17 marzo, 2013

FAVORECIDOS Y DESFAVORECIDOS O EL VOCABULARIO DE LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA

Quizás exagerando algo expongo a mi modo e interpretación lo que yo creo que es la justicia distributiva de gente como Rawls, principal teórico de los socialismos socialdemócratas del progresismo actual. ¿Qué piensan ustedes de esta teoría y práctica?

La naturaleza distribuye inteligencia y habilidades a unos, pero desventajas y desgracias a otros. Si Pedro o Pepita son inteligentes eso es un bien natural que les ha sido dado arbitrariamente; por tanto, esa ventaja no tiene por qué ser propiedad individual, si no propiedad común, social; de todos y todas que componemos la sociedad. Entonces la inteligencia o las habilidades o ventajas biológicas de unos han de ponerse al servicio y necesidad de la sociedad en forma de leyes compensatorias que hagan posible que los que sufren desventajas, desgracias o son desfavorecidos en valores morales, en disciplina, en mente desordenada; pues la sociedad ha de emplear todo esfuerzo posible en nivelar e igualar.

Si Luiso es un hombre que no tiene habilidades laborales, pues no madruga bien y el cuerpo le pide cama hasta las diez; o si Claudelina no tiene la inteligencia suficiente para ser ingeniera y tiene que lavar platos en Casa Paco; lo que hay que hacer es tratar de nivelar la condición social de Luiso y Claudelina con programas de compensación social, de formación, de educación; que les haga sentirse bien y así poder gozar del mismo poder adquisitivo y autoestima que Pedro o Pepita, que por injusticias de la Naturaleza creen tener algo que les corresponde a todos. El producto o beneficio social de las inteligencias de Pedro y Pepita ha de ser distribuido de tal manera que compense a los desfavorecidos Luiso y Claudelina.

Pedro y Pepita son favorecidos, mientras que Luiso y Claudelina son desfavorecidos. Una política de igualdad distributiva ha de compensar siempre a los débiles, a los que no han gozado de dotes naturales que les favorezcan; a los que carecen de habilidades; a los que carecen de disciplina e inteligencia para estudiar; a los que no son capaces de centrase socialmente y caen en la delincuencia, en el vicio, en la pobreza; así mismo los inmigrantes o grupos marginados y discriminados. La sociedad ha de trabajar siempre con programas de compensación, integración, inserción y así hacerles partícipes de los beneficios que aportan los biológicamente o socialmente favorecidos.

En este tipo de análisis la responsabilidad individual queda muy reducida. Tampoco hay practicamente responsabilidad moral a la que atenerse. Todos los individuos han de gozar de los mismos derechos y ventajas en una sociedad justa e igualitaria. Han de ser compensados en todo aquello que la naturaleza o la sociedad no les quiso dar inicialmente, para dárselo a otros de forma arbitraria. Para ello se necesita de un Estado fuerte que aplique políticas distributivas. La pobreza es siempre un problema de distribución y reparto. Hasta que no se iguale y compense al pobre la sociedad es siempre injusta.

Nota: El Sr. Cuetu ha completado su definición de nación que había comenzado y sometido a crítica en el epígrafe ¿Qué es una nación?. Podrán ver su más ampliada y corregida definición en el epígrafe mencionado: ¿QUÉ ES UNA NACIÓN?

7 comentarios:

  1. En realidad, según esta teoría de la Justicia, cualquier mérito o privilegio que haga sobresalir socialmente o económicamente a una persona sobre otra estamos hablando de injusticia. La sociedad ha de nivelar a las personas para que tengan una justicia de acuerdo a su modalidad de ser, sin que ello signifique desventaja social o económica posible.

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  2. Imaginaros un plano. Ese plano es la igualdad absoluta de las personas en sociedad. Nadie puede tener más ventajas que nadie. Todos absolutamente iguales.

    Imaginaros que en ese plano de dos dimensiones la gente se mueve de una y mil maneras de acuerdo a mil y diferentes modos de ser. Unos son fontaneros, otros ingenieros; otros centrocampistas, otros personal de limpieza; otros médicos cirujanos, otros artistas, etc, etc. Pero nadie, absolutamente nadie, se sale de ese plano bidimensional para sobresalir en otra dimensión que llamaríamos de recompensa y premio en función de méritos individuales. Se trataría de esa maldita dimensión donde a la gente se le daría un valor social y económico en función de su rendimiento e inteligencia, de tal manera que ese valor social les haría tener mayor poder adquisitivo; más ventajas y, por lo tanto, más poder sobre los demás. Entraríamos entonces en una dimensión de poder y privilegio. La igualdad desaparecería en función de clases y castas sociales que se distanciarían del resto de la sociedad y la dominarían de algún modo.

    Una sociedad absolutamente igualitaria y democrática no podría aceptar jamás esa tercera dimensión; ni siquiera se le ocurriría pensarlo. En esa sociedad todos funcionan en base a su contribución social en el puesto que ocupan. El compañero Pepoff lava platos en un comedor público, pero vive con sus necesidades cubiertas al mismo nivel que Clotilde; cirujana del Hospital General Social. Tanto el uno como el otro tienen derecho al voto en asambleas de decisión, de elección de coordinadores de gestión social o económica, etc. No hay privilegios ni méritos, sino funciones o modos sociales dentro del mismo plano social. Todos son parte inmanente de una sociedad absolutamente igualitaria.

    En esta sociedad igualitaria el poder del Estado sería inmanente a toda la sociedad. Todo se autorregularía en función de normas y leyes inmanentes en cada uno. Estado y sociedad se fusionarían.

