Confieso que desde hace muchísimo tiempo no prestaba atención alguna al fútbol salvo para mirar las clasificaciones por simple entretenimiento. Pero desde hace tiempo me gusta ver jugar al Barcelona. Realmente, da gusto ver jugar al Barça. Es una lección de estética deportiva donde a mi pobre entender juegan tres factores: estrategia, coordinación y esfuerzo individual. Guardiola, su entrenador, ha sabido hacer un equipo con esas cualidades bien marcadas. Después de ver jugar al Barça contra el Manchester United se me ocurre la siguiente reflexión: Cualquier sociedad organizada de esa manera podría triunfar y alcanzar objetivos. Un equipo como el Barcelona nos puede servir de inspiración sobre cómo hacer las cosas bien y sin necesidad de aspavientos chulescos o marrulleros con el objetivo de destruir al contrincante. Guardiola ha sabido también darle una nobleza al fútbol que no suele ser lo más corriente en este deporte.
Si estos valores se llevaran a la sociedad a través de líderes preparados, con visión de conjunto; entonces lograrían inspirar a la mayoría de la gente en la dirección correcta y conseguir objetivos económicos, políticos, etc. En España nos falta la visión de conjunto y, por lo tanto, la estrategia correcta. Nos falta también la coordinación, y, en su lugar, sabemos destruirnos a placer con partidismos fanáticos y serviles (mal entendidos como “lealtad de partido”), con nacionalismos cerrados en banda, con ideologías carentes de autocrítica y por lo tanto funcionan como verdades asumidas e incuestionables que se mueven como el aceite y el agua cuando se intenta mezclarlos. Y, sobre todo, falta el esfuerzo individual con miras y objetivos colectivos. Ahí es donde nos faltan muchas asignaturas por aprobar. El esfuerzo individual significa superación en base a la competitividad con el otro, pero al mismo tiempo, buscando fines comunes en cuanto a objetivos. Todo ello exige esfuerzo, disciplina, y entrega; los tres pilares de la responsabilidad individual.
Nuestra individualidad hispana adolece en muchos casos de esos valores. Practicamos muchas veces un individualismo más destructivo que creativo: nos jode mucho el progreso o triunfo del vecino o compañero y preferimos destruirlo o degradarlo a base de envidias, que ayudarle a triunfar; a que las cosas le vayan bien. Preferimos el gregarismo bajo proclamas ilusorias, utópicas, o venenosamente prejuiciosas; a la coordinación racional de los múltiples intereses que inevitablemente mueven una sociedad. La competitividad individual o de grupo nunca ha de excluir la nobleza o la ruptura de las reglas de juego. La picaresca hispana se basa precisamente en cómo mejor romper esas reglas de juego y sacar ventaja de la ruptura de las normas, o producir demasiadas normas confusas y absurdas que nos somos capaces de seguir o comprender, pero sí utilizar contra el otro cuando nos convenga. Son prácticas sociales destructivas y disgregadoras que a la larga nos siguen postrando en el atraso de segundones europeos.
Viendo jugar a equipos como el Barcelona uno siente esta estética de conjunto, de las cosas bien hechas, de la estrategia, coordinación y el esfuerzo individual bien llevados.
¡qué bueno es esto! Creo que tienes mucha razon aqui. Barcelona hizo todo correcto ayer y hoy tiene a todo mundo rendido. la prensa en cada pais no tienen superlativos suficientes para describir el excelente futból de Barcelona. Si hacemos una sociedad igual, a la mejor podemos conseguir la misma reacción. Hay buenos resultados cuando uno se hace las cosas bien. Felicidades a Barcelona FC y animos a todos en la lucha por una sociedad mejor, más justo y transparente. La conciencia está cambiando.
ResponderEliminarLiverpool boy.
Sí, claro, no hay más que ver la muestra de unidad nacional que nos dieron. Todas las gradas y los jugadores enarbolando banderas nacionales. Un triunfo del fútbol nacional.
ResponderEliminarUn debate sobre nacionalismo creo que es necesario. ¿Qué es nacionalismo? No es tan fácil responder a esto.
ResponderEliminarMourinho y el R. Madrid exhiben nacionalismo español, pero vaya ejemplo más cutre de nacionalismo. Marrullero y cuatrero.
ResponderEliminarGladis de Xixón
Muy de acuerdo con su artículo, Sr. Nesalem. Yo también pasaba cantidad del fútbol hasta hace unos meses, cuando, empujado per la rivalidad Barça-Madrid, empecé a fijarme a ver qué hacía el Barce. Mucho influyó también el estar rodeado de gente forofa incondicional del Madrid y observar sus actitudes. Y coincido con Ud. en todo lo que dice.
ResponderEliminarPertenece a la parte circo del "pan y circo".
ResponderEliminarModelo para qué? ---Le es útil a las elites para distraer nuestra atención de las cosas en las que debiamos estar pensando:::como deshacernos de nuestros tiranos.
Kousinsky