Vuelta de Rusia. 7 días en total. No mucho que decir, pero sí muchas impresiones. Poco a poco. Lenín es un cadáver expuesto a la muchedumbre turística del mundo. Luego se puede consumir una hamburguesa McDonald a menos de 200 metros de ese mausoleo. Y proseguir gastando los dineros por el gran centro comercial que sigue a continuación con
todas las marcas y franquicias habidas y por haber. Moscú es una ciudad impresionante, pujante y con visión de futuro. San Petersburgo es una ciudad más clásica, quizás neoclásica. Más tradicionalmente europea. Una ciudad de geométricas y racionalistas avenidas.
Rusia era el paraíso cuando allá en la cuenca de Langreo y oyendo nuestros padres la Pirenaíca, Rusia era el paraíso socialista que había que defender como en otra época se defendía el evangelio o la Torá con sus promesas de Nuevos Cielos y Nueva Tierra.
¡¡Viva Rusia!! implicaba "¡¡muera Franco!!
Hasta que llegaron The Beatles con el Twist'n Shout y It's Been a Hard Day's Night y todo lo demás y cambiaron las cosas de una forma extraña e inesperada. De repente la revolución era una revolución del cuerpo y del alma más allá de la política y de Rusia.
Back to the USSR.
Back to the USSR.
Con E-dreams e Internet. Reserva de buen hotel. Y el tren de Sain Petersburg a Moscow a 240 km/h. Quiero aspirar los cielos de la Gran Rusia en vuelos baratos. Pasear por la calle Arbat y el parque Gorki. Ciudad de grandes estatuas y grandes museos y gente aparentemente triste. El alma de Rusia era la Iglesia Ortodoxa con sus misas ocultas y sus popes barbudos cantando misterios a los siervos esclavizados de origen eslavo. Proletarios en rebeldía, masacrados en San Petersburgo para luego quedar atrapados en la máquina bolshevique de Lenin. Violenta máquina política.
Qué grandes rascacielos se alzan en Moscú. Qué tráfico tan infernal. Como en todas las grandes capitales. Las buenas marcas de coches y el nuevo gran salto de la supervivencia y la prominencia mundial han borrado toda huella de la Unión Soviética. No queda ni rastro.
Stalin había muerto. Y Stalin fue la consecuencia de Lenin. La violenta máquina del Estado perfeccionada por la mente paranoica del tirano. La perfección social solo puede llegar a través de la locura. Delirios utópicos.
Quizás ha vuelto el alma ortodoxa de Rusia bajo el ímpetu autoritario y frío de Putin.
Putin a todas horas en la tele, actuando como padre duro y compasivo que juega con los niños y alecciona a los estudiantes de la Universidad de los Urales que le escuchan arrobados, pero que al mismo tiempo y en otro plano televisivo, coloca ante sí en una mesa pequeña frente a frente al mismo ministro de Defensa para exigirle explicaciones puntuales de lo que había pasado con el submarino accidentado. Rostro grave, frío, implacable. El ministro contesta tenso, nervioso. De frente. Cara a cara a un metro de distancia.
Los 14 marinos son enterrados bajo los cánticos funerarios del alma ortodoxa de Rusia y los alcaldes y gobernadores de Putin.
Calles pateadas, museos, centros comerciales, gente con la que no podemos comunicarnos. Cada uno busca su Rusia en todo aquello que ve y contempla. Su arte, sus pueblos lóbregos y tristes. Su visceralidad espiritual entre el santo y el visionario anarquista. La implacabilidad racional y tecnológico, la máquina inexorable de dominio social por un lado, y por otro las explosiones de sangrientas rebeliones y arrebatos existenciales bañados con vodka. Dostoyevski.
Rusia.
Viva Rusia. UHP.
Back to the USSR.
11 julio, 2019
19 comentarios:
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PERO, ¿QUÉ ÑARICES YE LA VIDA? // BUT WHAT ON EARTH IS LIFE? // PERO ¿QUÉ NARICES ES LA VIDA?
