LA VERDAD.- La verdad es que si te has acogido a un trabajo de 8 a 5 de la tarde esa es la verdad de tu vida en cuanto a tiempo de trabajo y supervivencia. La verdad anterior a esa situación es que si no te acoges a un trabajo no vas a poder sobrevivir de un modo decente y aceptable. La verdad de tu tiempo libre de trabajo es esa a la que te dedicas: ver fútbol, leer libros sobre temas que te gustan, emborracharte con los amigotes o amigotas, ir a pasear o perder el tiempo, deportes diversos, dormir una siesta de cuatro horas o ninguna. Etc. Verdad para ti son esas ideas políticas que te dan sentido, que defiendes
encalorado llegado el momento de una discusión, que votas, que te gusta escuchar por tu radio preferida, por el canal de la tele que defiende a tu partido y la gente que te gustaría ver en el poder. O verdad es esa indiferencia a la política y a las ideas en general y te dedicas más al arte o a la mecánica o a simplemente pasar el tiempo. Las verdades son muchas y particulares. Los grupos de poder tratan de presentar su realidad y verdad por los medios que sean: compran televisiones, radios, periódicos, invierten en propaganda por las redes, Internet, etc. Para mucha gente esa es su representación de la realidad y la verdad, pero para otros no. Sería todo lo opuesto. Otros grupos de poder le atraen.
Oiga, pero usted se coloca en un espacio de equidistancia que no existe, que no es verdad. Usted también está comprometido con alguna verdad y desde esa verdad/realidad juzga a los demás.
Sí, tiene usted toda la razón. Verdad está ligada a Realidad, y Realidad está ligada a una ontología que se considera la acertada. Así la ciencia dice estar descubriendo la realidad externa a nuestra mente o subjetividad, y esa realidad nos determina y condiciona queramos o no y si la conocemos bien la podemos utilizar a nuestro favor. La ciencia sería una epistemología que se adecúa a la realidad material, natural, física, que está ahí afuera de nuestros sentimientos, experiencia cotidiana, etc. Muchas veces esta realidad de leyes físicas y demás contradice nuestras supersticiones, ilusiones, magia, ideas religiosas, utopías. Hay verdad ahí afuera que nosotros podemos representar, utilizar, predecir, etc. Bueno, no hablemos de la física subatómica y el principio de incertidumbre, etc. A ese nivel las cosas se complican mucho con el asunto de la verdad objetiva, la epistemología científica se vuelve algo tarumba. No obstanteparece que a niveles de emergentes complejos de nuestra vida normal la ciencia es nuestra guía más objetiva para muchas cosas importantes a pesar de las políticas e intereses que también condicionan dicha ciencia y entonces hemos de recurrir a la ciencia verdadera y pura y la que se corrompe. Muy humano.
Pero fíjese bien, caballero, que la ciencia no alcanza más que a una parte de nuestra experiencia humana que sigue siendo contingente, que sigue siendo lo que he dicho arriba, que no hay manera de encontrar una verdad universal que sirva para todos y que las verdades van a depender de muchas maneras de entender la realidad que nos trasciende y para ello hay metafísicas de todo tipo: religiosas, filosóficas, ideológicas, pseudocientíficas, historicistas, cientifistas, artísticas, espiritualistas, místicas, cínicas, nihilistas, posmodernas, posverdades, etc... Cada persona vive su verdad metafísica sin darse cuenta muchas veces. Los que dominan el poder tienen más facilidad de generalizar sus verdades como sentido común, como realidades indiscutibles. Pero luego esa verdades son subvertidas por otros grupos radicales u opositores y las verdades o realidades y epistemologías son otras. Pero hay algo que estamos pasando de largo: la singularidad de cada persona en cuanto a cómo percibe y vive su experiencia. No se encuentran dos personas que sean iguales en su manera de ver el mundo. Las percepciones varían, cambian o se someten a cierta rigidez y una misma persona puede ser obediente a una ideología pero actúa de forma diferente y contradictoria a esta, puede ser de retórica religiosa, pero luego su vida no responde más que a intereses económicos o profesionales concretos; otro puede ser materialista, pero sueña en mundos espirituales utópicos. Otro se entrega al arte tratando de subvertir las realidades que se le imponen como normalidad, otros se retraen en depresiones, otros rompen en esquizofrenias. El mundo de lo humano, la esfera de la conciencia es una hormigonera de experiencias y sus representaciones y sus concrecciones y contradicciones, y conflictos de visiones, perspectivas, ideas, valores.
En modo físico podríamos ver infinitas intensidades energéticas en forma de interferencias, de refuerzos, de fusión, de continuidad, descontinuidad, de delirios, fantasías, sueños, apegos, desapegos, conjunciones, disjunciones, orden, desorden, conflicto. Todo está dentro del mismo mundo, del mismo cosmos, pero no hay Verdad que sea capaz de explicarlo, no hay Universalidad que pueda funcionar como referente de realidad única que abarque toda la infinitud de la experiencia humana. La verdad son verdades, la Realidad son realidades, las epistemologías son diversas como diversas son las realidades.
Mientras vivimos. Seguimos horarios, no golpeamos al vecino por cualquier nimiedad, compramos y vendemos, trabajamos donde podemos, creemos o no creemos en Dios, estamos de bajo ánimo hoy, pero mañana todo lo contrario. Encontramos la persona de nuestra vida o no la encontramos o si la encontramos puede al día siguiente desaparecer de nuestras vidas, o el amor es eterno. Vemos la realidad de mil y una maneras a cada instante. Ese paisaje de repente nos extraña, nos produce extrañeza, esos ojos de esa persona nos parecen fascinantes, nos seducen las cosas menos esperadas; nos fascinan o repelen situaciones, nos apegamos a rutinas o vicios o caemos en bucles dando vueltas sin salida. Caemos bajo redadas de violencia política o guerras, o nos toca vivir en un país relativamente libre y democrático. Ansiamos futuros diferentes, algunos creemos en la resurrección porque sí, otros no porque su talante no lo permite.... El mundo sigue moviéndose, expandiéndose, contrayéndose dentro de algo ahí afuera que no controlamos, que nos sitúa en el más radical misterio.