Muere Robin Gibb uno de los más destacados Bee Gees. En el
2003 ya había muerto su hermano gemelo Maurice de forma parecida. Y, en 1988 ya
había muerto también el pequeño de los Gibb, Andy, a los 30 años. Queda Barry, el
mayor y una hermana que en época temprana también intentó fortuna con la música,
pero sin éxito.
La primera vez que escuché a los Bee Gees fue en una gramola
de unos billares de Gijón. Era el año 67 y el tema era Massachussets. Sonaba
muy bien y entonces yo seguía metiendo pesetas para continuar escuchando la misma canción una
y otra vez. Otra vez en un guateque que se celebraba en un centro parroquial
del barrio del Llano de Arriba en Gijón, el grupo invitado tocó la canción
Holiday de los Bee Gees por un par de veces y sonaba divino. Las chavalas y el ambiente subían un crescendo mezcla de erotismo y nostalgia. Las primeras
canciones de este memorable grupo tuvieron resonancia en muchos de nosotros que
ya habíamos empezado a escuchar a The Beatles y The Rolling Stones en años
anteriores.
Eran los años sesenta, cuando la música nos llenaba el espíritu
y la esperanza. Cuando la música contribuía a los buenos ratos de adolescencia
y primera juventud. Y Bee Gees fueron esenciales en la vida de algunos de
nosotros. Música rock suave y de profundo calado nostálgico. Antes de marcharme
a vivir a los EEUU había comprado un álbum que algunos críticos tildaron de
fracaso comercial. Era “Odessa” un doble LP rojo de portada que para mí sonaba
a esencia de los dioses. Todavía hoy es mi álbum preferido. Nunca entendí porqué no
tuvieron éxito aquellas canciones tan bien tratadas, y que tan bien conectaban
con mi espíritu. En EEUU era el álbum que más oía mientras estudiaba y viajábamos
por las praderas y desiertos de Texas.
Los Bee Gees de Sturday Night ya fue otra cosa. El cambio fue tremendo, pero incluso en esa música más
decididamente comercial, si prestamos algo de atención, allí en lo profundo; más allá de los ritmos, todavía se puede apreciar el inconfundible espírtu Bee Gees.
Mi más sentido pésame por la muerte de Robin. Mi más sentida
tristeza por la desaparición de tan buenos artistas que fueron dejando surcos
en nuestra alma. Gracias Bee Gees por vuestra música y buenos momentos.
Hay que ver cómo van cayendo los músicos y los políticos se mantienen con buena salud y con longevidad envidiable. Algún truco tiene que haber.
ResponderEliminarYo también siento que muera gente así,joven,creativa y peculiar. A este grupo los recuerdo como los "maestros del falsete" dicho sea con todos los respetos.
ResponderEliminarRecuerdo mi primer coche, un "Dyane 6", con un casette donde (aparte de Beatles, Rolling, Supertramp y Qeen ) sonaban los Bee Gees ( Inevitablemente unidos a Travolta bailando; a quien respeto profundamente). Eran tiempos de inquietud intelectual-musical, por mi parte y con muchas ganas de aprender.
Recuerdo cuando tú venías de vacaciones de USA que para mí era un acontecimiento convenientemente aderezado por Ramón y Efrén...Venía alguien de ese mundo tan avanzado y con tanta oferta cultural.
En fin... queda McCartney y los que cité antes. ¡Ah! se me olvidaba: y Renacencia.
Claro que los Bee Gees a los que me refiero son los primeros Bee Gees. Los Bee Gees de Travolta fueron ya los del disco y lo posmoderno. Te invito a descubrir esos primeros Bee Gees, descubrirás un mundo nuevo, más allá de USA, de los Beatles, de los Rolling; hasta más allá de Renacencia! Sublime y sencillo al mismo tiempo
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