24 febrero, 2010

CUCU

Cucu era un chiquillo travieso que hacía las cosas al revés. Cucu era un chaval atrevido que inventaba cosas muy peculiares para pasárselo bien. Un día inventó un helicóptero de madera con una hélice hecha con tres palos de remo. El día que lo acabó invitó a los chiquillos del pueblo a verlo arrancarse y volar. Casi cien chiquillos rodearon el artefacto y vieron a Cucu entrar en el aparato con un casco de moto. Luego salió e invitó su amiga Xana a montar a su lado. Xana era todavía más traviesa que él y más imaginativa también, pero algo más realista. “Cucu, ¿a dónde quieres ir con eso?” “Tu ven conmigo y ya verás a dónde vamos a llegar,” dijo Cucu con decisión. Xana entonces accedió a montar y vio con sorpresa que dentro había una llave de contacto con relojes raros incluidos. “Ten, pon el otro casco, dijo Cucu ” y Xana se puso el otro casco mientras Cucu trataba de arrancar el aparato. Cientos de personas de todas las edades se iban congregando alrededor del helicóptero de madera. ¿Sería verdad? ¿Qué era aquello? ¿Qué tontería había hecho Cucu esta vez?
Dicen que la realidad es brutal y que por mucha fantasía que se eche a la vida lo que no tiene que volar no vuela e importan poco los deseos de los niños o de los magos. Cucu arrancó el helicóptero y un chorro de humo blanco empezó a salir por un tubo de escape hecho con una manguera de riego. El primer paso estaba dado. Ahora había que volar. Pronto los palos de remo empezaron a girar y girar y más girar y el helicóptero empezó a dar señales de ascender. Sí, aquello ascendía y la gente se quedaba boquiabierta. No podía ser. Qué diablos de invento era aquel. ¡Parad eso que se van a matar! Pero ya era tarde. El helicóptero pintado de verde ya ascendía con gana por encima del muro de la playa y ahora se dirigía en dirección a las montañas. La muchedumbre quedaba en silencio viendo lo increíble haciéndose realidad. Cucu sabía que su invento era posible. Xana también lo sabía. Lo que no era posible en la realidad lo habría de ser en los mundos mágicos del ensueño infantil.

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