17 enero, 2021

BART D. EHRMAN Y EL EVANGELIO DE JUDAS

Leído libro de Bart D. Ehrman titulado "El Evangelio de Judas", (Editorial Ares y Mares. Barcelona 2007). Interesante, pero para los lectores habituales de Mr. Ehrman algo repetitivo. El modelo o paradigma de nuestro autor parte del Jesús apocalíptico, y, desde tal idea central que él ha trabajado desde hace ya bastantes años, pues nos presenta este libro sobre el papiro descubierto casualmente a finales de los 70 en el Alto Egipto, pero dado a la luz, después de muchas vicisitudes en el 2004 por la National Geographic. Ehrman fue uno de los testigos de honor para la legitimación de tal documento y eso le dio a él el compromiso de divulgar y reflexionar sobre el Evangelio de Judas.


Judas era el traidor que entregó a Cristo y como todo el mundo conoce a Judas Iscariote por tal infame hecho, pues el autor nos comienza a hablar sobre cómo tratan los cuatro evangelios canónicos el asunto de Judas. Hay diferencias importantes entre un evangelio y otro, pero no hay una razón convincente en ninguno que explique a un investigador la verdadera razón de su traición y qué fue exactamente lo que la motivó. Tampoco Hechos de los Apóstoles aclara mucho. Pablo no le menciona para nada. Las tradiciones posteriores hacen de Judas un personaje maldito, ni que decir que también el Iscariote acaba siendo modelo del judío despreciable del antisemitismo medieval y moderno: avaro, amante del dinero, traidor, asesino de Cristo, etc.

El Evangelio de Judas descubierto se dato por medio del carbono 14 y dio como resultado su origen de a finales del siglo III d.c. aunque según algunos expertos pudo haber sido escrito en el siglo II. Es un evangelio del tipo gnóstico que al contrario de todo lo escrito sobre este hombre, siempre tan horrible y despreciable, pues en este texto Judas sale muy favorecido al ser el único apóstol de Jesús que comprendió su mensaje secreto y además ayudó con su "traición" a que Cristo se liberase del cuerpo para retornar al pleroma o mundo espiritual superior que era desde donde había sido enviado para anunciar el conocimiento de salvación a los humanos poseedores de la chispa divina. Como el tema gnóstico es algo complicado, pues Ehrman nos explica con detalle y con muy buena prosa en qué consistía todo el cosmos de la gnosis, sabiendo que los grupos gnósticos fueron otras formas de interpretar el mensaje de Jesús de forma muy simbólica y complicada,


Para Barth D. Ehrman el gnosticismo es como una vuelta a la tuerca del apocalipticismo judío ante su fracaso histórico. Ya no se trata de Satán como poder desestabilizador de los planes de Dios y dueño del mundo por un tiempo por razones que se nos escapan, sino que el mal real fue el mundo que creó el dios de la Biblia, dios que no era más que una divinidad creada por un eón caído del Pleroma; y, por tanto un dios loco o idiota que hizo la materia para atrapar a la chispa divina que habitaba en algunos hombres. Un mundo de sufrimiento, una cárcel llena de maldades, guerras, destrucción, enfermedades, etc. Por otro lado el Dios auténtico que representaba Jesús no tenía que ver nada con este mundo y ser salvado de tal condición material o infernal implicaba un conocimiento que sólo algunos podían comprender. Judas Iscariote fue uno de ellos. Quizás el mejor de todos. Mientras los demás discípulos y apóstoles de Jesús seguían adorando y creyendo que su Dios era el Dios de los judíos, Judas, sin embargo era capaz de entender lo que el Cristo realmente anunciaba.

Bueno, el libro está bastante bien escrito y se ofrece a mil y una crítica. También está muy bien documentado. Además constituye un nuevo repaso de las teorías e investigaciones de este conocido autor sobre el cristianismo primitivo.  

22 comentarios:

  1. EL MAL Y EL BIEN COMO REALIDADES OBJETIVAS. EL MAL ES SIEMPRE DIAGNOSTICABLE A PESAR DE SU IRRACIONALIDAD ESENCIAL.

    Trataba estos últimos días de teorizar sobre el mal en dos epígrafes. También reflexioné sobre ello con motivo de mi comentario sobre la mafia en mi visita a Sicilia. Pero decidí dejarlo para más adelante con un mejor análisis. No obstante lo sucedido en Oslo me hace retomar la reflexión. Mi denominador común al mal lo encuentro en la mentira como práctica común. En otras palabras, el mal miente de un modo compulsivo, distorsiona la realidad de tal manera que lo bueno, justo y razonable aparezca como malo; y, viceversa, lo malo, lo injusto, y lo irracional parezca como bueno. Esa es la prueba del cuatro del mal y del bien. Otra pregunta sería, ¿Y qué es el bien y el mal? Yo creo que la única respuesta válida a esta pregunta es el uso del sentido común y la razón. Para ejercer el uso de la razón y el sentido común no hay que dudar en que el cerebro humano posee los medios de acercarse a una verdad siempre aproximada. La verdad es algo que existe, pero existe siempre de una forma aproximada, no absoluta. Pero vayamos más al grano. ¿Qué relación hay entre razón, sentido común y, por otro lado, el bien? ¿Qué es el bien?

    El bien es confianza. Te sientes bien cuando confías en ti mismo, en la vida, en las personas que te rodean; cuando tienes un conocimiento objetivo de las cosas. Te sientes mal cuando desconfías de la vida, de la gente, de los gobiernos, del sistema, de ti mismo. Desconfiamos porque intuimos que esa persona, ese algo, esa situación; nos puede hacer daño, nos puede herir, someter, humillar; oprimir, explotar; descalificar, ningunear; etc. Cuando uno se siente mal, hay una sensación de ser arrebatado de algo, de quedar en la cuneta sin razón alguna; o por sentir la injusticia en nuestras carnes sin poder contestar, luchar, defendernos de algún modo. Pero uno se puede sentir bien actuando como agente del mal, de la mentira; o, viceversa; uno se puede sentir mal y ser un agente del bien, de la verdad, de la racionalidad. No son los sentimientos subjetivos, entonces lo que determina el bien y el mal. No son tampoco los afectos creativos per se o los afectos negativos lo que nos indica el bien y el mal, según los neo-spinozianos, reforzando así el relativismo moral de nuestra posmodernidad.

