Bhsgt.- ¿Cómo fue tu primera experiencia sindical, Klops?
Klops.- Mi primera experiencia sindical tuvo lugar cuando tenía tan solo 16 años en los Talleres Kronchardt, de vulcanización de goma para uso industrial.
Bhsgt.- Y ¿cómo fue?
Klops.- Pues en aquel taller trabajábamos unos 10 obreros. Sabíamos que la empresa estaba creciendo y que los beneficios crecían, pero nuestro salario seguía siendo el mismo desde hacía años.
Bhsgt.- Y entonces…
Klops.- Pues entonces nos dio a tres o cuatro de nosotros la idea de reunirnos en una cafetería para hablar del tema y hacer algo. Al final decidimos que el lunes (era viernes) iríamos un grupo de tres o cuatro a hablar con el Jefe, un tal Vhnurt Kronchardt, que no era mala persona, pero que soltaba mal el dinero. Creíamos que era el momento de un aumento.
Bhsgt.- Era la época de la Dictadura del general Nemrod, ¿verdad?
Klops.- Sí, claro. Había que tener en cuenta en que contexto político estábamos: efectivamente estábamos todavía en plena dictadura y aquello era acto de sindicalismo crudo e ingenuo. Pero también puro y en su esencia.
Bhsgt.- ¿Y qué pasó?
Klops .- Pues que llegó el lunes y cuando era la hora concertada pues yo miraba a ver si había señal alguna por parte de los del grupo de valientes. Pero no veía señal alguna de hacer nada. Yo entonces fui donde estaba cada uno y les dije “¿Qué? ¿Vamos o no vamos?”. No sabían qué contestarme y supe que estaban cagados de miedo y que no iban a venir a ver al jefe. Yo entonces sentí una rabia incontenible. Serán miserables, pensé. Y sin más ni corto ni perezoso me dirigí a ver a Vhnurt Kronchardt, el jefe, que en aquel momento llegaba a la oficina de abajo a revisar unas facturas o albaranes.
Bhsgt.- ¿Y? ¿Qué pasó?
Klops.- Verás, yo entré a la oficina y con voz temblorosa (tenía 16 años y abultaba poco) le dije: “Queremos que nos suba el sueldo. Seguimos ganando lo mismo y queríamos que nos aumentara el sueldo”. Vhnurt Kronchardt se me quedó mirando con la mirada por encima de las gafas medio bajadas y sin mediar palabra me cogió por el brazo y me pegó una patada en el culo que me lanzó fuera de la oficina como un obús.
Bhsgt.- Joder!!! ¡¡Vaya pasada!! ¡¡De tebeo!!
Klops.- Ríete, pero tenías que haber pasado tu por ello. El caso es que volví a trabajar y a la semana siguiente nos subió el sueldo unos duros más. Hubo represalias contra mí. Esa misma semana, el encargado me puso a picar una fosa que había que hacer y se veía que estaban cabreados conmigo. Y así fue mi primera experiencia sindical. Sindicalismo básico y crudo como ves.
Bhsgt.-Vaya cagados que eran tus compañeros. Fuiste valiente para tu edad.
Klops.- Nada fuera de lo normal: siempre me pareció, desde muy temprano, que en la vida había que tener siempre un mínimo de dignidad. Eso lo tenía claro.
09 junio, 2010
2 comentarios:
Antes de enviar un comentario escríbelo primero en word para conservarlo en caso de que falle el envío. Trata de que no sea muy largo, pero si quieres escribir más entonces divídelo en más comentarios con el "sigue...etc". En caso de no poder enviar por cualquier razón no descrita entonces envíamelo a rbjoraas@telecable.es y yo me encargo de publicarlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
REFLEXIONES EN TORNO A LA EXPERIENCIA DE FE PROTESTANTE
U na experiencia subjetiva es algo inacesible a otras mentes. Lo que ocurre en el alma de las personas es un mundo en sí mismo refractario...
-
U na experiencia subjetiva es algo inacesible a otras mentes. Lo que ocurre en el alma de las personas es un mundo en sí mismo refractario...
-
LA VERDAD.- La verdad es que si te has acogido a un trabajo de 8 a 5 de la tarde esa es la verdad de tu vida en cuanto a tiempo de trabajo y...
-
A veces uno lee cartas al Director como estas. En España recurrimos más al pretexto moral-piadoso que al riesgo. El riesgo nos da pavor. ...
Aunque parezca increíble, llegué a conocer a Vhnurt Kronchardt y puedo corroborar que, efectivamente, tenía esa manera peculiar de mirar por encima de los cristales de las gafas que imponía respeto. Y mala leche. Muy mala leche. Y, efectivamente, allí, en Kronchardt Inc., se trinchaba goma, mucha goma; certifico que todo lo que Vd. describe corresponde con la realidad.
ResponderEliminarTodos esos personajes ya han muerto.
ResponderEliminar