueba de la existencia de Dios como ser supremo. Pero además los judíos tienen aún más señales concretas y más revelación de este Dios por ser un pueblo elegido por Él.
    Pero los judíos, según Pablo, se equivocan si creen que la Ley les va a salvar o justificar su condición de pecador. El cumplimiento de la Ley sería el medio de estar a bien con Dios si ese cumplimiento fuese posible, pero el quid de la cuestión es que no es posible cumplirla y si eso no es así pues no es posible decirle a Dios: “Eh, E aquí mis méritos por haber cumplido la ley, tú me debes mi recompensa en forma de beneficios y bendiciones”. Toda la historia judía es desobediencia a la Ley. El mecanismo de la ley, vista así como un mecanismo de expiación y equivalencias, es un fracaso. Quizás la ley sea otra cosa que los judíos en general no han comprendido a pesar de que ya estaba predicho por los profetas y las Escrituras. Pablo se ve entonces como alguien que va a hacer una reinterpretación más completa y profunda de la Ley y entonces explica.

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  9. (viene de arriba)

    La Ley tampoco es posible cumplirla por la caída y porque todos estamos bajo pecado. Hay dos elecciones que podemos hacer dentro de lo disponible para vivir y tener referentes: la Razón y la Ley. Los gentiles tienen la razón y los judíos la ley. Pero la Ley es un instrumento de Dios con una finalidad mucho más profunda de lo que creen los judíos. Es un medio de despertar para la salvación, aunque no es el medio de salvación. Pero antes de la Ley existía la figura de Abraham que mostraba cuál era el camino de salvación: la fe. Abraham no es escogido por cumplir con la razón moral universal, sino por la fe. Y ¿qué es la fe?, pues la entrega incondicional a Dios y a sus mandatos sin mediación de ningún mérito o compensación a una buena conducta. Simplemente, Dios llama a Abraham y Abraham responde obedeciendo incondicionalmente. Abraham, entonces, va a prefigurar el camino de la fe.
    Pero la Ley tiene un propósito, según Pablo, que es el de sacar el pecado a su positividad de malignidad y desorden moral. La Ley sería como un espejo que se pusiera ante una masa inconsciente o indiferente que puebla el cosmos y subyace en el cuerpo humano en su naturaleza o esencia física, pero que con el espejo de la Ley divina, esa masa indiferente se muestra como un poder negador de Dios y de la moral correcta; también como generador de muerte, de la muerte física de la vida y espiritual del hombre. Ese pecado que permanece como una inconsciencia indefinida en el cuerpo, --y por extensión en todo el cosmos, o al revés--, ante la regla de medir de la Ley tiene que definirse, mostrase, delatarse y así el creyente judío (y por extensión el ser humano en su totalidad) se da cuenta de que ante tal poder que lo habita a él mismo en su mismo cuerpo y que mueve su voluntad; no hay nada que por sus propios esfuerzos pueda hacer para librarse de “ello”. La Ley al ser divina, espiritual y pura, descifra y aclara las motivaciones del pecado y hace (o debería hacer) que el hombre judío (por extensión a todos) se dé cuenta de cómo el pecado lo domina totalmente, eh ahí su identidad como pecador. La imagen que nos da el espejo de la Ley es terrible.

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  10. (Viene de arriba)

    Por tanto las opciones del hombre caído para salvarse son vías inútiles. La Ley ahora ya sabemos que no tenía el propósito de salvar, sino de dar a conocer el pecado; la razón natural y moral de los gentiles también tenía ese propósito de mostrar la depravación moral de la humanidad en su conjunto y hacernos conscientes de la necesidad de amigarse con Dios por alguna vía correcta. Todos, judíos o gentiles, bajo pecado. Pero habíamos visto que existía el camino de la fe tal como había acontecido con Abraham. Para le fe ninguna obra o mérito humano cuenta. Ninguna circuncisión separa o marca los elegidos de los no elegidos. La fe es un don o llamada de Dios que cuando se acepta uno se ve impelido a obedecer sin más, sabiendo que Dios sólo puede desearnos el bien y lo mejor. Y entonces Pablo nos presenta la nueva vía o evangelio de la fe que había sido prefigurada por Abraham: Jesucristo.
    Ahora la figura de Jesucristo o Jesús el Mesías va a ser el camino dispuesto por Dios para salvar a toda la humanidad. Jesucristo, según Pablo, encarna como hombre todas nuestras debilidades consecuencia del pecado, pero Jesús las vence y también vence a la muerte al ser resucitado. Pero además al llevar sobre sí toda la culpa de la humanidad por vivir esta en pecado, y si en pecado, entonces contra Dios, en rebelión inexorable contra Él; pues Jesucristo a través del sacrificio de la Cruz, también hace el pago debido a Dios por esta rebelión que ha de ser castigada por el Dios justo. Entonces, Jesucristo o Jesús el Mesías, libra a la humanidad del poder del pecado, también de la muerte por la resurrección, y del castigo eterno por la transgresión o rebelión que implicaba el pecado o condición de pecado. Lo cual quiere decir que la humanidad queda libre del pecado, de toda culpa ante Dios, de todo castigo y por el simple acto de fe, queda salvada y redimida. Entra en una nueva vida. Nueva criatura es. Si Adán trajo el pecado, Jesucristo trajo la salvación y la vida eterna y la posibilidad de vivir una vida de regeneración. La salvación del Mesías Jesús hace posible la formación de un solo pueblo cuya cabeza es Él. Nada de judíos ni griegos, ni romanos. Todos uno. Ciudadanía del cielo.

