se desprende que podemos llegar a saber lo necesario o lo que Dios ha dispuesto para nuestra salvación y vida correcta a través de una hermenéutica acertada que todos los creyentes pueden llegar a perfilar; bien por ellos mismos (con la ayuda del Espíritu Santo), o bien a través de creyentes bien formados: teólogos, pastores, maestros, etc. (también guiados por el Espíritu Santo, se supone). En una palabra: es posible la definición de verdades fundamentales que emanan de la Biblia y que por lo tanto son autoevidentes y verdades esenciales incuestionables; en oposición, claro está, a cualquier otra interpretación arriesgada o contingente. En el primer caso, el sujeto-creyente puede adecuarse a su objeto-revelación, o viceversa, el sujeto-revelación puede adecuarse a su objeto-creyente; si no de una manera unívoca, si aproximativa. De ahí que en mucho protestantismo haya recurso a una autoridad externa incuestionable que ha de regular la fe de los creyentes a través de las autoridades eclesiásticas o denominacionales mejor reconocidas por su clara enseñanza y doctrina. O, a veces por la interpretación profética reconocida de algún líder reformador o restaurador o “reavivador” de alguna iglesia ya establecida o fundador de una nueva.
Pero si ponemos en duda la hipotética inspiración
del Espíritu Santo de quienes se lo arrogan o se lo arrogan, entonces las
verdades autoevidentes y esenciales incuestionables se quedan en
interpretaciones reglamentadas y sancionadas por instituciones eclesiásticas,
organizaciones establecidas o consensos doctrinales acatados en base a criterios
teológicos relativos a situaciones históricas concretas de las iglesias. Lo
esencial y autoevidente queda inexorablemente relativizado e historizado y, de
ser así, entonces la autoridad externa incuestionable sustentada por el
Espíritu Santo, queda así mismo en entredicho y relegada a una interpretación
más que ha de competir con otras que le discuten su carisma, poder y privilegio.
El texto bíblico queda abierto a nuevas investigaciones y estudios críticos,
además de la aproximación devocional o teológica o las dos cosas a la vez en
franco diálogo crítico entre la fe y la razón.
Es algo parecido a cuando hablamos de ley natural o
divina a la hora de regular sociedades. Las leyes naturales o divinas no ejercen
su soberanía más que a través de interpretaciones humanas, lo que nos hace ya pensar
que en dichas interpretaciones concretas en tiempo y espacio es donde reside su
verdad de hecho (leyes
positivas). No en su condición de abstracción o idealización. Curiosamente, las leyes naturales o divinas en su supuesta eternidad o esencialidad, tienden siempre a traducirse en función de intereses humanos concretos. Las leyes naturales quedan entonces desplazadas a un orden simbólico o metafórico ya que su concreción sólo es posible como leyes positivas; o sea, derivadas de la voluntad humana y aplicadas a una sociedad mutable y contingente. No hay vuelta atrás a un orden externo unívoco e incuestionable. En realidad nunca lo hubo. Es por ello que la apertura hacia Dios es ahora más infinita que nunca; como también la apertura de la Historia a nuevos horizontes inesperados.
positivas). No en su condición de abstracción o idealización. Curiosamente, las leyes naturales o divinas en su supuesta eternidad o esencialidad, tienden siempre a traducirse en función de intereses humanos concretos. Las leyes naturales quedan entonces desplazadas a un orden simbólico o metafórico ya que su concreción sólo es posible como leyes positivas; o sea, derivadas de la voluntad humana y aplicadas a una sociedad mutable y contingente. No hay vuelta atrás a un orden externo unívoco e incuestionable. En realidad nunca lo hubo. Es por ello que la apertura hacia Dios es ahora más infinita que nunca; como también la apertura de la Historia a nuevos horizontes inesperados.
¿No es el abandono del concepto de la Biblia como "revelación" de Dios que hace que el protestantismo haya derivado en busca de una palabra profética segura en otras personas o lugares (sentimientos, experiencias...)?