    (sigue abajo)

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  2. (viene de arriba)

    El bien y el mal requiere de una objetividad. Algo es bueno porque objetivamente es bueno y valor universal unívoco. Algo es malo por que es irracional, porque es mentira, porque no se sustenta en sí mismo. El bien está supeditado a la verdad, a la razón, a la transparencia; aun en esos momentos en que por estrategia hay que ocultar algo, se hace con la idea de siempre poder ser transparente, siempre poder razonar las cosas con el otro y ofrecerle la posibilidad de hacerlo. El mal niega esa posibilidad, odia la transparencia; antepone los prejuicios ideológicos, religiosos, culturales, étnicos, etc; antes que la razón y la posibilidad de dejar razonar al otro. Esa es la esencia del mal. El mal odia la controversia racional; el mal prefiere apabullar, liar, oscurecer, desviar; asustar, amenazar; violentar; atizar las emociones más irracionales como fin y medio.


    El bien y el mal no es patrimonio de ninguna ideología, de ninguna religión, de ninguna persona en exclusiva. El bien y el mal normalmente se mueven en un inestable espectro en la conciencia de la persona, en las ideologías, en las religiones. Pero en determinados momentos de radical o máxima desestabilización, el mal puede mostrar su mayor crudeza, su mayor crueldad, su mayor violencia y carencia de escrúpulos. En definitiva su mayor mentira y desconfianza hacia la vida, hacia el mundo, hacia las personas que puedan revelar esa mentira.
    El terrorismo, sea, islamista, sea de la extrema derecha, sea de ETA, de las Brigadas Rojas, etc. es la una de las máximas manifestaciones violentas del mal. El terror siempre acaba imponiendo dictaduras crueles, sistemas de exterminio y exclusión. Al igual que las mafias se trata de lanzar el mensaje de: “En el sistema actual de cosas todos estáis condenados a muerte por definición, tan solo los que pagáis el “pizzo” de vuestra lealtad, obediencia, y esfuerzo al grupo elegido; quedáis provisionalmente a salvo; pero solo provisionalmente.”

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  3. Muy bien expuesto.
    No se si el mal se limita solo a la mentira que distorsiona, pero estoy de acuerdo con usted en que es como lo cuenta.
    Tambien estoy de acuerdo en que no pertenece a ninguna ideologia...
    Se que me ha cojido hace tiempo y no logro soltarme.

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    1. Es un tema difícil que hay que seguir explorando. Gracias por su confianza. Anima saber que alguien por esos mundos desconocidos nos leen.

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  4. MÁS SOBRE EL EVANGELIO DE JUDAS: MONSERRAT TORRENTS Y ELAINE PAGELS

    Además del libro de Ehrman sobre el Evangelio de Judas, he estado leyendo dos libros más sobre el mismo tema y con el mismo título. Uno es de José Monserrat Torrents (EDAF, Madrid, Buenos Aires, etc. 2006) y el otro de la famosa especialista en gnosticismo Elain Pagels en colaboración con Karen L. King. (Edición en español: Kairós, Barcelona 2007). Tanto uno como el otro libro ofrecen su propia traducción del copto y sus comentarios. Conviene mencionar la edición referente de este evangelio hecha por la National Geographic cuya edición en español con el mismo título está comentada por el mismo Ehrman y reseñada por Elain Pagels. La traducción al inglés en este caso está hecha por los grandes especialistas en copto y documentos gnósticos Rodolphe Kasser, Marvin Meyer y Gregor Wurst.
    Monserrat Torrents aplica un método de análisis muy preciso. Hace un análisis comparativo entre el Evangelio de Judas y un texto similar de los pergaminos de Nag Hammadi titulado el Apócrifo de Juan. Lo que El Evangelio de Judas asume pero no dice lo aclara el Apócrifo de Juan. Nos referimos a toda la complicada mitología gnóstica sobre el Pleroma, los eones, la caída de Sofía y la creación del mundo como copia del arquetipo de Barbeló, eon del Mundo Espiritual Superior donde habita el Dios verdadero. Los demiurgos Seklas y Ialdaboah, el primero representando a Yahvé el Dios de la Biblia que se cree Dios sobre todas las cosas, pero no es más que un demiurgo secundario que produce un mundo defectuoso, etc.
    Recordemos que el Evangelio de Judas es el único texto cristiano que exalta la figura del infame traidor de la tradición, como el único de los 12 que supo realmente cual era la misión de Jesús en la tierra, haciendo posible con "su traición" la liberación del Jesús corporal que así puede subir en espíritu a la gloria del Padre o Dios verdadero.
    Jesús entonces imparte conocimiento secreto a Judas sobre la salvación y de nuevo la complejidad mítica de la salvación gnóstica de fuerte influjo neoplatónico que Monserrat Torrents nos va acalarando comparando con el Apócrifo de Juan y otros textos de Nag Hammadi.
    Curiosa la versión de Elaine Pagels, donde el análisis va más en la dirección del contexto de persecución que vivían los primeros cristianos y las posturas respecto al martirio como sacrificio al que instigaban gente como Irineo de Lyon o Tertuliano. El Evangelio de Judas cuestionaría con su teología la aspiración de muchos de la necesidad de martirio para salvarse, cuando la salvación implicaba una fe que para nada tenía en cuenta el sacrificio del cuerpo.
    Es interesante, de nuevo, comprobar que el cristianismo temprano constaba de muchos grupos diversos, diversas teologías, diversas interpretaciones de Jesús y su muerte. Ganó la iglesia que fue adquiriendo más poder y apoyo político: Roma.

