A mi me parece que la Biblia utiliza necesariamente un lenguaje mítico, simbólico y alegórico. No podía ser de otra manera en las épocas en que se escribió. Las mentes de aquellas gentes que la escribieron no podían pensar de forma científica, ni objetiva. Esas son formas modernas de entender el mundo. Ellos escribían pensando que un Espíritu divino o Dios mismo les dirigían la escritura o el discurso. Entonces lo que “transcribían” solo podía presentado en formas míticas, metafóricas, metonímicas, etc..
Pero he aquí que los modernos fundamentalistas nos quieren hacer creer que la Biblia habla de verdades objetivas, de discursos transparentes a una realidad histórica; de milagros que fueron reales y palpables. O sea, los fundamentalistas en un absurdo alarde de reduccionismo cientifista, tratan de extrapolar las mentes de aquellas épocas a un discurso moderno, pleno de objetividad, transparencia y dos y dos son cuatro. Con lo cual se empeñan en hacer la cuadratura del círculo tratando de traducir la mente necesariamente mítica de un pasado milenario, a un lenguaje científico moderno de transparencia entre lenguaje y realidad. Absurdo.
¿No sería mejor aproximarse a estos textos sagrados ateniéndonos a su significado mítico-simbólico? Lo mítico-simbólico siempre apunta a otra realidad y a otra dimensión espiritual, pero que nunca podemos atrapar en una plena comprensión y transparencia y entonces nos abrimos constantemente a una riqueza interpretativa adaptada a circunstancias nuevas, sin negar para nada los valores absolutos que necesariamente subyacen en el Universo. Valores que jamás podremos comprender en su totalidad en esta vida terrena.
No comparto del todo el contenido del blog. La Biblia es un libro que debe leerse con fe. Pero eso no condiciona que se haya escrito como cualquier obra literaria. Si tomamos el ejemplo del evangelio de Lucas, -soslayando si el autor es el tal Lucas o no- es evidente el conocimiento histórico y contemporaneo de lo que escribe. Algún detalle sobre quién gobernaba alguna región del imperio ha servido para tratar de convencer que no es un libro especial: era la única fuente que mencionaba tal cosa. Se trataba de un error y por lo tanto, en todo lo demás no digno de crédito. Pero ojo, esta postura agnóstica o atea se mantiene desde fundamentos científicos. Algo curioso si el libro en cuestión no es objeto per se de esa cualidad. Posteriormente, hallazgos arqueologicos vinieron a demostrar que era cierto lo que el escritor mencionaba. ¿Se demuestra su "inspiración divina"? NO!!, pero si se demuestra que el escrito es confiable. ¿Entonces? Uno ha de escoger si lo "cree" o no. Pero no desde lo irracional, sino desde una evidencia mas que probable de estar ante algo extraordinario.
ResponderEliminarPuestos a ello. ¿Por qué el Corán no genera tal debate? Porque precisamente la Biblia apela permanentemente a su "inspiración". Y precisamente la manera de neutralizar tal pretensión e ignorar los desafios que sus palabras nos presentan, es desmontar la base de credibilidad y coherencia que destila, y negarle la posibilidad de someterla a una lectura meramente racional, evitándonos la penosa tarea de considerar si su mensaje puede ser objeto de nuestra fe.
Señor o Señora Anónimo:
ResponderEliminarHay desconexión entre la primera oración y la segunda. No entiendo que tiene que ver la lectura de la Biblia con fe de creyente, con la forma en que se haya escrito la Biblia. Lo primero corresponde a la actitud (subjetiva) de quien lee la Biblia, lo segundo corresponde a quienes la escribieron y a la forma y contenido de lo que escribieron. El autor de Lucas hace referencia a hechos históricos (aunque de forma errónea en algunos casos: fecha de nacimiento de Jesús que coincide con Herodes el Grande todavía vivo (muerto en -4 AC) y el empadronamiento de Cirino o Quirino. Quirino fue nombrado gobernador de Siria en el año 6, o sea, 10 años después de la muerte de Herodes, Imposible entonces que Quirino fuese gobernador cuando Jesús iba a nacer. Esto consta en inscripciones antiguas y en consonancia con los relatos de Tácito y Josefo. No consta tampoco en ningún sitio que hubiese habido tal censo y que se hubiese hecho de esa manera: las familias tener que trasladarse a los pueblos o ciudades de sus antepasados para censarlos. Hubiera sido una pesadilla burocrática sin sentido. Sí tiene sentido si tenemos en cuenta el sentido que el supuesto Lucas quiere dar a su narrativa. Jesús estaba ligado a Nazaret y es allí donde muy posiblemente nació. Pero eso no encaja con la profecía de Miqueas que habla de Belén como el lugar de nacimiento del Mesías judío, entonces Lucas y Mateo han de forzar el relato para que encaje con la fe. No así Juan, ni Marcos, ni Pablo ni nadie en el Nuevo Testamento, que para nada se acuerdan ya del lugar de donde nación Jesús. No tiene mayor importancia.
En cuanto a lo que sigue después de estas primeras oraciones, la verdad es que no entiendo nada de lo que quiere decir. Faltan referencias, ejemplos, etc.. He hecho el esfuerzo, pero no entiendo qué es lo que usted quiere decir.
Atentamente,
Nesalem