ResponderEliminarY totalmente de acuerdo que uno se acerca a la Palabra en la soledad de su búsqueda de lo divino y transcendente, y eso no es substituible, y que la "politización" puede estar contaminada por muchos elementos. Sin embargo, no hay una apertura "infinita" ad infinitum como espejos que reflejan espejos...
Respuesta al anónimo de arriba:
ResponderEliminarLa Biblia como revelación puede entenderse desde diferentes prismas. ¿Qué punto de vista privilegia usted y por qué? "Palabra profética segura" ¿Cómo sabe usted que es segura? Son preguntas hechas con la mayor honestidad y confiando en que quien hace tales afirmaciones dispone de argumentos de peso para convencer de verdad
Los gnósticos sólo valoraban y admitían como única realidad permanente el mundo del espíritu. Su dios nada tenía que ver con el mundo material. Todo lo constituido por la materia estaba sometido a error, a corrupción, a maldad y malignidad. El dios gnóstico sólo se relacionaba con el espíritu, con lo espiritual; y, en el caso del hombre, sólo con aquellos que llegaban a descubrir su parte espiritual, su espíritu, encerrado en la cárcel del cuerpo material. De ahí la gnosis o conocimiento. Sólo los "pneumáticos" (espirituales) lograban salvarse. Habían restablecido su relación con el dios bueno y eso implicaba que al mismo tiempo rechazaban el dios malo o mediocre o malévolo (todo dependía de qué clase de gnósticos se trataba). Y ese dios malo era el Jehová o Yavhe del Antiguo Testamento. El mismo dios que había dado la ley para condenarnos, para hacernos culpables, para revelar nuestras carencias y hacernos esclavos de su voluntad a través de la obediencia a la Ley.
ResponderEliminarDe ahí que la salvación gnóstica implicaba así mismo el rechazo de la ley judía. La liberación gnóstica era también la liberación del dios malo y su ley. De ahí que los gnósticos cristianos entendieran la muerte y resurrección de Jesús como una trama dispuesta para engañar al dios malo y vencerle en su propio juego legal y así rescatar a los ´"pneumáticos" del yugo de la ley. Pagada la deuda con Yahvé, los creyentes gnósticos quedaban libres de la Ley y de toda obediencia al dios malo. La resurrección no puede ser más que una resurrección espiritual. La chispa espiritual se desprende de su cárcel material/corporal y se une definitivamente a donde pertenece: el Pleroma Divino (del dios bueno).
El mundo o cosmos material sólo tenía un futuro: su total destrucción y eliminación. Nunca se había llegado a tal radicalización o dualismo materia/espíritu. Muy distinto al Neoplatonismo donde la degradación del mundo material por su distanciamiento respecto del Uno jamás llegaba a ser total; siempre había un residuo bueno en la misma materia por seguir perteneciendo a Dios. Distinto al cristianismo donde la materia todavía se puede purificar con una vida recta; donde la carne también resucita aunque de una forma espiritualizada o transformada. Donde le mundo al ser creado por Dios (el dios judío, Yahvé o Jehová) es bueno por definición.
No obstante en el cristianismo paulino la caída del hombre adquiere connotaciones cósmicas. El pecado afecta al cosmos y hasta el mismo cosmos está necesitado de redención. También en Pablo el sacrificio de la Cruz significa pago o rescate de una culpa infinita al dios del Antiguo Testamento. Ante tal pago en forma de sacrificio infinito, ya que es el Hijo de Dios mismo quien se sacrifica, el creyente cristiano obtiene su salvación por fe. Ha de creer para ser salvo. Y así queda también libre de la Ley. Ya no es la Ley quien le juzga sino el acto de fe.
ResponderEliminarEl creyente cristiano ya no pertenece al antiguo pacto de la ley. Ahora pertenece al nuevo pacto de la fe.
En Pablo todo esto sucede con el mismo Dios. Es un Dios que tiene su diseño y su plan de salvación que evoluciona o se desarrolla en la Historia, aunque la Historia no tiene valor propio en sí al modo moderno marxista o humanista. Para los gnósticos sólo hay un Dios real que nada tiene que ver con este cosmos y que si algo valora de este cosmos material es su destrucción y disolución. El Dios Jehová es el dios de este cosmos y también sería destruido.
