Colaboración del Sr. Cuetu. les recuerdo que este blog, además de los comentarios libres y sin censura, les invita a participar en forma de epígrafe ateniéndose a criterios de calidad y normas de respeto.
Las becas, como es sabido, sirven para que la sociedad en general pueda sacar
provecho de los estudiantes que son inteligentes y trabajadores, pero que no
tienen recursos para vivir como estudiantes universitarios. Toda sociedad
moderna y avanzada es consciente de que
son precisamente las personas más inteligentes, trabajadoras y capacitadas las que han de llegar a ocupar los puestos de más responsabilidad y más elevados, independientemente de su clase social o nivel económico familiar. No se puede desaprovechar este potencial humano sólo porque muchos de ellos no tengan recursos para estudiar. Puesto que toda la sociedad saldrà beneficiada, esto justifica que el Estado invierta recursos en becas. Nadie o muy pocos habrá que no estén de acuerdo con este planteamiento de las becas.
Ahora bien, el acuerdo general ya no es tan fácil si planteamos esta otra cuestión: ¿Debe el Estado conceder becas también a los estudiantes sin recursos que sacan malas notas? En mi opinión, no. Porque los recursos del Estado, siempre escasos, no son sino el dinero que Ud, yo y el vecino del 5º pagamos en forma de impuestos Y nuestro dinero es entregado al Estado para que éste lo invierta en beneficio de toda la sociedad. Si el estado entrega el dinero público a estudiantes todo lo pobres que queramos, pero que no aprovechan el tiempo o que no son capaces de sacarse una carrera durante años, estaría malgastando el dinero de todos. El dinero entregado puede servir perfectamente para que tal estudiante sin recursos se pegue la gran vida durante años, pero no para reportar ningún beneficio a la sociedad. El estudiante pobre pide a la sociedad una oportunidad. Dice: "Pagadme los estudios entre todos, y yo os prometo que no os defraudaré". Este es el contrato implícito del becario. Y la oportunidad consiste en: "Vas a estudiar, pero debes demostrar que estás aprovechando el tiempo y el dinero que, excepcionalmente y con gran sacrificio, te dan tus conciudadanos confiando en ti". Tus conciudadanos no te pagan un dinero a fondo perdido sólo para que pasees libros por las cafeterías de la ciudad, ni para que vivas la "dolce vita" universitaria. No te pagan para que tengas derecho a vivir la misma vida que viven los estudiantes hijos de ricos. No te pagan por el gusto de ver que un joven pobre puede llevar el mismo tren de vida muelle y divertida que un joven rico. Te pagan para que estudies y el día de mañana devuelvas con tu trabajo a la sociedad el favor que te están haciendo, no para que al cabo de unos años abandones los estudios por imposible y todo el dinero invertido en ti sea dinero tirado. Y si no demuestras un rendimiento mínimo, lo mejor, tanto para ti como para toda la sociedad, es que te dediques a otra cosa.
De acuerdo que los estudiantes ricos pueden estarse todos los años que quieran, perdiendo el tiempo en la molicie. Pero la misión de las becas no puede ser que el estudiante pobre
pueda pegarse también esta vidorra. Es inmoral que el escaso dinero de los ciudadanos se gaste para esto. Con motivo de que el gobierno actual del PP quiere exigir un nivel de notas para conceder becas, se oye mucho esta frase: "¡Ahora resulta que los hijos de los ricos pueden estarse todos los años que quieran estudiando sin dar golpe y a los hijos de los pobres se les exige un rendimiento!" Pues sí, oiga. Hay que exigir un rendimiento (y el PP no es santo de mi devoción, pero aquí tiene razón) La frase en cuestión es una falacia demagógica. Porque tanto el hijo del pobre como el del rico, cuando están estudiando una carrera, deben dedicarse con todas sus fuerzas al estudio. Esto es lo normal, la vida normal del estudiante. Lo contrario es inmoral, tanto si son ricos como si no lo son. Si los ricos pueden permitirse no trabajar, o ser unos burros de solemnidad, y sacarse la carrera al cabo de muchos años, allá ellos con sus cuentas y SU dinero; el Estado, con el dinero público, no puede dedicarse a promocionar que los hijos de los pobres hagan lo mismo. Bien al contrario, el Estado debe estimular la moralidad pública en toda la sociedad, el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Becas, sí; todas las que hagan falta. Pero SÓLO al que demuestre capacidad, honradez y rendimiento.
