07 febrero, 2013

VAYA, VAYA. ¿A DÓNDE NOS LLEVA USTED?

Los textos-tejido-bordado están recorridos por intensidades; la intensidad es una energía diferencial (hemos hablado de “espectros” en anteriores epígrafes) que mediríamos en grados. Grados de intensidad. Esta intensidad es polar: va desde el grado 0 (nada, la nada), hasta el grado absoluto de máxima intensidad. Es así cómo podemos vislumbrar velocidades, diferentes velocidades; y, esas velocidades o grados de intensidad van a depender de la mayor o menor libertad de flujos que permitan un mayor o menor grado de intensidad-velocidad. Los flujos obstruidos producirán la disminución de las intensidades-velocidades, produciendo lentitud, estancamiento, ruptura, discontinuidad, derroche y diseminación de energía; y, por tanto, la mayor aproximación al grado cero posible o la nada. Ejemplo: la salud de un cuerpo animal se mueve en ese diferencial de intensidad y en función de factores que hacen posible mejores o peores flujos e intensidad-velocidad mayor o menor.

La economía de un territorio será más o menos estable y óptima si los flujos de intercambio se desarrollan con la mayor intensidad-velocidad. Para ello entran en coexistencia con los canales ético-morales que hacen posible la mayor intensidad-velocidad de energía; y, por lo tanto la mayor creatividad, distribución equitativa y bienestar económico-social de dicho territorio. Es importante ver que los canales ético-morales no son ninguna abstracción sacada de la manga, o, metafísica añadida artificialmente: son canales que también varían en grado de facilitación de flujos. La arbitrariedad moral o la confusión ética es la manera de nombrar los ataques y obstrucciones que se infligen a otros tejidos-texto en su proceso de creación-extensión. Estos últimos opondrán textos-reactivos que también obstruirán los flujos de intercambio perjudicando así los canales de flujos. Es así que la economía de dicho territorio se debilita y se aproxima más al grado cero-intensidad; las velocidades de intensidad-intercambio se harán lentas, se desparramarán (corrupción, ineficacia, atraso); se perderán en charcos viciados de improductividad y por tanto sufrimiento, fricción.

Podríamos incorporar a esta “física” el tema de las relaciones humanas, el arte, los cambios históricos, la mente-conciencia, la ciencia, etc. Es importante mantener el concepto de “espectro” entre dos polos teóricamente absolutos. Quizás esta manera de entender el mundo nos posibilite una mayor integración de las cosas, al mismo tiempo que nos impide caer en fáciles reduccionismos. Pienso que el inmanentismo de Spinoza nos ayuda mucho a comprender esto, pero en mi opinión Spinoza no explica satisfactoriamente los diferenciales de intensidad, ya que la absoluta igualdad de los atributos y modos del Dios spinociano dificulta entender de donde provienen los diferenciales de intensidad o grados de afección, como diría él. Quizás una teoría emanacionista (Plotinio) nos facilitaría una mayor comprensión. Seguiremos explorando.

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