En ambos casos hay un distanciamiento importante con los conceptos judíos de Historia y materia. Para la religión hebrea (habría que matizar con ciertos judaísmos místicos), la carne, la materia y el cosmos son buenos. La ley o la Torá es siempre válida y buena en su esencia. La resurrección de Ezequiel es una resurrección material de carne y hueso, aunque en ese libro tiene un significado más bien simbólico. Hay también espiritualización en la religión judía y en el judaísmo tardío, pero el mundo material es algo a celebrar.
No obstante es todo más complejo, y, una vez más hay que graduar las diferentes formas o modos de ser del cristianismo a través de la Historia. La dimensión espiritual (como reino, como realidad, no como valores abstractos) en el cristianismo también pugna con el mundo material y la carne de forma beligerante. En la práctica el cristianismo se expresa o configura como un dualismo moral y ético que en algunos casos alcanza un nivel ontológico: Satán alcanza poderes cósmicos. La fe cristiana en algunos casos se espiritualiza en forma de conocimiento gnóstico. Ya en Pablo "ni la carne ni la sangre heredarán el reino de los cielos". No por obras, no por obra del pensamiento o esfuerzo intelectual se llega a la fe, sino por "gracia"; por el misterioso o milagroso acto de gracia divina.
ResponderEliminarMuchos cristianos entienden lo espiritual como valores abstractos, no como realidades que aunque invisibles están ahí y tienen estatuto objetivo en sí mismo. Los gnósticos eran más precisos con el mundo espiritual: era su única realidad. Lo demás era un sueño o una pesadilla.
ResponderEliminarEn este tipo de análisis críticos hay que llegar a limitar los principios o presupuestos o "formas" de donde parten los discursos. Por poner un ejemplo cercano: La sociedad española está pasando por un serio cuestionamiento de sus políticos, de una justicia que perciben interferida por la política; de la corrupción generalizada; del problema catalán y vasco y las autonomías por extensión; del paro, etc. La experiencia de insatisfacción es común a la mayoría de la gente, pero los modos de interpretar esa insatisfacción generalizada pueden variar muchísimo.
ResponderEliminarDigamos mejor que la manera o el modo de llenar esa “forma” de insatisfacción puede ser muy variopinta. Hay interpretaciones que van desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha en el espectro. Y por el medio hay multitud de formas interpretativas que se mueven en el terreno de las idiosincrasias personales, de tertulias, de grupos, de partidos, de adhesión clara a una ideología, etc. Se pueden oír interpretaciones que cuestionan la misma razón de la democracia y la necesidad de una dictadura, sea de izquierdas o de derechas. Otras, por ahora la mayoría, ven la necesidad de cambiar ciertas leyes o endurecer las existentes y fomentar la tolerancia cero con ciertos comportamientos, otros creen que la democracia actual no es tal democracia, sino que está al servicio de poderes económicos globales que controlan todo, otros creen que hay que eliminar la monarquía y hacer una transición real a una democracia de verdad a través de la Tercera República; otros creen que estamos donde debemos estar y que el proceso de maduración democrática lleva su tiempo y España necesita más tiempo y crisis ocasionales para encontrar su equilibrio y madurez.
Lo que vemos es que cualquier análisis crítico ha de llegar a la máxima aproximación posible de "forma básica existencial" que sirve de molde o referente para luego ser rellenada de contenidos ideológicos, de valoraciones dispares, de apegos afectivos políticos o morales diversos; de idiosincrasias personales; de lealtades a partidos, de principios metafísicos o religiosos, etc. Es ahí donde se producen los conflictos y es ahí donde los conflictos adquieren a veces tonalidades peligrosas de violencia, de odios, de irracionalidad. Pero también hay posibilidad de llevar las cosas a cierta cordura racional y ordenada; de sacar los conflictos de las interpretaciones pasionales, emocionales, y subjetivas al terreno de lo comúnmente razonable.
