Yo creo que una persona libre es aquella que tiene claros ciertos principios que regulen su existencia. Desde luego han de ser principios libremente elegidos, pensados, reflexionados y aceptados en profundidad. Un nazi puede ser la persona más libre del mundo sabiendo en su profundidad de espíritu que la raza germánica y su mitología heroica de hombres duros y disciplinados que someten al mundo inferior, es la mejor manera de vivir la suprema libertad. Un jazzista “anárquico” que rechaza aquello para lo que fue educado por sus padres, ser judío e israelí, para situarse en la negación de esos principios, y, a partir de ahí vivir su vida como le pida el cuerpo y el arte; no deja de ser otra postura que parte también de ciertos principios o parámetros de lo que ha de ser la libertad. Una militante de Hezbolá o Hamás puede ser la persona más libre del mundo trabajando para conseguir un mundo de islamismo puro aunque haya que matar mucha gente por el camino. Un profesional de la informática puede ser el hombre más libre del mundo en su profesión sin más interés que ese mundo. Un mafioso de la droga mexicana puede ser el hombre o mujer más libre del globo sintiendo la adrenalina de la violencia y la buena plata que recibe. Y así podríamos seguir sin tregua ni pausa.
Ser libre en este mundo presente parece ser todo aquello que voluntaria y libremente elijamos. ¿Quién es quién para decirme a mí lo que he de hacer o no hacer? ¿Quién?
03 septiembre, 2010
10 comentarios:
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REFLEXIONES EN TORNO A LA EXPERIENCIA DE FE PROTESTANTE
U na experiencia subjetiva es algo inacesible a otras mentes. Lo que ocurre en el alma de las personas es un mundo en sí mismo refractario...
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U na experiencia subjetiva es algo inacesible a otras mentes. Lo que ocurre en el alma de las personas es un mundo en sí mismo refractario...
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LA VERDAD.- La verdad es que si te has acogido a un trabajo de 8 a 5 de la tarde esa es la verdad de tu vida en cuanto a tiempo de trabajo y...
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A veces uno lee cartas al Director como estas. En España recurrimos más al pretexto moral-piadoso que al riesgo. El riesgo nos da pavor. ...
Hola De Andrés... me alegro de continuar aquí el debate. A ver, creo no haberme explicado bien, así que al lío.
ResponderEliminarPrimero, creo que me identificas o me etiquetas con una especie de niñato anarquista que va cagándose en las religiones, y la verdad, creo que yerras bastante.
Me da la sensación de que tú hablas de libertad civil o de acción, y el concepto de libertad del que estoy hablando es diferente. Se refiere más al pensamiento y a como funciona. No se trata de "hacer", ya que la libertad de la que tú hablas no es un concepto absoluto, sino más bien restrictivo. Nuestra libertad termina donde empiezan la de otros. Este es el concepto jurídico de la libertad, que no es del que hablo.
Así que, desde tu paradigma,(con mucho sarcasmo) un nazi puede ser una persona ejerciendo la libertad: desde el mío, es un pobre diablo cuya espiral de pensamiento sigue dominada por la pulsión de muerte, la victimización, el "nosotros".
De lo que estoy hablando, y de lo que habla este señor que toca Jazz, es de vencer al miedo, al victimismo. Así que si hubiese nacido en Palencia, este señor tendría mucho más que ver conmigo que la mayor parte de los palentinos.
Es importante entender que del victimismo, del miedo, nacen posiciones innegociables, como la de El Estado de Israel o Hamás. Como la de los nazis o los independentistas vascos, o los serbios o la dictadura de Pinochet, o de Videla, o la de Franco, o los Talibanes... La estuctura de pensamiento es la misma: discurso emotivo, certeza apocalíptica de desaparición de ciertos valores, una raza/ cultura/moral que es la culpable de todos nuestros problemas, un victimismo basado en lo mal que lo hemos pasado y las putadas que nos han hecho ( completamente falaz en muchos casos, dado que históricamente no hay pueblo que se haya ido de rositas, aquí todos las hemos pasado putas ). El asunto con Israel es que victimizándose, se creen en posesión de una verdad absoluta, y han convertido en víctimas reales a quien debería ser su vecino ( y eso poniéndonos majetes ) dándoles alas, de nuevo, para que se crean con razones para actuar de la forma que crean conveniente (petando una discoteca, por ejemplo ).
