05 agosto, 2010

LA MODERNIDAD ISRAELÍ

Ordinary people in an extraordinary land. THE ISRAELIES. Este es un libro de Donna Rosenthal que sería bueno traducir al español. El capítulo titulado “Swords against Stock Shares”, “Espadas contra la Bolsa”, no tiene desperdicio. La economía israelí es una economía dinámica, creativa, innovadora y altamente competitiva.
Universidades como la Hebrew University, Weizmann Institute y Technion, preparan a las mejores mentes después de una buena selección. Israel tiene más ingenieros, científicos, investigadores de la ciencia de la vida y físicos per capita que ningún país del mundo. En Haifa están instaladas Microsoft, Sun Microsytems, GE, Motorota, IBM, Hewlett-Packard, Intel’s Haifa en forma de centros de desarrollo, investigación y diseño. Es en Israel donde la PillCam se inventó y desarrolló gracias a un chaval con inquietudes y facilidades para llevar a cabo esas inquietudes que se llamaba Gavriel Iddam. Gil Shewd es otro chaval que se puso a inventar, cuando nadie pensaba todavía en ello, Check Point; una empresa de seguridad informática que diseñó el famoso Fire Wall, y que en 2001 alcanzaba los $20 billones del valor de la bolsa. Eli Barkat, fundador de BRM Technologies expresó bien la actitud de muchos israelíes en el presente: “Hacer de un problema una oportunidad es mi modo de ver la vida. Si no te mata te fortalece. La razón de High Tech es crear dinero y valor". Muchas de estas investigaciones y proyectos surgen en un principio de las necesidades militares de Israel. Un país que vive con la permanente amenaza de guerra ha de desarrollar su materia gris al máximo. Es cuestión de supervivencia. Nuestro guía Emmanuel lo decía: "No tenemos recursos naturales, pero tenemos materia gris". Lo dice también Gavriel Iddam: "No tenemos petróleo, no tenemos agua. Los únicos recursos nacionales que tenemos son arena y cerebros. Y con los cerebros estamos convirtiendo la arena en silicona.”


El antiisraelismo y el antisemitismo prefieren ver a Israel como un país agresor, pirata, racista, carnicero con los palestinos, militarista; etc. Lo “judío” ya se sabe: en el fondo hay algo de perverso, de ser “muy suyos”, de mirar para sí, de “controlar el mundo si los dejas” etc. Ellos no son como nosotros: tan solidarios, tan democráticos, tan pacifistas, tan amigos del reparto (con dinero ajeno). Con el 20% de paro en España tendríamos que hacer una reflexión más seria sobre en qué está basada nuestra economía, sobre qué ideales, valores y ambiciones gravitamos. Quizás sobre la inmensa cantidad de retórica vacía que utilizamos a raudales, pero que no se concreta en valores reales, en competitividad, en proyectos ambiciosos y arriesgados. La Asturias que yo conozco es precisamente la antítesis de este espíritu israelí: lo nuestro es la comodidad, aspirar a ser funcionarios, recibir alguna subvención y votar a los de siempre para seguir subordinados a la política más parasitaria y anquilosada del presente. Israel no puede más que despertar hostilidad y manifiesta envidia: preferimos ser resentidos palestinos sin ni tan siquiera tener claro cuál es el trasfondo del problema que sacude a Oriente Medio. Nos van los tópicos, las consignas del momento. Sería bueno ver el ejemplo y la parte positiva de Israel. Podría servirnos de referente.

Quizás haya factores culturales y religiosos que han creado esta forma de ser tan tenaz, a diferencia de otras culturas más conformistas, más cómodas, menos resistentes o eficaces ante los desafíos de la vida...

Tema a debate.

3 comentarios:

