31 diciembre, 2016

ES LA ERA DE LAS RECOMPOSICIONES

Veo una película en el canal francés TV5. El tema es de manual de lo políticamente correcto. Una trama de una relación homosexual entre un joven musulmán y otro francés. El padre del francés es empresario y tiene prejuicios contra los musulmanes. El muchacho musulmán está empleado en la
empresa del padre del chaval francés. Un día llegan el padre y la madre a casa y descubren a los dos amantes en pelotas en una habitación. El padre entonces busca cualquier buen pretexto para echar al chaval musulmán de su empresa. La cosa se complica y sale a relucir el prejuicio del padre a los musulmanes como parte fundamental de la película y ya no sólo por la homosexualidad. Los gestos del padre se hacen cada vez más perversos y malvados mientras que la madre es comprensiva y compasiva y echa en cara al padre su racismo contra los extranjeros y musulmanes. Bueno. Quizás la peli hubiese dado un cambio y acabase en otra cosa diferente a lo que yo estaba viendo y juzgando. No le di ocasión. Me resultaba una película-tópico; del tipo caza subvenciones socialdemocráticas. Un patético rollazo. Sólo válida para practicar mi maltrecho francés.

Oigo en tertulias de radios y teles progres y no tan progres cosas que pretenden ser rompedoras contra los prejuicios existentes, la moral conservadora, el machismo, los sentimientos "anticuados", el racismo, la xenofobia, etc. Me sorprendo de que no se den cuenta de lo tópicos que han llegado a ser estas críticas por puro desgaste. Lo repetitivas y aburridas que ya resultan ante una realidad que ya se ha desplazado hacia otras coordenadas y por lo tanto han pasado a ser puro anacronismo. En realidad--y en la realidad-- ya está todo "roto" y volver al papel de rompedor revolucionario, ahora revestido de hipertolerante socialdemócrata, resulta aburrido. Ser feminista radical ya no se puede entender como discurso liberador a la vieja usanza. Quizás esté significando otra cosa. Ser afectivamente pro-gay y proclamarlo como
estandarte de biempensante democrático se ha quedado obsoleto. Puro gesto ya anticuado. Ser anticatólico al mismo tiempo que comprensivo con el islam es el colmo de la esquizofrenia. Y en eso se queda. Criticar todo sentimiento religioso en nombre de la ciencia resulta ya un pose de anacronismo agotado hasta la médula. O al revés. En realidad ya está todo roto y no hace falta exhibir bulldozers o rompehielos, porque simplemente ya no queda nada por romper. Hasta el racismo y su opuesto: el antirracismo se  han globalizado de forma sorprendente. Ya no se trata del blanco contra el negro exclusivamente, sino también del negro contra el blanco, o el negro x contra el otro negro y; o también el oriental chino contra el oriental japonés o coreano y viceversa. El racismo y el antirracismo ya no son exclusiva del hombre blanco, se ha diseminado por todas las culturas y pueblos y a todos atañe.
Lo que está ocurriendo ahora, en nuestro presente, son las recomposiciones de los fragmentos, de los trozos, de los residuos de una civilización que ha logrado triturar con éxito toda posibilidad metafísica; todo axioma moral o ético; toda verdad en sí. Pero lo que ha hecho la civilización occidental es el veneno que ya corrosiona al Islam y a todas las culturas. Nadie puede vivir aislado en su rincón de la selva o del desierto. Ahora es la época de las recomposiciones. Y estas son las nuevas mutaciones. Resistentes a toda crítica ya que el ácido de la razón ya no tiene poder sobre ellas. Profundamente cínicas en relación a cualquier intento por dominarlas o apropiárselas en nombre de cualquier gran significante. En realidad importan poco las razones y las críticas; tan sólo importa el mero existir como a cada cual se lo pida el cuerpo. Ya no hay que dar razón de nada una vez que la misma razón se ha cuestionado a sí misma hace tiempo como otro producto histórico occidental. Las recomposiciones se presentan como autoevidentes y autosuficientes; se sustentan en el mismo límite de todo lo existente. Es inútil pretender romper o sermonear con humanismo socialdemocrático. Estamos ante otra cosa. Ante algo que vive en primer lugar su propia inmanencia con la mayor creatividad o destructividad posibles.   

27 comentarios:

  1. A VECES ES ASÍ
    (In Memoriam: A Pedro, compañero del Club de Lecturas de El Llano, un hombre bueno y discreto que nos dejó hace unos días).

    Hoy hemos ido a la playa como otras veces, pero ya no estaba Francis con nosotros. La playa seguía ahí y las olas iban y venían y era la misma playa, pero la tristeza nos inundaba. Aquella playa había sido la playa más Francis y la playa sin Francis ya no es la misma playa. Falta su alegría, faltan sus historias, sus cantaradas, sus juegos. Cuando jugábamos al fútbol estaba Francis. Cuando saltábamos por las rocas estaba Francis y se paraba y cogía con nosotros vígaros y llámpares y cangrejos. Y luego íbamos a comer la tortilla que nos había traído la abuela. Y Francis estaba allí sonriente, comiendo con ganas, con ganas de vivir, con la alegría del verano.
    Pero ahora ya no está Francis y la playa no es la misma y el mar nos da mucha tristeza y nos apetece llorar y dar la vuelta. No deberíamos de haber venido. Lo sabía. Sabía que no iba a resultar. No podíamos recuperar el pasado. Francis nos había dejado y había que enfocar la vida de otra manera y quizás habría que cambiar de playa o dejar de ir por un tiempo o ...
    Nos cogimos de la mano y lloramos cada uno como pudo. Yo pensaba que eso había ocurrido muchas y muchas veces en el mundo y que todos los que pasan por ello saben levantarse y hacerse más fuertes con la visión de su Francis o su María o su Pepe o su Bernie.

