La fiesta de Navidad está construida sobre la nostalgia, pero ¿nostalgia de qué? Es la nostalgia de la infancia y de la infancia perdida. Pero hay algo más. Si nos fijamos en las decoraciones, las representaciones; las figuras simbólicas que se usan durante estas fiestas todo hace referencia a paisajes invernales, a bosques de tierras lejanas; a historias entrañables de pueblos o ciudades cubiertas de nieve. Pero también cubiertas de un manto de nostalgia, de inocencia; como si el mal hubiese desaparecido del planeta y todos los duendes bondadosos de la tierra y del cielo y del mar y de los bosques; salieran a compartir su espíritu con nosotros. Es como una magia que se pierde en la nostalgia.
En algún momento de Navidad solemos mirar al cielo con la impresión de que las constelaciones están en orden y que la vida con todas sus pesadillas, al final ha de ser un sueño feliz. La Navidad es reencuentro entrañable entre familias o entre gente que comparte afectos y cariño alrededor de la cena o a la comida; todo ello junto con la sorpresa de los regalos; y la noche mágica de Santa Claus viajando por el cielo de todo el mundo. Hay celebración religiosa al atardecer o en la medianoche. La Navidad es una fiesta cristiana, pero su significado abarca mucho más. Es una fiesta del espíritu; de la Imaginación; de la Inocencia; de la profunda nostalgia de algo que a pesar de que no pudo ser en el presente y pasado; sin embargo está ahí en cualquier rincón del planeta; del cosmos o más allá del cosmos. Es la promesa de un Reino aquí en la Tierra, pero una tierra transformada; transmutada en buenos sentimientos, en juego, y en nobleza que ya nadie podrá perturbar.
La Navidad es una fiesta cristiana que sin embargo recrea una espiritualidad gnóstica compatible con todo el mundo. El mundo presente con sus conflictos, sufrimientos y anhelos se ve desplazado y cubierto por momentos por una invisible atmósfera de un frío invernal que nos invita al calor hogareño alrededor de una mesa, con la familia; con los amigos. Dejemos que la Navidad siga siendo esa profunda y entrañable fiesta para todos.
http://www.lne.es/opinion/2011/12/21/gnosticismo-entranable-universal-navidad/1174013.html
http://www.lne.es/opinion/2011/12/21/gnosticismo-entranable-universal-navidad/1174013.html
Sé que me vais a mencionar el consumismo, el derroche y cosas por el estilo. Yo no veo mal que se consuma; y, quien derroche allá él con su falta de autocontrol. He intentado abstraer lo que yo considero sigue siendo ese espíritu navideño hoy día.
ResponderEliminar¡Cómo si el resto del año no hubiera derroche, consumismo y desbarre general!
ResponderEliminarCuando era más joven esperábamos Nochevieja porque era la única noche del año en que se nos permitía salir hasa la hora que quisiéramos ahora la mayoría de los jóvenes lo tienen todos los fines de semana.
Aunque soy ateo desde que tenía unso de razón, coincido plenamente con el Sr. Nesalem en su escrito sobre la Navidad. Hay algo de mágico en esa noche que seguramente nos viene de la más remota antigüedad indoeuropea. Y creo que los niños son los que viven ese mito con mayor intnsidad. Cuando el frío y el invierno se abaten sobre el mundo y parece que van a durar para siempre, hay algo de reconfortante en esa luz dulce que se ve a través de las ventanas, y que promete el calor de la lumbre y los buenos alimentos, un lugar donde te sientes seguro en compañía de los tuyos, a salvo del frío, de la nieve y del hostil y oscuro mundo exterior. Claro que también deben influir las leyendas navideñas que nos contaban en la iglesia y en la escuela cuando niños, todo eso del Niño Jesús, la Virgen, etc.
ResponderEliminarEn cuanto a la Nochevieja, no puedo decir lo mismo. Es una noche exterior, de juerga y de amistades. Yo, de joven, era muy tímido y no tenía amigos. Por eso la Nochevieja nunca me gustó; me quedaba en casa royendo mi resentimiento contra el mundo hostil, leyendo libros de divulgación científca o poniendo al día mis estudios.
Runand
Es curiosos que esté leyendo ahora mismo Steppenwolf (El Lobo Estepario)de Hermann Hess. Ahí habla de algo parecido a lo que dice Runand sobre la Nochevieja.
ResponderEliminarLa Nochevieja es una fiesta que ya no significa lo mismo. Podría tranquilamente pasarla leyendo un libro en solitario. Por razones de compromisos sociales pues hay que celebrarla, pero nunca fue una fiesta de mi gusto; es más mundana, más pachanguera, más profana; más de instintos prosaicos de este mundo corriente y ordinario que de ese "otro mundo" de profunda nostalgia.
En mi familia nunca se celebraba. Era algo ajeno a nuestra idiosincrasia.
La magia de la Navidad es una de esas cosas qe no tiene explicacion racional. Y por supuesto, cuando los humanos nos dejamos guiar por la "emocionalidad" no hay escased de gente que este dispuesta a explotar la situacion.
ResponderEliminarEn las ultimas decadas esta fiesta ha sido objeto de ataque visceral por parte de ciertos colectivos que quisieran eliminarla; por mi parte basta que se opongan a ello para que yo me emperre mas...de no haber sido asi, quiza hubiese perdido el interes en la celebracion.
En el fondo Navidad es una perfecta excusa para REVINDICAR el lazo y la intimidad de las familias...y es esta la razon por la que se ha hecho tantos enemigos entre aquellos colectivos que tienen como objetivo la destruccion de la unidad base social tradicional.
Kousinsky
Imagino a aquellos paisanos de la Prehistoria, cuya vida transcurría duramente en pos del sustento diario, luchando contra las inclemencias del tiempo y de las alimañas, cazando para comer, en guerra con otras tribus, etcétera, elegir unos días hacia el solsticio de invierno para hacer un alto en la hostilidad cotidiana y relajarse a la luz de las hogueras, como refuerzo comunitario frente a un mundo hostil.
ResponderEliminarLa Navidad debe proceder de algo así.
La crítica al consumismo es muy aburrida. La gente consume lo que le da la gana, y el que no se controla es responsable de su descontrol.
Konstantínos
Es evidente que el señor Konstantinus vive la Navidad como otro proceso físico-químico.
ResponderEliminarJe, je...
K. (No-Kousinsky)
Todo lo que hemos dicho por aquí es verdad. Pero ¿quién nos librará de la muerte? Nada ni nadie. ¿Habrá injusticia mayor? Todos estamos preparados (por lo menos yo) para vivir eternamente, con un estado de salud pasable. No es una idea que me angustie lo más mínimo, eso de vivir eternamente. Entonces, ¿por qué diablos tenemos que morir? ¿Dónde habrá mayor injusticia, mayor barbaridad? ¿Quien puede quitarnos de encima la pena de muerte? ¡Somos inocentes!
ResponderEliminarRunand
Mi padre, cuando sentía que estaba próximo su final, decía irónicamente que quería elevar su queja a Kofi Annan, a la sazón Secretario General de la ONU. Su queja por la tremenda injusticia que iba a sufrir. ¿A quién más podía dirigirse, si no? ¿A quién podemos clamar contra tal barbaridad, contra este exceso de crueldad inhomana? A nadie.
ResponderEliminarRunand
Runand
La muerte es inexorable. Es el paso al fuera-del-mundo.
ResponderEliminar"No hay nada tan conforme a la razón como la desautorización de la razón misma". Pascal