15 junio, 2019

JOB Y LA VIDA TRÁGICA

Job es un hombre justo. Cumple con la ley. Dios corrobora que Job es un siervo justo. Dios está satisfecho con él. Se cumple así el pacto Creador/criatura: Dios da una ley que regula las relaciones de su pueblo con él. Ante una falta o pecado o posibilidad de transgresión existen modos de retribución, de compensación, de expiación. Este mecanismo de retribución/compensación funciona en la relación Job/Dios. Job cumple con la ley y Dios responde haciéndole progresar y protegiéndole. Este es el modelo que Jehová mismo instauró como justo, como justicia. Si este modelo falla o una de las partes no cumple, entonces el contrato/pacto/modelo no solo entra en crisis, sino que la parte incumplidora ha de dar explicaciones además de ser penalizado. Esto es Justicia. Lo más normal es que el hombre al ser defectuoso y proclive a la desobediencia falle, de Dios nadie espera que falle. Hasta parece un sacrilegio pensar tan solo en ello. 


No obstante, y a pesar de que Dios sabe que Job es justo, pues hace una pregunta a su hijo Satán respecto al husita. Satán tiene la función de acusador o fiscal o provocador dentro de la corte celestial de Jehová. Ante tal pregunta por parte de Jehová Dios, él sugiere lo que un fiscal acusador ha de sugerir para aclarar la situación: someterlo a choques de prueba. ¿Por qué pregunta Jehová sobre Job precisamente a Satán sabiendo Dios que Job es un hombre justo? Si Dios sabe que es justo no hay necesidad de prueba alguna. Pero si hay duda la pregunta es pertinente. Y entonces la pregunta al abrir la duda, hace necesaria la prueba. Y para ello está Satán. Nadie mejor que Satán para proponer y despejar las dudas que pueda tener Jehová Dios. Pero si Dios no puede dudar de nada porque todo lo sabe de antemano, ¿a qué diablos viene la pregunta y qué sentido tiene el despliegue de ese horrible sufrimiento para con Job? ¿Hay duda? ¿Cómo es posible? ¿Hay ganas de manifestar crueldad y poder para demostrar algo que ha de quedar claro? Como no tenemos respuesta a tales preguntas seguimos la trama.
Ante el primer envite de pruebas Job se refuerza en su fidelidad de modo indubitable. Si Dios me lo dio Dios me lo quitó. Por alguna razón que desconozco lo habrá hecho Dios, piensa Job. El concepto de justicia sigue en pie. En la segunda prueba mucho más cruel, dolorosa e indigna, entran más personajes en escena: su mujer y los tres amigos Elifaz, Bildad y Sofar. Su mujer lo incita a maldecir a Dios. Indirectamente ella se hace cómplice del acusador, colabora en la prueba de un modo más duro y punzante, ya que es su mujer. Pero él no maldecirá a Dios. Ni tampoco se resignará a sufrir en silencio sin pedir explicación alguna del porqué de tan abrumador y humillante castigo. Los amigos van a adoptar un papel muy familiar para nosotros los lectores de hoy y los de aquel ayer.