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  2. El film era de papel aceite y sobre él iban pintados unos comics a color que representaba una aventura breve. La máquina de proyección llevaba una bombilla grande y los carretes circulaban por el cristal de proyección forzados por una manivela. Era todo manual. Apagábamos la luz y el cine comenzaba su función. Hablamos de los años 55 o 56.

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  3. Todo lo demás lo ponía la imaginación. Nuestra imaginación infantil. Con aquellos sencillos artilugios la imaginación se encendía y vivía el mejor cine del mundo, las mejores aventuras. Para que las aventuras tuvieran éxito, el malo tenía que perder contra el bueno. El malo podría hacer todas las barrabasadas que quisiera, pero al final perdería contra el bueno. De no ser así todo resultaría triste. La imaginación quedaría triste y nos iríamos a la cama tristes, más tristes todavía de lo que la vida nos servía ya con cierta mesura.

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  4. De niños éramos muy conscientes de que el malo tenía que perder. Lo decían los cuentos y las historias que leímos o nos leían. Pero de niño ya había cosas que no te lograbas explicar. Había niños que tenían privilegios con el maestro. La misma conducta a veces se juzgaba de diferentes maneras, todo dependía de quien la hacía y a quién y cómo. De nuevo: había privilegios para algunos y rigor con otros. Es por eso que de niño ya empezabas a desconfiar de los mayores y de otros niños y a veces desconfiabas de ti mismo, pues te costaba trabajo saber qué hacías bien o qué hacías mal. La vida empezaba a mostrar su cara gris, su cruel arbitrariedad.

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  5. Las películas o novelas donde pierde el malo con claridad son la mejor compensación a mano contra las injusticias de la vida. La religión que premia al bueno y castiga al malo también, pero lo malo de la religión es que cuando ibas a la iglesia veías que el malo y el rico chulo pasaban por buenos y tú sabías que eran malos, pero el pastor los hacía pasar por buenos y a veces era muy difícil separar lo malo de lo bueno con verdad y justicia sin tener que pagar un alto precio o desprecio. Eso lo sabían los reverendos también y algunos optaban por seguir el juego a favor de los que le podían favorecer. Otros trataban de buscar equilibrios. Y otros acababan siendo expulsados o trasladados de iglesia local

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  6. Pronto ya comprendías que había poderes más poderosos que el pastor de iglesia o maestro de escuela o tus padres que eran, después de todo, los más comprensivos; aunque sabías de niños que ni siquiera sus padres eran comprensivos y el padre llegaba borracho y pegaba a la madre y la madre estaba amargada y sus hermanos malvivían. Pero siempre pensabas que en algún sitio más superior tendría que haber justicia. Parecía que en la historia prevalecía la justicia con reyes justos a papas buenos, etc. Claro que poco más tarde te dabas cuenta que todo dependía de quién contaba la historia y para quien y que si tu leías la historia de otra manera pues aquellos buenos resultaban malos y los malos no eran malos sino buenos y te acababas haciendo un lío. Optabas por aceptar que los pobres o los que favorecían a los pobres o a más tarde también a los herejes y judíos, pues tenían que ser buenos. Pero no siempre era así. A veces los que decían defender a los pobres los engañaban y luego los explotaban de otra manera. Por otra parte la historia estaba llena de sangre, de injusticias, de horribles guerras, de mentiras engañosas para engatusar a la gente y así prestarse mejor para ir a la guerra y defender cosas que luego eran injustas.

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  7. Pero en muchas películas el malo perdía. Aún de mayor: el malo perdía y el bueno ganaba. Luego las películas se fueron complicando y a veces el malo ganaba y volvía a ganar de nuevo y no salían las cuentas bien e ibas para casa pensando que ya eras mayor y que así era la vida y que la justicia era la justicia relativa a este poder o al otro poder o al poder venidero que hacía de la justicia un pandero. La justicia era a la política lo que el pan al trigo. No había lo uno sin lo otro. Justicia era un ideal abstracto que existía en el abstracto de un mundo ideal. O viceversa: la justicia era un ideal que vivía en un mundo abstracto. Aun así mejor vivir en una democracia que no en una teocracia: algo se había avanzado a pesar de todo: entre la pura perfección de la Justicia Divina y el aterrador averno de justicia infernal había grados. Algunas películas al ser capaz de mostrar la corrupción de la justicia ya hacían su propia justicia y eso también compensaba de alguna manera. El bueno quedaría aplastado, pero su dedo seguía apuntando. Algo era algo.

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  8. Mucha gente se hacía religiosa porque no podía vivir sin una Justicia verdadera por mucho que el mundo estuviese podrido. Era injusto el mismo hecho de existir. Nadie había sido preguntado y luego uno crecía con sus aciertos y defectos y había gente que delinquía con demasiada facilidad y con poco freno moral. Otros eran buena gente, pero ser bueno nunca fue la mejor manera de triunfar en esta tierra material. Lo bueno y lo malo eran cosas relativas a cómo te lo montabas y si sabías escoger a tus amigos y a tú partido. El universo era cínico e indiferente al destino del homínido.
    Así que si no había justicia o la justicia era siempre relativa al grupo en el poder a quien servías; entonces Dios tenía que existir, era una Idea necesaria; un Ente desesperadamente necesario.
    El cristianismo es una religión de Justicia: la deuda de la Humanidad es tal contra Dios a causa de las injusticias de los hombres, que Dios para perdonarlos y así hacer Justicia tuvo que sacrificar a su propio hijo--que era él mismo-- y así conceder la gracia a esa triste e injusta humanidad.
    Pero la duda queda en que el pecado podía haberse producido en el mismo hecho de la creación y entonces el homínido poco podía hacer con su naturaleza ya tendente a la injusticia.

