Creer en Dios es una opción existencial. El acto de fe no necesita de demostraciones científicas. Es una necesidad profunda de muchas personas. Creer en Dios es un asunto individual en primer lugar, luego puede ser colectivo si el humano de fe decide participar con otros y compartir esa fe. Creer en Dios es un asunto íntimo. Cuando la gente empieza a creer que la fe hay que obligarla a los demás empezamos a ver el germen de un fascismo teocrático. En el pasado no había posibilidad de cuestionar la fe y creencia religiosa porque era coexistente la religión con el poder social y político. Las dos cosas se confundían. Oponerse a la Iglesia oficial suponía incluso la muerte. La separación de iglesia y estado pertenece a nuestras democracias que han pasado por las guerras de religión europeas, la Revolución americana y su Declaración de Independencia, la Revolución francesa y la consolidación del constitucionalismo.
Hoy día bajo esa
separación es formalmente imposible que nadie fuerce a nadie a ser nada que no
dicte su propia conciencia. Hay países donde la religión y la política siguen confundidas, por tanto la gente es obligada a ser parte de una religión.
Salirse de tal religión puede ser un delito castigado con el ostracismo social
o incluso la pena de muerte. Yo soy también deísta, es decir: creo en Dios;
pero creer en Dios para mí es partir de un problema insoluble en términos
racionales. Es una necesidad existencial que acepto sin prejuicio alguno o
inhibiciones. Otros no sienten tal necesidad y está bien. No todos somos
iguales. Quizás mi forma de creer no sea la correcta para muchos otros
creyentes que creen que creer ha de sustantivarse en un credo o interpretación
correcta. Tampoco el hecho de ser creyente gusta a muchos ateos que creen que
no hay razón alguna para ser creyente. En términos científicos así es: no hay
demostración objetiva de tal existencia, pero hoy día tampoco hay
demostraciones objetivas para muchas cosas que nos ocurren. Incluso a la
ciencia. Salvo para las religiones que aspiran a controlar el mundo por orden
divina, hoy día cada cual puede vivir su fe o falta de fe como le venga en
gana. Gracias a Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Antes de enviar un comentario escríbelo primero en word para conservarlo en caso de que falle el envío. Trata de que no sea muy largo, pero si quieres escribir más entonces divídelo en más comentarios con el "sigue...etc". En caso de no poder enviar por cualquier razón no descrita entonces envíamelo a rbjoraas@telecable.es y yo me encargo de publicarlo.