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  5. Seguimos con el relato EL CAMINO DE SERVAL. Exploración al mundo mítico.... LOS RELATOS DE NESALEM

    https://nesalem-wwwrelatos.blogspot.com/2021/01/el-camino-serval.html#comment-form

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  6. GNOSTICISMO Y DESESPERACIÓN

    Cuando los sistemas religiosos tradicionales antiguos fallan entonces surgen los desplazamientos hacia nuevas explicaciones. Cuando las sociedades antiguas entran en crisis, entonces también los dioses y sus sistemas entran en crisis. Si la estructura de sacrificios y compensaciones por el incumplimiento de la ley falla, y si reyes tras reyes y sacerdotes se corrompen una y otra vez, y las guerras siguen y los imperios someten a la esclavitud a los pueblos. Entonces, ¿dónde está Dios? ¿Qué hace Dios que todo sigue igual o peor? ¿Acaso se ha escondido el Dios de la Biblia y nos ha dejado solos? Quizás entonces es que el pecado es mucho más fuerte de lo que creíamos, quizás Satanás y toda su corte de demonios son verdaderamente quienes gobiernan en este mundo. ¿Con permiso de Dios? ¿Es que Dios ha dejado al Diablo suelto? ¿Por cuanto tiempo? ¿Es una prueba para todos los que esperamos el Reino de Dios?
    Y así surge el apocalipticismo. Y el cristianismo nace en este clima de apocalipticismo. Jesús es un profeta apocalíptico que espera la venida del reino en esa misma generación. A Satanás le ha llegado su hora. El Hijo del Hombre llegará para juzgar a la humanidad. Todo pronto, muy pronto. El mundo ya está insoportable de pecado e injusticias.
    Pero no se cumple la venida. Jesús muere ejecutado. Se espiritualiza su movimiento en sacrificio cósmico por el pecado cósmico, no ya del mundo, sino del cosmos en toda su plenitud. Pablo. La cruz es un símbolo de otras cosas, nada que ver con la plana interpretación de muchos seguidores de Jesús.
    Y entonces otra vuelta a la tuerca: el gnosticismo.
    Ya no solo que el pecado abarca el mundo, que los demonios abarcan el mundo. Ya no solo que el mal abarca el cosmos, que los demonios abarcan los eones y arcontes; sino que el mismo Dios creador de la Biblia se convierte en un demiurgo medio chiflado y hace un universo torcido y equivocado y el mal es toda la dimensión material y corporal del cosmos y el Dios bueno, el Dios incontaminado, el Dios-Espíritu queda fuera de tal cosmos, no tiene que ver nada con esta creación del Dios Yavhé de la Biblia.
    Y entonces la salvación es un conocimiento secreto que algunos logran poseer gracias a la chispa divina que llevan en su espíritu y que hace que el espiritual logre volver al Pleroma o Mundo Superior Espiritual de donde procede para unirse al Dios espíritu, eterno e incontaminado.
    La historia y la metafísica religiosa hablan diferentes idiomas para expresar crisis profundas. Hoy día las crisis sólo se expresan en lenguaje científico e ideológico. Quedan por ahí expresiones apocalípticas, paulinas, gnosticismos varios, leyes coránicas o de la Torá que todavía hay que cumplir en su sentido literal o desarrollo ético. Pero es minoría.
    Quizás el mal tiene dimensiones aún más profundas. De ser así estamos definitivamente perdidos.

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  7. EL MAL Y EL YO REFLEXIVO

    Todo comienza con la reflexión. Con la posibilidad de reflexionar. Cuando una parte de la conciencia se separa y comienza a sentirse fuera del mundo y del cuerpo y de la conciencia inmediata animal, entonces comienza la aventura por el control, subordinación u absorción del universo exterior al dictado y capricho del nuevo yo reflexivo. El yo reflexivo vive y se forma en el lenguaje. Crea el lenguaje al tiempo que nombra, pues nombrar ya es abstraer, ya es separar y apropiar: he aquí el mundo como presentación y representación. El mundo a mi alcance y comprensión. Pero la reflexión se hace en comunidad: es la comunidad la que piensa y, una vez las palabras tienen reconocimiento social, sirven para intercambiar un orden, un sentido, una realidad natural o sobrenatural y anímica. El lenguaje es orden y codificación, pero también es ruptura con ese orden social para instaurar un mundo subjetivo en oposición a lo que se puede percibir como atadura, como rigidez, como desventaja en el intercambio de sentido y poder.
    El yo reflexivo ya instaurado en cada individuo como sujeto, como nombre propio, como función social; también se puede rebelar como singularidad que se separa del resto. Y tal separación puede ser compartida por quienes dentro del grupo o sociedad se sienten desplazados, degradados o cosificados. Surge la escisión, la protesta, la rebelión. O surgen los individuos con capacidad de visión particular de alcances que rompen la realidad constituida y se expande tal visión como nuevo fundamento de nuevas percepciones o relaciones con lo natural y sobrenatural. profetas, inventores, grandes maestros, visionarios, descubridores en todos los campos.
    La conciencia reflexiva, el yo reflexivo trabaja en la incorporeidad, la invisibilidad; descubre sus propias leyes del lenguaje: la lógica, las matemáticas, la analítica. Pero también trata de integrar la vasta experiencia irreducible a un metalenguaje analítico, circular en sí mismo como espacio reflexivo invisible; y se expande en juegos metafóricos de figuración de simbolismos, de estructuras asociativas, de búsqueda del placer estético, de la creación de mitos.
    Pero la conciencia reflexiva no logra ser inmortal, no logra separarse del dolor corporal al que indirectamente pertenece. No logra habitar de pleno el mundo de los arquetipos que logra visualizar como ideal, fuera del tiempo, fuera de la materia; a través del entendimiento.
    El mal. El mal es esta imposibilidad de perfección, está imposibilidad de total desligamiento de los sentidos, de la experiencia con la naturaleza y con los demás. Es también la incapacidad de aislar el verbo en sus definiciones, en sus sentidos, en sus estructura fija y universal. Siempre desplazamientos, siempre cambios. El tiempo penetra también la conciencia reflexiva. El yo reflexivo ya está atravesado por el tiempo, los cambios, la imperfección.