En estos casos hay que renunciar a "principios inamovibles", a "esencias incuestionables", a las "voces del Pueblo o de la Patria o del Proletariado" que sólo tienen una interpretación posible en ciertos salvadores, o elegidos de partido único, que son los "visionarios" que ven la única verdad existente. Los dogmatismos o los simbolismos populistas suelen “rescatarnos” del mal social, pero desgraciadamente para llevarnos a otro mal peor de oscurantismo, de sociedad única posible. Mientras la realidad se pueda percibir de forma multidimensional siempre habrá esperanza de sustraernos a la violencia; cuando la realidad se cierra en una única interpretación siempre se intentará crear la paz de los cementerios o los campos de concentración.
Suscripción total de tu pensamiento, sin reservas ni matices.
ResponderEliminarPor mi cuenta, y sin que ello suponga contradicción alguna con lo por ti expuesto, entiendo que no existe Democracia, sin respeto a la Ley y sin la existencia de un Estado de Derecho. Por supuesto que ninguna Ley ha de ser inamovible, pero sí que ha de ser respetada sin matices mientras esté en vigor, otra cosa distinta justifica cualquier actuación en base a supuestas "normas y mandatos democráticos" emanados del grupo del momento, o de la circunstancia concreta (un linchamiento es una actuación totalmente democrática si se considera que no trasgrede la Ley porque son muchos los que linchan). Estoy más que harto de la coletilla "democrático" para justificar cualquier ocurrencia o actuación que realice un grupo de personas en clara transgresión de la Ley vigente. En estos casos yo sería totalmente intransigente con él, o los, infractores a fin precisamente de que la Democracia permanezca y pueda progresar y evolucionar. No hacerlo de esa manera, es dar aptente de corso para el que más grite o se manifieste pueda alcanzar sus pretensiones, y en consecuencia, dado que es un acto de violencia, justificar otras violencias posteriores, y así hasta que la violencia del más fuerte (por el medio que sea) se imponga. Ejemplos hay tantos en la Historia que no merece la pena ni mentarlos.
Azor
Relacionando primero el ejemplo que yo ponía de la realidad española actual, con la interpretación de la revelación bíblica y, añadiendo lo que dice el Sr. Azor (viene bien la contribución), he de decir que la Biblia no se puede interpretar de cualquier manera o al gusto arbitrario de cada cual. Ha de haber una disciplina hermenéutica basada en los textos; en lo que dicen; cotejado con otros textos, contextos, etc. Con ello lo que quiero decir es que cuando se habla de libertad interpretativa en el protestantismo eso no quiere decir anarquía o arbitrariedad interpretativa. Siempre hay la posibilidad de una "aproximación básica" a lo que el texto puede expresar o significar. Ello incluiría la consideración hasta su agotamiento, de toda perspectiva, de toda crítica. Lo opuesto sería el bloqueo axiomático a toda posibilidad de expandir la interpretación hasta sus últimas consecuencias dentro, desde luego, de una disciplina hermenéutica y crítica.
ResponderEliminarEse era el símil con el contexto democrático de la España actual. La democracia no es sinónimo de anarquía, del vale todo: en ese caso, efectivamente un linchamiento sería también válido si lo único que cuenta es el voto de la mayoría para definir una actuación colectiva. Pero una vez dentro de lo que definimos como democracia constitucional tampoco es adecuado poner límites o colocar axiomas cuando ese ejercicio democrático va más allá de nuestra conveniencia o intereses. En ciertos ámbitos protestantes hay miedo a que los prácticas interpretativas vayan más allá de los dogmas dominantes y entonces se cierra esa posibilidad, se coloca el axioma por miedo a perder un control sobre los significados. En ciertos ámbitos democráticos (uso la palabra democracia en su sentido riguroso, no como muletilla "maja" y ahí tiene razón Azor), hay miedo también a que ciertas prácticas democráticas vayan más allá de lo conveniente a ciertos intereses (no siempre financieros, también sindicales o progres) y entonces se coloca el cerrojo interpretativo de las leyes para que estas queden reducidas a axiomas inamovibles. De nuevo: hay miedo.
Miedo injustificado. La extensión de la libertad crítica, pacífica, respetuosa con las leyes de convivencia pactadas y siempre posibles de renovar llegado el momento, no tiene por qué dar miedo a nadie. Todo lo contrario.