Respecto a lo que dices, no sé, creo que necesitas matizar. Porque no creo que tu vayas definiendo a la gente por lo que pone en su DNI. Atendiendo a lo que dices, si lo que soy es "donde nazco", debería estar tocando la gaita, falando galego, odiando al castellano colonialista, etc... Si lo que me define es lo que hago (una posición más existencialista con la que podría estar más de acuerdo ) sería ilustrador o músico, y eso es sólo cómo me gano las lentejas.
En fin, que me parece que me alargo, no resumas. Ni este señor es judío, ni yo soy anarquito.
Lepetomane! Me parece muy interesante tu comentario. Déjame leerlo con más calma y te contesto después de comprender y analizar bien lo que dices.
ResponderEliminarAtentamente y bienvenido al Atrio.
Nesalem/Vital de Andrés
He vuelto al artículo de El País a revisar mis comentarios y no veo de dónde sacas que yo te etiqueto de anarquista y menos de niñato y menos todavía de lo segundo con excremento incluido. Mis disculpas en caso de que sin darme cuenta haya creado ese efecto en ti. Pero he vuelto a releer mis comentarios y no veo nada de eso.
ResponderEliminarEn cuanto al comentario o artículo de este epígrafe es una reacción lógica a todo ese delirio de libertad subjetiva de ser lo que nos da la gana porque soy libre y cosas por el estilo. Una vez la subjetividad individual se declara soberana absoluta de su destino, no hay concepto ni límite que la condicione. Alguien nos podría decir en primera persona: “Yo soy lo que me da la gana y si quiero ser un nazi esa será mi elección particular, tan libre como la de cualquier otro. Vuestros argumentos sobre “pulsión de muerte” o cualquier otra crítica o juicio moral u otros, me resultan absolutamente indiferentes y hago prevalecer mi absoluta decisión personal de ser nazi por encima de vuestros cobardes juicios.”
De esto de deduce lo siguiente:
En un mundo sin Trascendencia toda moral es relativa a nuestra situación en el mundo: puede ser obedecida por miedo, por coacción, por interés egoísta, por libre elección, por placer estético, por virtuosismo religioso, por imperativo ideológico, etc. Pero es siempre una moral relativa al momento, a la circunstancia, a mi situación en el mundo. No hay Tribunal Absoluto (ni civil, ni jurídico, ni religioso, ni estético) que pueda amonestarme o premiarme en nombre de un absoluto capaz de condenarme en nombre de la Verdad moral o Universal. Y si ese tribunal no existe: Yo soy mi mismo tribunal, yo ejerzo de juez absoluto y por tanto me paso por la entrepierna vuestros juicios, coacciones, vuestras condenas o elogios, premios o castigos. (continua en siguiente comentario abajo)
Nesalem/Vital
De esta moderna posibilidad habló Dostoievski en Los Hermanos Kamarazov y de ahí ya nadie nos ha de salvar. Minada toda Trascendencia y Metafísica ya todo es cuestión de quién va más lejos deconstruyendo, disolviendo, desplazando. Sin Verdad Revelada la caja de Pandora está abierta a todos: al nómada deleuziano (Pilles Deleuze) que se reinventa así mismo en un mundo donde todo fluye en un juego de intensidades y territorios eróticos; pero también está abierta al mafioso asesino, al fanático integrista, al pícaro sin escrúpulos. Y entre estos extremos del espectro nadamos la mayoría por mor al equilibrio que nos da seguridad y posibilidad de sobrevivir. En la mayoría por suerte prevalece el sentido común de una conciencia que tiene miedo al caos.
ResponderEliminarSe multiplican los discursos sociológicos y psicológicos, se multiplican las sectas, surgen más descubrimientos científicos, pero los seres humanos saben desde cada vez más jóvenes que no existe poder moral en que creer y aceptar como autoridad, y; que cada uno ha de hacer lo que el cuerpo le pide sin más cortapisa que la las circunstancias te van imponiendo.
