25 junio, 2013

LA DEMAGOGIA DE LAS BECAS E IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

 Colaboración del Sr. Cuetu. les recuerdo que este blog, además de los comentarios libres y sin censura, les invita a participar en forma de epígrafe ateniéndose a criterios de calidad y  normas de respeto.

Las becas, como es sabido, sirven para que la sociedad en general pueda sacar provecho de los estudiantes que son inteligentes y trabajadores, pero que no tienen recursos para vivir como estudiantes universitarios. Toda sociedad moderna y avanzada es consciente de que
son precisamente las personas más inteligentes, trabajadoras y capacitadas las que han de llegar a ocupar los puestos de más responsabilidad y más elevados, independientemente de su clase social o nivel económico familiar. No se puede desaprovechar este potencial humano sólo porque muchos de ellos no tengan recursos para estudiar. Puesto que toda la sociedad saldrà beneficiada, esto justifica que el Estado invierta recursos en becas. Nadie o muy pocos habrá que no estén de acuerdo con este planteamiento de las becas.

Ahora bien, el acuerdo general ya no es tan fácil si planteamos esta otra cuestión: ¿Debe el Estado conceder becas también a los estudiantes sin recursos que sacan malas notas? En mi opinión, no. Porque los recursos del Estado, siempre escasos,  no son sino el dinero que Ud, yo y el vecino del 5º pagamos en forma de impuestos Y nuestro dinero es entregado al Estado para que éste lo invierta en beneficio de toda la sociedad. Si el estado entrega el dinero público a estudiantes todo lo pobres que queramos, pero que no aprovechan el tiempo o que no son capaces de sacarse una carrera durante años, estaría malgastando el dinero de todos. El dinero entregado puede servir perfectamente para que tal estudiante sin recursos se pegue la gran vida durante años, pero no para reportar ningún beneficio a la sociedad. El estudiante pobre pide a la sociedad una oportunidad. Dice: "Pagadme los estudios entre todos, y yo os prometo que no os defraudaré". Este es el contrato implícito del becario. Y la oportunidad consiste en: "Vas a estudiar, pero debes demostrar que estás aprovechando el tiempo y el dinero que, excepcionalmente y con gran sacrificio, te dan tus conciudadanos confiando en ti".  Tus conciudadanos no te pagan un dinero a fondo perdido sólo para que pasees libros por las cafeterías de la ciudad, ni para que vivas la "dolce vita" universitaria. No te pagan para que tengas derecho a vivir la misma vida que viven los estudiantes hijos de ricos. No te pagan por el gusto de ver que un joven pobre puede llevar el mismo tren de vida muelle y divertida que un joven rico. Te pagan para que estudies y el día de mañana devuelvas con tu trabajo a la sociedad el favor que te están haciendo, no para que al cabo de unos años abandones los estudios por imposible y todo el dinero invertido en ti sea dinero tirado. Y si no demuestras un rendimiento mínimo, lo mejor, tanto para ti como para toda la sociedad, es que te dediques a otra cosa.

De acuerdo que los estudiantes ricos pueden estarse todos los años que quieran, perdiendo el tiempo en la molicie. Pero la misión de las becas no puede ser que el estudiante pobre
pueda pegarse también esta vidorra. Es inmoral que el escaso dinero de los ciudadanos se gaste para esto. Con motivo de que el gobierno actual del PP quiere exigir un nivel de notas para conceder becas, se oye mucho esta frase: "¡Ahora resulta que los hijos de los ricos pueden estarse todos los años que quieran estudiando sin dar golpe y a los hijos de los pobres se les exige un rendimiento!" Pues sí, oiga. Hay que exigir un rendimiento (y el PP no es santo de mi devoción, pero aquí tiene razón) La frase en cuestión es una falacia demagógica. Porque tanto el hijo del pobre como el del rico, cuando están estudiando una carrera, deben dedicarse con todas sus fuerzas al estudio. Esto es lo normal, la vida normal del estudiante. Lo contrario es inmoral, tanto si son ricos como si no lo son. Si los ricos pueden permitirse no trabajar, o ser unos burros de solemnidad, y sacarse la carrera al cabo de muchos años, allá ellos con sus cuentas y SU dinero; el Estado, con el dinero público, no puede dedicarse a promocionar que los hijos de los pobres hagan lo mismo. Bien al contrario, el Estado debe estimular la moralidad pública en toda la sociedad, el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Becas, sí; todas las que hagan falta. Pero SÓLO al que demuestre capacidad, honradez y rendimiento. 