Any moment is as good as another but a moment could be hell and another heavens for the person who lives those moments. Cualquier momento ...
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Estamos entrando en el lenguaje informático que nos conduce a la realidad virtual desde la cual empezamos a operar para cualquier gestión o ...
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Any moment is as good as another but a moment could be hell and another heavens for the person who lives those moments. Cualquier momento ...
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A veces uno lee cartas al Director como estas. En España recurrimos más al pretexto moral-piadoso que al riesgo. El riesgo nos da pavor. ...
Que el socialismo de Lenin haya tenido a San Petersburg por escenario no es casualidad. Es una ciudad de fuerte neoclasicismo, el intento de concrección urbana de la razón ilustrada. Y eso es el socialismo radical: el sueño de una racionalidad que pretende imponerse al hombre como objeto de ingeniería social. Una racionalidad delirante que acaba ahogándose en sí misma, ya que la vida al final desborda todo esquema, toda cosificación. El fracaso soviético nos debe de hacer reflexionar. La China actual sigue siendo un laboratorio de planificación social sin precedente: las granjas humanas controladas por el Estado. Es la máxima aspiración de los estados sin cortapisas ni contrapesos.
ResponderEliminarMe dio pena. Llevábamos casi una hora a la cola del mausoleo de Lenin. Y cuando ya estábamos cerca de entrar en el recinto, de repente la gente se nos cuela. Gente mayor. Familias. Se nos cuelan. Como niños pícaros o sinvergüenzas se nos cuelan. Yo me enfadé. Lógico que me enfadara. Levanté la voz para decir en inglés que no había puñetera educación. No creo que me entendieran. La mayoría de los que se colaban eran rusos. Ya lo habíamos vivido en Israel. Los turistas rusos se cuelan en los aeropuertos, en las playas te arrebatan el sitio, etc.
ResponderEliminarPero esta vez me dio pena. Era como si aquellos campesinos esclavizados, o luego esos proletarios sometidos a la obediencia silenciosa de tantos años, ahora se vengaran del orden o cualquier regulación. Vi a aquella familia colarse como si fueran chiquillos consiguiendo un premio haciendo trampas. Las caras de risa pícara. Y me dio pena.
Quizás pena de todo lo que significa ser humano en un mundo duro, lleno de esfuerzos, tristezas, lucha diaria por sobrevivir para la gran mayoría. Ilusiones rotas para todos. Crueldad vengativa como veneno invisible que nos impulsa a hacer daño o engañar a los demás como defensa de nuestras debilidades, fracasos, espejismos y espejos distorsionados. Todos tratamos de ser lo más felices posible y todos nos perdemos, nos confundimos por nada, nos sobrevaloramos cuando no hay nada donde realmente agarrarse. Humildes o soberbios, pacíficos y violentos.
Me dio pena de los que se colaban porque con ganar un tiempo robado a los demás demostraban su inmadura vileza. Su pequeño premio o triunfo pasando por listos, pero en realidad pobres y mezquinos consigo mismo en primer lugar.
Al final vimos el cadáver de Lenin. Extraño y lúgrube lugar. Frío y oscuro. El rostro iluminado del líder con su expresión cadavérica y exaltada al mismo tiempo. Las masas desfilando ante tal montaje y artificio de idolatría política y beneficio económico a costa de mantener al padre de la Revolución sin su eterno descanso.
Curioso. Contraste. Apenas se ven perros por la calle. Creo haber visto cinco en total entre San Petersburgo y Moscú. En Gijón hay cinco perros por cada 20 metros cuadrados. Sí se ven gatos. Los llevan a algún parque bajo vigilancia. Dicen que a los rusos les gustan los gatos.