Mucho integrismo tipo Hamás, Hezbolá, ya parten de este nihilismo (por lo menos los dirigentes que no son quiénes se sacrifican como bombas). Es una opción islamista conscientemente perversa. Si se negocia con Israel se acaba la emoción y el sentido sublime que produce la guerra y el terrorismo. Se acaba el glorioso proyecto imperialista de un mundo islámico. Más que miedo es perversión, crueldad, nihilismo. Los palestinos de la calle, del bazar, del campo de refugiados, sí es verdad que sus padres sobretodo han sufrido a manos del sionismo israelí, pero hoy día sus hijos son los peones manipulados y utilizados por la ambición y el poder Sirio e Iraní (con transfondo saudí) sobremanera a quienes de ningún modo quieren la paz, ni la negociación porque ellos aspiran a su imperio o poder político. Los necesitan como eternos refugiados a utilizar contra Israel en ele momento preciso y con el beneplácito de la progresía europea. De Israel ya he hablado con profusión en otros epígrafes del blog. También sobre raza y étnia y demás también el blog ofrece algunas reflexiones.
¿Fue así siempre en la Historia y la Trascendencia no era más que un chantaje del poder? O, existe esa Tascendencia y entonces sí hay objetividad moral que se puede concretar en principios básicos. Yo opto por la segunda opción.
Nes
Bueno, en primer lugar si me defiendo de ser tachado de ácrata anarquista es por la imagen con la que has ilustrado la entrada. No yendo dirigida a mí, me he sentido aludido porque suele pasar. También por tu texto, desarrollado en ese tono "no es lo mismo libertad que libertinaje" tan escolástico y que creo que, tratando de lo que tratamos, conviene dejar atrás.
ResponderEliminarMe gusta lo que dices, dejas bien claro cuál es el conflicto... y de nuevo no estoy de acuerdo con tu punto de vista. Pero me gustaría subrayar que leerte es estimulante.
Al tema:
No sé a qué te refieres exáctamente con "Trascendencia". Deduzco que se trata de una referencia al mundo místico, al momento en el que, tras la muerte, los justos son retribuidos y los abyectos castigados por un poder ajeno a nuestra comprensión.
Supongo que sospechas que soy ateo, aunque no lo fui siempre. Fui criado como católico, hasta hice la primera comunión creyendo ferozmente en lo que hacía. Apostaté, ahora no creo en dioses de ningún tipo. Aunque no soy de esos ateos que predican el ateismo ( ateismo y prédica son antitéticos, y conozco a demasiadas personas religiosas más inteligentes que muchos ateos ) me veo obligado a explicarte mis conclusiones. El dios que me explicaron es bipolar. Es un desquiciado cruel, pero que me ama, capaz de ofrecerme la eternidad a crédito ( que se paga con culpa ), siempre y cuando durante una milésima parte de esa eternidad actúe bajo sus leyes arbitrarias. Una de ellas, no comer carne en cuaresma. Dios no conoce la cadena de frío.
Con esto lo que quiero decir es que me parece evidente que el Dios que motivó esa idea de Trascendencia, es una creación puramente humana.
Nuestra especie, la más gregaria e histérica de la naturaleza, se ha inventado mil nombres para el miedo que vio nacer la inteligencia. Uno de ellos es "Dios".
Y de Dios vino esa trascendencia, que ahora se deconstruye generando un vacío moral. No como antes, cuando, por ejemplo, España era moralmente católica. Ahí había Trascendencia, una vara de medir bajo la que nos encontrábamos todos. Menos los indígenas ( nos cargamos 8.000.000 en tres Siglos que no tienen Museo del Holocausto ). Y los negros ( eramos los principales compradores de banqueros holandeses, suecos y alemanes que comerciaban con ellos...sí, muchos eran hebreos ). Es decir, el mundo, al parecer, bajo esa Trascendencia, era ( como sigue siendo ) un pozo de podredumbre moral cuyos mimbres seguían siendo tal y como describes el mundo actual. Entrópico, un tren sin maquinista.
