29 septiembre, 2011

OH, PORCO, PORCO ULTRALIBERALISMO; NOS ACABARÁS MATANDO DE HAMBRE

Me pregunto. ¿Cuándo hubo liberalismo o peor aun neoliberalismo; o incluso más horrible: ultraliberalismo, en España? Sí, hubo. Hubo intentos: las Cortes liberales de Cádiz pronto ahogadas por la restauración borbónica del pérfido Fernando VII. Y luego alguna que otra amortización de la Iglesia y poco más. Pero de otra manera España siempre ha sido un país cargado de excesivo Estado, de abrumadoras como inútiles trabas burocráticas, de intensiva interferencia estatal en la economía con sus autocracias y absurdas burocracias; y, en el presente, de gravosos impuestos que no nos ayudan más que a seguir bloqueados y estancados.

Si partiéramos de la idea de que nos roban, con la legalidad en la mano, una importante parte del sudor de nuestra frente para que el Estado y sus políticos hagan lo que ellos creen que es conveniente para nosotros; entonces ya procuraríamos que ese fruto de nuestro trabajo tan alegremente expropiado por gente que se cree con la debida justificación moral para en muchos casos despilfarrarlo; fuese utilizado con la mayor eficiencia, eficacia y mayor beneficio de todos. En una palabra, empezaríamos a ser liberales.

Pero si partimos de que no nos importa o nos importa muy poco, que el Estado nos arrebate el fruto de nuestro trabajo, en función de políticas poco claras, poco transparentes; con mucho de espejismo en cuanto a beneficios sociales; entonces somos víctimas de cualquier demagogo, de cualquier ideólogo, de cualquier político o partido con intereses muy particulares un tanto alejados de los nuestros. Es así como, entonces, nos hacemos antiliberales, antiempresarios, no muy buenos socialistas, o socialdemócratas (los buenos son muy conscientes de adónde ha de ir el dinero), adictos al Estado como si fuese nuestro padre a quien no hay que molestar mucho. Esa es la España actual.

España nunca fue económicamente liberal.

Ya oigo las voces que me gritan lo malo que es el liberalismo, el egoísmo del dinero; la rapacidad del capitalismo; los abusos del libre mercado y sus salarios de hambre, etc.. Peor todavía: que somos víctimas del ultraliberalismo y sus vampiros especuladores, etc. Señores, es hora de ver y entender nuestra realidad: somos un país mediocre, un país que todavía ha de romper muchas amarras y prejuicios. Hemos de analizar mejor nuestra historia y sobre todo ir deshaciendo mitos que solo favorecen intereses partidistas. Quizás el nuevo avance de este país haya de pasar por su etapa liberal. No es la panacea, pero nos toca probar un poco de ese liberalismo que sin haberlo probado, ni menos comprendido, ya lo hemos condenado de antemano.

Siempre con la idea de poder estar equivocado. Tienen ustedes la palabra.

4 comentarios:

  1. Nombre: CHORIZOLANDIA.
    Sistema de gobierno: CACIQUISMO.
    Perspectivas para el futuro: MAS DE LO MISMO.

    Kousinsky

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  2. Yo creo que España tenga una economía ultraliberal o intervencionista siempre va a ser, como dice Anónimo, Chorizolandia. Cualquiera que sea la ideología imperante siempre se va a aprovechar para que los "chorizos" tengan un status de legalidad. Creo que el problema de España es mucho más profundo; y es que un país que se dice de raiz cristiana, tenga tan escaso conocimiento de los principios básicos de la ley y ética naturales, especialmente lo referente a la propiedad, el robo, el sentido de la "vocación", el derecho a la buena reputación de nuestro prójimo etc etc

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  3. Sí. Mucha Chrorizolandia. hace tiempo mi mujer y yo prestamos mucha atención y detalle a los tickets de sidrerías, de cafeterías, etc.. En cuestión de un mes hemos detectado que de cinco establecimientos tres nos engañaban con la cuenta.

    Me explico, porque esto debe de ser muy extendido: te cobran uno o dos euros de más en algunos productos. Otras veces te incluyen algo que no habías pedido, etc. Cuando les pides explicaciones, las respuestas suelen ser muy variadas y confusas. Suelen decir que perdón que se han equivocado, otras veces que la tapa era algo mayor???, otras que el precio real es otro y no el que figura en la carta, etc..

    Ojo, ojo. En España el choriceo es una práctica habitual. El respeto al cliente, en muchos sitios, es el mínimo. Sed vigilantes.

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  4. Ni el izquierdista iluminado ni el inquisidor empedernido entienden el liberalismo. El dejar libertad a los demás para que hagan las cosas a su manera. ¿Liberalismo en España? Sí, en la medida en que vayan disminuyendo esos dos especímenes.

    Runand

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