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  9. Pocas películas hay sobre este tema. Nos conformamos con ver la justicia ganar de vez en cuando aun en forma de Samuel Bronston o de Harry el Sucio.

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  10. Hay una casa en lo alto de la colina
    La contemplo, la miro, le doy vida
    Pero no quiero subir y llamar
    Me quedo donde estoy y dejando que el sol ilumine todo el paisaje
    Sólo contemplar
    Soñar, imaginar.
    Luego seguiré el camino de la realidad.

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  11. He seguido tantas veces el camino de la realidad
    Que sólo consigo que me aburra más
    He profundizado en el fútbol, pero me lleva a un paisaje de cartón
    He profundizado en la política, pero me lleva a rostros sin corazón
    He profundizado en el mundo de los negocios, pero todo es demasiado prosaico
    Sin embargo, me gusta la gente profesional que busca solucionar problemas con cierta ingenuidad.
    Una vez disfruté mucho oyendo a un fontanero explicando cómo él se las ingeniaba para desatascar tuberías complicadas.
    O a una cocinera explicando cómo preparaba su receta.
    O un mecánico orgullosos de haber hecho arrancar a un coche difícil de reparar.
    Hay gente que se emplea con ingenuidad a solucionar problemas y la realidad les resulta leve
    Hay quien escribe novelas con mucho ingenio y las palabras están muy bien empleadas
    Hay quien compone muy buenas melodías o sinfónicas y es una maravilla.
    Hay quien hace una casa con esmero y crea con sus propias manos el sitio donde va a vivir.
    Un poema tiene que estar bien hecho para que haga efecto.

    Por eso no me gusta quien mal trabaja: el chapucero, el pícaro, el tramposo, quien cree que todo es injusto porque él debería ser el centro del mundo y nadie le reconoce como tal y se pasa la existencia vengándose del mundo y de las personas por no ver lo grande y bueno que es su EGO.

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  12. ANTE TODO MATERIALISTA

    Si eres un buen cristiano piensa que Dios te hizo como criatura en un mundo material y que no puedes escapar a esa realidad por mucho que lo intentes. Aún suponiendo que intuyes realidades espirituales de gran calado, piensa que sólo se te comprenderá si sabes expresarlas con buena lógica o buena poesía o una representación que sea comprensible o ser capaz de ser experimentada por los demás en buen equilibrio mental y afectivo. Todo lo que hagamos manifiesto a los demás ha de ser vía medios "materiales de construcción": lenguaje, música, pintura, movimientos, gestos, etc. En realidad todos en última instancia somos materialistas. Incluso la idea de Dios no tiene ningún sentido salvo cuando la traducimos a nuestros propios términos y luego queremos que tal idea y experiencia pueda ser común al común de los mortales. De no ser así: cuidadito. Cuando a la mente se la deja dar muchos vuelos sin hacer tierra podemos estar ya más en el mundo de las alucinaciones, de la virtualidad cortocircuitada; de la esquizofrenia, de las obsesiones...
    Si Dios te creó como criatura de carne y hueso para vivir en la Tierra es porque es ahí donde tienes que desarrollarte, curtirte, usar la razón, unos buenos principios morales; saber cultivarte en el arte de la comunicación con los demás y el sentido común. Y si tienes vena artística, pues hay que saber encarnar esas experiencias, esas ideas, esos mundos con arte, sabiendo manejar ciertos principios estéticos. Hay mucha gente que se dice cristiana y religiosa por ahí y lo que están es como cabras. Hay que saber diferenciar.
    Un cristiano no tiene por que ser un chiflado profetón que alucina en colores, ni un espíritu vengativo que no hace más que condenar al mundo que no le reconoce a él/ella que tan buenos son; ni un obsesivo de las interpretaciones literales bíblicas o demasiado volátiles...

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  13. Y EL VERBO SE HIZO CARNE

    "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". No hay otra manera que el Verbo se pueda dar a conocer a los humanos que haciéndose carne o materia que el cuerpo humano pueda reconocer, captar, dar significado. De otra manera el Verbo nunca sería reconocible ni detectado por ser humano alguno. Viviría en su Plenitud sin necesidad de mundo alguno, ni reconocimiento alguno por parte de nada ni de nadie. Pero el hecho de que el Verbo se haga materia, carne, visible y audible al mundo implica la plena inmersión en la temporalidad, en la naturaleza, en la historia. Todo lo que diga el Verbo ha de ser reconocible y comprensible por los humanos. Una vez que utiliza la palabra, los gestos, el cuerpo; ya es uno más entre los mortales y como mortal queda constituido y consolidado. Porque si hubiese un punto donde se escapara al destino de la carne: al hacerse carne, entonces nos estaría mintiendo. Sería como decir: El Verbo se hace carne HASTA CIERTO PUNTO, pero más allá de ese punto soy divino y puedo escapar a la carne cuando quiera y a voluntad. Eso sería hacer trampas: o se es divino o se eshumano. Y si se juega a "hacerse carne" tiene que ser con todas las consecuencias: ser carne/materia sin posibilidad de retorno a otra dimensión superior, sin punto de contacto con otra cosa que te pueda sacar de la carne a voluntad.
    Perdido de forma absoluta en la carne. Y el Verbo se hizo carne DE VERDAD. Puro hombre en el mundo meterial/natural/histórico.