Pertenezco a esa raza abyecta que describes, de los que huyen de toda moral. Y he sido mucho tiempo un moralista, moralista de izquierdas. De esos pesados de lo políticamente correcto. No, no creo que haya una Trascendencia objetiva. Al decir eso, hablas de una verdad bajo la que estamos todos. Wittgerstein demostró matemáticamente que esa noción es uno de los descalabros intelectuales más tremendos de la historia.
Y por eso aludía a los nazis en un principio. Las verdades absolutas llevan a soluciones absolutas. Si hay una "objetividad moral", ¿quién la define? ¿Dios? ¿El ser humano? Creo, de Andrés, que llamas objetividad moral a tus propias creencias. Y me siento halagado, de verdad, de que me incluyas en ellas, a mí y a todos mis compañeros. Pero lo siento, sigo viendo el miedo al castigo detrás de todo eso. El miedo. Lo que no nos deja ser libres.
(Sigue en el siguiente post)
No puedo hablar con propiedad del judaísmo porque no lo conozco. Pero sí que creo que eso de el "pueblo elegido por Dios" lo conozco. No deja de ser una forma jactanciosa y chulesca de decir "Mi pueblo es el mejor", es decir, de cerrar bien el círculo del "nosotros". Luego están "ellos". No hay un "nosotros" si no hay un "ellos" al que temer y odiar. Y de esto hay millones de ejemplos.
ResponderEliminarTe tengo que decir que la progresía europea se va desencantando con Hamás y Hezbolá, que no con Palestina. Porque lo de Palestina es una vergüenza universal, un desastre humanitario del que el mundo hebreo se arrepentirá en siglos venideros.
Lo de Hamás y Hezbolá matándose entre ellos a ver quién es el más chulo del campo de concentración ha sido la piedra de toque. Su relación con Al Qaeda, la "bicha" mediática, el Moloch de este Siglo tampoco ayuda. El racismo campa a sus anchas en la vieja europa, a lomos del miedo y del odio al Islam.
Me creo a pies juntillas que sean víctimas de esa emotividad epicista que describes, esa pulsión por la batalla y el conflicto. Pero me temo, De Andrés, que de eso también hay bastante en el otro lado. Porque aunque Israel parezca un estado occidental, con cultura occidental, no deja de ser tan teocracia como Irán. Otra cosa es que la religión en la que basan su teocracia sea la tuya. Pero no, un estado serio, occidental, es laico. Por eso mis vecinos son musulmanes, y pagan sus impuestos. Eso es un país.El Imperio de la Ley acordada por todos. Sin interferencias místicas, y mirándonos a la cara. Y lo más importante ( cuestión difícil para los religiosos ), sin imponer ninguna moral sobre otra.
¡Abrazo!
Guille.
Mi manera de entender la trascendencia es un tanto singular. O bien ella se apodera de ti y la encarnas de alguna manera o si no da lo mismo que hables de ella o creas en ella. Da lo mismo. Si no forma parte de tu naturaleza y actúa espontáneamente en ti es inútil ser religioso, judío, cristiano, musulmán o decir que eres místico o ves visiones o te devaneas los sesos filosofando con ella. Las leyes morales de la trascendencia son absolutas y se reducen a 4 principios: respeta la dignidad individual de la gente, no mientas, no robes, y no mates, a no ser en defensa propia o de tu familia o comunidad. Nada más. Para mí esas son normas absolutas y universales: se aplican a todos: chinos, nigerianos, guaraníes, londinenses, islandeses o gallegos. Pero aun más fácil: se aplican con el compañero de trabajo, con tu esposa o compañera, con tus amigos inmediatos, etc, etc. Y ahí está la trascendencia encarnada en cualquier persona al margen de color, creencia o no creencia. Hay gente que es buena por naturaleza y ni siquiera es consciente de ello. El egoísmo en ellos llega a sus mínimos. Ahí esta la trascendencia. Otros no dejan de hablarte de Dios y luego ves que no son más que unos cabrones egoístas que solo tratan de rellenar sus miserias personales con milongas y beaterías. La trascendencia (valga la redundancia) trasciende etiquetas, títulos, ideologías, razas, naciones