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  11. (Viene de arriba)

    Ahora bien. Si así fuera entonces, todos los que creen por el acto de la fe, pues serían perfectos, siempre obrando el bien, pues la salvación implica poseer el Espíritu Santo; nada de recaídas o extravíos. Y más tarde, cuando llegue la muerte física, saber que habrá resurrección para vida eterna. O sea, los creyentes viven (en teoría) una vida de santidad, de pureza moral, de alegría; de sana esperanza. Pero como en la realidad esto no ocurre y muchos llamados creyentes siguen pecando y otros pierden la fe y otros se enzarzan en las riquezas, el poder y la política y el sexo y la misma iglesia como organización visible se corrompe, y se divide en sectas y “herejías”, pues a eso hay que darle una explicación. ¿Cuál es la explicación? Pues el cuerpo, la carne. Es decir: la salvación es un acto espiritual, a un nivel abstracto de pensamiento y facultades espirituales, pero al seguir atados al cuerpo y el cuerpo sigue su propia dinámica natural e inconsciente, pues sus instintos y sus tendencias carnales tratan de arrastrarnos y hacernos pasarlo mal y sufrir y pensar que todo se pierde, etc. Como decía Pablo: una cosa es lo que quiero (nivel abstracto/espiritual) y otra lo que hago (nivel material/carnal. O como Lutero decía; uno es la Voluntad del Espíritu y otra la del cuerpo y sus pasiones. La voluntad entre dos caballos sufriendo esa tremenda tensión. Pero aun así Pablo se esfuerza y nos hace forzarnos a vencer el cuerpo a controlar la sexualidad y las pasiones, que según él con oración y esperanza y el Espíritu pues se habrá de superar.

    (sigue abajo)

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  12. (viene de arriba)

    De ahí que se produzca la paradoja de que salimos librados de la Ley judía y sus imposiciones morales y sus rituales, pero la vida en el cuerpo (uno se pregunta el por qué el cuerpo no fue también librado); o por qué siendo posible los milagros no se aplica un milagro al cuerpo para que sea otro cuerpo también redimido. Curiosamente el cuerpo queda ahí sin redención presente aunque, eso sí, su redención es en diferido: la experimentaremos en un futuro de resurrección de la carne. Y como queda ahí sin redención presente pues hay que tirar de él a través de consejos y preceptos morales, ejercicios piadosos, ejercitando la voluntad redimida que en teoría podría acabar con el poder del maldito en algún momento. Nunca nos libramos de las regulaciones.
    El cristianismo nunca ha podido superar esta contradicción. Por eso lo visible de mucho cristianismo derivó en lo de siempre: poder, explotación, intolerancia, hipocresía a raudales, doble moral, etc. Pero por otra parte la parte abstracta y moral espiritual sirvió de guía para adecuar más y más la sociedad y la historia a una mayor justicia e igualdad bajo un concepto de ciudadanía común. Creo yo.

    FIN

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  13. RELIGIÓN Y REALIDAD

    El problema fundamental y raíz de todo lo relacionado con lo sobrenatural es el cómo es posible encontrar ese punto o puerta que haga de nexo entre ambas dimensiones. Creo que hasta ahora tal nexo es indemostrable. No es manifiesto de forma clara y contundente como lo es el ordenador desde donde escribo. Por lo tanto todo aquel que diga que está en contacto con un dios o una divinidad o entes astrales o espirituales, etc., está ejerciendo una creencia que puede justificar de mil maneras, menos de forma objetiva para todo el mundo. Nuestra imaginación puede construir mundos, explicaciones, razones, teologías, dioses, hijos de dioses, vírgenes sacrosantas, demonios espeluznantes, hadas, ángeles, monstruos diabólicos, visiones, revelaciones, constructos apocalípticos o cósmicos, etc; pero nada de eso puede ser demostrado como algo objetivo que pueda ser comprobado por todo el mundo de forma palpable. O si no por todo el mundo, sí por los sabios de las universidades o la gente más sesuda del planeta que lo garantice. No. Eso no ocurre.
    Por tanto, la creencia que hemos aceptado como verdad es siempre subjetiva, o relativa a mi espacio mental, o a mi psicología o a mí alma si se quiere. Pero no es algo que yo pueda trasladar en realidad para todo el mundo a través de un nexo o puerta que toda la gente pueda utilizar de la misma manera.
    Pablo quiere que creamos en lo que dice por que él lo dice y punto. Desde luego él dice que lo que dice le vino y viene directamente de Dios o de Cristo, pero no hay testigos fiables de tal acontecimiento ya que a la hora de explicarlo resulta confuso y hasta inventado o fruto de una mente ya predispuesta a este tipo de experiencias místico-alucinatorias. Yo podría decir que hablo en nombre de Zeus, pero ... enfín.
    Lo mismo Mahoma y Jesús y Joseph Smith y otros muchos.
    Pero esas visiones o revelaciones o teologías pueden llegar a ser comunes a mucha gente, a miles y millones. Se puede prestar lealtad a una fórmula de fe, recibir un bautismo, una circuncisión, un compromiso firmado o una lealtad confirmada que hace que miles y millones de personas conformen una religión o una secta. Y una religión o una secta tiene consecuencias materiales, sociales, políticas.
    Curiosamente, si no existe un nexo entre lo material y sobrenatural demostrable común a todo el mundo, sí existe un nexo entre las ideas religiosas o sobrenaturales y el mundo material y social en forma de conducta, de actuación, de modo de vida, de cultura, de lenguaje...
    Ya ahí está la madre del cordero. ¿Cómo se puede aplicar una razón universal suficiente a tantas y tantas creencias e ideologías por naturaleza indemostrables y subjetivas y con efectos psicólogicos y anímicos tan importantes que pueden determinar condiciones sociales e históricas de calado?