ResponderEliminarCuando visitamos en San Petersburgo la catedral y las capillas en la fortaleza de San Pedro y San Pablo y donde están enterrados los zares (incluído Nicolás II y su familia), pues había un gato dormitando en una silla en un lateral de una de las capillas. Yo estaba descansando en un banco a pocos metros del gato. Al principio fue alguien a acaraciarlo y ha sacarle una foto y vuelta a acariciarlo. Pero a los pocos minutos eran otros muchos los que hacían lo mismo. Aquel gato parecía ser la mayor atracción de la catedral. La gente nada más verlo iban a acariciarlo. Pocos quedaban sin darle una caricia al gato. Me resultó muy curioso. Y por eso deduzco que en Rusia deben de amar a los gatos.
También en San Petersburgo tomamos café en una cafetería llena de gatos, pues el atractivo de tal cafetería es acariciar gatos. Algo muy grato para un amante de los gatos como soy yo. Si a Rusia se la fuese a juzgar por el amor a sus gatos, tendría un 10 por mi parte. El mejor país del mundo.
Me llamó la atención no ver apenas gente de raza negra. Podría contarlos con los dedos de la mano los que llegamos a ver. Tampoco vimos apenas mujeres con pañuelo o velo musulmán. Diría que apenas vimos gente de tales países, como ocurre en Suecia o Dinamarca o España y Francia. Quizás Rusia no sea objetivo de inmigración o quizás Rusia impone unas restricciones a la inmigración draconianas. Pero poco se comenta esta en Europa. Para los europeos Rusia no cuenta como país que se tenga que atener a los estándares occidentales. Lo que hace Putin pasa desapercibido. Sus modos autoritarios, su represión sistemática sobre sus opositores, su figura de culto en los medios de comunicación. Si Rusia mantiene un control sobre la inmigración pues nadie dice nada. Pasa lo mismo con Turquía y Erdogán. A veces da la impresión de que los civilizados europeos tenemos dos varas de medir los derechos humanos: hay países que gozan de inmunidad crítica o crítica muy debilitada y pronto silenciada: Rusia, Turquía, Irán, Palestina, países dictatoriales musulmanes, China, dictadorzuelos africanos, etc, etc. Pero hay dos en especial que jamás se les permite un respiro: Israel y USA. O mísmamente Italia o Hungría con sus políticas inmigratorias. Este es otro tema que ya traté en otra ocasión y que responde a la mala gestión del asunto, las políticas irracionales de mucho buenismo y malismo.
ResponderEliminarSí se ven gentes de raza mongoloide. Muchos de ellos realizan trabajos de hostelería, de servicios, tiendas, etc. Rusia fue invadida y estuvo siglos bajo la dominación mongol de la época de Gengis Khan. Hubo otras invasiones posteriores de pueblos que denominamos Tártaros o Tátaros. Estos pueblos constituyen en la actualidad la minoría más importante de Rusia y su presencia en la vida de las ciudades y determinados territorios es bastante visible. El término tártaro o tátaro se aplica hoy día a todos aquellos descendientes de naciones y étnias mongolas y turcas o inclúso búlgaras, mezclados muchos de ellos entre sí e incluso mezclados también con muchos rusos eslavos. Tienen su propia república, Tartaristán, con capital en Kazán y son un porcentaje importante en la península de Crimea, aun después de las masivas masacres, deportaciones y rusificación forzosa aplicada a estos pueblos por los rusos y Stalin sobremanera.
ResponderEliminarPues llama la atención esa visibilidad tártara o minorías mongolas de Siberia trabajando como camareros, personal de servicio en hoteles, tiendas diversas. Pero también se detecta en ocasiones la mezcla mongola en los mismos rusos eslavos.
Es cierto que muchos tártaros o turquemistanes son musulmanes. A veces se ve un pañuelo discreto en algunas mujeres tártaras, pero también las mujeres rusas campesinas u otras usan un pañuelo como vestimenta de costumbre.
ResponderEliminarPues aquí en España se ven perros a manadas. Marroquíes y negros en busca de sus paguitas a raudales. Esos países del Este, como Rusia, saben lo que vale un peine y además no olvides que Putin ha sido de los servicios secretos rusos,y como tal sabe lo que se cuece en occidente. Es decir no es ningún ignorante.
