03 julio, 2010

INTENTANDO COMPRENDER: DIÁLOGO

A: En consonancia con lo dicho ahí abajo hay algo que objetar. Eso de que el pueblo judío con su mera existencia tienen carta blanca para apoderarse de las tierras de los palestinos suena muy atrevido. El proyecto sionista fue un error desde el principio. Hizo posible que una gente que vivía de una forma sencilla se viera invadida y desplazada por otros con muchos más medios, con dinero para comprar territorios; con una idea política muy pensada y desarrollada. Hay una injusticia de principio en el proyecto sionista. Hay un claro abuso de los fuertes contra los débiles. Los árabes palestinos son los claros perdedores.

N: Te olvidas que Israel como nación sólo es posible en referencia al territorio que habitó durante siglos y el cual nunca abandonó. El pueblo judío ha vivido la diáspora como un estado provisional, sabiendo que algún día habrían de volver a su tierra, a Palestina. El proyecto sionista es la realización de un retorno a la tierra que por derecho histórico les pertenece. La Palestina que quieren recuperar es parte del imperio turco y, allí sigue habiendo una minoría judía que mantiene el testimonio de la presencia hebrea. Se trata de comprar tierras, de ir adquiriendo territorio que pertenece a grandes terratenientes ausentes, o en otros casos terrenos baldíos que se recuperan con esfuerzo para la agricultura y que van siendo ocupados por una persistente inmigración. Todo ello es verdad, crea un desequilibrio en relación con la población árabe que vive una vida basada en una agricultura de subsistencia. Efectivamente, se produce una dislocación que genera hostilidad y resentimiento en la población árabe.

A: No, se les roba las tierras, se les echa, se les amenaza. Se aplica una política colonial de usurpación. Israel nace en base a una política claramente colonial y expansionista. Los árabes palestinos perciben a los judíos inmigrantes como europeos que vienen a usurparles la tierra. ¿Qué culpa tiene ellos de las cuitas o nostalgias milenarias de los judíos?

N: Es muy fácil decir que los judíos han robado las tierras, que han actuado con violencia y amenazas. Es muy oportunista utilizar la palabra colonialismo europeo para enfocar el problema. Pero si el asunto se va analizando con paciencia podemos ver que no es así. El delito de los primeros sionistas podría haber sido disponer de dinero para compara aquello que está en venta. No solo los terratenientes árabes que viven en Damasco o en Beirut prefieren vender sus inmensas propiedades, pero también pequeños propietarios que no dudan en triplicar los precios para obtener más ganancia. Hay también terrenos que pertenecen directamente o indirectamente al Imperio turco que pasan a manos judías pagando lo estipulado, etc. Todo ello conlleva, bien es verdad, la pérdida de mercados de una producción agrícola rudimentaria por parte árabe, emigración, desplazamientos, etc. Los judíos vienen a trabajar, a poner a producir una tierra que recuperan como suya; que ven como algo que les pertenece por derecho histórico. No han venido con un ejército invasor que expulsa a la población árabe para quedarse ellos con la tierra. La recuperación se lleva a cabo a través de intercambios comerciales no siempre beneficiosos, pero sí importantes.

A: La relación de poder sigue siendo muy desfavorable para el campesino pobre. Para él este “intercambio comercial” como tú lo llamas significa latrocinio, ocupación y expulsión de la tierra donde nació y vivió toda su vida. Si se parte del punto de vista del campesino árabe el proyecto sionista para él se traduce en eso. Y, eso, no lo puede compartir. Su hostilidad y resentimiento está muy justificado.

N: Parece, tal como hablas, que al campesino árabe se le deja sin nada. Sin posibilidad de reconstruir su vida de otra manera. No es verdad. Sí es cierto, repito que hay una dislocación que sufre por lo dicho anteriormente; pero no todo acaba ahí. El nivel de vida en Palestina sube con el progreso económico judío, mejoran las condiciones de vida y de sanidad; hay nuevos trabajos disponibles que benefician también a los árabes. Prueba de ello es que hay árabes-israelíes que siguen beneficiándose viviendo en Israel. No todo era y es ciega discriminación. Además a los árabes-palestinos se les da la posibilidad de construir su propio estado: me refiero a la Partición sustanciada por la ONU. Pero los árabes la rechazan y en su lugar declaran la guerra al recién nacido estado de Israel. De haber aceptado la partición los palestinos tendrían ahora su propio estado con una superficie mayor que la actual y con unas fronteras negociadas con Israel. Podría haberse establecido una política de buenos vecinos y beneficiarse los dos. No fue así, y, en lugar de eso, los árabes palestinos declaran todo el territorio palestino propiedad árabe. El conflicto está servido y de ahí no nos hemos movido mucho.

A: La partición hubiera significado la aceptación del robo y rapiña como hecho consumado. Los palestinos optaron por la total deslegitimación del proyecto sionista. La única opción viable era la violencia, la guerra en todos los frentes. Y así fue con justicia. Otra cosa fue su derrota, debido a la superioridad tecnológica y preparación de los judíos en la formación de un ejército eficaz.

(continuará)

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