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  14. LA CARNE NO ES UNA CÁRCEL

    La carne, la naturaleza, la historia son el reino del hombre. Si el Verbo se hizo carne, entonces el Verbo es parte del reino del hombre. Su naturaleza humana le impide ni tan siquiera imaginarse otro reino que no sean potencialidades o proyecciones o creaciones o recreaciones de ese reino. Cualquier señal o signo que se produzca en nuestro reino de la carne no puede ser interpretado más que de acuerdo a nuestros significados. Y si no es comprensible pasa entonces a denominarse misterio. Muchos misterios del pasado son ahora comprensibles. Misterio sigue siendo nuestra existencia: el por qué de nuestra existencia. Pregunta que sólo la podría contestar quien fuera capaz de saltar fuera del reino de la materia. No tiene sentido hacerse tal pregunta.
    Hemos roto con el dualismo materia-espíritu, entendiendo espíritu como otra sustancia absolutamente diferente a la materia. Ahora, igual que el Verbo, vivimos en la carne y habitamos en la carne. Cuando nos referimos al espíritu, entonces estamos hablando de la parte incorpórea de la carne, la parte mental invisible: la conciencia.
    Pero el Verbo no viene a "hacerse carne" para quedar preso o encerrado en un mundo de esclavitud, de dolor, de sufrimiento, de injusticias, de ceguera. Él cree que esta materia tiene increíble potencial, puede ser avivada, encendida; se revela como territorio a descubrir a medida que logremos comprender nuestra absoluta inmersión material y entonces cuerpo y espíritu pasan a ser la misma sustancia y no hay razón alguna por la cual la mente se pierda por un camino y el cuerpo por otro. No. Todo ello es cuerpo y la incorporeidad de la mente no significa que esta viva en otra dimensión o posea otra sustancia: son parte de la misma sustancia y ahí Spinoza tenía razón (por el momento).

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  15. EXCITANTEMENTE COMPLICADO

    Aun en el hecho de que "María concibió del Espíritu Santo" según Mateo y Lucas para concretar más en el acontecimiento del "Verbo se hizo carne", tenemos el mismo dilema. Una sustancia supuestamente divina se encarna en un cuerpo humano, material, biológico. Pero para que esa sustancia divina sea reconocible entre los humanos ha de tomar significados humanos, de otro modo sería incomprensible y nadie podría detectar nada divino porque tal sustancia divina NO TIENE NADA QUE VER CON la materia. Si tuviese puntos de contacto con la materia, entonces compartiría cosas en común y la sustancia espiritual ya no sería simple, incontaminada, atemporal, pura en su plenitud. En una palabra, la sustancia espiritual-divina necesitaría de la materia para poder ser en sí misma. Estaría subordinada de alguna manera a la materia. Pero entonces Dios sería un dios que ya siempre necesitaría del mundo, de su creación, del hombre, de la vida material. O sea, un dios imperfecto, potente hasta cierto punto, y ciertamente limitado.
    Entonces: si Dios se encarna en María y toma forma de humano, lo único que podemos conocer de Él son cosas humanas, atributos humanos, cuerpo humano y si hace milagros y hace temblar la tierra, pues lo incorporamos ipso facto a las representaciones mitológicas de los hombres-dioses o dioses-hombres. Otra figura más a incorporar en términos míticos y mistéricos. Que es lo que pasa con Jesús el judío en manos de Pablo y otros. En realidad nunca deja de ser humano y para los humanos. No hay representación posible que pueda representar lo irrepresentable de la sustancia divina. La Encarnación de Mateo y Lucas explota los recursos imaginativos y las potencialidades creativas literarias para dar nacimiento al Mesías/Dios. Todo este lío se atemperaría algo si el Cristo cósmico fuere ya criatura de Dios limitado y no Dios mismo. Los musulmanes si que lo tienen crudo con ese Dios absolutamente trascendental. No me extraña que la evolución del Islam tienda a esos puritanismos exacerbados y violentos.

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  16. UN DIOS ABSOLUTAMENTE TRASCENDENTE QUE ADEMÁS BUSCA RELACIONARSE CON LOS HUMANOS EN ESOS TÉRMINOS ES UN DIOS DEMENCIAL

    Partir de un Dios absolutamente trascendente que quiera someter el mundo a sus dictados trascendentes y sin más mediación que la Palabra pura de Dios, es simplemente demencial. Eso nos llevaría a una existencia violenta, siempre en lucha violenta contra la realidad y con nosotros mismos. No me extraña que haya religiones violentas. El hecho de concebir una relación con Dios de esa manera es ya pura esquizofrenia. Enfermedad colectiva e individual.

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  17. TODOS MATERIALISTAS SIN REMEDIO

    Es a través de la materia cómo se conoce a Dios. Cuando caminas por la calle ya estás en relación con Dios inmerso en su materia y tú eres parte de esa materia formando un cuerpo capaz de reflexionar sobre esa materia y sobre Dios. Pero cuando caminas por la calle sientes la materia y tu cuerpo como cosas ajenas, una materia muerta y sólidamente aburrida; un cuerpo que suele estar casi siempre en desasosiego y que también está ahí afuera como un contenedor que contiene un ego también desasosegado e impreciso consigo mismo. A veces si estamos contentos, puede aumentar nuestra intensidad de percepción con la materia y el cuerpo y nos sentimos más en casa, pero suelen ser las menos ocasiones. Y si estamos aburridos, hastiados o deprimidos, entonces la extrañeza y el asco de la existencia aumenta y esa materia es motivo de desprecio o alejamiento infinito. Nuestro cuerpo se convierte en una prisión y el alma se comprime. Cada cuerpo tiene sus propias intensidades y ritmos y logra resonar y conectar con otros cuerpos, pero a veces es el rechazo y la indiferencia al no producirse fusión alguna o puntos de contacto comunes o vibraciones comunes. O, a veces, la pasión del odio y la crueldad suple la carencia de afinidad, de amor, de afecto. Si yo no soy feliz conmigo mismo tampoco la serán los demás: odio, reproches infinitos, el mundo debería de ser como yo quiero.

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  18. SERÁ POSIBLE, SERÁ POSIBLE ...