ResponderEliminarMe alegro que Rusia vaya mucho mejor que hace decadas pues me queda poco donde mirarme a este lado del Atlántico
ResponderEliminarPUNTUALIZACIONES EN TORNO A LA INMIGRACIÓN Y EL RACISMO
ResponderEliminarCuando la última vez estuve en París y durante el recorrido de taxi del Aeropuesrto Charles De Gaulle a la Avenida La Fayette vi miles y miles de jóvenes de origen norafricano en las aceras del distrito de Saint Denis, todos ellos ociosos en pleno día; formando grupos al modo como viven en sus países de origen. Observando, hablando, esperando por algo, y así horas y horas. La pregunta que nos hacíamos los que íbamos en el taxi era sobre el cómo la sociedad francesa iba a poder integrar a tantos jóvenes a su cultura cuando el panorama que se seguía contemplando era el mismo: la inasimilación. No niego que sí hay muchos jóvenes que se integran y aprovechan los beneficios que les ofrece Francia, pero últimamente se va comprobando más y más que esa integración no deja de ser una utopía y que cada vez hay más argelinos, marroquíes, sengaleses, tunecinos, etc..que no ven razón alguna de por qué se han de hacer franceses o europeos cuando esa cultura para ellos representa decadencia moral, materialismo, papeles y burocracia, mujeres demasiado libres y sueltas, etc. Es más, yo creo que muchos de ellos se ven así mismos como baluartes de una cultura superior a la del infiel que los acoje. Ellos se ven quizás como más humanos, más cerca de la verdadera fe y verdadera moral y no ven razón alguna del por qué han de hacerse franceses o europeos al modo "cristiano".
Los medios franceses como todos los medios europeos no nos están diciendo la verdad de toda esta política de inmigración hoy día ya incontrolable, y desbordante. Se calla. No se sale de la corrección política y si se sale el precio para algunos puede ser muy alto: pérdida de trabajo, ninguneo social o muerte civil, etc. No es ninguna broma. Simplemente Europa no tiene ningún plan serio de integración que esté funcionando. Así de claro.
Y la puntuación que quiero hacer es esta: si admitimos a millones de personas a nuestros países, será bajo la condición de que esas personas vivan en las mismas situaciones de igualdad y dignidad que nosotros mismos. No recibimos a millones de personas de fuera para luego reducirse todo a guetos a barrios marginalizados o aumentar el desempleo y las subvenciones sociales sin control o sin condicionarlas a resultados claros de integración laboral o social.
Para mí ese buenismo tan irracional genera más miseria y marginalidad. Soluciona la huida de muchos de la guerra y pobreza, pero muchos otros no son precisamente pobres o faltos de preparación profesional. Europa y USA sigue siendo el paraíso al que aspiran. Los malos materialistas cristianos infieles de Occidente siguen ofreciendo lo mejor, pero otra cosa es hacerse como nosotros. Entonces pasamos a ser inmorales, racistas, opresores, etc.
Ojo. El malismo occidental está ahí también con su RACISMO, con su odio al extranjero por serlo, porque para esta gente todo lo que implique DIFERENCIA es malo de por sí.
Y el problema es que con políticas irracionales y de descontrol, y sin visión de futuro, pues estamos dando alimento al malismo de quienes odian por el color de la piel o por hablar otra lengua o por ser de otra religión.
MOVILIZACIÓN
ResponderEliminarAl minuto el tren Sapsán que comunica San Petersburgo con Moscú hacía su salida. Lo habíamos cogido por los pelos. Con suerte al bajarnos del taxi y correr hacia la estación y después de pasar el arco de control el andén 3 estaba allí mismo en frente de nuestras narices. Y las azafatas de tren y el revisor nos pidieron nuestros pasaportes. Al tren. Salida inmediata. Todo en paz una vez sentados y la mesa al segundo dispuesta con comida y bebida que una amable azafata nos dejaba.