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  14. LA RAZÓN DEMOCRÁTICA

    La única razón universal suficiente que veo más práctica y disponible para todos es una ley civil que todos puedan seguir como ciudadanos de una democracia. Las democracia occidentales fueron y siguen siendo las únicas que alcanzaron este desarrollo político. Desde luego imperfecto. Mejorable. Nadie quiere ir a vivir a Irán o a Cuba o a Corea del Norte o a China o a ningún país musulmán, salvo raras excepciones. Si la mayoría de emigrantes de todo el mundo aspiran a vivir al mundo democrático occidental es porque saben que van a estar mucho mejor que en sus países de origen.
    En las democracias occidentales puedes ser cristiano, animista, ateo, musulmán, kantiano, anarquista, socialista, liberal, nacionalista, espiritista, agnóstico, budista, tomista, etc., sin que nadie te pueda molestar o discriminar por tus creencias religiosas, filosóficas o políticas. Lo cual es mucho, pues en muchos países del mundo no existe ninguna garantía de libertad religiosa o de expresión. Ser cristiano te puede llevar a la cárcel o ser marxista y ateo te puede traer muchos problemas en muchos países.
    Mucha gente no quiere ver estos avances de las democracias y entonces las demonizan como las máquinas de explotación más perfectas del mundo y con las cuales hay que acabar o transformar o revolucionar. Algunos ven en estas libertades y bienestar económico la trampa que nos mantiene idiotas explotados y alienados. Pero aún si esto fuese verdad yo aún quisiera ser un cristiano en Francia que no en China, o una feminista en Portugal que no en Egipto o Irán; no hablemos ya de ser ateo en Arabia Saudí u homosexual en Indonesia.
    Y luego está el uso de las libertades políticas para cualquier experimento social alternativo. Solo en Occidente se puede con todas garantías vivir en comunas autosuficientes de tipo anarquista, intentar modelos autogestionados de economía y vida social a nivel de barrio o pueblo; vivir tu vida individual según la quieras modelar y sin ser molestado por ello. Las mujeres pueden elegir vivir casadas o solteras o formar parejas como les apetezca. Esto sería imposible en muchísimos países fuera del modelo occidental. Siempre hay excepciones, pero estas libertades no forman parte de modelos políticos no liberales. Lo opuesto sí.
    Bienvenida toda crítica y toda posibilidad de mejora y apertura en nuestras democracias, pero para ello está la razón sufuciente de una ley civil que nos permita ser y vivir de acuerdo a nuestra modalidad de ser lo mejor posible.

