REGASURO.- Amiga Nagkalati, acabo de leer un libro de Antonio Negri donde habla de “las
multitudes” como agente de resistencias y cambios sociales y políticos en este
mundo post-post-moderno. “Las multitudes” serían algo así como una redefinición del “sujeto
revolucionario” de la izquierda tradicional que exigía una toma de conciencia,
una militancia, una definición e identidad como tal sujeto en externalidad con
el sistema capitalista. En cambio “las multitudes” son subjetividades que se
forman de forma inmanente en los modos de producción de conocimiento, de
distribución telemáticos-informáticos, etc.. El pensamiento de izquierdas busca
desesperadamente una alternativa teórica que dé sentido a su labor de transformación
social. Negri habla también de “lo común” como el nuevo territorio que se está
abriendo en política que rompe con los partidos, los sindicatos o sino rompe
los atraviesa y la resistencia toma la calle, los conocimientos son para todos,
etc, etc….
NAGKALATI.- Pues yo creo que la cosa es mucho más fácil de lo que teoriza Negri. El agente de
resistencia o agente revolucionario que todos debemos de tener en cuenta es el
alma buena e inocente. Es ese el referente más absoluto que se puede echar en
cara a todo: el Capitalismo, el Socialismo, la Historia, la Ciencia, la Religión,
la Filosofía, el Mundo, el Universo. Todo. Gayatri Spivak teorizaba sobre el
sujeto más revolucionario de la historia y ese sujeto habría de ser la mujer
campesina de los países pobres, por ser el sujeto más oprimido, explotado, vapuleado;
y sobre el que recaen las violencias de todo tipo: económicas, machistas, etc. Pero
yo digo que habría que ir otro paso más allá: el sujeto más vapuleado, odiado,
ninguneado, explotado es el alma buena e inocente. Habita en todo el mundo y en
todo el mundo se busca su apropiación vampírica.
REGASURO.-Pero eso es una construcción idealista; el mundo
es lo que es y hay que buscar sujetos reales basados en una realidad política-material
con la que se pueda trabajar.
NAGKALATI.- De eso nada, Regasuro; el alma buena e inocente es un sujeto latente y
potente siempre-ya apropiado, subordinado, explotado, oprimido. El alma buena e
inocente sufre una persistente y presente vampirización por parte de todos,
incluidas las “multitudes” de Negri y la mujer-campesina-pobre de Gayatri
Spivak. ¿Quieres un supersujeto revolucionario?, pues ahí lo tienes.
REGASURO.- Pero eso significaría la negación de toda
posibilidad de liberación política y social. Esa inocencia del alma buena nunca
encontraría soporte material.
NAGKALATI.- Exactamente, eso significaría la máxima negación
que puedes oponer a todo lo existente. Es el espejo más absolutamente radical
que puedes oponer al mismísimo universo. Una denuncia perfecta contra todo lo
existente porque el hecho de ya existir significa ya ser explotado, engañado,
vampirizado, invadido, etc…Y el alma buena e inocente cuando aparece en forma de
niño, o de buena persona que se encarna por un momento en ese vecino; por un
instante en tu amigo o amiga; tu mujer o tu hombre, etc, etc.; pues ese es el
sujeto revolucionario más insidioso y odiado por todos los sistemas de poder:
objetivos y subjetivos. Olvídate de Negri y de Terry Eagleton o de Gayatri
Spivak o de Deleuze, o de Foucault, etc.. Refléjate en el alma buena e inocente
y serás libre, absolutamente libre. Aunque sea por un segundo o diezmilésima de segundo.
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