El taxi nos había cogido en el hotel. Nos habían comunicado desde España que mi móvil había sido encontrado en el Hermitage. Un amigo de Gijón lo había comunicado al teléfono de Ana como mensaje de wasap, porque él había sido notificado por una conserje del museo de la aparición del teléfono que llevaba un día desaparecido. Un móvil hoy día es media alma de la persona. Si dejas que lo sea. Pero sin movil ya entras en un universo donde muchos referentes sociales o imaginarios se borran. Quedas aislado en ese mundo de lo más inmediato. Un tanto desvalido e incomunicado. No hace mucho vivíamos sin teléfono móvil. Hoy día ya nos parece imposible vivir sin las conexiones y correspondencias y referentes de este aparato. Media alma deja de ser. Y la otra alma se mueve torpe. Por el momento. Hasta que pase el mono. Desintoxicación. San Petersburgo sin móvil es una ciudad llena de infinitos detalles. El mundo de la ciudad es tu plenos universo. Sin mediaciones. Tú mismo y la ciudad. Sus calles bien pateadas. Esas ventanas. Fíjate en esa persona cómo viste y qué rostro más sombrío lleva. ¿Y esos soportales? Y esas estatuas, y ese edificio. Fíjate bien. Sin mediación. Directo. Universo absoluto en perfecta sincronía. Y en discontínua recreación. Cada momento es un universo nuevo y único. Repetición.
Al ser comunicado que el teléfono había sido recogido por tal conserje del Hermitage y Palacio de Invierno y que además nos notificaba que fuéramos a por él, y como además el tren salía en una hora y diez minutos, pues entonces interrumpimos nuestros pedidos de cafés o cervezas con apresuramiento y con la sorpresa de la camarera que hizo lo posible por meternos el café en vasos de esterofoam y manteniendo la amabilidad y cortesía.
El hotel mismo nos había ya llamado a un taxi y todos escopetados nos metimos en él para pasar antes por el Hermitage y depués a toda mecha a la Estación.
MOVILIZACIÓN II
ResponderEliminarY el taxi se metía por la Nevsky Prospekt, pero por en dirección al lado opuesto al Hermitage. Nervios. Tras varios minutos entonces coge otra calle a la derecha y luego a la izquierda y ya vamos en dirección correcta. Nervios. tensión. El tiempo. Tic, tac, tic, tac. Es increíble cómo pasa el tiempo en un taxi destinado a cubrir dos segmentos de tiempo sin saber exactamente si el crédito de tiempo con el que contamos nos va a ser suficiente. Tiempo cronológico en su plena brutalidad. La duración de Bergson no nos ayuda nada en estos casos. El móvil y el tiempo objetivamente cronometrado nos destruye los nervios. Perder el tren a Moscú sería una putada y renunciar al móvil por unos minutos otra. Hay veces que la vida te sitúa en escenarios y situaciones insólitas. El móvil se podía ir a tomar por el saco y el tren a Moscú se podía ir a hacer gárgaras. Pero la texitura era esa y la otra. Factor tiempo disponible, factor distancia. Factor conductor. Tráfico. Ciudad desconocida que nos agrede ahora con tensión, con impaciencia, con esa puñetera alienación o enajenación que se sufre cuando la prisa se impone y todo pasa a ser una serie de obstáculos molestos. La señora que pasea con sus niños. Obstáculos a nuestra vista. El edificio tan hermoso de Singer. Obstáculo a superar. La Neuvsky Prospekt toda ella un infierno a superar.