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  15. PROTESTANTISMO E INVIOLABILIDAD DE LA CONCIENCIA

    Pienso que la democracia moderna tuvo algo que ver con el concepto protestante de iglesia universal. La ruptura de la Reforma con la Iglesia Católica trajo como consecuencia una fragmentación de iglesias, movimientos, denominaciones y sectas. Añádase a eso la profunda hostilidad entre catolicismo y protestantismo como determinante por un período de tiempo importante en Europa. Todo ello va a hacer posible nuevas formas políticas de convivencia y de relación Iglesia y Estado.
    El concepto de iglesia universal protestante diferenciaba (y diferencia) entre aquellos que eran salvos por la fe y que SÓLO Dios conoce, y; por otro lado, la iglesia visible, compuesta de salvados y no salvados. Esto implicaba que nadie podía entrar a juzgar quién es o quién no era creyente, salvo claras excepciones, tales como ser un asesino, un ateo o un libertino.
    Está idea de iglesia universal delegaba en Dios el único y exclusivo poder de juzgar quién o quién no era cristianó de fe sincera, con lo cual las iglesias visibles, fueran las que fuesen, perdían tal potestad de juicio y exclusión, salvo en casos de disciplina. Tampoco el poder civil tenía tal potestad. Fue así que las cuestiones de fe y creencia se fueron particularizando a nivel de intimidad espiritual de la persona: lugar donde la ley o el poder no debían entrar: lugar inviolable.
    Se puede alegar que el protestantismo siguió considerando la vida espiritual y civil como parte indivisible de una cristiandad que ellos querían purificar y reformar, pero los acontecimientos fueron desarrollando una fuerte fragmentación espiritual y política de Europa con importantes consecuencias. Ninguna iglesia podía reclamar o establecer un monopolio de poder que respaldase ninguna doctrina pura, y, por otro lado, las guerras y conflictos que asolaban Europa amenazaban con destruirla. Entonces, la mejor opción fue aplicar lo que ya el protestantismo resaltaba como principios inviolables, aunque eso sí todavía en abstracto: si sólo Dios puede juzgar en cuestiones de fe entonces la fe queda relegada a la intimidad individual y a la particularidad de cada iglesia o denominación.
    Principio básico de la separación de Iglesia y Estado, ahora haciéndose realidad política y civil. La Reforma dio pie a las grandes reflexiones políticas modernas de Locke, Hobbes, Hotman, Buchanan, etc.

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  16. THE OLD HOUSE

    I went into the house because I thought she might be there. It was an intuition, I wasn't there just because I was called by phone or other means. Just sheer intuition. The house was big and it rested on top of a hill. It was already night and dark, but I didn't mind to try my chances of fortune. I knocked on the door. I knocked one more time and I waited. The house was surrounded by a fuzzy green fence instead of one of those ugly fading walls used in most houses in this region. As nobody seemed to open the door I turned back to leave the place, but right at that precise moment she opened the door.
    "Ah! That's you", she said
    "Yeah! That's me after all these years, I can't believe you don't show any surprise"
    "Well", she said, "you're not a surprise to me. I know you better than you think. No matter how much time has passed you're still the same to me."
    "Glad to hear that. May I come in?" I said with full confidence in myself.
    "Yeah! You may, but allow me to tie the dog before he starts barking at you". And she went inside leaving the door ajar. I pushed the door a little bit further but the only thing I could see were blurry shapes highlighted by the feeble street light. The smell was terrible. Something was rotting inside and it had to be something awful.
    I stepped back full of fear and distrust. I couldn't hear any dog barking or yelping and time went on without any sign from her, neither a stepping sound nor a voice calling.
    Was or wasn't she? I retraced my steps until I saw the house in full again.
    It was much older than I thought; an ancient house perhaps looking more like and old pantheon for the dead than a dwelling for the living.

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  17. POLÍTICA Y VENENO

    ¿Cómo colocarse fuera de la política? Si la política es un veneno y separa a la gente y divide a los amigos y a las familias y además fanatiza a muchos y los vuelve paranoicos y desconfiados y además todavía hace que muchos se replieguen en los partidos como sectas duras; entonces hay que abstraerse de la política por todos los medios posibles. Hay que abstraerse de lo que nos tratan de imponer los medios de comunicación, todos ellos con su agenda propia pagada por alguien que está interesado en que pienses como él o su secta o logia o iglesia o lo que sea. Nos toman por tontos. No importa derecha o izquierdas nos toman por tontos. Somos masa a convencer y fanatizar para su partido, su ideología, su visión del mundo. Pero tu visión del mundo es muy probable que no sea esa, que incluso esté muy lejos de esas realidades interesadas que te tratan de meter por el alma a todas horas. Es recomendable desintoxicarse del ambiente hiperpolítico que estamos viviendo. El mundo de la política es para los "listos" que saben engañar, manipular, retorcer la realidad a su favor y su secta. Ellos son los que van a vivir de ello o los que solo pueden vivir en ese ambiente hiperpolitizado porque se han empobrecido demasiado en otras facetas de la vida. No compartas su enfermedad. Búsca tu camino. Tu puedes buscar tu camino propio. Encontrar esas cosas que te gustan de verdad y que siempre te has reprimido.
    Cuando encuentras tu camino entonces comprenderás muchas cosas, sabrás ponerte por encima de muchas cosas que no te corresponden o se habrán de someter a tu gusto propio.

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  18. POLÍTICA SIMPLEMENTE LA JUSTA

    Yo creo que la política hay que mantenerla en su justa medida. Creer que todo es política y que hay que politizarlo todo y polarizarlo todo es una exageración de algunos. Si todo es política entonces el político es nuestro eterno salvador y a todos los niveles, tanto personales como sociales. Pero por suerte no es así. Hay espacios subjetivos, personales, mundos imaginativos y muchísimas otras cosas que no entran, ni se pueden entender como política o lo político. ¡Qué más quisieran muchos políticos y politicastros que todo se entendiera como política! El comunismo y el fascismo se basaban en eso. El Estado entraba hasta en tu cama y en tus pensamientos.