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  8. GNOSTICISMO, CRISTIANISMO, DILEMAS Y EL LIBRO DE AGAMBEN

    El gnosticismo presenta la división entre el Dios que vive en sí miso en su perfección y poder, y por otra parte el demiurgo que crea el mundo. Parece que tales dioses son seres diferentes. ¿De dónde procede el demiurgo? Parece ser de un accidente o un error que se ha producido en el mismo Reino Espiritual Superior. Del Pleroma (RES) surge la sustancia divina que se ha alejado del centro y gradualmente se va convirtiendo en materia. El demiurgo es también parte del Pleroma, pero parte descarriada, una especie de aborto que crea el mundo a imagen y semejanza del Reino Espiritual Superior, del reino del Dios Perfecto e incontaminado que vive en sí mismo sin necesidad de nada fuera de él porque él lo contiene todo.
    Entonces ya vemos la insuperable división entre el Pleroma y el mundo material, el Dios Bueno aislado en su Reino y el demiurgo. Pero aun siendo reinos absolutamente divididos, pues el error y el mal y el tiempo, nada tienen que ver con la perfección, la eternidad, y la bondad; sin embargo la creación del dios menor o demiurgo y el mismo demiurgo surgen del Pleroma, son parte de este: parte degradad, corrompida, enfriada.
    Pero ¿Cómo se puede dar el fenómeno del paso de lo perfecto, eterno y Bueno a lo corrupto, decadente, erróneo y malo? o ¿Cómo lo que es esencialmente bueno, perfecto, etc., puede dar lugar a lo que es ontológicamente opuesto?
    El mismo problema lo presenta cualquier Dios creacionista, tal como el Dios cristiano o judío. ¿Cómo lo sumamente trascendente crea lo que ha de ser vulnerable al mal? ¿De dónde surge el mal? ¿Puede el mal ser algo exterior a un Dios todopoderoso? ¿Cómo se relaciona la trascendencia con la inmanencia? ¿El Reino con el Gobierno?
    ¿Qué punto de encuentro puede existir entre Dios y la creación?
    ¿Qué punto de encuentro puede existir entre el espíritu y la materia?
    La gnosis trató de dar una explicación del origen del mal y para ello lo llevó a una catástrofe dentro del mismo Pleroma, por tanto el hombre como criatura no tiene responsabilidad alguna en tal catástrofe. El cristianismo lo atribuye a la desobediencia del hombre en un acto de libre voluntad impulsado por el mal o la serpiente. Pero en este caso el mal tiene origen en esa desobediencia.
    Pero las preguntas anteriores se aplican tanto en un caso como en otro.
    El pensador italiano Georgio Agamben tiene un libro muy interesante sobre este tema* y dónde hace ver cómo muchas de estas disquisiciones teológicas del primer cristianismo y gnosticismo influyeron decisivamente en los conceptos políticos actuales.
    ____________
    *El Reino y la Gloria: Una genealogía teológica de la economía y del gobierno. (Adrana Hidalgo editora. Buenos Aires 2019).

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  9. DOCUMENTO HERÉTICO Y MALDITO HALLADO EN UNA CUEVA DE HSGFRTWAS

    De haber un creador ese creador tendría que estar siempre creando y su creación no podría ser juzgada ni como buena ni como mala. Estaría más allá de nuestros juicios de bueno y malo. Más allá del bien y el mal. Todo lo que crea sería una obra perfecta y completa en sí misma, pero no bajo nuestros criterios de lo que es bueno y malo. Lo cual haría a Dios hacedor del holocausto, de las torturas que se han infringido en la historia, de las calamidades, pestes, hambrunas, masacres, tiranos, etc; así como de las personas buenas, el amor y la comprensión, la paz en algunas épocas, la honestidad, la justicia, la buena salud, etc.
    Dios sería una pura voluntad que crea de la nada constantemente. Que crea la vida y crea la muerte. Los entes aparecen en el acto de creación por esa Voluntad, persisten en la creación y mueren como entes por esa Voluntad. Todo producido en todo momento por esa voluntad que no cesa de crear de la nada. No habría ninguna ley impersonal y necesaria independiente de ninguna voluntad, sino que esa repetición observable desde nuestra conciencia no sería más que su voluntad manteniendo tal repetición que en un momento dado podría dejar de repetirse.
    Ese sería el universo: una pura voluntad que crea constantemente de la nada. Sin principio ni fin.

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  10. DOCUMENTO HERÉTICO Y MALDITO HALLADO EN UNA CUEVA DE HSGFRTWAS (II)

    Entonces cualquier punto del universo es verdad absoluta de ese universo, pues cualquier momento que se escoja o cosa o acontecimiento ahí mismo ya está todo el sentido y razón del mismo. Por ejemplo, ese gato está comiendo, pues ese momento en que come el gato se podría decir que todo el universo existe en un tiempo eterno para que ese gato coma en ese momento. O sea, las pirámides, el Imperio romano, los barcos vikingos, el hecho de cruzar el Rubicón, la segunda guerra mundial, los mayores inventos, todas las artes y ciencias del mundo, pues confluyen para que ese gato ahora en ese momento pueda comer. O sea, todo eso ha ocurrido para que ese gato pueda comer en este momento. Y así con todo.
    Por ejemplo, que yo esté mirando por la ventana es verdad absoluta y eterna en este momento y todo el universo confluye para que eso se produzca. Y así con cualquier cosa, cualquier punto, cualquier pensamiento.