Por fin llegamos al Hermitage, pero el taxí habría de aparcar por la parte trasera del edificio: la que mira a la ensenada del Río Nevá. Salgo corriendo como Marathon Man, doy la vuelta al edificio lleno de furor físico y el edificio no acaba nunca, no acabo de llegar a la esquina, pero al cabo de tiempo--tic, tac, tic, tac ¿cuánto crédito queda?--llego, doy la vuelta a la esquina y corro a la entrada del museo. Pero ¡oh dioses! la gran puerta del Hermitage/Palacio de Invierno que los bolsheviques de Lenin en su día asaltaron con fervor revolucionario, estaba cerrada para mí. El mueseo ya había cerrado. Era su horario de viernes.
Y entonces ahogado por el esfuerzo y las ganas de cojer el tren a tiempo--tic, tac, tic, tac. ¿Cuánto crédito queda en minutos?-- di la vuelta hacia el taxi a toda pastilla y el edificio con sus fachadas neoclásicas y verdes y su imponente historia no hacía más que alargarme la angustia material de un tiempo material y un cuerpo de tejido orgánico en máxima intensidad.
Llegué al taxi casi ahogado. Y ahora a la estación, quedan 14 minutos. ¿Dónde estación estar? ¿Quedar lejos, far, near, serquita, poquito? No. La estación de ferrocarril Moskovsky está donde debe de estar. No se mueve. Sigue ahí. Llegaremos. No duden que llegaremos. Taxi man, duro. Profisionalsky. Propinosky. Gran propina. Velocidad y calles maravillosas de San Petersburgo a gran velocidad y la intensidad y el móvil se podía haber ido al carajo. Sí, yo creo que sí. Carajo móvil. Y carajo de ciudad despedida de este modo.
Nos bajamos por fin en la estación Moskovsky y corriendo se produjo el milagro.
(Vuelvan al principio)
DESPLAZAMIENTOS Y REPETICIONES
ResponderEliminarLos territorios son también mapas de sensaciones, de sentimientos, de emociones. Los barrios, parques, plazas y calles de las ciudades nos reflejan de un modo único y singular. Las ciudades que visitamos por primera vez, aún habiéndolas visto en el cine o en documentales o en fotografías, sin embargo, cuando nos inmergimos en ellas las sensaciones nos resultan totalmente nuevas; reconocemos los escenarios pero ahora estamos en su misma esencia y esa esencia es otra cosa nunca vista ni pensada, ni vivida. Se repiten las formas que hemos visto en los documentales, fotos, etc., pero la repetición inmersos en el mismo escenario es otra creación, otro nuevo universo y entonces las vivencias se sienten como frescas, conectadas a luces, detalles, contornos, relieves, pliegues, rincones, sombras, rostros, climas... Enfin, es cuestión de dejarse llevar.
Esa ciudad ahora es para tí. Ahora como un turista, pero ya la estás recreando de mil maneras inesperadas. Sentimiento de quedar desplazado. Desfamiliarizado. A veces hay aturdimiento con las cosas y las situaciones que conducen a un agotamiento tanto mental como físico, pero también surgen extrañas aperturas de rememoración observando los edificios, el río, las lejanas nubes y su tonalidad. Calles por las que nunca habíamos paseado, pero que ahora al patearlas nos sentimos parte de un universo paralelo donde quizás pudimos haber jugado en otra niñez, acompañado a nuestros padres en dirección al colegio o al refugio bajo el sonido de las sirenas, o arrastrando la pobreza en busca de un cacho de pan. O quizás hubiésemos sido hijos privilegiados de alguien, de alguna familia y nuestro circular por la calle habría sido en algún tipo de vehículo solo para ricos. Las opciones son muchas.
Visitar el Kremlin o la Plaza Roja me resultó totalmente insólito a pesar de las repeticiones de los medios. Me resultó un mundo nuevo. No digamos Moscú como ciudad. Se repiten las calles y grandes avenidas, de toda gran ciudad, pero se repiten en tí, en una nueva creación que es para tí en exclusiva y de la cual y en tí mismo has de recrear y reformular y rehacer.