23 comentarios:

  1. "Capacidad, honradez y rendimiento"; Cuetu, creo que te has equivocado de país. Eso no da votos.

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  2. El argumento de Cuetu YE FALSU.
    1.-No hablamos de dar dinero a quien saque "malas" notas. Esos nunca reciben dinero. Sino de pedir "alto nivel" de notas para dar dinero. Que yo sepa hay que sacar mas de 5 para tener beca. (Y hablamos siempre de medias ¿no?)
    2.- Los impuestos de todos los ciudadanos (los pobres también pagan IVA y otros impuestos) corren con un alto % de una matricula universitaria. Qué tal si según renta las 2as y 3as matriculas se encarecen progresivamente?
    3.- ¿Por qué no cambiar el modelo y en lugar de becas conceder prestamos -o al menos un %- que el licenciado se compromete a devolver una vez tenga trabajo. (Tal vez porque nunca lo obtenga. Lo obtenga precario o minijob que le llaman ahora, o por debajo del salario mínimo)
    Recomendación a Nesalem: ¿Por qué no debate sobre las declaraciones de hoy del Pte. del BCE comparando Europa con otras economías, pero no precisamente la USA? No tienen desperdicio a dónde se quiere llevar este mundo globalizado.

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  3. Nunca hay igualdad de oportunidades. Las clases privilegiadas las tienen todas, y las pobres, ninguna, salvo los que por su inteligencia y esfuerzo (y alguna otra beca) pueden salir adelante.

    El problema es que esto no lo pueden arreglar los colegios. El ambiente social y familar son casi determinantes. Entre mis vecinos de color la posibilidad de que sus hijos vayan a la universidad es la misma de que vayan a la luna. A un chaval que hasta que llegue al colegio no ha visto un libro ni por el forro no lo arregla una beca. Es ya carne de presidio.

    Dar becas a gente que no rinde es perder el dinero. Seria mejor empleado el dinero en ayudas sociales para mejorar sus ambientes. Claro, que eso crea otra bola de problemas.

    Saludos,

    Michael (Texas)

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  4. Se podría cobrar las matrículas del año siguiente haciendo un baremo con las calificaciones del año anterior. Si se sacar matrícula, pues una matriculación gratis y de ahí hacia abajo proporcionalmente.

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  5. Con mi artículo, sólo pretendía criticar la postura de aquellos que son partidarios de suprimir el requisito de rendimiento. Porque hay gente que, por igualdad de oportunidades, entiende que igual que los ricos tienen "la oportunidad" de echar los años que quieran para sacarse una carrera, los pobres deberían poder hacerlo igualmente. Y eso no, pñor las razones suficientemente apuntadas.

    Ahora bien, veo que ninguno de los comentaristas se ha mostrado partidario de la supresión del requisito del rendimiento. Sólo hay discrepancias sobre el nivel en que hay que colocar el listón. Personalmente, creo que el listón debe ponerse en un nivel a partir del cual se pueda decir que, el que lo cumpla, es un buen estudiante. Creo que el Estado no debe financiar a los malos estudiantes, ni siquiera a los mediocres. Eso sólo serviría para incrementar el paro entre licenciados. El dinero público debe servir, como reza la frase clásica, "para que no se pierda NINGÚN TALENTO por falta de recursos".

    Naturalmente, se debería perseguir el fraude en las becas, cosa harto difícil de conseguir. Ejemplos de fraudes: el profesor que infla la nota de un alumno para que no pierda la beca; el alumno que va a la universidad en BMW propio (casos reales narrados por testigos) y que cobra beca, porque su padre figura que gana 600€, puesto que la mayor parte de su sueldo y sus propiedades están a nombre de la empresa; las universidades que inflan las notas en general, para no perder "clientela". O de injusticias, como el hecho de perder la beca por trabajar. Con lo cual resulta que, al lado del del BMW, hay el joven que va a la Universidad en bicicleta y que se rompe el lomo trabajando y estudiando, pero que no cobra beca porque tiene un miserable trabajo. Habría que ver de qué trabajo se trata y cuánto gana, antes de quitarle la beca.

    Cuetu

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  6. MÁS REFLEXIÓN SOBRE LAS BECAS, SOBRE EL SISTEMA UNIVERSITARIO Y SOBRE LA ECONOMIA EN GENERAL.