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  19. FE Y NATURALEZA

    Me acuerdo cuando un amigo mío hace años me trataba de demostrar que los milagros eran actuaciones de Dios en consonancia con las leyes naturales y de razón. Si el cuerpo humano enfermaba era porque las leyes biológicas se estaban deteriorando, rompiendo; y entonces lo que Jesucristo hacía era colocar las cosas en su sitio de forma instantánea en el tiempo. O sea, reencauzando las leyes naturales a su normalidad. Y así se producía la curación. Una forma de hacer ver que la voluntad de Dios trabaja en armonía con las leyes del universo que él creó. La intervención voluntaria se producía en función del grado de fe de quien quería curarse.
    Pero uno se hace preguntas. ¿De qué depende el grado de fe? ¿Por qué la fe se da en unos y no en otros? ¿Hay libre albedrío? Recordemos que la fe es confianza. ¿En qué se basa una confianza? Yo confío en alguien cuando veo que esa persona responde, es seria, se atiene a unos principios de honestidad. Que no traiciona. Que no engaña. Valores profundos que permanecen en la persona a pesar de cambios a través de su vida porque ha madurado, ha evolucionado. Esa persona es fiable porque esté donde esté o piense lo que piense en este momento, no se deja llevar por el oportunismo, por el capricho, por la cobardía, por la inseguridad o indecisión crónica, por la indiferencia ocasional y volúble.
    Pero todo ello se produce en una persona de carne y hueso que ves, que es real en tu vida; que interacciona, se relaciona.
    Pero en Dios es otra cosa. Si la relación con Dios se produce con las cosas que se ven en la creación, nuestra relación con esta es muy complicada y además impersonal. Nos relacionamos de forma afirmativa si observamos paisajes bellos, o si la huerta nos da buenos frutos, o si no nos afectan los virus y bacterias, o si nos sirve para expresar nuestra inquietud artística. Pero también sería negativa nuestra relación con ella si ocurriese todo lo contrario. Ciertamente nos podemos fiar de algunas regularidades naturales, pero de otras no. Un ciclón o un terremoto o una peste o un arañazo de un gato pueden surgir en cualquier momento y sin previo aviso. Por mucha causa y efecto que empleemos, los factores que concurren en un fenómeno natural se nos acaban escapando. Nuestra relación con la naturaleza es complicada, compleja, ambivalente, conflictiva. La fe no puede, entonces, basarse en una relación con un mundo impersonal que sí vemos, pero que nos resulta difícil y dura nuestra relación con ello. Cuando alguien te dice "tengo fe en Dios porque veo las maravillas de la naturaleza" no tiene en cuenta los horrores de esta. Hay belleza en una flor o una mariposa o un paísaje, pero es feo y horrible contemplar las termitas comiendo una casa, las bacterias comiendo un cuerpo, las catástrofes que destruyen y matan por miles, etc. Sería mejor decir: en la naturaleza veo a Dios y al demonio.

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  20. FE Y SOBERANÍA

    (VIENE DE ARRIBA)

    Lo que sí es milagroso y perplejidad en su pureza es el hecho de que exista algo: el universo, la piedra, el animal, el sol, las galaxias, esa persona y esa otra, etc... ¿Por qué existe algo y no nada? Ciorán le daba la vuelta a la frase: ¿Por qué existe nada en lugar de algo? Sea como sea, el hecho de que yo ahora mismo esté aquí tecleando es un milagro de todas todas. Y tú y el gato y los azulejos ahí colocados que normalmente vemos como algo prosáico, indiferente, dado por hecho (ahí empieza el aburrimiento y la pereza imaginativa y mental), resulta que todo ello es absolutamente sorprendente. No hay causa y efecto que lo pueda explicar, la razón no llega a descubrir su razón de ser ni la razón de su función de razón en sí misma. Y ese es el milagro, el misterio, the puzzle.
    ¿Podríamos decir que las cosas existen porque sí? ¿Qué surgen de la nada? ¿Qué surgen del misterio del ser? En realidad sí. Una vez inmersos en la creación, en el universo de lo existente, podemos regular, observar regularidades, causas y efectos hasta cierto punto, producir conocimiento, valores, sabiduría, malignidad, bondad, moral, éticas que dirijan nuestras voluntades; significados, belleza, fealdad, religiones, dioses, etc. Pero lo que subyace a todo ello y en todo momento es el misterio, el milagro de existir. Porque sí.
    Y entonces yendo al asunto de los milagros de lo que hablábamos al principio de aquel amigo que nos quería demostrar cómo los milagros de Jesucristo obedecían a una armonía entre la voluntad de Dios y las leyes de la naturaleza, podríamos decir que si Dios es quien mantiene la existencia del universo por su "poder" o su "voluntad"; es decir, que si en un momento dado Dios dejase de mantener la existencia porque su voluntad así lo decidiera, entonces todo dejaría de existir, incluidas las regularidades de las leyes físicas, la ciencia, la razón, la religión; todo. Solo quedaría Él y su "poder" y absoluta "libre voluntad". De lo que se podría deducir que los milagros de Jesucristo serían eso: milagros que surgen de una voluntad libre y jamás constreñida por ninguna ley física. Pero ¿y el milagro de la fe del enfermo que quiere ser curado? Pues tampoco podríamos anclar la fe a la libre decisión racional o anímica de una persona entendida ahora como libre voluntad absoluta, y tendríamos que concluir que esa fe le fue dada como milagro. Lo cual implica decir que para quien no tiene fe ese milagro no se le ha concedido. Los evangelios parecen hacer recaer la fe en una fuerza interna libre de "el corazón" humano, pero si así fuera entonces Dios se tendría que limitar o constreñir a otra voluntad absolutamente libre que no es la suya, a algo externo a él sobre lo que no tiene dominio. Y aquí la razón humana se nubla. Los evangelios también parecen dar a entender que todo está bajo dominio o soberanía de Dios, pero eso son también palabras y conceptos humanos sacados de la política.