son precisamente las personas más inteligentes, trabajadoras y capacitadas las que han de llegar a ocupar los puestos de más responsabilidad y más elevados, independientemente de su clase social o nivel económico familiar. No se puede desaprovechar este potencial humano sólo porque muchos de ellos no tengan recursos para estudiar. Puesto que toda la sociedad saldrà beneficiada, esto justifica que el Estado invierta recursos en becas. Nadie o muy pocos habrá que no estén de acuerdo con este planteamiento de las becas.
Ahora bien, el acuerdo general ya no es tan fácil si planteamos esta otra cuestión: ¿Debe el Estado conceder becas también a los estudiantes sin recursos que sacan malas notas? En mi opinión, no. Porque los recursos del Estado, siempre escasos, no son sino el dinero que Ud, yo y el vecino del 5º pagamos en forma de impuestos Y nuestro dinero es entregado al Estado para que éste lo invierta en beneficio de toda la sociedad. Si el estado entrega el dinero público a estudiantes todo lo pobres que queramos, pero que no aprovechan el tiempo o que no son capaces de sacarse una carrera durante años, estaría malgastando el dinero de todos. El dinero entregado puede servir perfectamente para que tal estudiante sin recursos se pegue la gran vida durante años, pero no para reportar ningún beneficio a la sociedad. El estudiante pobre pide a la sociedad una oportunidad. Dice: "Pagadme los estudios entre todos, y yo os prometo que no os defraudaré". Este es el contrato implícito del becario. Y la oportunidad consiste en: "Vas a estudiar, pero debes demostrar que estás aprovechando el tiempo y el dinero que, excepcionalmente y con gran sacrificio, te dan tus conciudadanos confiando en ti". Tus conciudadanos no te pagan un dinero a fondo perdido sólo para que pasees libros por las cafeterías de la ciudad, ni para que vivas la "dolce vita" universitaria. No te pagan para que tengas derecho a vivir la misma vida que viven los estudiantes hijos de ricos. No te pagan por el gusto de ver que un joven pobre puede llevar el mismo tren de vida muelle y divertida que un joven rico. Te pagan para que estudies y el día de mañana devuelvas con tu trabajo a la sociedad el favor que te están haciendo, no para que al cabo de unos años abandones los estudios por imposible y todo el dinero invertido en ti sea dinero tirado. Y si no demuestras un rendimiento mínimo, lo mejor, tanto para ti como para toda la sociedad, es que te dediques a otra cosa.
De acuerdo que los estudiantes ricos pueden estarse todos los años que quieran, perdiendo el tiempo en la molicie. Pero la misión de las becas no puede ser que el estudiante pobre
pueda pegarse también esta vidorra. Es inmoral que el escaso dinero de los ciudadanos se gaste para esto. Con motivo de que el gobierno actual del PP quiere exigir un nivel de notas para conceder becas, se oye mucho esta frase: "¡Ahora resulta que los hijos de los ricos pueden estarse todos los años que quieran estudiando sin dar golpe y a los hijos de los pobres se les exige un rendimiento!" Pues sí, oiga. Hay que exigir un rendimiento (y el PP no es santo de mi devoción, pero aquí tiene razón) La frase en cuestión es una falacia demagógica. Porque tanto el hijo del pobre como el del rico, cuando están estudiando una carrera, deben dedicarse con todas sus fuerzas al estudio. Esto es lo normal, la vida normal del estudiante. Lo contrario es inmoral, tanto si son ricos como si no lo son. Si los ricos pueden permitirse no trabajar, o ser unos burros de solemnidad, y sacarse la carrera al cabo de muchos años, allá ellos con sus cuentas y SU dinero; el Estado, con el dinero público, no puede dedicarse a promocionar que los hijos de los pobres hagan lo mismo. Bien al contrario, el Estado debe estimular la moralidad pública en toda la sociedad, el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Becas, sí; todas las que hagan falta. Pero SÓLO al que demuestre capacidad, honradez y rendimiento.