    Todo eso que hemos descrito arriba indica curiosamente una capacidad de trascender, de trascendencia. En una palabra: somos capaces de comprender o reflexionar sobre la "injusticia" de la existencia, el sufrimiento que produce el desencaje, el "fuera de quicio", de la conciencia con la materia y el cuerpo. Injusticia. Creemos que hay injusticia en haber nacido de una manera y no de otra, pues todos queremos estar en armonía y en equilibrio con el mundo, con los demás, con nosotros mismos. Y como esto no es así, salvo alguna excepción más o menos duradera, nos sentimos descompensados, frustrados, carentes: nuestro cuerpo no es como quisiéramos que fuere: engorda, enferma, posee una inercia natural. Nuestra mente se confunde, se traspapela con facilidad, se desequilibra. Nuestra situación en el mundo nunca será la adecuada: hemos nacido pobres o ricos o en el medio, siempre falta algo o siempre hay alguna injusticia de principio.
    Podríamos vivir en plena univocidad con la creación y entonces no sentiríamos ningún tipo de agravio moral o desequilibrio en referencia a una supuesta idealidad que nos pertenece por derecho. No. Viviríamos tal como somos sin desajuste alguno entre mente y cuerpo/materia. Cuando llegare la gana de comer pues comeríamos y si no hubiese nada para comer lucharíamos para conseguirlo y punto. Nada de resentimientos, nada de injusticias; la vida en su pureza, en su crudeza sin mala conciencia ni venenos vengativos. Cuando el sexo nos apremiara o nos llamara para reproducirnos, pues buscaríamos la forma de acoplar de acuerdo a las normas naturales espontáneas e inscritas en nuestro código genético. Los machos pelearían por la mejor hembra y las hembras seguirían su juego de atracción del macho. Etc, etc. Cuando algo nos doliere pues sufriríamos y cuando la muerte llegare pues simplemente moriríamos y punto
    La vida natural, la vida animal sería en plena univocidad con la creación y punto. Ni resentimientos, ni malas conciencias, ni euforias, ni fórmulas de felicidad, ni complicaciones psicológicas, ni religiones, ni filosofías, ni arte, ni ciencia, ni nada: pura vivencia en el ahora.

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  19. Y EN EL PRINCIPIO...

    Pero no. No es así con los humanos. Nuestra vida es más bien equívoca con la creación y luchamos para que sea lo más unívoca posible de forma consciente, como proyecto, como objetivo. Trascendemos la animalidad. Ya no podemos revertir a ese estado. En el estado animal o natural no hay injusticias ni juicios morales: un león no comete ninguna injusticia matando a un cervatillo, ni un vampiro hace mal moral alguno cuando chupa la sangre de la vaca. Eso es exclusivamente humano. Un terremoto mata miles de personas y una epidemia acaba con medio país de la forma más natural e indiferente posible. La naturaleza no tiene moral alguna. Es monstruosamente inhumana y el universo se mueve sin consideración ética alguna. Se podría decir que para el universo ni sobra ni falta nada. Todo está en su sitio. Todo es propio caiga quien caiga.
    En el Génesis dice que Dios cuando hizo la tierra vio "que era bueno". Que su obra era buena implica un juicio moral y estético. ¿Es que esa obra de creación era armónica y equilibrada respecto al hombre y luego "cayó" al mismo tiempo que "cae" el hombre por un acto de desobediencia moral? Génesis recoge como relato una de las primeras reflexiones del hombre respecto a su sitio en el universo. La idea primigenia del mundo como paraíso. Como armonía. Como infancia e inocencia. Nunca desaparece esa visión de la naturaleza como inocencia, como armonía a pesar de su inherente salvajismo y potenciales peligros. Lo experimentamos cuando paseamos por el monte o por un paisaje de un día soleado. Los poetas no paran de cantarlo. Los ecologistas lo han hecho su religión. La idea del Paraíso pervive como un arquetipo colectivo universal en la conciencia del hombre.
    Pero, ¿y la caída? El desencaje, el "fuera de quicio".

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  20. EL TEMA NUNCA SE AGOTA. DE NUEVO MELBA Y MERLO SE ENCUENTRAN

    Me encontré de nuevo con Melba en el Café Moncrasterlo y los dos tenemos ganas de explorar lo que nos apasiona realmente: las últimas preguntas, los últimos territorios, las exploraciones arriesgadas a cielo nocturno abierto. Su rostro era triste. Su rostro había entristecido. O al menos eso me parecía. Cierta mirada de melancolía. Quizás una mirada que se dirigía por demasiado tiempo hacia el pasado. ¿Qué pasado? ¿Cómo había sido ese pasado?

    YO, MERLO IGNATURUS: Según la Biblia el "fuera de quicio" se produce por una desobediencia moral por parte del ser humano que posee libre albedrío y opta entonces por desobedecer a Dios y así surge la caída y se rompe la armonía entre Dios y el hombre e incluso entre Dios y la creación, según Pablo. Aunque otras interpretaciones lo ven como una escenificación mítica del paso que ha de dar el hombre primigenio apegado a los instintos, a su inconsciente dependencia natural; para iniciar así su independencia, su propia aventura, su historia. En una palabra: de la inmadurez y la dependencia pasa a su independencia, al libre ejercicio de su inteligencia, su voluntad, su propio proyecto, su propia creación. La relación unívoca con Dios pasa a ser equívoca, complicada, de lealtad o de rebelión. Comienza la historia.