    Cuando profundizamos un poco, vemos que el tema requiere más reflexión. Es verdad, como también dice el Anónimo del día 25 a las 18:23, que un alto porcentaje de las matrículas corre a cargo del Estado, es decir, de los contribuyentes, sean pobres o ricos. Dicho de otra manera: quizá el sistema español de Universidades representa para los contribuyentes una carga excesiva, muy superior a las ventajas sociales que aporta. No digo que sea así, sólo digo que habría que planteárselo.

    Las inversiones del Estado tendrían que regirse por el principio de rentabilidad pública y racionalidad económica. Si los inversores privados son sumamente cuidadosos con su dinero privado, mucho más cuidadoso tendría que ser el Estado con el dinero de todos. Por ejemplo, deberíamos exigir que un tren de Alta Velocidad sea rentable, es decir, que sea una fuente de ingresos para el Estado (y esos ingresos serían la medida de su utilidad pública) y no un pozo de pérdidas sin fondo (pérdidas que son la exacta medida de la inutilidad económica de la obra). Pero de hecho no lo hemos exigido, y todos los trenes de Alta Velocidad que se han construido para dar servicio a Madrid, es decir, para que los madrileños puedan ir a todas las provincias cómodamente, y viceversa (cinco, ¿o son seis?) son un pozo de pérdidas eternas para el Estado, y no sirven tampoco para dinamizar significativamente la economía de las provincias afectadas. Mientras que las líneas que tendrían una alta rentabilidad en todos los sentidos, el Estado ni siquiera hoy se las plantea. Cosa que debería haberse previsto con antelación, y no meter al Estado en una ruina enorme por tiempo indefinido. Por cierto, se repitió el error del siglo XIX, con la red radial de ferrocarriles.

    (...)

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  7. (...)

    Las Universidades deberían regirse también por el principio del rendimiento económico para el conjunto de la sociedad. El estudiante, pues, debería pagar el importe real de la matrícula. Excepto los que obtengan becas de matrícula merecidas. No debería considerarse la Universidad igual que una línea de ferrocarril, puesto que el beneficio que la sociedad obtiene de la primera no siempre puede evaluarse en dinero. Pero sí que el estudiante debería pagar un coste más real de su matrícula (excepto los becarios, repito). Y el Estado debería plantearse, globalmente, si el coste total del conjunto de las universidades del país está justificado por el beneficio que la sociedad obtiene de ellas. Beneficio avaluable en dinero o en otros bienes inmateriales a considerar.

    Porque quizá se diera el caso que la política más racional fuese la de mantener sólo tres o cuatro universidades en todo el país, y cerrar las restantes. Quizá muchos cientos de miles de alumnos deberían plantearse seriamente que lo más beneficioso para ellos y para la sociedad (medido este interés de la sociedad en la oferta de puestos de trabajo) sería estudiar una buena formación profesional y no una carrera universitaria clásica. Quizá el Estado debería plantearse que un país donde abundan excesivamente los abogados, por ejemplo, pero no los técnicos en sistemas hicráulicos o en granjas avícolas, no es un país que vaya bien.

    Quizás con las Universidades esté pasando lo mismo que con los trenes AVE. Que responden más a los aires de grandeza que caacterizan al Estado español (¿podríamos decir al carácter nacional español, en general?) que a unos criterios de utilidad económica y social realistas y racionales. Las cuantiosas inversiones ferroviarias o aeroportuarias que el Estado ha hecho para Madrid hubieran estado mucho mejor invertidas en una buena mejora de las líneas preexistentes más útiles, y en la construcción de la línea de Gran Velocidad por el Arco Mediterráneo hasta Europa. Quizá con las Universidades, el dinero que cuesta el Gran Sistema Universitario Español hubiera estado mejor invertido en buenas Escuelas de Formación Profesional (profesionales de todo tipo y condición, se entiende), y en mantener sólo las pocas Universidades auténticamente necesarias y económicamente útiles al país.