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  11. EL UNIVERSO HA RESUCITADO

    (Manuscrito encontrado en un archivo de documentos de un disco duro abandonado en una cacharrería)

    Pero un universo así es monstruoso. Sigue siendo un universo impersonal, frío. Srs, fuera de nosotros no hay nada: solo vacío. Inmensidad desconocida, pero mucho nos tememos que no haya nada que nos vaya a hacer más felices. Además hay que descubrirlo. Llevará cientos de años. Vaya usted a saber. En las teologías monoteístas el Uno suele estar solo consigo mismo. O es trinidad que juega consigo mismo a ser uno. Tres en uno. Una sola esencia y tres personas en una sola esencia.
    Por qué no habitar el ser de Dios con infinitas realidades, e infinitos entes, e infinitas historias y relatos, y mitos y experiencias mil. Ese Dios en su interior sería toda una multitud de mundos, de dimensiones, de realidades, de pasiones, de inteligencias, de cielos e infiernos. ¿No será nuestra historia el reverso del Dios interior que sale a la luz en forma de multiverso, de multitudes, de comunidades, de guerras, de conflictos, de dioses y diosas, de misterios insondables, de mitos de todos los colores, de utopías, de tecnocracias, de burocracias, de planetas poblados de espíritus, de almas vivientes espectrales que conectan con otras extrañas fuentes de vida....ad infinitum.
    ¿Lo veis? Hemos encerrado a Dios en una unidad tan ensimismada y tan omnipotente y omnisciente que ha acabado por desaparecer en sí mismo y para sí mismo. Dios entonces ha desparecido. Ya solo queda la pesadilla de la historia rodeada de universo hostil, frío, solitario. ¿Pero quién ha sido el que se ha ideado algo semejante?
    Por Dios, salgan a bailar los misterios en danza, las alegrías en danza, los espíritus en danza, las almas en danza, los fantasmas en danza, los duendes en danza, los ángeles en danza, las vírgenes en danza, los dioses en danza, los brujos, las brujas, los demonios y los arcángeles en danza. Todos a bailar y a contar cuentos y mitos sin fin y milagros y batallas celestiales.
    La resurrección del universo ha comenzado: se llama multiuniverso. Vida a raudales.

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  12. ¿POR QUÉ EL GNOSTICISMO?
    (Mensaje encontrado en una botella parafinada en una playa de la ciudad de Kjutrop)

    Hubo una época en que me tragué escritos gnósticos y ensayos sobre gnosticismo por un tubo. La razón era que había caído en una crisis de valores y creencias que ponían en cuestión todo lo que había sustentado hasta el momento: marxismo, neo-marxismo, humanismo, ideologías de izquierdas cristianas, contracultura, etc. Empecé a ver que la cuestión profunda no era el sistema capitalista, ni las ideologías per se, ni las ideas equivocadas que habría que rectificar por otras buenas, etc. El problema iba más allá de todo eso y tenía que ver con la misma existencia en este planeta, en este universo. Algo estaba mal desde el principio. Las cosas siempre fallaban de una manera u otra, las injusticias y lo malvado casi siempre tenían su premio, las mentiras y los engaños acababan teniendo razón e imponiéndose si sabías cubrirte de barniz suficiente para que te vieran como bueno.
    La historia era evidente: masacres, traiciones, los miserables siempre pagando el precio más alto a base de hambrunas, guerras, crímenes sin fin. Explotaciones, dominaciones, cinismos, engaños masivos pagados con dinero miserable, etc.
    Por tanto centrar el problema en el capitalismo me parecía propio de ideologías muy interesadas en cubrirse ellos mismos la mierda que sustentaban. Era ya evidente lo que había pasado y pasaba en los países comunistas. Era evidente que los países donde nos habíamos criado eran en muchos casos los únicos países donde había habido mayor libertad en toda la historia y mayores medios de trabajar en lo que quisieras. Por tanto el capitalismo en sí con todas sus miserias y grandezas, no tenía comparación con los gulás de Rusia o las revoluciones culturales chinas y las dictaduras de absoluto control de tales "paraísos". El comunismo había perdido su prueba histórica y si el capitalismo la había perdido también, la comparación era evidente: la gente quería vivir en Occidente, no en China o en Cuba.
    La crisis me sobrevino pensando estas cosas y analizando el marxismo con cierta profundidad. Venía a ser otra metafísica más con sus paraísos e infiernos, con sus claves y su terminología muy fácil de penetrar en las almas resentidas que se sentían machacadas por un sistema. Un demonio. Un monstruo que había que destruir.
    Pero el demonio no era precisamente el capitalismo. El demonio era la misma existencia en este planeta o en este universo. La misma fibra de la que estábamos hechos ya producía el sufrimiento, el aburrimiento, la desidia, la fatiga, la enfermedad, los desequilibrios mentales, las paranoias debido a nuestro sistema nerviosos complejo y fácil de desequilibrarse a la mínima. Y entonces las envidias, los odios, los celos, amores fracasados, la lucha constante y persistente por el poder (comunista, fascista, capitalista, democrático, de iglesia, etc.), las relaciones difíciles, los equívocos por mucho que quisieras expresarte bien pues el lenguaje mismo ya no te lo permite, etc., etc.
    Salvo ciertas dosis de alegría esporádica, de cierto equilibrio temporal, de ciertas amistades incondicionales, de amores correspondidos, de ciertas épocas de alegría natural y espontánea y de cierta inocencia poco duradera; por lo demás todo el sustrato de la existencia era de incertidumbre, de inquietud, de temor, de cambios no asimilados, de peligro por el futuro, de muertes de amigos o familiares, de posibles enfermedades, etc.
    Y eso iba más allá de capitalismos o comunismos o ideologías compensatorias diversas. El problema era la misma existencia en este mundo.
    Y ahí es donde entra el gnosticismo con su mensaje.

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  13. LA GENTE BIEMPENSANTE NO NECESITA GNOSTICISMOS O TOTALITARISMOS

    De alguna manera hay gente que logra encontrar un equilibrio en su vida y a su modo. Hay gente que con poco se conforma y si además tiene una trabajo que le satisface entonces la vida puede ir más o menos bien. Si también logra encontrar un buen marido o mujer o compañero o compañera con quien compartir vida y se llevan bien, pues la vida puede ser tranquila y satisfactoria. Y si además tiene hijos que estudian bien, que no dan muchos problemas y gozan de buena salud, pues entonces las cosas irán de maravilla.
    Hay gente que logra este equilibrio o le viene dado por circunstancias, o se lo trabaja con cierta inteligencia y control de sus pasiones para relacionarse con las personas más o menos afines a sus gustos. Entonces a este tipo de gente pues las cosas les van bien, suelen ser moderados de carácter y de ideas, optan por los caminos intermedios en muchas cosas. Pueden ser religiosos pero sin nunca llegar al fanatismo, o participar de algún ideario político, pero de forma equilibrada y tolerante. A gente con esta suerte de vida se suelen cultivar culturalmente con buenas lecturas, con buen cine, buenos conciertos de música clásica o música rock con cierto pedigrí. En todo caso domina siempre el gusto moderado, nunca exagerado, las ideas justas en su línea de tolerancia y comprensión con todo el mundo, etc.
    Esta gente jamás será tentada por el gnosticismo o cualquier ideología totalitaria.