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  21. PABLO Y EL HAGO LO QUE NO QUIERO Y QUIERO LO QUE NO HAGO

    Siempre existió el dualismo. Dualismo es cuando el mundo está radicalmente separado entre espíritu y materia, entre realidad y apariencia, entre ideas puras del intelecto e imaginación o lenguaje ya "contaminado" por los sentidos. Al dualismo siempre se le achacó la imposibilidad de encontrar un nexo entre las dos dimensiones en oposición. ¿Cómo una dimensión pura espiritual o ideal o abstracta se puede comunicar o relacionar con otra dimensión absolutamente diferente en cuanto a esencia y composición? ¿Dónde está el punto de unión entre dos dimensiones que no tienen nada en común? ¿Si el espíritu está por encima de la materia y no hay nada en común entre uno y otro, cómo es posible pasar de uno al otro sin nada que los pueda conectar? Espíritu y materia no se pueden mezclar ni confundir. Los sentidos (el cuerpo) no pueden dar cuenta del espíritu por ser materia. Y si hubiese algún posible contacto, el espíritu, por ser esencia superior; tomaría el control absoluto de la materia espiritualizándola y anulándola. Lo contrario sería imposible. La materia nunca podría tener poder sobre el espíritu.
    Las religiones hablan del alma como el intermedio o nexo de comunicación del Espíritu y la materia. La forma de la materia o su abstracción sería el poder de nuestra mente o entendimiento para depurar las imperfecciones o accidentes de la materia y así alcanzar el grado perfecto de abstracción que lo ligaría de alguna manera con su arquetipo espiritual. Pero hay un problema con esto: la abstracción de cualquier forma, de cualquier concepto o categoría implica una potencialidad de la misma materia: es a través del cerebro depurando los datos naturales lo que hace posible la abstracción. En realidad, y aunque la forma o idea se autonomicen y se separen adquiriendo incorporeidad, nunca por ello pierden su ligazón con su origen material. Decir que tales reinos del formalismo incorpóreo son reinos aparte de la materia que de alguna manera ya se pueden ligar con dimensiones superiores sobrenaturales, es crear una ficción o espejismo que si se toma en serio su independencia nos puede crear fricciones y sufrimientos sin remedio.
    Este es el problema de Pablo cuando dice en la Epístola a los Romanos 7:19-25 Reina-Valera 1960:

    19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
    20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
    21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
    22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
    23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
    24 !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

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  22. (VIENE DE ARRIBA)