Yo no afirmo cual sea la interpretación profética mas segura... digo que el abandono de un axioma protestante como el de la Biblia como norma de interpretación en todo lo tocante a la fe, me parece, ha llevado a descansar en otras palabras proféticas, porque una debilidad humana es encontrar esa seguridad.
ResponderEliminarNo privilegio ninguna interpretación hacia los demás, si hacia mi, pues esa es la respuesta que por fe yo he recibido. Pero para entendemos. Libros sagrados hay varios. Suelen colocarse a la misma altura, pero mientras el Corán, dice el Islam, ES palabra de Dios, y no ha dado lugar, y pienso que nunca lo hará a una variedad de interpretaciones y búsquedas hermeneúticas, la Biblia para el cristianismo protestante es REVELACIÓN de Dios. Y como tal revelación se sostiene que Jesús es la mayor expresión de esa revelación. Esta afirmación es rebatible y sujeta a razonamiento y critica, y en ultima instancia solo puede ser asumida desde la fe, pero cualquier crítica a este núcleo central no ha generado ni una sistemática ni permanente corriente cristiana, Todo la critica que algunos llaman liberal ha supuesto una mayor profundidad en la realidad bíblica y aunque no siempre, se le da la bienvenida. Lo que falta es humildad para optar por el silencio o el reconocimiento de que no se sabe responder, antes que con citas textuales a temporales.
Pero fíjese, que el núcleo central es si la Biblia es REVELACIÓN de Dios.
En cuanto a la politica, muchos han afirmado que las Constitución(es) son la Biblia de las democracias. Nada mas lejos de la verdad. Las constituciones son pactos sociales, como tal modificables y de hecho deben contener normas sobre su propia reforma. Pero, están limitadas no por el pacto social, sino por valores inmutables a los que se llaman Derechos Humanos. Un pacto social (Alemania) que decide eliminar la Constitución después de ganar unas elecciones, violando los derechos humanos y las "reglas" democráticas no es un pacto social válido, es una banda de ladrones pero no un ESTADO DE DERECHO. Y esto que solo es en Occidente y no en otros países, lejos de hacernos valorar su relatividad, nos ha de llevar a concluir en una realidad objetiva, única posible. Aunque esto seguramente también es una cuestión de FE (fe política, pero fe).
Creo entender de su escrito Sr/Sra Anónimo que:
ResponderEliminara) El axioma Biblia= Revelación de Dios ha de mantenerse como razón de fe protestante/cristiana por encima de cualquier crítica.
b) Que Jesucristo es la máxima expresión de esa revelación y la que sostiene un sistema permanente de corriente cristiana.
b) Que si hay dudas sobre el Texto-Revelación lo mejor es ser humilde guardando silencio.
c) Que las constituciones son pactos sociales. Y que un Estado de Derecho se distingue de una banda de ladrones.
d) Por lo que hay que reconocer que ante una relatividad de los pactos, habría que reconocer una realidad objetiva y única posible quizás basada en la fe política/religiosa.
Entiendo que hay dos axiomas incuestionables: 1) Revelación bíblica 2) Objetividad Única social-política.
Si he entendido correctamente, dejo el tema abierto.
COMENTANDO EL COMENTARIO DEL SR. AZOR
ResponderEliminar¿Cómo no estar de acuerdo con el Sr. Azor? Las leyes deben ser respetadas y cumplidas, aunque no nos gusten. Porque han sido establecidas por los representantes legítimos del pueblo soberano, y no por la arbitrariedad de ningún dèspota. Y es evidente que ningún grupo particular de gente (indignados, camioneros, iglesias...) puede invocar un "principio democràtico" particular para saltarse las leyes de la nación. Sin el respeto y el cumplimiento de las leyes no hay vida civilitzada posible. Esto es tan evidente que no puede ser siquiera motivo de disputa para nadie que tenga dos dedos de frente.