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  14. EL ANGUSTIOSO ESPACIO SIDERAL

    Hace unos días tuve un sueño que jamás había tenido anteriormente. Todos nos hemos imaginado alguna vez cómo sería ver el espacio desde una nave espacial o habremos visto alguna película de ciencia ficción donde el espacio aparece como el escenario que todo lo circunscribe, o novelas de ciencia ficción que nos estimulan la imaginación, pero mi sueño fue algo diferente.
    Fue la experiencia de estar a punto de caer a flote en el espacio, pero el espacio con todo su aterrador realismo, con todas sus infinitas dimensiones. La mirada hacia una profundidad infinita en todas direcciones, la infinita angustia que se siente verte casi arrojado a tal vastedad y absoluta soledad gélida y silenciosa. La experiencia era de un vértigo que fundía los sentidos en un miedo inabarcable. Fue un sueño extraño, creo que estaba en una especie de cápsula espacial con escafandra y a punto de deslizarme a tal abismo insondable. Un sueño que me marcó porque creo que fue lo más cercano que he experimentado a lo que sería verme en esta situación frente al espacio crudo y desnudo.
    Eso mismo fue lo que experimento Pascal en un momento dado de su vida: se imaginó una situación como la descrita arriba con mi sueño. Quizás hasta lo pudo haber soñado. Y de ahí sus reflexiones en torno a la soledad del hombre en un universo vacío, mudo, impersonal, infinito.
    Porque nos olvidamos que el universo anterior a la edad precientífica era un universo ocupado, habilitado en diferentes dimensiones y sub-dimensiones todas siguiendo un orden cósmico con su función y habitado con diferentes formas de vida o criaturas y espíritus y dioses o Dios.
    Estaba el cielo y el firmamento con sus criaturas espirituales, sus ángeles, sus eones, sus astros; estaba el cielo cercano, la tierra plana o circular, los abismos que limitaban la tierra, el hades bajo tierra con sus muertos medio zombis o más tarde demonios de diversa índole y jerarquía. En una palabra el cosmos tenía sentido y estaba gobernado por los dioses, por el destino, por Dios o por el mundo arquetípico de las formas perfectas.
    Y nuestra vida en la tierra estaba llena de espíritus, ángeles, demonios, Dios que escuchaba las oraciones, los curas que nos ayudaban a conectar con el más allá, etc.
    Todo eso despareció con los descubrimientos de la ciencia, la física de Newton, las nuevas formas de obtener conocimiento controlado y verificado. El cosmos se vació de todas esas regiones y dimensiones y en su lugar apareció el espacio impersonal, lleno de astros, pero vacío para nuestra experiencia humana. Espacio infinito, pero de un vacío vertiginoso para nuestro espíritu. En realidad nos quedábamos solos en nuestro planeta sin poder gritar a nadie más allá de la inmensa y colosal soledad del espacio sideral.

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  15. PANORÁMICA DE HISTORIA SAGRADA EN UN COSMOS MORALMENTE MÁS HUNDIDO

    En la Biblia el cosmos estaba claro. Nadie en aquellas épocas dudaba de que arriba estaban los cielos y abajo el sheol. La tierra en medio (plana o redonda), los mares, las aguas por encima del firmamento de donde venía la lluvia, etc. Nadie dudaba de que Dios gobernaba los cielos y la tierra. Pero el mundo cambia y los modelos entran en crisis.
    El sistema religioso que regulaba las relaciones cielo-tierra, Dios-pueblo de Israel, entran en crisis. El sistema de sacrificios y compensaciones del templo se corrompe. Cada vez se enriquecen más a costa del pueblo. Entonces surgen los profetas que denuncian en nombre de Dios estas corrupciones políticas y sacerdotales. El énfasis ahora cambia: importa más la conducta recta y sincera, el amor y el reparto con los pobres, la ayuda a las viudas y los huérfanos que los sacrificios ostentosos, o las ofrendas materiales. La ética es más importante que el ritual y los sacrificios de expiación.
    La relación con el cielo se desplaza hacia un sistema ético-moral. Si se cumple la ley de corazón bien, pero si el pueblo se aleja de la ley, pues Dios los abandona y los castiga y los entrega a naciones extranjeras.
    Pero más adelante y ya durante y después del exilio babilónico, y con los grandes profetas como Isaías, se percibe un nuevo cambio o desplazamiento de paradigma dentro del pueblo judío: surge el mesianismo. Lo cual implica una nueva forma de concebir la historia sagrada. Lo que ello significa es que el tiempo presente se ha de subordinar a un final de los tiempos donde todos los pecados y maldades e injusticias habrán de desaparecer para culminar en un Reino de Dios libre de todo mal. Se da entonces un plazo de arrepentimiento, de perfección en el cumplimiento de la Ley, y luego vendrá el Ungido por Dios para reinar en una Tierra ya redimida de pecado. Ese paréntesis de tiempo es la Historia. La historia ha tenido un comienzo y tendrá un fin. La tierra será limpiada de todo pecado y Dios reinará sobre un mundo justo para una eternidad.
    No todo el judaísmo aceptó tal visión de las cosas, pero si corrientes influyentes como los fariseos o los esenios.
    Pero más adelante y bajo los envites, desgarramientos sociales, y guerras perdidas contra Roma; surge la cuestión del dominio del mal y el pecado en mundo, en la historia. Quizás el mal y los demonios tienen el poder y dominio del mundo y parte del cosmos (posiblemente con permiso de Dios) y sólo una redención más dramática y radical podría salvar a los más puros del pueblo de Israel rescatados para su Reino.
    El demonio cobra ahora importancia: Satán y sus huestes andan sueltos por el mundo hasta el cumplimiento de los tiempos. El pecado ahora tiene su fuente en el mal personificado, en la dura tentación profesional. Surgen los movimientos apocalípticos y entre ellos el cristianismo.
    Pero todavía hay otra vuelta a la tuerca.
    ¿Y si lo que falla es el mismo Dios creador que ha hecho un mundo defectuoso con la materia caída y Él mismo es el demonio que rige un cosmos creado a su imagen y semejanza por ser nada más que un demiurgo de segundo orden, mientras que el Dios verdadero vive lejos de tal abominación en su Pleroma o Reino Espiritual Superior?
    Y aquí ya empiezan los gnosticismos.