    ¿Qué está pasando con Pablo, el Pablo de la sola fide? Pablo está experimentando una seria dicotomía, una fuerte tensión entre dos fuerzas opuestas y de naturalezas que él considera distintas: el bien y el mal. Vamos viendo poco a poco qué es lo que está pasando. El bien se relaciona con el hombre interior y el hombre interior es la mente, el pensamiento, la conciencia. Todo lo que habita el hombre interior es incorpóreo, pero hay una parte mucho más depurada que está por encima de los estímulos de los sentidos y del juego caprichoso de la imaginación; un espacio puro de transparencia con uno mismo, de completud, de pureza moral: el bien. Y el bien está representado por la ley y la ley nos relaciona con Dios. La contemplación ya más visible y concreta del bien a través de la ley produce deleite, paz espiritual, plenitud, etc. La ley y el bien se mueven en una dimensión abstracta respecto del cuerpo, habitan la mente que se mueve de forma autónoma e independiente del cuerpo. Aquí tenemos una dicotomía entre lo físico y lo espiritual, la materia y la forma, lo abstracto-incorpóreo y lo concreto de los sentidos. Pablo está radicalmente dividido. Quisiera que toda su existencia pasare a estar dominada y regida por el bien y por la ley. Cuerpo y alma unidos por un mismo deleite, un mismo actuar, una misma voluntad en una misma dirección. Pero eso no es así y necesita una explicación urgente, pues lo dicho antes en su epístola sobre el poder de la fe y la muerte a la carne y al mundo, puede ser interpretado en su literalidad, y la realidad del mero vivir cotidiano, lo mandaría todo al traste. Cuidado, nos salvamos a nivel espiritual por medio de la fe en Cristo, pero el cuerpo/carne seguirá tocando las narices hasta que la muerte y resurrección nos libere de él. No obstante, la fe ya empezará a actuar y ejercer su dominio sobre la carne, pero ojito, eso va a ser una lucha para valientes.
    Pues así como la mente es el hábitat del bien y la ley que provienen de Dios, el cuerpo es el hábitat del pecado, del mal. Pero hay otro contraste importante a considerar en esta antropología de Pablo: el bien nos resultaría indefinido si no estuviese representado por la ley que lo concreta para nosotros. Y el mal resultaría también irreconocible de no ser por la ley la cual hace posible la separación del bien y el mal. Una vez reconocido el mal reconocemos también su ley tal como opera y se activa en el cuerpo/miembros. Y, qué rabia, esa es la ley del pecado, la ley de la materia que puja contra el espíritu, la mente, la forma, la fe. Una ley que nos hace cautivos, prisioneros.
    Si Pablo o cualquier creyente en Cristo, creíamos que con el poder de la fe ya estaba todo acabado, pues nos equivocamos. El mal, el mismo mal en su esencia, reside en nosotros y además es rebelde y peleón, tiene fuerza y poder para aguarnos la fiesta. Malas noticias.

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  23. (Viene de arriba)

    ¿Malas noticias? Bueno, por el momento. Una vez que tenemos el cuadro de esta dicotomía, de esta "esquizofrenia" provisional, vamos a seguir desmenuzando.
    Conectando con nuestros apuntes iniciales sobre el dualismo y sus aporías, nos podíamos hacer la pregunta, ¿Hay dualismo en Pablo? ¿Hay influencia gnóstica en Pablo que le hace problematizar la carne y el cuerpo y la materia en contraste con el espíritu, etc? Veamos, la salvación paulina se basa en la fe y la fe es confianza en Dios. Todo esto es un acontecimiento que ocurre en el reino de la mente o espíritu, en la dimensión de lo incorpóreo, y de nuevo como anteriormente en el otro ensayo sobre el milagro de la curación, nos hemos de preguntar ¿existe una libre voluntad transparente consigo misma en el hombre que pueda elegir la confianza plena en Cristo y así salvarse? Pero de ser así, entonces esa libre voluntad transparente consigo misma estaría ya por encima del poder del cuerpo y de la materia en íntima comunión con la mente espiritual y no sería necesario ningún acto de fe para salvarse. Es más, una voluntad con libre albedrío es una voluntad libre de contingencias materiales y temporales, de constreñimientos, de pecado alguno o posibilidad de caer en él. Sólo una voluntad caída que no goza de ese libre albedrío o que su única opción es elegir lo malo dentro de lo malo, es la que necesita ser salvada y llevada a un nuevo estado de libertad espiritual y de verdadero libre albedrío y transparencia. Pero para que eso ocurra se necesita un milagro. La voluntad caída no cuenta con recurso alguno para trascender su condición. ¡Hum!
    El cuadro que Pablo dramatiza entre el mal y el bien y la mente y una voluntad dividida, sería el cuadro de una situación de voluntad enferma, de voluntad caida, que puede visibilizar a modo de abstracción el poder de la fe, del bien, de la ley en su perfección; pero que no tiene vida, ni poder real, ni efectivo, ni fuerza concreta que le haga vivir la fe. Es una voluntad esquizoide, tensada por dos fuerzas en oposición donde una, la más inferior, tiene el poder; y, la otra se queda en simple espejismo, abstracción, posibilidad, pero sin fuerza ni vida real. Trágico.
    Es como si alguien declarase la existencia de Dios con una frase escrita sobre un papel que dijera: Dios existe. Veís como "Dios existe" es real (como frase escrita). Pero esa no es la fe de Pablo. La fe de Pablo en Cristo compromete mucho, compromete una nueva vida, una renovación, una metanoia, una fe de vida que tiene fuerza en sí misma y tiene poder para transformar. Con el bautismo morimos al mundo y renacemos a una nueva vida en Cristo. La voluntad caída recibe una fuerza sobrenatural en forma de don, de milagro, de un porque sí, que la hace sacudirse de su sueño en el mundo del mal y del mal en peor o del mal menor, para despertar a nueva vida triunfante, etc.. Demasiado compromiso quizás.