    Cuetu

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  8. También muy de acuerdo con el comentario de Michael, de Texas. Excepto, precisamente, con su afirmación primera. No se puede decir que, en todo país civilizado donde exista un sistema de becas, los pobres no tengan su oportunidad. Naturalmente, tendrán su oportunidad los estudiantes pobres que demuestren ser talentosos, y no los vagos ni los burros, hablando pronto y mal. Si los valores en que viven ciertos grupos humanos o familias no son los más adecuados para estimular el talento y el estudio, es un problema que no incumbe ya al Estado directamente. El Estado, ofreciendo becas a los estudiantes inteligentes y trabajadores procedentes de esas familias y grupos humanos, ya ha cumplido con su función. El Estado no puede obligar a ciertos grupos a cambiar de valores y modos de vida; si el estado intenta "reeducar" le llamarán nazi o comunista. Pero hay otros grupos humanos o familias igualmente pobres que se toman el tema de los estudios de sus hijos de otra manera muy diferente. No se trata tanto de pobreza como de maneras queridas y amadas de vivir. De hecho, durante los años 70 en España, está documentado que los mejores estudiantes de secundaria eran hijos de familias campesinas u obreras. El estudio constituía un valor apreciado y reconocido por esas familias, un acreditado medio de promoción social, y fue aprovechado por muchos hijos de clase obrera.

    Cuetu

    Cuetu

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  9. ¿Qué se entiende por "igualdad de oportunidades"? Esta expresión no deja de ser una manera eufemística de hablar, tan característica de los Estados actuales, basada en el concepto de "igualdad". En realidad, el objetivo no es ni debe ser la "igualdad de oportunidades", sino "dar oportunidades a estudiantes pobres". El Estado, como expliqué largamente por aquí arriba, no debe tener por misión que el estudiante pobre lleve la misma vida que el estudiante rico. Éste, siempre podrá repetir tanto como quiera (dentro de los límites legales), o pagarse una Universidad privada donde los títulos sean más fáciles de obtener. El estudiante pobre no puede pretender que el Estado, es decir, sus conciudadanos, le paguen este tipo de vida. Por tanto, las oportunidades ni son iguales ni lo deben ser; solamente puede ser que el estudiante pobre, pero trabajador e inteligente, tenga su oportunidad de hacer una carrera.

    Cuetu
    Cuetu

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  10. Una combinación de baremación de ingresos a la baja con la solución de El Último de Filipinas no sería mala idea. Simple, sencillo y justo.

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  11. Por otra parte, son muchísimos los españoles que ven ese derroche que el Sr. Cuetu describe. El Sr. Cuetu asocia español a "aires de grandeza".

    Cuetu dice: "Que responden más a los aires de grandeza que caacterizan al Estado español (¿podríamos decir al carácter nacional español, en general?) que a unos criterios de utilidad económica y social realistas y racionales."

    Sr. Cuetu, estas generalizaciones no son buenas. Conozco muchísimos españoles que no responden a esa descripción que usted hace.

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  12. Pilar Rahola sobre el tema:

    http://www.lavanguardia.mobi/slowdevice/opinion/articulos/20130627/54376314490/las-becas-de-wert.html

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  13. Lo que dice el Último de Filipinas es que el importe de las matrículas sea inversamente proporcional a las notas. Pero el estudiante que disfruta de beca sería absurdo que pagara ninguna matrícula. Y el que no tiene derecho a beca pues tendrá que pagar el importe íntegro. Lo importante, creo yo, es que el sistema de becas (con matrícula gratis) se base en dos cosas: la renta familiar y las notas. Y que se exija un nivel de notas alto, para sacudirnos la molicie y la mala costumbre de vivir de subvenciones. La beca ha de corresponder a la inteligencia y al esfuerzo, y si no, no hay beca.

    Por otro lado, habrá estudiantes que no tienen derecho a beca, a causa de ingresos familiares no bajos o notas no altas. Entonces el Estado tendría que hacer algun convenio con la banca privada para la concesión de CRÉDITOS al estudio (como indica el Anónimo de las 18:23), que el estudiante, una vez colocado, devolvería puntualmente. Porque hay que pensar que el licenciado de algún ingreso tendrá que vivir, ya que no puede pasarse toda la vida viviendo de los padres o del Estado. Cuando tenga algún trabajillo, por precario y malo que sea, algo podrá autosubstraerse para pagar el préstamo. Y si no tiene ninguna esperanza de poder devolver el préstamo nunca, pues que no lo pida y listos, como cualquier hijo de vecino. Yo nunca pedí ningún préstamo que no estuviese seguro de poder pagar. Si las cosas están tan mal que no podrá devolver el préstamo nunca, ¿para qué demonios meterse en la preocupación y el esfuerzo de estudiar una carrera? No tiene sentido.

