23 mayo, 2013

EL TERRITORIO DE MARTOLP

El territorio de Martolp no es un sitio imaginado ni imaginario. Existe. Sus habitantes no ocultan ya sus sombras como sombras. El territorio no esconde ni retiene nada. En Martolp la oscuridad y las turbulencias acaban sosegándose. Sólo pueden llegar a él quienes tienen un corazón grande y generoso. Poco a poco se van despejando las incógnitas y Martolp se va poblando. No es fácil llegar al territorio. Sólo hay que disponer de ese corazón grande y generoso. Muchos serán llamados y pocos los escogidos. Muchos no disponen de un corazón grande y generoso. Ni pueden fabricarlo.

5 comentarios:

  1. El problema es que no todo el mundo se pone de acuerdo a la hora de determinar qué o quién es un "corazón grande y generoso". Es complicado. Bien es verdad que hay gente con un transfondo bueno. Yo he comprobado cómo hay gente que a pesar de muchas cosas y otras que muestra puedes ver un buen corazón en el fondo. Y hay otros donde puedes ver un corazón malvado y perverso por mucha apariencia de bondad que muestre. Esta vida es muy complicada y la manera de ser de la gente es muy equívoca.

    El corazón bueno de esas personas te hacen ver más allá de este mundo cruel. Es como si en el fondo de esas personas anidase un tesoro o una chispa mágica que te hace ver la vida por ese lado misterioso de la infancia.

    Quién es bueno normalmente no lo sabe. Hay gente buena que se siente terriblemente culpable de muchas cosas porque no logra integrar o comprender la maldad que le rodea. Y luego se hacen confusos, desconfiados; pero en el fondo sigue estando ese buen corazón. Quien alardea de bueno, solidario, repartidor de bienes a todo el mundo; desconfiemos un poco de él en principio. Yo he conocido alguno así que luego en su vida normal es todo lo contrario: tacaño, insolidario, sectario, estrecho de miras; aprovechado del prójimo y de el Estado siempre que puede, etc.

    Y también lo opuesto: ese individualista supuestamente ultraliberal y malo según los cánones españoles católico-socialistas, resulta que es buena persona y generoso con su prójimo. Enfín, el mundo es complicado pero sí existe ese corazón grande y generoso.

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  2. Nadie es bueno porque ha decidio ser bueno. No es algo así como un día que uno se levanta y dice: "Hoy voy a ser bueno". No. Uno es bueno sin saberlo, sin ser consciente de ello. Lo es porque sí. De hecho todos los que hablamos de ser buenos puede que estemos tratando de silenciar nuestro mal corazón. Nuestros venenos. Quien es bueno actúa como es. Es su esencia. Y de ahí que mi reflexión sobre la moral sea muy diferente a lo normalmente aceptado. Se sigue creyendo en un actuar libre, de gente que elige hacer esto y lo otro; pero yo creo que ya estamos predestinados a hacer lo que hacemos. El yo no deja de ser un juego de tira y afloja para poder sobrevivir en el mejor equilibrio. Las fuerzas que nos hacen ser lo que somos no surgen del yo, son mucho más profundas, más complejas. El yo es un modo de reflejarnos y de situarnos cara a los demás. Pero las fuentes de nuestro ser son mucho más profundas, complejas, contradictorias. Ser bueno o malo no es algo que nosotros podamos escoger con libertad. La bondad es un don. Solo algunos lo poseen y no se dan cuenta. El bien, la bondad, los actos bondadosos no son actos de beatos o beatas; son actos plenos de vida; de vida que conecta o está impregnada de cierta calidad. Una calidad que nos da una señal de algo inocente. Inocencia que sobrevive al infierno.

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  3. Sería repetir el parámetro metafísico de nuestra historia donde algo se ha de hacer presente en la existencia para que esta existencia tenga sentido. En este caso esa inocencia se hace de alguna manera presente en algunos y ese presente no se hace inmediato por lógica, o razón o descubrimiento desde un yo, o desvelamiento a través de un libro sagrado. En este caso sería don, gracia.

    Es curioso: de no haber presencia de algo en ese sentido metafísico la existencia dejaría de tener sentido. Una existencia sin sentido pasa a ser una existencia con el sentido que me dé la gana o con el sentido que me impongan como sentido común, o como el sentido que en el fondo siempre acaba en una nada absurda por mucho sentido histórico que le demos al tema o mucha razón objetiva, etc. En el fondo todos sabemos que no hay nada y en la nada acabaremos. Es una forma de suicidio metafísico colectivo que ya ha acontecido y está en proceso. Vive porque sí.

    Y de no ser así entonces poseemos algún tipo de metafísica. No nos desligamos de ella. Quizás en secreto para que no se rían de nosotros. O en público en forma de ideología decente ante los amigos para que te acepten.

    ¿Y si se apodera de tí ese sentido de abrumadora inocencia?

    Por favor, no tomes la pastilla. No hagas caso de la psiquiatría, la psiquiatría está para cubrir la nada y la ansiedad que produce la nada; para adormecer al que sufre por esa nada ...... Muchos religiosos viven esa nada más que nadie y entonces esa razón poderosa de ser Dios o ser Escogidos, o Ser Salvados .... Muchos políticos viven con esa obsesión de hacer lo correcto ante sus votantes, de salvar el Mundo, de ser el representante del Pueblo....

    Si se apodera de tí esa irresistible inocencia simplemente vívela. No la prediques a nadie: estás perdiendo el tiempo. Ese acontecimiento no se predica, ni se anuncia, ni se vende. Guárdalo como un tesoro y vívelo.

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  4. Muy edificante, Sr. Vital de Andrés. Me ha resultado muy edificante.

    Posaeru

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