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  16. ELITISMO GNÓSTICO

    La espiritualidad no es para todo el mundo. Es para minorías. Se requiere un sentido o sensibilidad especial que no se da en el común de los mortales. Es como un compositor de grandes sinfonías. No todo el mundo puede ser compositor de grandes sinfonías o un buen poeta. No todo el mundo es capaz de captar el sentir espiritual, de la misma manera que no todo el mundo capta la experiencia estética de una sinfonía o de un poema. Sólo unos pocos se sienten atraídos por la exploración de realidades que van más allá de los sentidos, del conocimiento racional, de lo que "todo el mundo entiende" o "ha de entender".
    No hay puesta en común de profundidades espirituales para todo el mundo. No es una experiencia objetiva que todo el mundo puede llegar a apropiarse. Para ello se requiere un sentido especial del que sólo participan unos pocos.
    Para la gran mayoría de los humanos existen otros gustos mayoritarios, otras expresiones espirituales más comprensibles, otras atracciones con más pasión y apego y al alcance de todo el mundo por su gran difusión y su apertura democrática masiva. Puede ser un deporte como el fútbol, la política con sus rivalidades ideológicas, un tipo de música popular, una religión de moda o arraigada por tradición.
    Los gnósticos eran elitistas. Para ellos esta realidad presente era una cárcel de la que había que liberarse y para liberarse había que conocer el mapa que guiaba al verdadero Dios más allá de esta creación maligna. Pero no había un solo mapa, sino muchos. Eran mapas de espacios míticos poblados por seres demoníacos, entes planetarios, ángeles guardianes, tiempos abrumadores, catástrofes cósmicas, evangelios ocultos o esotéricos que presentaban a un Jesús enviado por el Reino Espiritual Superior para burlar a la materia y sus encerronas y así llevar al pneumático o renacido espiritual a la dimensión perfecta del Pleroma. Sólo unos pocos lo conseguían. Y el trabajo espiritual era toda una vida en camino de la Trascendencia.

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  17. ASÍ PENSARÍA UN GNÓSTICO HOY DÍA (NO EL PSEUDO-GÓSTICISMO EN BOGA CON SUS EDULCOLORACIONES)

    Un gnóstico no se conformaría con singularizar los males en "el capitalismo" y quedar tan tranquilo creyendo haber encontrado la clave de los males del planeta. Esa sería una respuesta muy facilona para un gnóstico, ciertamente inmadura y propia de quien sólo quiere ver la vida en términos de malos y buenos y yo sigo en el lado de los buenos.
    Un gnóstico cree saber que el mal está en la misma raíz de la vida y que por mucho que glorifiquemos la vida, esta no va a dejar de producir cambios, confusión, tristeza, sufrimiento, enfermedades, violencias mil y de mil maneras; y al final la muerte como derrota final. Cualquier sociedad que queramos reproducir en base a cualquier modelo ideal o racional, esa sociedad seguirá produciendo rutinas, aburrimientos, relaciones humanas confusas y conflictivas, inquietudes, incertidumbres; habrá de nuevo sectores de poder que buscarán su dominación por todos los medios posibles de mentiras e ilusiones. De propaganda y manipulación, pues en este mundo material, dirían los gnósticos, no hay más objetivo que la confusión y la concatenación de causas y efectos sin sentido alguno y gana quien ejerza más astucia y logre conectar con las pasiones de las masas para crear poder. La razón misma está enraizada en la sinrazón de las cosas.
    Se vive con la idea de progreso,--diría el gnóstico-- de logros, de grandes inventos, de una ciencia imparable que logrará seguir avanzando, de ideologías que prometen una igualdad ilusoria; pero la existencia sigue siendo un misterio inexplicable y los cambios que se producen siempre tienden a dejar ver lo vulnerable de nuestra situación, la dependencia en factores que nunca llegamos a controlar, y, sobre todo de que siempre hemos de vivir una situación de inmanencia limitada, subyugada, esclavizada al Estado a los poderes reinantes, a las propagandas cada vez más insidiosas e invasoras de la imaginación.
    El progreso puede ser circunstancial, pero no será más que el ínterin a otras catástrofes por venir. Una cosa está clara, dirá el gnóstico, este universo es una cárcel hecha a nuestra medida y de la que es posible salir si logramos avivar y encender la chispa divina que vive en nosotros y de esa manera trascenderlo y colocar toda la existencia entre paréntesis, no sólo el fantasma del capitalismo, también el socialismo, las religiones institucionalizadas, el apego a la política, etc.
    Así hablaría el gnóstico.

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    1. Buenas, acabo de incorporarme despues de unos cuantos dias de ausencia. Solo he leido los comentarios del 14 y 15:
      Los gnósticos ¿elitistas?...bien vale. Un poquito si, y sus "pajas mentales" del s.II.., no tienen vigencia.
      Pinta usted unos gnósticos (actuales), bastante pesimistas.
      Pero yo suscribo:"...es posible salir si logramos avivar y encender la chispa divina que vive en nosotros y de esa manera ..."
      Desde mi sentir no hay otra.
      No se si soy des grupo de los "edulcorantes", lo digo por el pesimismo en el que sumerge al comun de los gnósticos de hoy en día.
      Una chispa divina... no sabe donde me coloca eso.

