¿Son los judíos más listos que los demás? ¿Son los negros una raza genéticamente inferior a nosotros? ¿Son los chinos más inteligentes que los blancos de Occidente? ¿Y los árabes? ¿Están atrasados por cuestión de raza?, ¿religión?, ¿el desierto? ¿Es el mestizaje racial un paso hacia la degeneración de las razas superiores? o por lo contrario el primer paso para hacer una humanidad mejor y más universal. Me atrevo a hacer todas estas preguntas porque mucha gente se las sigue haciendo y las respuestas pueden ser tan variadas como sorprendentes.
Mucha gente piensa que los judíos son, por razón de raza, usureros, banqueros manipuladores; y, además tienden a controlar el mundo en su beneficio. Otros creen que los negros son genéticamente inferiores a nosotros y eso no tiene cura. Otros aseguran que los chinos y orientales, en general, nos superan en capacidad intelectual por razones de evolución cerebral. Otros muchos piensan que los árabes son fatalistas y fanáticos por ser una raza del desierto que además dio el Islam como religión al mundo y con el Islam una religión cerrada y antidemocrática. Otros ven el mestizaje de razas en clave negativa, mientras que otros muchos lo hacen en clave positiva.
Las opiniones son así de variadas y podríamos decir que el antisemitismo, el racismo, la xenofobia contra un grupo u otro de la humanidad abarcan toda clase social o formación. Y lo contrario: el respeto a las razas y culturas diversas, multiculturalismo o relativismo cultural, lo mismo. Yo, por mi parte, voy a dar mi opinión al respecto. Es un tema delicado, de esos que toca mucha víscera más que la razón, pero lo voy a enjuiciar a mi manera.
Voy a partir del mercado como referente de mi análisis. Y parto del mercado porque creo que es una ley de intercambio económica y social objetiva, que está ahí y de alguna manera “nos mide”, nos “refleja” a unos y otros de muchas maneras. Nos “intercambia” favorablemente o desfavorablemente. Quienes mejor se adaptan al mercado tienden a progresar económicamente y socialmente. Así mismo los individuos de los grupos sociales que mejor se adaptan al mercado tienden a desarrollar más potencial, la sociedad favorece una mayor libertad individual y mayor formación. Por lo contrario, todos los grupos sociales que van en contra del mercado, o favorecen y desarrollan valores que se interfieren en su desarrollo; tienden a ser pueblos que se atascan, se empobrecen y por lo general generan hábitos de intolerancia, falta de libertad, despotismos, etc. Todo esto que digo es un modelo un tanto abstracto, pero puede servir de guía para comprender el por qué de la evolución cultural e histórica de muchos pueblos.
¿Por qué una parte de Europa progresa (o se desarrolla) de forma tan espectacular en cuestión de siglos e Indonesia no? ¿Por qué “descubren los europeos a los aztecas y no al revés? Ojo, estas preguntas no son mías. Son sacadas del libro del fallecido Jared Diamond "Armas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años"- Madrid, Debate, 2006. La razón, según creo yo, está en los hábitos culturales que hacen posible un mayor desarrollo de los medios de producción y por tanto de los cambios que favorecen mayor libertad de pensamiento y desarrollo individual y social. Los hábitos culturales se forman en torno a mitos colectivos que estructuran el grupo social. Hay mitos que no favorecen tal desarrollo y hay otros que sí. Unos mitos se acercan más a la objetividad del mercado y se benefician de ello, otros; por lo contrario no y se “retrasan” o se atascan y sufren por ello.
En su momento los mitos del judeocristianismo favorecieron el desarrollo de una Europa más objetiva en relación al mundo y la naturaleza. Todo ello favoreció la manipulación objetiva de esta y el individualismo basado en la existencia incondicional de un alma en cada persona. Quizás también una teología que trabaja con un dios creador y externo a la naturaleza favoreció esta tendencia hacia una mayor objetividad en relación con las leyes del mercado. No así en el oriente panteísta, o el África animista, o la absorción del individuo por la Umma (comunidad) en el Islam. Yendo un poco más allá, Max Webber habló, en mi opinión con acierto; de cómo el protestantismo dentro del cristianismo favoreció más el capitalismo que el catolicismo. El espíritu protestante se adaptaba mejor al mercado que un catolicismo “bloqueado” en su jerarquía, en sus tradiciones. Todo ello le impedía abrirse, dar mayor apertura a la autonomía individual, etc. El protestantismo por el contrario favorecía las tendencias opuestas. ¿Por qué el pueblo judío suele progresar aun dentro de aquellos países que lo oprimieron o lo segregaron? Pues quizás la explicación está en su religión: su disciplina religiosa tan meticulosa y metódica; su apego a las leyes de la Torá, etc.. Por lo contrario, los gitanos no tuvieron ese mito fundacional que hiciera de su nomadismo un medio de progresar. Si hablamos de África yo creo que sus mitos fundacionales en nada o casi nada favorecían la autonomía individual. Habría que considerar la generosidad natural del continente africano para entender tales mitos. África se queda atrás en mayor profundidad que otros pueblos que tienden a adaptarse o a negociar con más éxito a la modernidad.
En definitiva: yo creo que esta es la clave. No se trata pues de condicionamientos genéticos ya fijados y definidos (racismo), ni tampoco la tendencia innata de ciertos pueblos (determinismo cultural) a ser “vagos”, “atrasados”, fanáticos, usureros, etc… Se trata de la disposición y los hábitos culturales desarrollados que los sitúa en situación favorable o desfavorable en relación al potencial del mercado. Todo ello es más complicado. Lo sé. Habría que matizar mucho: por ejemplo la carencia de escrúpulos a la hora de explotar al débil del mercantilismo o capitalismo incipiente; y, ahí entramos en el progreso ético y moral en consonancia o conjugación con el mercado. Aun así yo creo que la objetividad del mercado favorece siempre una moral justa basada en la dignidad del individuo. Cualquier grupo humano puede desarrollar llegado el caso su potencial en la medida que logra adaptarse o negociar con las leyes universales y objetivas del mercado.
Paso a vuestros comentarios. Esta es una hipótesis arriesgada por mi parte.
Libros interesantes a consultar:
2006 -
Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen, Jared Diamond-Barcelona, Debate, 2006-
The Character of Nations: How Politics Makes and Breaks Prosperity, Family, and Civility. Angelo M. Codevilla. New York, Basic Books 2009.