  1. También China y la India son innovadores, competitivos, económicamente dinámicos y ello
    no significa que su sociedad sea justa, sus gobiernos democráticos (nomenclatura china), socialmente equitativos, y ahí están como modelos de modernidad y competitividad. No dudo de lo que dices de Israel, es muy positivo y admirable, pero eso no nos debe impedir ver otras cosas, Israel no respeta los tratados internacionales (ahí está el asalto al barco en aguas internacionales, los muertos y eso es muy grave, y no ha habido responsabilidades, ni sanciones, ni nada, se ha mirado para otro lado), detener a alguien por robar agua (creo que es un derecho humano el derecho al agua), los asentamientos ilegales... Esto no justificar a Hamas, que es un grupo terrorista, pero para luchar contra el terrorismo no te puedes comportar como un terrorista, usar sus métodos y eso es lo que hace Israel. Hay normas que un estado democrático tiene que respetar, porque en cualquier momento en lugar de emplearlo contra los terroristas se puede emplear contra el que nos molesta o incomoda.
    Cada sociedad tiene sus lacras, la nuestra es la corrupción. Somos un a sociedad acomodaticia, anquilosada, ...pero no es justo decir que se es hostil y envidioso con Israel por ello. Hay hechos incuestionables Israel practica el racismo, agrede a los demás (secuestros ilegales en otros países, ....), actúa como los piratas, es una sociedad militarizada, ... Y esto no es ser antisemita, un estado democrático no puede actuar sin respetar las normas (hay algunos ejemplos Ruanda, Liberia, Bosnia, ...). No se pueden simplificar las cosas, no todo es blanco o negro, hay matices, sé que en la sociedad israelí hay muchas personas críticas con todo eso, así como que todos los palestinos no son terroristas de Hamas ni corruptos seguidores de Arafat, habrá muchos que sufren sus consecuencias, como le paso a los españoles con Franco, a los rusos con Stalin, ...

    José Ramón Matilla Rato (Gijón)

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  2. Otra cosa, no estoy de acuerdo con lo de “lo nuestro es la comodidad y aspirar a ser funcionarios y recibir alguna subvención”. Es un argumento fácil. Hay una parte de la sociedad que es así y disfruta de esos privilegios, pero es una minoría, son los arrimados al poder (político, sindical, empresarial, …), los que participan de esas corruptelas y de esa corrupción. La gran mayoría está hasta los cojones de engaños y mentiras, de empresarios que no los valoran a pesar de tener una buena formación, con sueldos de mierda y condiciones laborales deplorables, así mucha gente intenta huir a la función pública porque la gente gana más dinero, trabaja menos y tiene una calidad de vida mucho mejor. En otros países ocurre al revés, la gente no quiere ser funcionario porque sabe que con su formación y experiencia las empresas privadas lo van a valorar. Así vemos que la gente joven formada se va a otros lugares en los que si son respetados y valorados. Por eso se van, aquí no hay más que especuladores y explotadores, que no respetan a sus trabajadores (cobran como un trabajador sin cualificar y hacen uno de cualificado, con retribuciones vergonzosas, sin posibilidad de progresión), sin formación (no se gastan un duro en formación la mayoría de las empresas) sin seguridad (ahí están los accidentes laborales, que por cierto no abren los informativos como la ”violencia de género”, y se maquillan las estadísticas). Y la gente que no se puede ir es que la tienen cogida por los huevos (hijos, hipoteca,…). Pero se habla de flexibilidad, de productividad, …, todo mentira. La productividad mejora con la formación y con el respeto y valoración del trabajador y eso en España la clase empresarial todavía no se han enterado o no se quiere enterar, por eso la crisis nos sacude más a nosotros, porque nuestros niveles formativos son muy bajos. Y las cosas cada vez van a peor, poco a poco se van dando vueltas a la tuerca. Los bancos y cajas prejubilan (con unas pensiones cojonudas que pagamos los demás) y meten a jóvenes con contratos de mierda y condiciones también de mierda. Luego van las cajas y dicen que se debe acabar con las prejubilaciones, pero ellas siguen prejubilando (ahí están las fusiones y los que sobran). Las grandes empresas lo mismo. Y lo que hay que reconocer es que entre los trabajadores, los funcionarios son de los que mejor viven y la gente no es tonta y tiene derecho a intentarlo.

    José Ramón Matilla Rato (Gijón)

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  3. Muy interesantes la puntualizaciones del Sr. Matilla, primera y segunda parte. De todas formas, me agradaría añadir que, en mi opinión, habría que partir del previo reconocimiento del derecho de Israel a existir, a vivir en paz y a no ser perpetuamente hostigado, la mayoría de las veces partiendo de una base histórica de odio religioso y racial. Concretamente, creo que los árabes tendrían que comenzar por respetar la "madre de todas las resoluciones" de la ONU: la creación en 1948 del Estado de Israel, con su derecho a existir entre el resto de las naciones del mundo. Sencillamente eso.

    Rubèn D. Andrés

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