Cuetu
Siguiendo con el tema que nos traía. Cuando vivía en Texas una de las cosas que me sorprendía eran la cantidad de iglesias protestantes independientes. Pero no sólo eso, sino también la gran cantidad de predicadores proféticos que fundaban su propia iglesia o su programa de radio o televisión. También la proliferación de "sectas" u organizaciones derivadas de alguna interpretación bíblica particular. La Iglesia católica allí es una iglesia más, como lo es la iglesia Bautista del Sur o la Iglesia Metodista Unida, o las Iglesias de Cristo, o las Asambleas de Dios, etc, etc. Todas las religiones sin distinción gozan del mismo status civil ante la ley y ante el Estado. Son los fieles quienes financian sus iglesias y si hay alguna excepción lo es para todas por igual, desde la Iglesia mormona, pasando por la espiritista, o los Hijos de Yaveh.
ResponderEliminarLo que quiero decir es que esta libertad religiosa, de proliferación de interpretaciones tanto "proféticas" como "no-proféticas" es buena. Y en el protestantismo esto es la norma más que la excepción. Y es bueno porque los ciudadanos pueden elegir libremente la opción que más les satisfaga y la opción sobre la cual han de ejercer su responsabilidad espiritual. Nada de coacciones a la hora de elegir religión. Nada de privilegios tampoco, sea religión liderada por un pastor profético o sea una denominación o iglesia más histórica.
Por tanto, el protestantismo ha dado el paso importantísimo, en mi opinión, de permitir la libre interpretación bíblica DE FACTO.Y más todavía: permite la organización autónoma e independiente de iglesias autofinanciadas que sólo responden a sí mismas y a sus miembros.
Y más importante todavía: esto no es ninguna anarquía, el respeto a la ley civil democrática es fundamental; la disciplina interna es un hecho ejemplar. Los ciudadanos de iglesias protestantes de cualquier signo son fuente de civismo y de respeto a la ley. Las diferencias y las variedades interpretativas son fuente de riqueza, no de confusión. La pluralidad religiosa prueba ser buena y beneficiosa en una democracia. Dejo el tema abierto.
Sr. Nesalem y resto de lectores. Me explico mejor.
ResponderEliminarEl punto a) trataba de señalar una diferenciación entre "revelación" y "Es palabra de Dios". Esto segundo ocurre en el Corán o en el Libro del Mormón. En los cuales hay una literalidad -letra a letra-. La Biblia, se dice, es palabra de Dios, pero en el sentido de Revelación. Es necesaria una labor de interpretación, análisis y comprensión como ocurre en cualquier texto. Es decir, sujeta a crítica. Pero esta afirmación Palabra de Dios en sentido de revelación, no de literalidad, es algo que vindica el texto. Alejarse de este presupuesto, es alejarse del mundo protestante. Es una cuestión de fe. Sin duda. Es una palabra personal y como personal ha de interpretarse sin sujetarse al magisterio de la ninguna iglesia o autoridad eclesiástica.
Y en esa linea, la cuestión b) La propuesta del texto es que Cristo es la máxima expresión de esa revelación. Y sí. Nuevamente, es una cuestión de fe, y una propuesta dentro de lo que son otras aproximaciones al texto. Pero lo fácil es la critica al texto bíblico desmontando estas tesis, sin construir otra. Si. Generalmente, se dan explicaciones de la evolución del cristianismo, cómo se produjo su evolución del judaísmo al universalismo, el papel de Pablo en ello, pero no dan explicación satisfactoria a cómo ese grupo humano pudo comportarse cómo lo hizo. Cuando había epidemias, arriesgaban su vida personal en favor de todos aquellos que el resto de la sociedad rechazaba. ¿Qué les movía? Hoy el cristianismo se ha convertido mas en una moral diciendo a los demás cómo vivir, que un modo de vida para quien profesa esa fe.
Sobre el punto c) No es eso lo que quería expresar. Lo contrario. Cuando los textos son difíciles se suele dar una solución literal, como forma mas fácil de resolver la cuestión.
Y mis énfasis c) y d) simplemente quieren incidir en que hay una verdad objetiva aunque sea muy díficil de consensuar o de aceptar. Existen, y existen en todos los planos de la vida. El miedo que nos plantea esa existencia es saber cuál y el tema de la tolerancia y convivencia puesto que generalmente quien propugna y defiende esa verdad objetiva la impone a los demás por todos los medios. Al final, todos sabemos distinguir entre un Estado de Derecho y una banda de ladrones.
