Quise escribir sobre África, pero lo que había escrito me sonaba un tanto panfletario. Las cosas son siempre más complejas. Los mundos africanos no son las historias europeas. Un mundo de tribus, de clanes, de animismos, de poblados; de costumbres tan diferentes de las nuestras; es un mundo lejano a nuestra comprensión. Luego está el Norte de África, la África sahariana, la África de la selva, de la costa. También Etiopía y Somalia. La África del Este: Kenia, Tanzania, Uganda, Rwanda, Burundi; Malawi, etc. Luego, Sudáfrica con su compleja diversidad: Namibia, Botswana, Zimbabwe, Lesotho. Y ¿qué decir del África poscolonial portugués? Angola, Mozambique, Guinea –Bissau, Cabo Verde. Luego Congo, la República Democrática del Congo, Nigeria y todos los países del West África. Es todo muy complejo y difícil de simplificar.
Lo fácil sería simplificar. Hay simplificaciones y reduccionismos de todo tipo. Hay infundadas explicaciones racistas, las hay culturales, las hay económicas, políticas, antropológicas y lo que sea. De lo que estoy convencido es que no hay una receta, ni una explicación determinante. Los mundos africanos tendrán que adaptarse como sea al mundo moderno. Los modelos de Estado-Nación europeos no responden a la realidad étnica africana. El Estado se convierte en un arma asesina y depredadora del dictador de turno, que se ve a sí mismo, primero como jefe de su tribu o pueblo, a quien tiene que favorecer utilizando el poder dicho estado como medio para enriquecerse y enriquecer a su familia o clan. Luego, a sus lacayos, al ejército o milicias que lo mantiene en el poder, etc. Parece ser una política de supervivencia que se repite en muchos de estos “países”. Los dictadores se suceden y hacen más de lo mismo: partido único o paripé multipartidista, implcable represión con el enemigo interno (otra étnia, oposición); juego de intereses con Occidente lo cual incluye “las ayudas al desarrollo” que se han convertido en una importante fuente de ingresos a utilizar políticamente como convenga. Hay excepciones (Botswana y Namibia son un ejemplo entre otros). Empieza a haber cambios de mentalidad y disposición para hacer las cosas de otra manera. Empiezan a surgir nuevas generaciones con otras ideas y maneras de comprenderse.
Es todo muy complejo y todo cambia con mucha rapidez. Me di cuenta que los modelos que estaba utilizando no eran ya los adecuados. Las sociedades son fluidas, líquidas. Tanto en África como en Europa o el mundo entero. Todo está cambiando con mucha rapidez. Los horrores africanos han sido también los nuestros hasta hace poco: los Balcanes y sus limpiezas étnicas. Nadie sabe lo que puede pasar en una Europa extremamente debilitada por la crisis y una posible desintegración social interna que nos lleve de nuevo a matarnos sin compasión. África no deja de ser humana, demasiado humana. Otra modalidad de ser humanos arrastrando miserias y pequeñas grandezas de muchos que desconocemos porque no son noticia. África nos llega a Europa y, no va a ser fácil el entendimiento si ese mundo o mundos africanos persisten en sus identidades; o, a su vez los racismos de uno y otro lado sean las únicas explicaciones a mano.
Es todo muy complejo. Lo siento, no tengo recetas a mano.
Pero no está mal decirles a los progres europeos que en África no hay capitalismo de mercado libre porque es imposible. En esas circunstancias solo puede haber mercado arbitrario interferido y condicionado por los caprichos del dictador de turno y su máquina infernal estatal. Y eso afecta tanto a las muchas OONG's que se hacen cómplices de los dictadores para seguir recibiendo subvenciones y compañías extranjeras de materias primas. Pero estas últimas no tantas como se piensa.
ResponderEliminarPero el mito progre está empeñado en culpar a Occidente, el malo siempre Occidente. Falso.