Hay ciertas diferencias entre el Antiguo Testamento (Tanak) y el Nuevo Testamento (escrituras cristianas). Por ejemplo: Mientras que en la Tanak Jehová menciona el trabajo como una necesidad y además promete beneficios económicos aquí en la Tierra si se siguen sus mandamientos y se le obedece; en las escrituras cristianas Jesús no nos habla nada de trabajar, ni tan siquiera se valora el trabajo: “No os afanéis, pues diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?”, “Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán.” De hecho la vida de Jesús es una vida de comunidad ambulante sin trabajo fijo. Viven de las donaciones y la comida que les dan en un sitio y en otro y algún que otro rico seguidor. Las parábolas sobre los jornaleros y demás obreros, son nada más que símiles espirituales para conseguir el Cielo. No se trata del trabajo como valor en sí.
En la Tanak se habla de la Tierra y la vida terrenal como un fin en sí mismo, con la excepción luego de los profetas del exilio y teología posterior, que ya hablan del reinado de un Mesías futuro. Las escrituras cristianas nos hablan, sin embargo, de un paso por la Tierra como tránsito para ir al Cielo, o, recibir el Reino de los Cielos. Todo lo terrestre ha de ser desvalorizado o tratado con una moral radical de amor y desprendimiento con el fin de que el Reino de los Cielos llegue cuanto antes: en esa misma generación. En este mundo estamos de paso. Lo que importa es el Más Allá. Si Jesús aparece en los evangelios como un profeta apocalíptico, todavía con una idea de Reino en la Tierra; más tarde, las escrituras cristianas, desarrollan una teología más gnóstica, más espiritualizante. El reino espiritual y el terrenal se van contraponiendo de forma más radical.
Apunto nada más que estas dos, pero son bastante importantes. Son dos perspectivas del mundo bastante diferentes. ¿Qué pensáis?
Sí, es cierto. Cuando lees el Antiguo Testamento parece que pisas en tierra, en cruda realidad humana y Dios con razón cabreado.
ResponderEliminarEl Nuevo, tiene la mezcla del profetismo apocalíptico con la espiritualización gnóstica-helénica.
Uno