Nadie sabe lo horrible que es la experiencia del madrugar porque nadie hasta ahora ha sido capaz de relatar con exactitud y realismo la demencial locura que significa levantarse de una cama a las siete de la mañana de un día frío y lluvioso de invierno profundo.
Yo dormía y soñaba aquella noche en que estaba viajando por insondables abismos de rocas gigantescas cerradas por nubes grises de lluvia desesperada que en algún momento arreciaban contra mi cuerpo que ahora saltaba el rabión de un río que bajaba torrencialmente con furia desatada pero yo logré saltar para de repente verme ya de frente ante la entrada de la ciudad fantasma de Fjotremahjk con sus puertas de hierro forjada que impedían mi entrada pero que después de llamar con la maza de plomo que retenía una rama del maldito y salvaje árbol de Mutrasen pues logré que me abriera el viscoso enano de Kutrswac con sus dientes podridos y sus encías descarnadas y llagadas al tiempo que me invitaba a pasar más allá de los arcos de mármol que se elevaban hacia el cielo y coincidían con la estrella mil veces diabólica de Zxklotrewañjk “oh estrella de la muerte que me miras para destruirme con uno de tus brillos de tonalidad azul que penetraría mis huesos hasta dejarlos flexibles como la goma yo te maldigo estrella que no eres mas que el ojo despiadado y miserable del dios loco TREWASXZVYTR más al momento ya entraba en la ciudad fantasma de Fjotremahjk y pronto unas doncellas de mirada lasciva con cuatro pechos a cada lado y tres hermosos pezones en las espaldas pues me enseñaban el camino del gran rey Qterw quien vivía en unos sótanos húmedos cubiertos de líquidos cuyos hedores eran tan insoportables como la cerveza que servían en la taberna de Kopotyre y en ese momento fui apresado por los centuriones de Qterw quien me odiaba con malignidad absoluta y entonces me llevaron a sus sótanos no sin antes ser vapuleado y torturado con tenazas al rojo vivo que me hicieron gritar hasta ver el final de la vía Láctea en colores luego me dieron patadas y bastonazos y me tiraron al suelo húmedo y frio glaciar con temblores que recorrían todo mi macerado y sanguinolento cuerpo.....................
En ese momento sonó el despertador y era como si aquel frío glaciar del sueño se encarnará en mi y me tiré de la cama y el sueño era insoportable pero había que vestirse encontrar la ropa y mi cerebro pedía cama caliente y almohada suave y tiempo infinito para recuperar mi agotamiento y el trabajo era como una boca de tiburón demente lista para convertirme en hamburguesa trozo a trozo empezando por el dedo gordo del pie y puse un calcetín al momento que mi estómago me invitaba a vomitar el hastío de aquella miserable vida de esclavitud civilizada y liberal democrática eran arcadas de angustia cósmica y puse los calzoncillos y mis genitales estaban comprimidos en impasible retroceso hacia mundos de hielos permanentes y luego puse el otro calcetín y mi pie sentía aquella bota malaya apretarse con rabia contra mi piel tersa y supersensible al hilo negro y luego puse el pantalón y quedé eternamente prisionero de aquellos tubulares fascistas que me harían desfilar por los pasillos de los campos de concentración de la enseñanza y así hasta que el jersey me oprimió de forma tan inhumana y melancólica que me sentí estremecer como un perro harapiento ante un terremoto. Así es el madrugar. La KATASTROFE APOKALÍPTICA DEL MADRUGAR!!!!!!!!!!!
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