13 septiembre, 2012

SOMOS TAN PUSILÁNIMES Y TAN BUENOS QUE EL ISLAMISMO NOS COME SIN ESCRÚPULO ALGUNO

El fanatismo radical musulmán sigue haciendo alardes de fascismo e intimidación sin escrúpulo alguno. Tanto es así que dentro de los mismos estados democráticos europeos hay un acojone sin precedentes. En el nombre del respeto a las susceptibilidades musulmanas se están prohibiendo libros o películas-documentales sobre el Islam simplemente porque no gusta a las autoridades religiosas de esta religión. El problema es que estas autoridades religiosas del islam tienen el poder de movilizar miles de personas en la calle, de aterrorizar con amenazas; de chantajear todo lo que pueden. En algunos de estos paises ser cristiano o ateo es jugarte la vida.

La respuesta de los paises democráticos se traduce en un cobarde repliegue al chantaje del miedo de este Islam radical. Se tiene miedo y ese miedo se disimula con esa prudencia pusilánime y cobarde tan característica de países que empiezan a perder la dignidad. Mejor transigir que ser víctimas de la violencia islámica y con eso se prohiben publicaciones, programas críticos, debates, etc.  Se coarta la libertad de expresión para ceder a las demandas de estos "ofendidos". Lo que vale para el cristianismo no vale para el Islam. El Islam se ha convertido en una peligrosa excepción que refuerza sus postulados de religión verdadera que sabe imponerse por todos los medios; y, sabe también decirles (sin escrúpulo alguno) a los paises democráticos, cómo deben de tratar esta hipersensible religión en sus medios y publicaciones..

Curiosamente, no oímos ningún comunicado, ninguna proclama oficial y universal del Islam "moderado" que condene estos actos de fanatismo fascista intimidatorios de las libertades más fundamentales de una democracia. Ni siquiera nuestros gobernantes son ya capaces de hacerlo. De esta forma el futuro es de ellos.

Curiosamente, este mismo escrito podría ser considerado ofensivo por muchos mandatarios europeos.

12 comentarios:

  1. No hace muchos años el país en el que osaban agredir a un embajador era pasado por la piedra, hoy ya se ve lo que está pasando.

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  2. Totalmente de acuerdo con su escrito, Sr. Nesalem.

    Hay serias dudas sobre la autoría y las intenciones de la película en cuestión. Es muy posible que haya sido producida con intención de servir de justificación a uno ataques previamente planificados.

    Sea de ello lo que sea, lo que está claro es que no podemos dejar que los déspotas religiosos del Islam nos dicten qué, cuándo y cómo debemos publicar sobre el Islam o sobre lo que sea. Encuentro a faltar una más decidida defensa de la libertad de expresión por parte de los líderes occidentales, que adoptan siempre un tono contemporizador y de disculpa bastante humillante.

    Cuetu

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  3. Los políticos y sátrapas islámicos saben que tienen el poder en la calle ante cualquier "ofensa" al Profeta. Es un arma política de consideración que se seguirá utilizando siempre que convenga. No obstante va a ser muy difícil que estos países logren unirse para cualquier aventura militar contra Occidente. Entre ellos se llevan a muerte. Solo les une la Santa Indignación cuando ofenden al profeta.

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  4. El Islam, tal como está funcionando sociológicamente, es un peligro para la tolerancia, la democracia y la paz.

    En los países donde el Islam es religión mayoritaria, los valores sociales son absolutamente medievales. Conceptos como democracia, igualdad de la mujer, libertad de pensamiento, separación de religión y Estado, autonomía del individuo, etc., no existen en esos países. Muchas veces es difícil diferenciar entre Islam radical e Islam moderado, porque tales diferencias no se manifiestan.

    En general, los musulmanes llegan a nuestros países poniendo exigencias en nombre de su religión, y violentando nuestra convivencia, y a veces nuestras leyes, con tales exigencias.
    Sucede frecuentemente que su capacidad de ofenderse por motivos religiosos es infinita. Se ofenden por cualquier chorrada que en nuestros países no tendría ninguna importancia. Pero, además, su manera de ofenderse no se reduce a un simple enfado, no señor: se pone histéricos, lanzan a las turbas a la calle y te amenazan de muerte.

