03 mayo, 2013

SEXOFUTUROSCOPE

En un posible futuro esto podría suceder. La sexualidad seguiría separándose de su función reproductiva y
sustentadora de valores sociales centrados en la familia monogámica o en serie, para adquirir una función de desarrollo de intensidades de placer cada vez más científicamente y tecnológicamente desarrolladas. Pero no sólo la tecnología se incorporaría a esta labor, sino también la psiquiatría, neurología, etc. Se trataría de utilizar el sexo y sus potencialidades de placer para superar inhibiciones, trastornos de personalidad, relaciones complicadas, etc. Sería el desarrollo potencial de la libido en función de una sociedad feliz que ya es capaz de eliminar, a través de ingeniería social y ciencia, los multiples equívocos y tabúes sobre el sexo. Una vez el sexo logra ser descodificado de su función histórico-social y ético-moral, entonces la pornografía adquiriría un grado de desarrollo que hoy sólo las películas de ciencia ficción nos dejan preveer. Las relaciones placentero-sexuales pasarían a ser: mujer-hombre/hombre/mujer/mujer/mujer/hombre/hombre/hombre/bestia/mujer/bestia/hombre/programa tecno-porno/mujer/programa tecno-porno/gay-lesbo-onanism-type-pervo-type, etc., con lo cual todas las relaciones actualmente institucionalizadas y reglamentadas jurídicamente se irían disolviendo a favor de una mayor intervención Súper-Estatal en todo lo relacionado a propiedad privada, criaturas engendradas (que no ya hijos ni hijas). Incluso la tipología sexual iría desapareciendo a favor de un poliformismo erótico-sexual comúnmente aceptado sin clasificación alguna.

Al no haber problemas relacionados con herencias y propiedades por ser ya titularidad estatal y al ser también las criaturas humanas propiedad del Súper-Estado, pues entonces las relaciones hombre mujer, etc., serían relaciones totalmente libres de tutelas jurídicas con excepción de las meramente basadas en los derechos humanos y las tipificadas en el código penal: violencia, robo, etc. El Súper-Estado se encargaría de regular y planificar la libertad, la educación, los servicios de sanidad, los servicios deportivo-culturales, los diversos centros de encuentro sexual, la vivienda, etc. Ello significaría las relaciones entre las personas desligadas de afectos y fijaciones de tipo "emocional-patológico. Serían relaciones meramente esporádicas a nivel
individual, colectivo, o de pareja; pero sin compromiso afectivo ni jurídico alguno. 

Quien quisiera cuidar sus criaturas pues bien, pero sin derecho alguno de propiedad. Y si no pues pasarían a los jardines de infancia del Súper-Estado y toda su estructura pedagógica-educativa que enlazaría con el sistema económico-productivo en forma de centros de producción cada vez más automatizados, informatizados, centralizados en grandes programas de diversificación de producción. Todo seguiría una matriz basada en programaciones pedagógicas-educativas. Pero la producción de criaturas humanas dejaría de ser un asunto privado de pareja o grupo para pasar a ser un proyecto de ingeniería genética. Las criaturas serían producidas a través de programas-diseño y en función de una estabilidad y equilibrio de población. 

Se desarrollarían de forma intensiva las disciplinas como la sociología, la psiquiatría, la neurobiología, las ciencias de la educación, la alta cibernética, la ingeniería genética, etc. La religión pasaría a ser una modalidad artística más permitida en esa función ritualística-simbólica. De no ser así se consideraría una patología de la mente a eliminar con terapias y reprogramaciones basadas en potentes medicamentos y centros de rehabilitación.

7 comentarios:

  1. Las utopías de Marcuse, Wilhelm Reich y otros iban en esa dirección. Se trataba, en el caso del primero, de crear una poderosa administración que gestionara el trabajo rutinario, los servicios gratuitos y la producción automatizada para luego la gente dedicarse a jugar y hacer el amor. El segundo iba más en torno a comunas descentralizadas de amor libre y desapego.

    Luego estaban las utopías negativas tal como la de Huxley (Aldous), donde las cosas iban más en plan sociedad-robot de control absoluto. Enfin, ya está todo escrito.

    Que estas utopias no lleguen a ser verdad por mucho empeño que pongamos, dice mucho de los que es la naturaleza humana: complicada y equívoca. Y luego está la pregunta del millón: ¿quién controla al controlador?

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  2. Como dice la sabiduría popular, y no se equivoca: "El asunto de la jodienda... no tiene enmienda". Por más vueltas, reflexiones y teorías que le echemos.

    Pedrosa Latas

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  3. Unos pocos jóvenos y jóvenas leíamos a Marcuse con reverencia y lo tomábamos en serio. Además como escribía con aquel lenguaje tan esotérico realmente creíamos que ya teníamos, a través de Marcuse, las claves de la historia y la verdad. Y esa era la verdad: el mundo llegaría a ser un paraiso de jóvenos y jóvenas (mayores de espíritu crítico-perverso-juvenil incluidos)administrados por un Gran Estado neutro y sus máquinas que nos harían el trabajo rutinario de limpieza de alcantarillas o fabricación de tornillos y luego a bailar bajo el ritmo del rock por los parques sueltos y a comer bocatas medio desnudos por las playas tipo California follando sin parar y creando arte sin fin.

    Sólo unos pocos leíamos a Marcuse, la gran mayoría del redefinido proletariado neo-marxista, seguía sin leer nada. No gastaba un puto duro en un puto libro. Ellos iban donde la moda y los crudos intereses les llevaban.