Desde que compré el nuevo teléfono no fui capaz de normalizar la situación con Facebook. Que si claves, que si bloqueos de seguridad, y lo último, al reiniciar el teléfono por cualquier razón, pues me bloquearon mi cuenta por seguridad y las instrucciones que me dan para reabrirla me resultan incomprensibles. Pierdo también el Messenger.
ResponderEliminarBuen momento para abandonarlos definitivamente.
La caída al mundo físico. Cuerpo. La caída al espíritu. Pensamiento. He ahí un individuo. Coordenadas de mundo físico. Ciencia. Coordenadas del mundo espiritual: religión, filosofía, arte. Coordenadas de mundo físico y mundo espiritual: ordenamiento de cuerpos y almas. Política, historia, religión.
ResponderEliminarUn gnóstico diría que hemos caído en un mundo de sujeción y esclavitud. Bajo la dirección de cualquier demiurgo.
Y antes de la caída?
Qué ES antes de la caída en ambas dimensiones y coordenadas y ordenamientos?
Es ahí donde a veces nos apetece estar.
Pero quizás ese era el Paraíso del Edén.
CONTINUITY OR DISCONTINUITY?
ResponderEliminarWhen we make a copy from an original, we make something that will never coincide with the original, no matter how much is the sameness they share. Moreover, there is a time gap between an original and a copy which produces a discontinuity. In other words, there's no necessary relation between the original and the copy, as discontinuity inserts contingency in between. Regardless the speed we apply to the copy-making process, that discontinous gap is always there. Each copy is a world in itself (a synchronicity), forming a singularity, because however sameness they share they are never the same. This is a model that discards a continous or cause and effect relationship between the original reality and the copy's one. Contingency intersects and creates difference. The reproduction/replica never coincides with the original.
Suppose I extrapolate this model onto the universe as a reality.
Let's assume this universe is being reproducing itself from a model universe. The first reproduction or copy from the model can't never be the same as the model. There's already a difference with respect to the model. Let's say the "copy-universe" is already different from the model, or better: a self-sustained reality different from the model. Thus, between both universes there's a time-gap that produces discontinuity, and therefore contingency. It's not a necessary relation but a contingent relation.
We now accelerate the speed of time to a never-ending process of reproduction. Millions, trillions of universes being reproduced since the hypothetical beginning from a model, and there we have the always-already "present" endlessly being reproduced. But not as a necessary evolution out of a continuity with the past, but as an always-ever discontinuity due to the inexorable time-gap among reproductions where contingency inserts itself and makes the whole process unpredictable.
Not cause and effect, buy an always-already discontinuity beyond any possible comprehension.
Thus, a new universe is taking place at any moment, and each universe is always a reference in itself during its past/present/future instantaneous existence.
Some weird theologians see God as the arbitrary free-Will wich always-ever creates universe after universe, not out of necessity or reason, but out of his Will. Such a Will would act as the active agent in the contingent gap beteween universe and universe. So far everything repeats itself in a predictable way, giving way to the illusion of cause and effect, or a continous and necessary universe ruled by inescapable laws of nature or physics, but the truth is we never know if the sun will appear next day or something unexpected could take place.
Lo de arriba es un interludio metafísico. A veces hay que filosofar o pensar con mayor o menor atino
ResponderEliminarEL VIAJE EN SÍ (1)
ResponderEliminarVuelo Bilbao-Amsterdam. Luego Amsterdam-San Petersburgo. Te van a buscar al aeropuerto. El hotel. Tiene a un chófer esperando con un letrero y el nombre. Aquí. Hotel limpio. Cómodo. Céntrico. Personal muy amable. Hablan inglés. Uno de los conserjes dice que habla español. Mejor dicho tritura el español. Hay muy buena intención. Nosotros no logramos ni triturar el ruso. No llegamos a cuatro palabras. Al día siguiente la ciudad es nuestra. Hay una sensación de volver al siglo XVIII. Apetece caminar por cualquier calle. A mí me gusta conocer las ciudades pateándolas, visitando sus barrios, viendo gente, parando en sus cafeterías, sus mercados y oyéndolos hablar, hablar, los sonidos. Y cuantas más lenguas mejor. Aquellos podrían hablar tártaro o no. Pero posiblemente hablen un ruso dialectal.