    Cuetu

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  14. Los aires de grandeza digo que caracterizan al Estado Español. Y esto es innegable, puesto que por sus hechos los conocereis. Lo de que ese rasgo de hidalguía sea característica de todo el pueblo español lo pongo entre paréntesis e interrogaciones, es decir, con todas las cautelas del mundo. Ya sé que en España hay gente de toda clase, y gente que percibe est problema con toda claridad.

    Cuetu

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  15. Sr. Nesalem, no puedo leer más que los titulares del artículo de Pilar Rahola que Ud. recomienda, ya que es solamente para subscriptores. Si Ud. dispone del artículo completo, le agradecería que me lo enviara o lo publicara.

    De todos modos, al ver este subtítulo:

    "Las becas de Wert
    Poner la criba en las becas es enviar un mensaje malvado: sólo los pobres han de mostrar excelencia".

    No estoy de acuerdo con que eso sea un mensaje malvado. El mensaje malvado sería que el dinero del estado podría servir para pegarse la gran vidorra sin estudiar, o estudiando lo mínimo, como pretende la demagogia de izquierdas.

    Aunque habría que leer el artículo entero para opinar con mayor substancia.

    Cuetu

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  16. Un artículo interesante sobre el tema es el siguiente:

    http://www.elpuntavui.cat/noticia/article/7-vista/8-articles/657689-beques-estrictes-credits-amples.html

    Está en catalán. Quien no lea en este idioma, puede utilizar el excelente traductor que el mismo diario Avui proporciona.

    Cuetu

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  17. PILAR RAHOLA: LAS BECAS DE WERT. LA VANGUARDIA 27-06-13

    Empiezo por lo sustancial: creo que la cultura del esfuerzo es la base del conocimiento y, en consecuencia, estoy a favor de criterios de excelencia en el acceso a la universidad. A pesar de que la llegada masiva de estudiantes de clases populares al mundo universitario ha sido una de las conquistas de la sociedad democrática, también es cierto que hemos confundido el "todo el mundo puede ir a la universidad" con el "todo el mundo tiene que ir a la universidad".

    Durante un tiempo el concepto de "carrera universitaria" ha sido algo más que una salida profesional, llegando al punto de ser una especie de derecho conquistado. Casi una ideología. Y, sin embargo, a la universidad no tienen que ir todos, sino sólo aquellos que tienen la vocación, la capacidad y las ganas de pelarse los codos. Por supuesto, la condición económica no debería ser nunca el rasero que impida el acceso, es ahí donde las becas deberían ser generosas, pero debe existir algún tipo de criba que impida que algunos caraduras conviertan su carrera en un paseo festivo que dura años y años. En algún momento la educación, no sólo la universitaria, tiene que volver a los criterios del rigor y dejarse del buenismo que la ha inspirado en los últimos tiempos.

    Dicho lo cual, lo de la nota mínima de 6,5 de Wert para acceder a una beca es una de esas trampas falaces que, bajo la piel del cordero de las buenas intenciones, esconde al lobo de las malas concepciones. Podría entender -y aplaudiría- que Wert se planteara subir las cotas de excelencia universitarias, y para ello hiciera cuatro cosas básicas: aumentar notablemente los presupuestos para educación, mejorar la enseñanza pública desde primaria, exigir un reciclaje profundo de los profesores -algunos muy notables y otros muy jurásicos- y por último poner notas de corte para los alumnos en el acceso a la universidad.

    Pero, como decía Marta Lasalas en la tertulia de Cuní, poner la criba específicamente en las becas es enviar un mensaje malvado: sólo los más pobres deben demostrar excelencia. Ergo, mientras alguien de familia humilde, cuyas condiciones para el estudio no siempre son las mejores, debe demostrar un nivel alto para tener una beca y así poder acceder a la universidad, un niño de papá puede entrar en una carrera con notas de 4. Es cierto que no pedirá beca, pero sobra recordar que también pagamos con dinero público sus estudios universitarios. ¿Cómo es posible que se venda como concepto de exigencia y excelencia lo que es pura y llanamente una discriminación de clase? Porque si bien poner la criba en el acceso global habría abierto otro polémico melón, pero sería más equitativo, ponerla en las becas es cortar por el lado débil de la sociedad. No se trata, pues, de conocimiento, sino de dinero. Y ya se sabe que cuando el Gobierno busca ahorrar dinero, la flecha nunca apunta hacia arriba, sino hacia abajo.