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    2. ¿Habrá más radical pesimismo que aquel que ya parte de la esencial corrupción de la materia? Así entiendo yo a los primeros gnósticos. Si hablamos de gnosticismo. Hay mucha confusión entre gnosticismo, neoplatonismo, misticismo, ocultismo, teosofía, etc. Si hablamos exclusivamente de gnosticismo, pues sí, eran unos pesimistas totales respecto al cosmos material, del que había que huir y escapar. Mucho "gnosticismo" moderno no es más que neoplatonismo, misticismo o teosofía, pero quien se quiera llamar gnóstico por razones de etiqueta, pues yo ahí no me meto.

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  18. HOBBES Y EL PESIMISMO SOBRE LAS LEYES NATURALES

    Hobbes creyó entender la dinámica de la historia en términos mecanicistas de causa y efecto en todas sus dimensiones; tanto en su dimensión material como espiritual, el universo no es más que una máquina ciega y sin sentido que funciona en base a unas leyes físicas cuyo principio y fin no podemos conocer, pues la materia es eterna y ya nos condiciona de un modo irreversible. Ante un mundo natural que nos empuja a ser lo que somos sin que podamos cambiarlo (nada de libre albedrío, puro determinismo natural), entonces los humanos hemos de ideárnoslas para poder sobrevivir sin matarnos unos a otros y ante esa disyuntiva entonces se acordó llegar a un pacto: sacrificaríamos todos nuestros intereses y ambiciones y ganas de ejercer violencia contra mi enemigo para dominarle, llegando a un pacto entre homínidos.
    Tal pacto sería el Leviatán, un déspota a quien se delega el poder de todos para que sus mandatos y leyes sean verdad por el hecho de ser él quien los dicta. Ese déspota sería el monarca, quien contaría con todo el poder del Estado para imponer sus leyes y edictos sin contestación posible o desobediencia o rebelión que lo pueda sustituir o derrocar. Sólo la transmisión por herencia sería la vía de transmisión segura de poder, no importa los defectos que mostrare el sucesor.
    Hobbes todavía nos habla de cristianismo y de revelación y de cierta posibilidad de libertad individual, almas, etc., pero no le crean, esa era la manera de pasar el visto bueno de la censura vigente en esos tiempos de un despertar racional y científico. Hobbes era un mecanicista crudo y el poder político lo veía también en esos términos, como una física inexorable que habría de funcionar también en la política. Él y Maquiavelo hubiesen sido muy buenos amigos.
    Hobbes tenía una visión pesimista de la libertad humana. Tal libertad no era más que las leyes ciegas de la naturaleza actuando en el hombre y por eso el mundo y la Inglaterra de entonces no iban más que de una guerra a otra, de un conflicto a otro, de una guerra civil a otra. Pero, pensaba él, si somos realistas y nos damos cuenta de que esas leyes pueden ser domeñadas de alguna manera con otras que nosotros podemos derivar, entonces de alguna manera minimizaríamos el daño que nos pudiéramos infringir unos a otros.
    Hobbes de alguna manera refleja ese sentir pesimista profundo gnóstico respecto al mundo natural, aunque por otro lado hay en él una salida optimista propia del siglo de las luces ya en ciernes.

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  19. ¿TRASCENDENCIA O INMANENCIA? (UNA LIBRE ESPECULACIÓN GNÓSTICA COMO EXPLORACIÓN)

    Sí yo soy todo materia y vivo en un mundo material donde no sería posible trascender la capacidad de mis sentidos, ni la función orgánica del cerebro, entonces se presenta una pregunta que quizás ya muchos se habrán hecho y a lo mejor respondido con todo tipo de razonamientos y pruebas. ¿Cómo puede la materia juzgarse así misma como buena o mala?
    Cuando se es materia y se está inmerso en materia, nada puede ser capaz de trascender tal condición ontológica. El cerebro humano tiene capacidad de reflexión y de verse y contemplarse como sujeto y objeto, pero eso no le da la capacidad de juzgar lo que es bueno o malo en este universo, bien sea natural o social. Le da la capacidad de pensar, de humanizar la naturaleza, de crear obras de arte; pero no de percibir el universo en términos morales de bueno o malo. Ser capaz de juzgar la misma existencia como gravosa e injusta con respecto a los humanos. Ser capaz de ver la historia como un cúmulo de crueldades, de injusticias, de opresiones y explotaciones ya implica un juicio de valor que sobrepasa la función de un órgano pensante todo él materia. Materia altamente desarrollada y organizada, pero materia al fin y al cabo.
    La materia nunca puede salir de ser materia. Por muchos saltos cualitativos que dé, siguen siendo saltos cualitativos de la materia. Y tal materia pensante jamás podrá salirse fuera de sí misma y decir: esta existencia es una mierda, es injusta, es cruel con nosotros. Este universo sólo nos trae la muerte y el sufrimiento como sentido. Jamás la materia tendría tal poder de juicio sobre sí misma salvo que de alguna manera la trascienda y pueda comparar con otra cosa y entonces darse cuenta de su esclavitud en tiempo y espacio, de la impotencia y sujeción a que está sometida el alma humana. Desde su inmanencia absoluta jamás podría hacer tales juicios. Simplemente viviría lo que es, lo que sería una absoluta normalidad incuestionable al margen del sufrimiento o de las enfermedades y la muerte en contraste con las alegrías o la felicidad o placer ocasional. La metafísica nunca hubiese sido posible. La capacidad de decir no a lo que se nos impone como seres biológicos y condenar y juzgar al mundo como detestable y horrible, como una cárcel maligna; eso no corresponde a un ser vivo absolutamente inmanente. Sí correspondería a un ser vivo dual, que comparte dos dimensiones de existencia, donde una de ellas está alienada, encerrada, impedida.
    Esta era la rebelión gnóstica: nos han arrojado a este universo maligno, creación imperfecta donde hemos venido a penar y sufrir; pero yo me doy cuenta de su naturaleza torpe o demoníaca y reclamo mi verdadera naturaleza espiritual que no es de este mundo. Ahí empieza la búsqueda gnóstica del Dios que no tiene nada que ver con este universo y cuya relación con el hombre espiritual se hace a través del espíritu, jamás con la materia, sus órganos o sus sentidos.
    Casi nada. Pónganse a pergeñar ideas y pensamientos al respecto.

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