y religiones. Ser de izquierdas o progresista suena muy bonito o guay, pero personalmente he conocido muchos progres (yo lo fui durante toda mi juventud) sedientos de poder, hambrientos de prebendas y subvenciones a costa del heraldo público para luego vivir del cuento; oportunistas profesionales sin escrúpulos en nombre de la pobreza del mundo y el reparto y la igualdad. Podría escribir muchas historias y relatos sobre ellos. Posiblemente tú los conozcas también. Hoy día ser de izquierdas o de derechas ya no me dice nada. Conozco excelentes personas en un lado y otro del espectro y no es precisamente la ideología lo que les hace ser buenas personas. Por lo general no suelen ser doctrinarios, y apenas alardean de su ideología. ¿Por qué esa trascendencia es absoluta y cómo puedo demostrarlo? Lo siento, eso va más allá de lo que puedo abarcar. Quizás sea yo y mi imaginación quienes lo hacen absoluto, pero lo importante es que para mi son valores absolutos y universales. ¿Irracional? Quizás, pero todas últimas preguntas acaban en eso, incluso la no existencia de Dios de Hawking. Afirmar eso me parece de una lógica vulgar. Las leyes físicas nunca serán capaces de responder al por qué de todo esto.
ResponderEliminarmen
(continua)
En cuanto a Israel es todo cuestión de reconocimiento de dicho estado por parte árabe y países musulmanes. Es retrotraerse al Plan de la ONU (1947) de la Partición de Palestina en dos estados: uno judío y otro árabe. Se trata de negociar una salida al problema de forma racional y neutralizando por todos los medios los fanatismos o exclusivismos de un lado y otro. En este caso yo veo a Israel más interesada en conseguir la paz de una manera definitiva que le permita dedicar sus recursos a un mayor progreso social y científico-tecnológico. Ha conseguido tratados de paz sustanciosos con Egipto y Jordania y podría seguir consiguiendo más paz a cambio de fronteras precisas y normalización de relaciones de estado a estado. Nos olvidamos de los muchos palestinos e israelíes que anhelan justamente eso. Una vez negociadas esas dos cosas sería cuestión de fuertes inversiones en planes económicos que hagan posible el empleo en condiciones dignas de mano de obra palestina e israelí. Ya sucede algo de esto en Galilea con polos industriales que están generando una nueva conciencia árabe-israelí enfocada en el progreso económico primeramente. Arabia Saudí podría contribuir con sus petrodólares. Una vez que la gente empiece a trabajar y tener un sueldo digno y consumo es posible que se acaben las ansias de matar a nadie y la religión o identidad nacional pase más a lo privado..
ResponderEliminarObviamente esto no es posible si una parte no está dispuesta a reconocer la misma existencia de la otra y como Israel no existe y es un estado pirata, pues terrorismo hasta la muerte y cuando ese terrorismo es respondido con un ejército moderno y capaz, pues la progresía europea se escandaliza y se pone al lado del terrorismo suicida y hace el juego a Irán, a la dictadura Siria y al integrismo suicida y nihilista. Según esta mentalidad buenista Israel no debería de tener ese ejército y no debería de responder a los miles de ataques que permanentemente le hacen. Israel debería de estar quieta y dejarse golpear sin tregua ya que no tiene derecho ni a su existencia. ¡Vaya lógica!
Y na má como decía el otro. Por cierto, el epígrafe sobre la libertad va en relación a los temas de abajo. Hay una continuidad antes de tu llegada.
Un saludo,
Vital-Nesalem
Me parece un debate interesante. No quiero entrar en él sin antes haber leído y reflexionado lo escrito anteriormente por Nesalem, Lepetomane, etc. Hasta pronto.
ResponderEliminarRubèn D. Andrés
Sería bueno si en las próximas respuestas utilizaráis el epígrafe de Los Gitanos, por ejemplo, y así evitar la incomodidad de acumular respuestas en este. Gracias.
ResponderEliminarGracias también por vuestras inteligentes aportaciones.
Nesalem