    Fueron tiempos dulces, pero todo ello llevó a muchos "creyentes" a la puñetera frustración y resentimiento, cuando no a la droga y al suicidio. La verdad de la vida suele ser bastante perversa. Hasta muchos progres majos que reverenciabas los veías subirse al carro del oportunismo más maquiavélico (la política independiente de la moral o la ideología)para medrar trepar y corromperse con gusto.

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  4. El mundo por ser abrumadoramente complicado requiere de simples herramientas mentales para abrirse camino en él. La clave está en una ingenua, limpia, tolerable, y al mismo tiempo, intransigente entrega a D-ós. Hay valores que son absolutos e inegociables: absoluto respeto a la dignidad humana, a su intimidad o privacidad; libertades democráticas siempre ligadas a deberes y obligaciones. Es muy simple.

    Y ante todo está el amor al trabajo. Nada es posible si odiamos trabajar, si en el fondo odiamos el trabajo y la elemental disciplina que la vida nos exige. Cientos de progres de mi época eran unos simples pícaros, más vagos que la chaqueta un guardia; era todo un cuento chino para luego medrar en la política o buscarse la vida con el mínimo esfuerzo.

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  5. Marcuse, Sr. Vital de Andrés, hablaba de aquello de la "desublimación represiva". El Sistema ya no era el sistema represivo de antes; en la època de la automatización y producción en masa, el Sistema se basaba en una libertad aparente, consistente en la liberación de los instintos sólo a nivel sexual, en la mejora substancial del nivel de vida de las masas, que les permitía disfrutar de vacaciones, moda, consumo abundante de toda clase de "gagdets"... Todo ello configuraba una libertad aparente que servía para ocultar la falta de verdadera libertad, porque servía para mantener a las masas contentas y amarradas al sistema. La libertad sexual no era propugnada por Marcuse contra el sistema, sino que, según Marcuse, era un arma del sistema para mantener contentas y alienadas a las masas. "Desublimación represiva", los instintos dejaban de estar sublimados y eran parcialmente liberados, pero dentro de los intereses y las coordenadas del sistema. Todo ello nos sonaba en los años 60 a libertad sexual, porque el 99% de la juventud todavía vivía dentro de la moral sexual tradicional, ya una moral familiar muy restrictiva para las mozas, ya la moral de la calle y cuartelera para los mozos, con su brutalidad i formas directas, ya la moral de los clubes y centros de inspiración católica, que ya me dirá Ud. Este era el panorama en que resonaban los esotéricos, abstrusos y elevadamente teóricos textos de Marcuse. Marcuse era difícil, pero escribía honradamente y, con una cierta preparación freudiana y marxista, era perfectamente inteligible. Cosa que nunca fueron los piratas de Heidegger, Deleuze & Guattari, Derrida i tutti quanti, que nunca supieron lo que era honradez intelectual.

    El Posaeru

    El Posaeru

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  6. ¿Pero cuál era, Sr. Posaderu, la solución de Marcuse a esa desublimación represiva?

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  7. Hace mucho que no leo a Marcuse, pero en su día leí casi todo lo que publicaba de él la Beacon Press de Boston. La Beacon Press era una editorial fundada por los Unitarios-Universalistas y que publicaba no sólo a Marcuse sino a Herbert Mead y otros. Cuando vivía en Dallas leía "One-Dimensional Man" y subrayaba con gana. Marcuse era 40% Heidegger (razón instrumental, la racionalización de lo irracional,etc) http://ndpr.nd.edu/news/24934-heidegger-and-marcuse-the-catastrophe-and-redemption-of-history/ enmarcado en un hegelianismo (incluida la influencia de Lukacks) con adecuación del Marx temprano (concepto de alienación más que lucha de clases) y una interpretación sui géneris de Freud. Seguidamente leía "Eros and Civilization", "Reason and Revolution", "An Essay on Liberation" y otros más. Todavía tengo arriba en el ático el último libro de él poco antes de morir "The Aesthetic Dimension". Todos ellos publicados en Beacon Press.

    Recuerdo también su polémica con Erich Fromm y como este le criticaba por su escritura innecesariamente farragosa, además de su supuestamente irresponsable interpretación de Freud porfiando por un mundo guiado por un eros perverso y polimorfo.

    Recuerdo también las tardes en que leía volúmen a volúmen los tres libros de Leszek Kolakowski "Main Currents of Marxism" entre chapuzón y chapuzón en la piscina natural de Barton Spring en Austin. Y me viene a la memoria la crítica que hacía Kolakowski al marxismo de la Escuela de Frankfurt, y donde entraba también la trayectoria crítica de Marcuse al marxismo clásico.

    Poco a poco me va viniendo a la mente la obra de Marcuse y me ocurre como me ocurre con todos aquellos que me fueron abriendo espacios de pensamiento y experiencia. Marcuse era ante todo un romántico entusiasmado con las potencialidades eróticas y estéticas del hombre. Valoraba a Novalis y a Schelling y otros. Veía a las minorías negras e indias, a los intelectuales desarraigados, a los estudiantes y al feminismo como futura antítesis del sistema, una vez descartada la izquierda de partido y sindicato como sujeto revolucionario, etc, etc..

    Pero tendría que volver a bajar sus libros del ático para rememorar una época de mi vida en que Marcuse significó mucho. No es lo mismo haber leído One-dimensional Man en Asturias que en Dallas, Texas; el mero corazón de la sociedad de que hablaba.

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