    MELBA ENTARBITZ: Bueno, si nos quisiéramos apegar a una explicación materialista del asunto, habría que hacer un poco como hace el psicoanálisis y relacionarlo con las representaciones del cuerpo desde su estado pre-natal hasta los primeros años de vida. Es decir: la vida en el feto es una vida de paz y sosiego. Con el nacimiento se produce un trauma crucial: se nace a la vida de los otros, de las necesidades, del dolor, la angustia del parto (Otto Rank), etc. Todo ello queda registrado en nuestras neuronas. Luego vienen las etapas de relación con los padres, la renuncia o negociación de nuestras pulsiones egocéntricas en función de un acatamiento del principio de realidad, etc, etc. Digamos que la conciencia o el cuerpo en general pasa del estado de total dependencia y sosiego en el útero materno, para luego entrar en un mundo conflictivo que se opone a nuestro ego omnipotente y poco a poco comienza el proceso de independencia, de separación, de conciencia con responsabilidad, de relación con los otros y con la sociedad. Efectivamente, comienza la historia insertándose en ella. Y todo ello queda registrado en nuestras neuronas para sernos inconsciente, pero no sin tener efectos conflictivos, traumas no resueltos que luego condicionan nuestra conducta, carácter, etc.

    MERLO IGNATURUS: Edén/útero materno, caída/nacimiento, conflicto con el mundo y los demás/conflictos y negociaciones en función de una integración con la realidad. Pero ese hiato nunca se suelda, queda abierto durante toda la existencia humana. Se trata de ligar a través de cosmovisiones míticas o revelaciones que nos ofrecen explicaciones del porqué del sufrimiento humano, del desajuste, del "fuera de quicio". Hay una gran descompensación entre lo que debería de ser y no es o es de modo provisional mientras haya un poder superior que lo suelde, lo sostenga. Nunca como algo libre y voluntario ya que ESE LIBRE ALBEDRÍO ha quedado tocado y tiende a la rebelión.

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  21. (viene de arriba)

    MELBA ENTARBITZ: Gran descompensación que se entiende como desequilibrio y ese equilibrio/desequilibrio se comprende dentro del concepto de JUSTICIA. Lo justo y lo injusto. El equilibrio es el estado de armonía cósmica donde todo está en su sitio. El desequilibrio es todo aquello que atenta contra el orden cósmico: invasiones de pueblos bárbaros u otros imperios rivales, hambrunas, pestes, dioses que fracasan o se desactivan. Relatos que son sustituidos por otros relatos míticos de origen o de restauración o de innovación, y que rompen con la armonía para sustituirla. Justicia: equilibrio. Injusticia: desequilibrio. La caída, la ruptura, el hiato es como el motor de la historia o de las historias. Los nómadas viven en continua movilidad y el concepto de armonía cósmica les tiene al pairo: siguen los rebaños, hacen del territorio su hábitat; recogen frutos salvajes, roban a las poblaciones sedentarias. Siempre hay un trickster en sus relatos que hace trampas. El Estado nace en oposición al nomadismo y hace posible la civilización en base al concepto de armonía, de justicia, de orden cósmico. Justicia que no significa exactamente reparto de riquezas, sino orden jerárquico. Desde los dioses/Dios hasta el último campesino o esclavo.

    MERLO IGNATURUS: Los desequilibrios se compensan. Para ello está la ley. Las leyes regulan las compensaciones y califican las descompensaciones en faltas, agravios, delitos, crímenes. Justicia y poder que obre la justicia. El equilibrio. Ese es el esquema. Siempre ideal. Referente perfecto. Pero al mismo tiempo siempre amenazado, nunca perfecto, crisis, desplazamientos. Demasiada opresión, demasiada anarquía. La escritura trata de fijar las leyes, hacerlas objetivas, estables, comunes. Los relatos fundacionales. Este es el comienzo de la historia, y este sigue siendo el dilema de la historia.

    MELBA ENTARBITZ: Para Freud este dilema del hiato entre conciencia y el ello o las pulsiones naturales/materiales es una grieta que jamás se puede unir o soldar ya que es nuestra condición humana, lo que nos hace estar siempre en contradicción con nosotros mismos. Él lo resumió en el Eros y el Tánatos, dos pulsiones en continua fricción: la vida y la muerte. Aunque luego el psicoanálisis se fue reinterpretando a la luz de las teorías optimistas del marxismo con Eric Fromm, Marcuse, o el espinocismo: Deleuze/Guattari y otros; sin embargo y por mucho que se tratare de glorificar la subjetividad siempre desplazada y siempre diferenciada; el hiato entre la realidad capitalista o el marxismo frustrado sigue sin poder solucionarse.

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  22. (viene de arriba)

    MERLO IGNATURUS: La idea era que el hiato era un producto histórico y no una condición existencial irreparable. Entonces el optimismo marxista y de las izquierdas radicales creían que se podría superar tal alienación transformando la historia, haciendo la justicia extensiva a todo el mundo y al desaparecer las injusticias económicas y sociales, pues entonces la materia, el cuerpo y la conciencia irían al unísono bajo el canto de libertad. Bueno, más o menos. Pero la historia, ya vimos, está determinada por el hiato. Es historia en razón de tal fisura, de tal caída. Hacer la justicia más extensiva en función del concepto de una sociedad sin clases o de un mundo comunista, no dejó de ser la producción de otra realidad injusta bajo otros parámetros. La nueva izquierda espinociana o neonietscheiana se dio cuenta de ello y entonces asumió la "differance" (Derrida) y el "desencaje" o desplazamientos (Foucault) como determinantes de la historia. Su aceptación positiva y creativa haría posible una renuncia a todas aquellas metafísicas que buscaban una Unidad, un Centro, un Significante, un Falo, una Razón Universal, una Objetividad. Tales metafísicas son vistas ahora como justificaciones de una relación de poder basadas en la subordinación de lo irracional, lo marginal, la sexualidad polimórfica, lo extranjero, lo colonial, del otro a un significante eurocéntrico, patriarcal, machista, heterosexual, imperialista, etc. Todo ello con el capitalismo como máquina de trasformación de la realidad como mercancía o dinero. Una igualación alienante que agudiza nuestra sensación de alienación o subordinación a dicha máquina abstracta.