    Sencillamente, es intolerable. Todo el esfuerzo que nos ha costado en Europa llegar al estado de libertades actual, no puede ser tirado por la borda simplemente porque cuatro santones, mulás o ayatolás vivan mentalmente en la Edad Media.

    Se impone firmeza democrática ante esta nueva especie de FASCISMO, es decir, de ISLAMO-FASCISMO. ¿Hay algún islamista moderado que se distancie de ese discurso bárbaro y radical? Que se muestre, por favor.

    Salud,
    Konstantínos

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  5. Mucha gente piensa que los musulmanes están aquí y que mientras no se metan directamente con nadie que no pasa nada. Pero es un error. De hecho, están ejerciendo ya una censura sobre la libertad de expresión que es más importante de lo que parece. Por ejemplo, observemos que en las televisiones y radio suelen faltar debates sobre el Islam y sus implicaciones sociopolíticas, tanto en Europa como en los países musulmanes. O que, cuando hay algún debate o análisis, es dentro de unos parámetros de corrección política tan prudentes, blandos, dulces y super-respetuosos que no se llega en realidad a debatir ni a analizar nada seriamente. Todo se sume en una nube de algodón de azúcar que más parece propaganda del Islam que otra cosa.

    Y esto sucede por la capacidad de indignarse de esta gente, como apunta el Sr. Konstantinos; una indignación que no vacila en pasar al acto cuando llega el caso. Todo ello crea en los ciudadanos un estado de terror de baja intensidad que impide cualquier expresión clara y crítica. Máxime cuando los poderes políticos occidentales, para evitarse problemas, tienden a reconocer a los musulmanes un extraño derecho a no ser ofendidos por nadie, y a que el que lo haga sea castigado acusado de "odio religioso", "islamofobia" y hasta "racismo".

    La única solución a esta situación sería promover la crítica reflexiva y radical contra la religión musulmana, dentro de unos parámetros de respeto intelectual, pero nada más. Lo mismo que criticamos el cristianismo y no pasa nada. Ejercer esta libertad de crítica en radio, TV, prensa, libros, internet... y que los musulmanes se acostumbren a que aquí en Occidente la crítica es libre y que no pueden imponernos sus criterios de censura medieval. ¿Funcionaría esto? ¿Qué pasaría cuando algún crítico conocido sufriese represalias? ¿Qué cuando sobre algún crítico cayese una acusación judicial formal y fuese condenado a la cárcel? Desde luego, habría que armarse de valor. Pero la triste alternativa sería seguir como ahora: sometidos a la censura de los imanes no sólo de aquí, sinó también los imanes de allá, de los países islámicos.

    Cuetu

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  6. La solución es ir preparándose para lo que nos viene. Una nueva invasión bárbara y oscurantista nos arrecia. Y los nuevos decadentes somos estos europeos tan dialogantes y negociadores y comprensivos. Caerán cabezas, rebnarán cuellos hasta que Alá quede vengado como Dios manda. Rediosssss!!!!

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  7. Mmm... Sr. Nesalem, no me sea Ud., por favor, tan pesimista. Todavía no está todo perdido. Occidente sabrá prevenir tal invasión. Hay mucha gente en Occidente que no los traga, y que, cuando esta cuestión esté entre las prioridades políticas de los ciudadanos, sabrán (sabremos) actuar de manera conveniente. Observe que, por ahora, el tema Islam es un tema de opinión entre los ciudadanos, pero no es todavía un tema de interés político primordial. Todo llegará, al hilo de la evolución de los tiempos.

    Cuetu

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  8. Imposible conocer el futuro. También es posible que surja un Islam dialogante, democrático, y culto que se extienda por el mundo neutralizando sus formas brutales y fanáticas. Surgiría de Francia, de Cataluña, de New York, etc...