Los cajeros te facilitan sacar dinero en diferentes idiomas. A veces solo en inglés. En el metro lo mismo. Las máquinas de vender billetes te facilitan la venta en el idioma anglosajón. El cirílico se nos hace incomprensible. Yo llevo una tabla de conversión a letras latinas, pero el alfabeto cirílico se asocia de forma equívoca con las semejanzas al alfabeto latino y resulta difícil familiarizarse con él. De todas maneras hubo progresos a base de leer anuncios en el metro, en letreros, en tiendas. La lengua es también el alma de un pueblo. ¿Por qué? Pues porque sí. Son cosas intangibles. Están ahí y te hacen reaccionar de cierta manera. Cuando era niño y vivía en Madrid, recuerdo que oír a alguien hablar asturiano producía una fuerte sensación de familiaridad. Intangible, pero se vive. Un ruso oye hablar ruso en Panamá y seguro que reacciona como ruso. Llamémoslo alma por ahora. A lo mejor encontramos otra palabra mejor.
Me aburre hablar de museos. No soy partidario de lanzarme a los museos nada más llegar. Me gusta más patear las calles, entrar en tiendas, en cervecerías, en mercados, ir a las barriadas de la afueras. Ver calles y parques y puentes y edificios. El embrujo de los edificios. La observación de la gente. La gente en su rutina, en su ambiente, en su trabajo. Luego, una vez familiarizados con la ciudad, una vez cogido el ritmo, entonces toca ir visitando algún museo.
Encuentro a los rusos fríos en un primer contacto. Hablan poco. Observé que en el metro no hablan entre sí. En los bares y cafeterías la gente nunca alza la voz como se hace en España. Debe de parecer muy mal hablar en alto como hacemos en las sidrerías en Asturias. Ese estrépito de voces hablando a gritos debe de resultarles una locura.
Tampoco son muy corteses. No les va la cortesía. Tampoco en Asturias o en España nos va mucho la cortesía. Creo que en eso somos, tanto rusos como españoles, ásperos, desconfiados.
EL VIAJE EN SÍ (2)
ResponderEliminarLos servicios públicos los encontré muy limpios. También la limpieza en los hoteles y la organización y la amabilidad me sorprendió. Por lo menos en las ciudades. Los pueblos que observamos desde el tren Sapsán San Petersburgo-Moscú parecían lóbregos. Calles y edificios lóbregos. Pobreza en algunos casos. Pobreza visible. Quizás el campo y los pueblos sigan conservando el atraso y la descomposición sin recomponer del periodo comunista. Pero eso requeriría otro viaje con más tiempo y algo de ruso. Todo queda a medio ver.
Conocer a la gente es un arte. No hay peor cosa que hablar con alguien que no te permite expresarte, que ya te niega la palabra por que ya te está juzgando antes de tú poder hablar y decir. Escuchar. Qué dice. Qué dice ese señor o señora o niña es su mundo, su percepción, por mucho que nos parezca equivocado, o aunque no sea sincero y exagere. Hay un arte en saber escuchar. Y saber hablar. Pero nos impacentamos. Queremos imponer nuestra visión del mundo al otro, o interpretarle tal como mejor encaje en nuestro paradigma personal. Todo menos escuchar y entender a la gente primero EN SUS PROPIOS TÉRMINOS. Hay que entender a la gente en sus propios términos. Luego ya se darán opiniones o contrastes.
Si no sabemos el idioma, lo que podemos hacer es observar el lenguaje corporal, las formas de vida, lo que hacen, cómo visten y comen. Hay muchos lenguajes además del lingüístico.
Me encanta esta reflexión impresionista, El alma de Rusia, una mgnífica manera de aprehenderla en poco tiempo.
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