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  18. Pero ¿6,5 es un nivel alto? ¿Por qué un hijo de papá puede entrar con un 4? ¿Se puede entrar a la universidad con una media de 4? No entiendo nada. De ser así entonces sí se está discriminando. Nadie debería de entrar en la universidad con un 4 de media. Eso es corrupción al grado máximo. ¿Qué universidades son éstas que con un 4 de media puedes entrar? ¿Está diciendo la verdad Pilar Rahola?

    ¿Alguien por ahí sabría explicar este asunto de forma objetiva?

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  19. Evidentemente, el nivel de exigencia en la Universidad debería ser elevado PARA TODO EL MUNDO. Nadie debería poder entrar en ninguna universidad con un 4 en la selectividad. Y también tendría que subir el nivel en los estudios de secundaria. Ahora bien, no se puede evitar que un hijo de ricos tenga ventajas comparativas fácilmente imaginables.

    El artículo de Pilar Rahola mezcla cosas diferentes. Por ejemplo, la mejora del sistema educativo es necesaria, aunque no toda la mejora dependa de más dinero. Hay mejoras importantes que se pueden hacer sin gastar un céntimo más. ¿Quién no estaría de acuerdo con mejorar el sistema? Aunque habría que plantearse que la mejora del sistema pasaría por adecuar el gasto en el Magno Sistema Universitario Español a unos niveles realistas de utilidad social. Por ejemplo, dejando sólo tres o cuatro Universidades para toda España e incrementando la Formación Profesional de calidad.

    Luego se muestra en desacuerdo en que a los hijos de los pobres se les exija un esfuerzo y un rendimiento. Ya argumenté por ahí arriba por qué esto debe ser así, y no lo repetiré. Pero claro, lo que Pilar Rahola está pidiendo, en realidad, es que todos los estudiantes tengan las mismas condiciones de vida, tanto los ricos como los pobres. Y que el Estado pague esta igualdad. Nos está diciendo, en el fondo, que es intolerable que haya ricos y pobres. Está pidiendo que se acabe con "las discriminaciones de clase". Y eso ya es harina de otro costal.

    Es una cuestión interesante para discutir: ¿Es justo que haya ricos y pobres? Es un tema de mucho calado, pero hay que reconocer que es un tema diferente. El tema que estamos tratando es: en la sociedad realmente existente, ¿cómo debería ser un sistema de becas para ser justo? Y yo sigo manteniendo que es esencial, para que haya justicia, que el nivel de rendimiento exigido para los becarios sea alto. Un nivel de exigencia bajo y laxo, sería una injustícia contra la mayoría de los ciudadanos, ricos o pobres, que con sus impuestos pagan las becas quitándoselo de otros gastos.

    Cuetu

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  20. Y una cosa esencial en un sistema de becas serían las inspecciones rigurosas sobre las rentas y propiedades familiares, para evitar los fraudes tan habituales hoy en día. Hay multitud de testimonios que conocen padres que declaran cobrar 600€ y que ganan muchísimo más. No hace falta inspeccionar a todo el mundo. Solamente unos cuantos casos, con sanciones ejemplares para los defraudadores. Y también evitar que determinadas universidades o profesores inflen las notas de los becarios para no perder clientela. Aunque esto es mucho más difícil de demostrar y controlar.

    Cuetu

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  21. Véase vídeo de Sala-i-Martín sobre desigualdades:

    http://www.lavanguardia.com/index.html

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  22. Excelente razonamiento el de Xavier Sala-i-Martín, como, por otra parte, es habitual en él.

    Cuetu

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  23. Hay que rescatar al pobre de su pobreza. El pobre sufre las injusticias de la vida como nadie. El Pobre es la figura de los Evangelios: tirado en el suelo y pidiendo limosna, con sus carnes laceradas con pústulas o granos y pasando hambre. El pobre es el niño pobre de la España de la Edad de Oro pidiendo como pedigüeño por las calles de Valladolid. Los pobres de Quevedo comiendo guisantes duros de una cazuela. Los pobres de África: los pobres de aquella Biafra de los años 60 finales y de Etiopía de principios de los 70. La pobreza en la India y en Haiti.

    Becas para todos hasta que ya no quede pobreza ni hambre en el mundo. Becas igualitarias y solidarias para todo el mundo pobre hasta que ya no quede pobreza.

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