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  3. (Continuación de arriba)

    Si ahora pensamos en una sociedad con esa tercera dimensión “maldita”, veríamos que las estructuras autónomas o independientes de tipo civil, empresarial, religioso se organizarían internamente de forma jerárquica o democrática siempre en función de la oferta y la demanda de un mercado libre en toda su extensión. Tendrían también sus reglas propias en función de una mayor efectividad y captación de los mejores profesionales, los mejores servicios, etc. Habría una intensa competitividad entre dichas estructuras monádicas. No habría necesidad de Estado.

    La base de sustentación de dicha sociedad sería el individuo. Dichas estructuras monádicas se irían cubriendo con individuos de mayor o peor valía según su capacidad, inteligencia, eficacia, valor moral, fuerza de voluntad, etc. Estos individuos serían mejor o peor recompensados en función del valor económico y social que aportan. Si un individuo funciona bien permanecerá en dicha estructura el tiempo que sea necesario hasta considerar que puede ser mejor para otra estructura superior; o peor y así descender a otra estructura inferior. No habría tampoco necesidad de Estado pues todas las estructuras se autorregularían en función de sus propias normas y necesidades de mercado en toda su extensión. Unas estructuras desaparecería por su ineficacia y otras nuevas aparecerían con otras funciones económicas.

    Absolutamente, todos los individuos encontrarían su sitio en dicha sociedad monádica. Siempre habría la oferta adecuada para todos los gustos individuales con mejor o peor remuneración económica en base a méritos y (mínima) valía.

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  4. En la sociedad de plano inamnente absoluto los valores serían: solidaridad, cooperación, apertura e intercambio intensivo con el otro; creatividad social. El individuo desaparecería en función de intercambios y desplazamientos sociales constantes.

    En la sociedad monádica se valoraría: la disciplina, la originalidad individual, la fuerza de voluntad, la inteligencia pragmática, la responsabilidad moral; etc.

    Hemos pasado otros tipos de estructuras sociales que todavía perduran y podrían también devenir en futuro propio. Son las sociedades piramidales que obedecen a un orden cósmico mítico-religioso. No hay individuos como tales, son siempre individuos-en-función de familias, tierras, pueblos, empresas ligadas al orden estatal; dependencia dueño-siervo-esclavo; dependencia o posesión de nobleza, templo/orden sacerdotal. Los valores son: obediencia, sumisión, disciplina, reproducción y supervivencia, trascendencia, heroismo, nobleza, honor, etc.

    El fascismo podría encajar en tal tipo de sociedad si sustituimos en mito cósmico-religioso por el mito biológico de la raza, de la nación/patria como esencia metafísica. El individuo está en función de una jerarquía basada en el mito englobador y referente de un orden social.

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  5. En el mundo actual estamos en algún punto del espectro más o menos cerca de la sociedad plano de inmanencia o de la sociedad monádica. En otras sociedades la estructura mítico-religioso todavía tiene un valor importante: teocracias islámicas.

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  6. 1) Absoluta profundidad 2) Absoluto plano de inmanencia 3) Absoluto orden mítico-religioso 3b) Pirámide de emanación.

    1) Profundidad del alma individual capaz de decir no a cualquier imposición. Decir no implica la negación de lo dado, la posibilidad de otras cosas; la afirmación de la libertad en oposición a cualquier voluntad externa u orden impuesto. El no abre las puertas a lo nuevo, a lo alternativo. Puede uno elegir ser religioso o ateo. El individuo crea su realidad.

    2) Absoluto plano de inmanencia. Nada es externo a nada. Todo está contenido en el todo. Todo está en el mismo plano de igualdad y equidistante a cualquier otra cosa. No hay profundidad, sino superficie. Todo es superficie que se puede replegar, arrugar; pero luego vuelve a extenderse sin dejar de ser el todo. Pasado, presente y futuro coexisten en el mismo plano de absoluta inmanencia. Yo soy, pero al mismo tiempo que soy soy también eso otro que ya está en mí y viceversa. Todo es Dios y no hay nada fuera de Dios.

    3) Absoluto orden mítico-religioso. Mi yo es el alma creada por Dios o por los dioses y Dios ha creado el universo bajo leyes naturales y morales. Yo he de adaptarme y obedecer esas leyes para estar en sintonía con el orden correcto; en armonía con la creación y con Dios. La creación de Dios me da a elegir entre el bien y el mal y he de elegir el bien. La sociedad ha de estar configurada de acuerdo al modelo que Dios ha establecido.

    3b) Pirámide de emanación. Todo emana de Dios y todo está contenido en Dios, pero hay grados de aproximación o distanciamiento de Dios. Desde el espíritu a la materia más tosca hay grados de materia-espíritu que se va destilando hacia mayor perfección o degradando en mayor corrupción, separación, alienación. La política ha de seguir un orden cósmico. El individuo ha de buscar la perfección hacia lo UNO. Superar la alienación.

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  7. La razón como guía de navegación por encima de las emociones/sentimientos que nos esclavizan. La razón es la mente que representa de modo consciente la extensión. La razón son los principios éticos universales. Siempre en función de mayor alegría e intensidad creativa. Cuando las emociones y los apegos nos crean tristezas, disminuye la potencia. Navegación. Arte de navegación.

    La razón o principios éticos universales son constantes e inmutables e incondicionados. La potencia, la alegría, el aumento de creatividad se alimenta de una chispa incondicionada que actúa como luz. En Spinoza no hay tal posibilidad de chispa incondicionada por no haber trascendencia posible, pero la chispa incondicionada es una intensidad que solo se manifiesta como modalidad absolutamente singular. Está ahí.

    Incondicionado, autosuficiente, se sustenta a sí mismo. Incomprensible.

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