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  23. (viene de arriba)

    MELBA ENTARBITZ: Volvemos al concepto de justicia. La Justicia hacía referencia a un orden cósmico justo. Justo en el sentido de "estar todo en su justo sitio". El relato del Edén hace referencia a un orden armónico de Dios, un orden natural justo donde todo cumple su función (y vio que era bueno). Y luego surge el desajuste, el "desquicie", y ocurre por una tentación de saber, de salir de ese orden para descubrir, para arriesgar, para aventurar, desafiar. Comer la fruta prohibida es una gran tentación que no se puede dejar pasar. Los grandes estados de la antigüedad protegían la Justicia, lo justo de ese orden cósmico. Para sustentar ese orden se emitían leyes que buscaban la compensación, el restablecimiento del equilibrio. A cada falta (descompensación), le corresponde una compensación y así se restaura el equilibrio. Pero es un orden que está materialmente amenazado por las hordas nómadas, los pueblos sin estado, las rebeliones internas, los imperios vecinos o en proceso de constituirse, las catástrofes naturales. Es un orden siempre amenazado y siempre exorcizado: los dioses han de estar contentos tanto en el presente como en el más allá. La Justicia se ha de impartir y codificar. Y ese es el esquema (cosmovisión) que no varía mucho a través de los siglos. Con la filosofía griega el cosmos está atravesado por una racionalidad que la mente puede comprender y por lo tanto la realidad puede ser regulada por el Estado. Todo sigue en su sitio y todo sigue siendo amenazado al mismo tiempo. El cristianismo impone concepto de ciudad de Dios y ciudad pagana siendo la Iglesia el referente y garantía de un orden divino bajo dos modalidades. Pero subyacen las herejías y sus interpretaciones desafiantes contra el poder eclesiástico. La Reforma rompe con esa hegemonía y Europa se va emancipando del poder religioso para constituirse en naciones-estado, monarquías absolutas con el rey como poder de Dios visible en la tierra. Con las revoluciones burguesas que culminan en la Revolución francesa el Estado deviene civil, el instrumento de poder de la República de los ciudadanos. Los ciudadanos tienen poder de elección, libre albedrío, posibilidad de consenso, poder legislativo a través de una propia representación. Por lo menos nominalmente, en teoría. En la práctica siguen los desajustes, el hiato, la fisura; el concepto de Justicia ahora atañe a los individuos cuya subordinación pasada a poderes trascendentes incuestionables, ahora quedan liberados de tal subordinación para ser investidos de derechos o libertades que el Estado ha de garantizarles y darles contenido material. Pero la realidad nunca es homogénea y ciertos individuos logran acaparar más riqueza que otros, la naturaleza distribuye sus "dones" de forma aleatoria y unos son más torpes que otros; ciertas naciones poseen la fuerza política y económica para progresar mientras que otras se atascan o se repliegan o sufren dominio. El mundo no es igual más que en abstracto, puramente formal. Pero los esquemas abstractos o formales siguen reformulando la Igualdad, la Armonía, el Ideal, la Utopía y el individuo ciudadano se refleja en un espejo que le hace ver sus carencias, sus desequilibrios respecto a otros. De nuevo el concepto de Justicia apela a las compensaciones, a las descompensaciones, a la ampliación de derechos ad infinitum. El mismo concepto de individuo se cuestiona y se complica y por eso hablamos antes del psicoanálisis y del marxismo y neoespinocismo. No hay individuos sino colectivos, ensamblajes de subjetividades ya liberadas de subordinaciones "más profundas" tales como el machismo (falocentrismo), el complejo de Edipo, el eurocentrismo, la sexualidad patriarcal, la propiedad privada, el dominio sobre la naturaleza y entonces la naturaleza como objeto a liberar y con sus propios derechos animales, etc. etc.

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  24. MERLO IGNATURUS: Sí, muy bueno ese resumen Melba, creo que ahora estamos en la panorámica presente. Se acepta la caída, el hiato de la conciencia y la materia, la escisión de cuerpo/materia y conciencia como un índice de lo que nos constituye como subjetividades, no ya individuos transparentes con nosotros mismos y portadores de responsabilidad y origen de nuestras acciones; sino como subjetividades compuestas, ensambladas en relación a los otros a modo de modalidades de una misma materia que es absolutamente inmanente y que no permite la constitución de ninguna exterioridad metafísica en forma de espíritu o razón universal o centro de verdad salvo una verdad consensuada y provisional sin fondo metafísico alguno. De ahí que entonces la riqueza deba de ser distribuida universalmente en función de cada colectividad libremente constituida y sus necesidades, y cada "individuo" es una modalidad con todos sus derechos a ser como es y por lo tanto sus derechos han de ser cubiertos materialmente en función de su libre expresión modal, etc.. Esta es la nueva izquierda y la socialdemocracia radical. Para ello se necesita un Gran Estado que redistribuya, que iguale ad infinitum ...