Pues al anónimo de arriba le sugeriría que se aclarare un poco más con lo que quiere decir. Creo que no habla claro y si no quiere hablar claro es porque no quiere arriesgarse a que sepamos cuáles son sus ideas. Hasta que no aclare sus ideas es difícil contestar a nada.
ResponderEliminarFunestos los intentos de llegar a la objetividad de las cosas. La objetividad es lo mismo que querer llegar a las partículas esenciales de la materia. No hay tales partículas. Era todo provisional. Se ha llegado hasta una frontera y eso nos sirve por ahora y la frontera es común a todos los humanos. Todos pueden comprobar que esa es la frontera hasta el momento. Más allá de la frontera hay infinito territorio por explorar. En la medida que vamos explorando nuestra percepción se va mudando y transformando.
ResponderEliminarLa resurrección de Cristo es un acontecimiento incomprensible. Tuvo que haber quedado en un acontecimiento incomprensible. Incomprensible para todos. Pablo bien lo decía "ni carne ni sangre pueden heredar el reino de los cielos"; pero los cristianos posteriores hubieron de dar carne y sangre al cuerpo resucitado de Cristo: necesitaban una tumba vacía donde había estado un cadáver de carne y hueso, de materia sólida y objetiva. A Pablo le era indiferente o le tenía sin cuidado la tumba de Cristo y su cuerpo físico, pues él creía que era un cuerpo espiritual; pero a los cristianos posteriores les parecía que aquello se les escapaba de las manos y del control y entonces tuvo que ser un cuerpo físico, palpable, controlable, objetivable. El pan y el vino son sangre y carne de Cristo. Literalidad. Objetividad. Control y administración del asunto Cristo.
Y es así que los evangelios meten la pata con las descripciones del entierro y tumba de Cristo. Se contradicen, hacen a de Cristo un pandero que va de acá para allá apareciéndose como un fantasma de un sitio a otro pero sin ser fantasma: enseñándose a todos como resucitado objetivo, palpable, material. Un desastre.
La resurrección nunca puede llegar a ser un hecho objetivo. La conversión de Pablo es un hecho absolutamente subjetivo. Nadie vio al Cristo de Pablo hablándole. Nadie ve nada. Sólo se ven personas que creen o que dicen creer. La experiencia de la resurrección hay que verla como cuerpo espiritual: interpretarla como cuerpo espiritual que tu mismo le vas dando la forma que puedas proyectar, indagar, meditar, sacar sentido.
Porque es un símbolo poderosos de algo que siempre se nos va a escapar. Un símbolo preñado de significados espirituales que nuestros fundamentalistas de antaño y ahora quieren "objetivizar", hacerlo carne y hueso para que lo podamos roer y vender en el mercado espiritual al mejor precio.
Como cristiano uno ha de creer en la resurrección a pesar de que no se pueda demostrar y que la mayoría de la gente a nuestro alrededor lo crea un camelo y suelte una sonrisa condescendiente. Los caminos de la fe son inescrutables y lo que no sucede con el sentido común o las verdades demostradas de forma objetiva sucede con la fe. La fe en la resurrección es fundamental para ser cristiano y si no se cree en la resurrección “vana es nuestra fe”, decía Pablo el apóstol. Otra cosa es cómo se produce a interpreta ese acontecimiento de la resurrección
ResponderEliminar(continúa) .
