a) El retroceso del cristianismo en Europa es quizás más fuerte en el protestantismo. Las clases educadas, la gente con estudios, los políticos, profesionales, etcétera, son indiferentes o contrarios a la religión. Las clases bajas “pasan” de la religión y la ignorancia sobre el cristianismo es apabullante. La religión no les dice nada. Es un discurso agotado. Todo lo más una nostalgia de niño o una superstición. Las iglesias están casi vacías o pobladas por gente mayor. Muchos templos se cierran o se venden para otros usos. Ocurre lo mismo con las actividades culturales y los centros.
b) Si hay algún movimiento cristiano que crece algo son los grupos más irracionales y fundamentalistas: los pentecostales, los carismáticos, bautistas conservadores, iglesias independientes dirigidas por algún líder, etcétera. Quizás alguna secta tipo testigos de Jehová o mormones, pero ya considerados en los límites del cristianismo y sin mayor impacto social en Europa. Reducidos a movimientos sectarios. Por otro lado organizaciones católicas tipo Opus Dei u otras no creo que estén en sus mejores momentos.
c) El papel del protestantismo español sigue siendo bastante irrelevante. Las iglesias se mueven dentro de una práctica bastante conformista, cuando no sectaria. Las iglesias más liberales se van quedando sin parroquia ya que el discurso humanista de mejoras sociales, igualitarismo, caridad pública, etc, es el discurso oficial y por lo tanto es indistinguible para la gente con buena voluntad. La libertad de pensamiento e interpretación dentro de iglesias como la Iglesia Evangélica Española (IEE) o la Iglesia Evangélica Reformada Episcopal (Comunión Anglicana), tampoco parece atraer a la poca gente que todavía busca en la religión cristiana un refugio donde estar a salvo de las tendencias “disolutas” del mundo. Esta gente quiere desfogue emocional, una idea de Dios-persona muy fuerte, una escritura o dogma por el que guiarse moralmente. Líderes con cierto carisma espiritual y autoritario.
d) Toda la contribución teológica del protestantismo moderno resulta demasiado intelectual para las masas. Kart Barth, Reihold Niebuhr, Paul Tillich, Rudolf Bultmann, Dietrich Bonhoeffer, Emil Brunner, Hans Bartsch, y tantos otros requieren lectores con cierto nivel cultural y ejercicio de mente crítica. Quedan ahí en la reserva como acervo cultural e inspirador, pero las masas no sabe quienes son ni en lo más remoto. Demasiado farragosos o ambiguos para las mentes inquietas posmodernas.
e) El cristianismo moderno está muy vapuleado por la crítica moderna a las escrituras y el desarrollo de una epistemología de la fe o la creencia que convenza un mínimo. El distanciamiento que el pensamiento crítico ha hecho sobre la religión analizándola y relativizándola como se analiza cualquier estructura de creencias en relación con la mente, la cultura y la historia; relega la fe a un irracionalismo de corte milagroso o por qué sí. Las opciones religiosas cristianas en Europa se mueven en el mismo ámbito que las opciones personales o colectivas de pertenencia a cualquier club social o artístico. El cristiano se mueve en la indefensión y debilidad a la hora de demostrar lo que cree y por qué.
f) Y entonces la religión va quedando relegada a lo privado, de muros para dentro; apegos fundamentalistas resentidos de una sociedad que no quiere saber nada o muy poco del mensaje cristiano. Sectarismo. En el catolicismo la religión deriva en el folklore o acervo cultural del país: procesiones para el turismo, romerías tipo Virgen de la Macarena para coger borracheras, etcétera.
g) Sin embargo el protestantismo se revitaliza en América Latina a niveles de masa. Las diferentes iglesias pentecostales o independientes (muchas financiadas por los gringos), actúan como máquinas de significación con bastante éxito. Países como Brasil, Guatemala, Colombia, etc, son países donde las masas no están “contaminadas” de intelectualismo racionalista, de escepticismo, de indiferencias decadentes o agotamientos ideológicos y seniles de la vieja Europa. Esta gente sigue siendo joven de espíritu y lo que cuenta es la experiencia, la catarsis emocional, el significado crudo y primario de la Biblia, la fe simple libre de rompederos de cabeza.
h) El protestantismo sigue siendo una fuerza importante de cohesión social y moral en EEUU, aunque yo añadiría que con excepciones tipo iglesias de minorías negras o hispanas o blancos pobres rurales, donde la fe es cruda y simple; sin embargo la sociedad americana vive una religiosidad de ficción, de identidad social, de intentar creer o autosugestión de creer. El virus de la cultura, de las comparaciones “relativizantes”, de la ciencia, del hedonismo, del consumismo, etcétera, hace de la religión en las clases altas una vestimenta social de identificación, en ciertas clases medias una necesidad moral y de cohesión social, y, en las clases bajas quizás mucha mayor fe incondicional, pero también necesidad de club social y contacto con la familia sucedánea de la congregación.
i) Estos apuntes parecen algo pesimistas, pero yo creo que tratan de ser realistas. El cristianismo tuvo sus épocas de “máquina significante” a nivel de masas y clases gobernantes. No sólo el ímpetu proselitista del movimiento cristiano primitivo, sino también de las órdenes religiosas, de la Reforma, del movimiento metodista y los “revivals” tipo Jonathan Edwards, D.L. Moody, Billy Gram.; el vigoroso movimiento pentecostal, etcétera, etcétera. Pero hoy día los países avanzados son refractarios a cualquier campaña de evangelización, de movilización cristiana, etc.
Problemas:
A) La presión social y cultural del contexto en que vivimos hace difícil el mantenimiento de la fe. Hay más presiones a cuestionarla, a estar expuesto a críticas inteligentes del cristianismo, a modos de vida de tolerancia y permisividad que no invitan a reforzar una moral cristiana puritana. Los medios de comunicación y entretenimiento nos invitan a abandonar modos tradicionales de socialización, congregación, etc., en detrimento de mayor consumo, redes sociales, facilidades de desplazamientos.
B) La lectura de los textos-revelación no son tan claras cuando se leen en un contexto cultural muy consciente de las interpretaciones, de las manipulaciones de significados, de la predisposición psicológica a la hora de “entender”. La relación con Dios tiene que luchar contra las explicaciones psicológicas: un producto de deseos personales, de imaginación, de proyecciones; “comeduras de coco”, etc.
C) ¿Alguna idea?