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  9. Por el momento, lo que está muy bien es no ceder ni un centímetro en cuestiones como la libertad de expresión en nuestros países. Supongo que se habrán enterado ustedes de que el director de la revista satírica francesa "Charlie Hebdo" ha decidido publicar en portada y en el interior unas caricaturas de Alá, acogiéndose a la libertad de expresión. Declaró a los medios que publicar esas caricaturas es un simple ejercicio de libertad de expresión, y que si cedemos en esa chorrada (no lo dijo así, pero parecido) el siguiente paso será no publicar caricaturas de nadie, y el siguiente paso será no publicar fotos ni imágenes de nadie, y al final habremos cedido en nuestras libertades y habrán ganado cuatro fanáticos medievales.

    Esa actitud está muy bien. Sufrirán amenazas de los fanáticos, pero hay que defender la libertad de expresión en nuestro ámbito de libertad.

    Saludos,

    Konstantínos

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  10. Un Islam liberal y dialogante, Sr. Nesalem, creo que es imposible, ni siquiera surgido de Cataluña. ¿Por què lo veo imposible? Porque la historia del Islam y la del Cristianismo europeo son muy diferentes.

    El Islam no reconoce un referente cultural externo, que sea válido como modelo para su posible evolución. Cosa que sí tenía en Cristianismo medieval, con su reconocimiento de la cultura de la Roma y la Grecia paganas. El Islam está centrado en sí mismo y no reconoce valor a nada externo a él.

    No tiene tampoco una fractura interna que cree una dialéctica evolutiva. Cosa que sí tenía el Cristianismo medieval, con su separación entre poder real (temporal) y poder papal. Había un conflicto permanente entre ambos intereses, en el medievo europeo. Contrariamente, en el Islam no existe una separación entre ambos poderes. Todo se subordina a la Xaria, toda vida política está regida por la ley islámica.

    Cuetu

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  11. Otro incoveniente grave para la evolución del Islam consiste es la falta de autonomía de la razón. En Occidente la razón suele ser justificación última de las cosas y de las decisiones políticas o económicas, incluyendo en los cálculos racionales los intereses o aspiraciones de cada uno. Por el contrario, en la discusión de los asuntos dentro del Islam lo que verdaderamente importa es si todo está de acuerdo con el Corán y la Xaria. Esto es el criterio supremo. La razón se ve sólo como un instrumento que sirve para demostrar la verdad y justeza del Corán, y para ver cómo las cosas han de ajustarse al Corán. Y para nada más. Cualquier uso de la razón que contradiga al Corán y la Xaria es un uso blasfemo y condenable.

    Es por todo ello que una evolución del Islam en un sentido liberal y moderno aparece como cosa imposible. Al menos en uno o dos siglos.

    Cuetu

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  12. En una encuesta de Onda Cero sobre las caricaturas del semanario francés Charlie Hebdo, el 63% de los encuestados creen que es un ejercicio de libertad de expresión, pero el 37% cree que es una provocación. Me parece un alto porcentaje que en España responda en una encuesta un 37% de gente que de alguna manera "comprende" a los musulmanes indignados. Véase en Francia cómo reacciona un sector de la clase política. Muchos están a favor de la moderación, del ejercicio de responsabilidad con estas poblaciones musulmanas ya que "puede crear problemas a Francia". He ahí la cuestión. Mucha gente antepone el "miedo pragmático" a cualquier otra consideración. Mucha gente en nombre de la "moderación" prefiere ceder a los chantajes antes que enfrentarse a algo que solo lo miden en términos de rentabilidad económica, de tranquilidad y ceder "para que nos dejen en paz". Mucha Europa es así. Cierta izquierda defiende a los musulmanes indignados porque es otra manera de estar contra el sistema y su supuesta "hipocresía". Otros lo hacen porque ven a los pobres musulmanes como víctimas de nuestra arrogancia. Otros creen que hay que "comprenderlos" y dejarlos que ellos mismos evolucionen a su ritmo.

    Recordemos que Hitler tuvo sus "pacifistas" y "comprensiones políticas" en toda Europa; cosa que facitó mucho el refuerzo del gobierno Nazi. Yo no las tengo todas conmigo. No me fío de las masas. Las mismas masas que hoy día "comprenden" mañana se pasan "en masa" al Islam por que sí, porque les da esa identidad fuerte y dura que en el fondo mucha gente necesita para sentirse bien.

    Son tiempos en que la cobardía se disfraza facilmente de "postura civilizada y dialogante".

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