(viene de arriba)
ResponderEliminarNo hay corroboración ninguna al margen de los evangelios de que la resurrección de Cristo se haya producido. De hecho ese acontecimiento tan superlativo y trascendental para los cristianos no queda bien resuelto en todo el Nuevo Testamento. No sólo por las contradicciones en que caen los cuatro evangelios a la hora de explicar lo sucedido, pero también porque la versión de Pablo sobre tal acontecimiento no es muy concordante con los relatos evangélicos. Pablo nos dice que el cuerpo resucitado de Cristo es un cuerpo espiritual, recordándonos que la “carne y la sangre no heredarán el reino de los cielos”. Los evangelios, sin embargo, hablan de un cuerpo de carne y hueso que resucita. Quizás un cuerpo transformado, pero de carne y hueso; palpable, que come, que siente y se aparece a muchos como cuerpo visible y material. Muchos lectores de la Biblia desconocen que los evangelios fueron escritos decenas de años después de muerto Pablo y que ya entonces la figura de Jesús y su resurrección iba suscitando interpretaciones un tanto conflictivas entre los diferentes grupos cristianos. La redacción que los diferentes evangelios hacen de la vida, muerte y resurrección de Jesús ya está condicionada por dichos conflictos e interpretaciones, sobre todo los conflictos entre el adopcionismo, el docetismo y la postura que luego llegó a ser la ortodoxa. Y es que para los evangelios era imperativo que el cuerpo resucitado de Cristo fuese material, objetivo, palpable. Un cuerpo espiritual o espiritualizado no necesitaba de cadáver ni de tumba vacía y de ahí que cada cual podía hacer del acontecimiento de la resurrección una proyección particular fuera de todo control eclesiástico. El concepto de cuerpo espiritual pasó a ser una herejía.
Muchas veces cuando leemos el Nuevo Testamento no nos fijamos que muchas de las dificultades y obscuridades que encontramos a la hora de sacar sentido a los textos se deben a las diferentes interpolaciones, anacronismos, evoluciones teológicas y contextos geográficos de quienes escriben dichos textos. El interés de las teologías ortodoxas por armonizar en un conjunto coherente lo que nos es posible armonizar sin falsificar o distorsionar; hace que en muchas ocasiones nos parezcan textos llenos de misterios sólo aptos para “doctores tiene la Iglesia”. Pero una lectura racional, crítica, organizada en función de la verdad histórica aproximada del Nuevo Testamento, nos hace entender mejor lo que es en realidad la experiencia cristiana: es la fe en un acontecimiento de transformación y conversión de mucha gente que en su momento creyó que Jesús resucitó de entre los muertos. Aquel profeta judío que posiblemente se creyó mesías y que fue ejecutado por las autoridades romanas por percibirlo como un peligro social, poco a poco se va reconstituyendo en una potente figura teológica que habrá de alcanzar en su grado máximo de exaltación la condición de Dios mismo.
La creencia en la resurrección, bien fuere como cuerpo espiritual o como cuerpo material perfeccionado, es clave para comprender la base y fundamento de los cristianismos pretéritos y actuales. Es gracias al Cristo resucitado cómo se puede entender que un personaje mesiánico-apocalíptico—no el único en su época--, haya podido suscitar y estimular tantas aperturas y cierres de significados espirituales a lo largo de nuestra civilización occidental. Como siempre ha ocurrido, las espiritualizaciones sin una base objetiva, concreta y controlable en forma sacramental pueden llegar a escaparse de las manos de las instituciones religiosas; mientras que algo que pasa a ser hecho objetivo histórico y en forma de tumba vacía, genera significados mucho más predecibles y comunes.
Con la simple razón es imposible tener fe. A nadie le demuestras la fe por la razón, salvo que esa persona ya esté predispuesta por la fe. Que la naturaleza es sorprendente, que la máquina biológica animal es increíble, que el mar y las estrellas, etc. Todo ello no necesariamente lleva a un Dios creador monoteísta. Todo ello lleva a infinitas interpretaciones, entre ellas la del Dios monoteísta. No nos ha sido dado de forma objetiva y palpable la existencia de Dios.
ResponderEliminarTiene que haber fe previa para llegar a el Dios creador monoteísta.
¿Y cómo distingo la fe de la imaginación?
Curiosa pregunta.
Quizás porque la fe es algo de lo que jamás te puedes deshacer o desligar. Una vez que te agarra no te suelta.
Por cierto, la máquina biológica animal y el universo no son tan perfectos como a veces decimos exagerando. El cuerpo humano tiene defectos importantes y es propenso a muchas enfermedades. La naturaleza puede ser monstruosa y es insensible e implacable con el hombre en muchas ocasiones.
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