    MELBA ENTARBITZ: Efectivamente, con la Justicia en una mano y el espejo de la plenitud y la felicidad máxima en la otra; la Justicia no tiene sentido más que como aparato de poder que ha de acabar con todo aquello que "ahoga" u "oprime" al ego, pero ¡ojo!, se trata de un ego narcisista, de un ego/ello/id que quiere vivir su indefinida y anárquica libertad a pleno pulmón y cuanto antes. Freud era más sensato y veía el problema con sabiduría burguesa. Wilhelm Reich y otros eran anarquistas con ganas de romperlo todo para disfrutar de una libertad perversa. Los optimismos neomarxistas no soportaban el pesimismo de Freud. Erich Fromm se convirtió en un acaramelado profeta de un neo-humanismo amoroso. Marcuse y Adorno en unos profetas neo-gnóstico totalmente irresponsables. Ya no un principio de realidad racional tipo la Ilustración y Kant, ahora se trataba de acabar con todo principio de realidad y entonces el capitalismo se distorsionaba y se veía como un todo omnipotente, un demiurgo destructivo y alienante que ocupaba todo, que estaba en todos los sitios, y hasta en todos los rincones y pliegues y repliegues de nuestra subjetividad. El demiurgo justificaba todo tipo de acción y todo enemigo de mi enemigo era bienvenido no importaba si era una dictadura o cortaba cabezas o adoraba un dios cabrón: lo importante era acabar con el capitalismo y su falsa democracia, al mismo tiempo que ellos mismos no podían vivir fuera de esa democracia que les daba eco, les publicaba y les suministraba de lectores. La Justicia ahora no está basada en la racionalidad o lo posible dentro de un principio de realidad equilibrado y de sentido común. La Justicia ahora es política radical al servicio de un espejismo. Si la derecha siempre la pretendió utilizar como su brazo político al servicio del Orden establecido, ahora la Justicia radical se repliega al servicio de un ego sin límites ni fronteras, que ha de quedar libre de toda frustración, barrera, cortapisa moral. Y curiosamente vale todo. El maquiavelismo ha cobrado nuevo brío con pensadores como Negri y otros. La política se justifica a sí misma. La Justicia ha de nivelar y compensar en función de más y más derechos, pero al mismo tiempo el Estado ha de crecer y ser más y más omnipotente para ejercer tales compensaciones e igualaciones, lo cual crea una lógica de control y censura que comienza a hacer la vida civil irrespirable.
    No hay más solución que el sentido común, el mayor acercamiento a una racionalidad aproximada y hasta donde sea posible. Tiene que haber límites razonables. Y sobre todo saber vivir en una aproximación posible entre la materia que nos constituye y la conciencia que busca volar, imaginar.

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  25. LAS RECOMPOSICIONES CÍNICAS

    MERLO IGNATURUS: Las recomposiciones cínicas ya no apelan a ninguna razón universal o a ningún orden metafísico que conforme una moral o a ninguna revelación. Las recomposiciones cínicas están construidas sobre lo que nos pida el cuerpo y lo que creamos que es nuestra verdad. Si somos políticos nuestro cinismo nos hará posible adaptarnos a todo aquello que nos ayude a permanecer en el poder. La mentira no nos arredrará, el arte de la manipulación será la forma de hacer las cosas bien, la gente sólo nos interesará en la medida en que nos den votos y es ahí donde tenemos que tener cuidado y dirigir nuestro discurso hacia los posibles votantes, etc. Si somos religiosos procuraremos manifestar los sentimientos en función de la estructura de poder eclesiástico que nos da prestigio y nos haga relevantes y si es posible nos permita vivir; pues no hay verdad alguna a la que apelar y recurrir, sino tan solo una ficción de verdad que hay que saber manipular con mentiras piadosas y apariencia de fe profunda.
    Y en general las personas recurrimos a nuestros propios axiomas, nuestros propios "porqué sí"; y si la razón indica otra cosa nos importa un rábano pues somos nosotros los primeros y luego la razón la pondremos a nuestra propia disposición. Es este un mundo de apariencias que se pueden convertir en realidades si pones empeño en ello. Cada cual busca su provecho en función de sus necesidades, de sus espejismos, de sus sentimientos; pero no hay verdad alguna a la que apelar. Pueden ser sentimientos creativos y en sana disposición hacia los demás, pero pueden ser también destructivos y manipuladores y no hay referente alguno de verdad o Dios al que recurrir. El universo es inhumano e indiferente. Puedes ser bueno o malo o lo que te dé la gana: eres libre.

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  26. LAS RECOMPOSICIONES CÍNICAS II

    MELBA ENTARBITZ: Fríamente es así. Pero cuando ves a un niño sufriendo en su inocencia te das cuenta que hay algo en tí que te empuja a luchar contra eso que hace posible que un niño sufra en su inocencia. Eres capaz de perder tu vida en el empeño de evitarlo. He ahí la realidad material o corporal de ciertos sentimientos que te hacen rechazar la injusticia de lo inhumano, de lo humanamente destructivo. Es ahí donde el sentimiento del amor aparece como realidad, no como afectación o disimulo; y el amor tiene una fuerza movilizadora increible. Es lo que nos hace posible entender la justicia con toda su fuerza existencial, corporal, incorporal. Pero el amor tiene que tener objetos sensibles y concretos a los que amar. El amor universal en abstracto es una farsa; el amor a entidades ideales o abstractas es una impostura. Y el amor hacia las personas concretas puede también devenir en puro egoísmo y narcisismo. Para relacionarnos con un Dios encarnado, materializado--y el Verbo se hizo carne--hay que valorar la materia que nos rodea, los cuerpos que forma, las mentes y las ideas. Es en el universo donde Dios se revela y en la profundidad en nosotros mismos, pero eso es muy subjetivo, muy propio. Acontece como un milagro de transformación, de transmutación y solo lo puedes comunicar con quien haya sentido tal abrumadora experiencia. Es en estos términos como puedo hablar de Dios. teniendo en cuenta que el cinismo, el disimulo, la simulación, los simulacros, los engaños, las mentiras; las apariencias, los sentimientos manipuladores, también hablan de Dios.

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  27. THE END

    Y así hablaron sobre un café en el Café Moncrasterlo de la ciudad Melba y Merlo. Cuando salieron ya era de noche. Cada uno tenía que ir a su sitio en la vida, pero algo fuertemente común había surgido entre ellos. Un secreto. Un tesoro que se les había revelado. La posibilidad de hablar, de no interrumpir al otro, de no moralizarlo, de no clasificarlo a priori, de no juzgarlo a destiempo, de no cosificarlo; de no ejercer crítica ad hóminem.
    Buenas noches, Merlo.
    Buenas noches Melba.

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