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  24. (viene de arriba)

    Pero Pablo no parece haber resuelto las consecuencias que el milagro de la fe acarrea. Si la fe real y viva dada como don hace posible una voluntad libre y de dominio sobre el mal, por lo menos en teoría, ¿cómo es posible que sigamos cayendo en las tentaciones de la carne, en las garras del pecado, como si todavía viviéramos en la fe caída? ¿No será que esa fe milagro sigue siendo una fe abstracta, en una dimensión espiritual e incorpórea, pero sin ninguna posibilidad de dominio real sobre el mundo, materia, etc, salvo efectos psicológicos sin más poder que lo que duren los efectos en base a un idealismo más? Y entonces ¿toda la vida cristiana habrá de basarse en un desarrollo de una santidad o perfección o edificación a golpe de estímulos comunitarios, de sermones, de látigo moral, de amenazas y promesas o viceversa?
    En Pablo sí hay un dualismo no resuelto y que compromete a una fe que él mismo ha anunciado como remedio a la fe judía basada en el compromiso con la ley y la compensación.
    Pero quizás es que Pablo en su afán de organizar iglesias, de mantener disciplina y organización, de ejercer mando y liderazgo, no se dio cuenta de las últimas consecuencias de una fe basada en el don, el milagro.
    El justo por la fe vivirá. Y si el justo por la fe vivirá, quizás la fe milagrosa que nos ha despertado, nos ha también inmergido en una confianza plena que no conoce división de materia y espíritu a la griega, ni dicotomía entre cuerpo y alma. Entonces ningún dualismo gnóstico-filosófico podrá explicar la fe. Si Dios es "soberano" y si “ningún pelo de tu cabeza cae sin permiso del Señor”, y si la fe “mueve montañas”; oiga, el “Soberano” de la vida no deja de actuar, y; la única voluntad libre y real que crea lo existente, no deja de crear y sostener su creación. De no ser así desapareceríamos ipso facto, retornaríamos a la nada. Lo bueno no es una bondad en abstracto que ha de medir y evaluar su voluntad, sino que lo que hace y crea en todo momento es bueno en sí y porque sí. Pero esta cosmovisión nos llevaría a una dimensión más allá del bien y el mal griego, platónico, socrático, de razón. Nos llevaría al Dios vivo y creador y al hombre antes de entregarse al árbol del conocimiento del bien y del mal cuando todo era bueno, por el hecho de existir, de venir a la existencia. El cuerpo y el alma no serían dos reinos divididos, sino una misma sustancia bajo el poder de esa misma fe. El pecado quedaría olvidado de una vez y para siempre. Pero aquí se nos nubla de nuevo la razón. Lo dejamos ahí.
    FIN

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  25. QUIZÁS

    Cuando la fe como milagro se convierte en algo externo a nosotros, algo objetivo porque ya no reposa en nuestra subjetividad, ni es fruto de una voluntad que logra por sí misma (¿desde dónde?) aceptar una salvación que se le ofrece; sino que es un milagro que acontece sin explicación racional, porque sí, entonces ya no necesitamos de religión para nada. Sí podemos recurrir a lugares de reunión para hablar de esta experiencia, para encontrar resonancia, para generar ideas, valores, contrastar experiencias, lecturas de la Biblia u otros libros, himnos, oraciones colectivas, ceremonias simbólicas como la Cena. Pero todo ello lo haremos con la mayor voluntariedad, sin ánimo alguno de construir organizaciones, o potentes medios de comunicación evangelistas, o grandes corporaciones caricativas, pues cuando la fe se institucionaliza comienza entonces la lucha de poder, el ellos y el nosotros, los más puros y los menos puros, la exclusión y la inclusión, la correcta interpretación y la incorrecta, la necesidad de expulsar y excomulgar. Y así se vuelve a la religión de siempre: látigos morales, eternas correcciones, eterna edificación, ejercicio de poder en nombre de una disciplina, autoridades y jerarquías, contínuas colectas, dobles y tripes morales... Inevitable.
    La fe-milagro no necesita de nada.
    Pues en realidad no hay manera de saber quién o quién no es creyente. Todo el mundo puede simular ser creyente. Pero los simuladores no tendrían posibilidad alguna de dominio y poder sobre los demás en nombre de Cristo o Dios o lo que sea. La persona de fe real escapa a ser dominado; sabe discriminar entre sabiduría y necedad, humildad y arrogancia o soberbia disfrazada.

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  26. OH MUNDO!

    La verdad de la iglesia católica se mantuvo durante siglos por la fuerza. Una vez que la Reforma empieza a cuestionarle su poder, la verdad de la iglesia papista empieza también a tambalearse. Verdad y poder van de la mano la mayoría de las veces. La Reforma ya no pudo reorganizar la verdad en torno al poder por mucho tiempo. Demostraba con su ruptura que la conciencia podía liberarse del poder católico para unirse a otros poderes diversos. El poder civil del Estado seguía incolumne y cada vez más fuerte. Pero el terremoto de la Reforma abría también la espita de múltiples y diversas experiencias espirituales, la religión se fue separando de la política y la política al quedar fuera del refrendo divino de las Iglesias pues quedaba como un ejercicio de hombres sometido a algún tipo de racionalidad y libre conciencia.
    Pero al cuestionarse la razón como método de verdad y surgir otras explicaciones más irracionales de vida y experiencia.....

    (Cada uno de mis lectores podría acabar esta parte)

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