Fijémonos de nuevo cuál es el dilema de Job. El husita había sido justo con Jehová. Había cumplido su ley. Y Jehová había mostrado la reciprocidad que se espera de un Dios justo y bueno. La relación Creador-y criatura se había mantenido dentro del manual, dentro de la justa reciprocidad de la ley y la justicia. Se atenía al pacto que Dios mismo había establecido. Pudiera ser que quizás él, Job, hubiese obviado o disimulado algo con engaño o por olvido en su cumplimiento de la ley. Pero Job no acierta a descubrir ese fallo. Si ha fallado o pecado Jehová se lo tendría que decir. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? Él no maldeciría a Dios bajo ninguna circunstancia, pero Jehová Dios le debería dar una explicación, una razón. No puede ser que Dios actúe por capricho, sin norma o razón alguna para con sus criaturas. Y esto sí que es sería abrumadoramente y angustiosamente importante.
Porque entonces ¿quién soy yo para pedir justicia a este Dios tan arbitrario? Si siendo inocente me trata así, y si además no puedo pedirle explicaciones porque al lado de él soy un gusano, una nada insignificante, pues entonces mejor que me lleve a la tumba cuanto antes. Pero ahora el sufrimiento es casi absoluto. Mi vida es una completa desolación. Sin esperanza alguna más que el Sheol. Mejor no haber nacido, o si nacido mejor morir cuanto antes.
¿Qué responden los amigos? Pues que ningún hombre está libre pecado y que nadie es justo ante Dios. Te confiabas demasiado, Job, en tu rectitud y bondad, pero quizás te estabas engañando y no eras tal cosa. En una palabra: Dios no puede fallar y la ética que Dios encarna en su perfección, es razón y proporción que castiga al malo y premia al bueno. Eres tú, Job, quien ha fallado, quizás no te has examinado lo suficiente, pues Dios no puede fallar. La creación sigue su orden y Dios sigue siendo justo. Lo cual indica que Job ha quedado solo. Los horrores que el husita tiene que vivir le fuerzan a abrir preguntas desesperadas, interrogantes a gritos que han de ser planteadas. El mundo se le ha descoyuntado. Su razón de ser y existir se ha desmoronado. Ya no solo es un horror de sufrimiento físico, sino también de grave sufrimiento moral y existencial. Es posible que ya todo esté perdido y la muerte es lo que le espera, pero de ser así todo quedaría sin explicación y moriría en una agonía de intensa amargura sintiéndose víctima de una culpa que no se le ha explicado, que le resulta absurdamente arbitraria por parte del Dios en que siempre había confiado.
Es por ello que dentro del más intenso sufrimiento (y recordemos que no hay un más allá reparador en este escenario) exige un juicio donde se demuestre su culpabilidad con mediadores o testigos y con un redentor que abogue por él. Quiere que la justicia se restablezca. Quiere la verdad. Pero desde ese infierno personal de Job el mundo también se comienza a ver como una descarnada obra de crueldad e injusticia, el derecho está subvertido: los malos viven bien y disfrutan, los buenos mueren en la desgracia e injusticia y sin compensación posible. Llueve de igual manera sobre buenos y malos. Job está viendo la realidad sin disimulos, sin tapujos. Sus amigos siguen argumentando como si nada hubiese pasado, como si todo siguiera igual bajo los mismos cánones de siempre: Dios es razón moral, Dios es omnipotente y sabe quién es el malo y quien es el bueno. Su ley es perfecta y juzga siempre de acuerdo a ella: premia al bueno y castiga al malo.
Y aquí está el meollo del libro de Job.
Porque Job quizás también creía como ellos. Pero ahora, desde el horror y la desesperación, el universo como obra de Dios deja ver su crudeza, su desolación, su caos moral. Se da cuenta que Dios en su arbitrariedad puede hacer lo que quiera con el hombre y que sin un pacto de ley que se cumpla y proteja a la criatura, el hombre está ahora desnudo ante la mismísima Voluntad libre y absoluta de Dios. Y entonces Job acusa a sus amigos de hipócritas, de encubridores, de comparsas de un Dios tirano que ya no responde a ninguna razón, a ninguna ley, a ningún pacto. Es una omnipotencia titánicamente arbitraria.

¿Cómo acaba este drama?

Dios se ve interpelado seriamente, e interviene reafirmando su fuerza creadora en base a su libre Voluntad. Hace ver a Job lo grandiosos que es su poder y lo insignificante que es el ser humano. Pero hay cosas que no se aclaran. Job nunca deja de creer en esa omnipotencia de Dios. Quizás su postura fuese en principio como la de sus amigos: una confianza plena en el formulismo religioso, pero Dios lo declara justo, no hipócrita. Por otra parte la respuesta de Dios parece indirecta y redundante. No hay una respuesta clara a las demandas de Job, ni una explicación del porqué de las pruebas y la humillación que se le infringen. ¿Tiene razón Job o no tiene razón en su demanda
desesperada de aclaración y de juicio a Dios para pedir explicaciones? Pero hay algo muy importante que es quizás la clave de la narrativa: la valoración de Dios del husita queda mostrada en su reconocimiento de Job. En la validez de sus gritos de protesta y de sus exigencias y la condena a los amigos de este. Quizás esto se aclare poniendo la respuesta hipotética en Dios mismo: “Has comprendido solo parte de lo que soy y lo has interpretado, dentro de tú angustia y sufrimiento, como un abuso injustificado de poder por mi parte, pero no has comprendido lo que la fe en ese Dios omnipotente y absolutamente libre significa. Tu confianza en mí no tiene nada que temer, pues mi voluntad está por encima de toda creación, de toda razón, de toda ley, de toda necesidad, de todo pecado. Existo porque sí y soy lo que soy. Ese es tu Dios. Tus amigos, sin embargo, se conforman con el dios de conveniencia de la religión, se justifican con razones y argumentos desde la tranquilidad de la conciencia y su posición social. El mundo para ellos está ordenado de acuerdo a los cánones inalterables de la Razón y la Necesidad que abarcan tanto al cosmos como a Dios, y de los cuales ellos se hacen intérpretes autorizados. Por ello estoy indignado con ellos."
"Amigo Job, has pasado la prueba, te devuelvo lo que te pertenece y te haré todavía más dichoso de lo que fuiste. Hágase mi sola voluntad.”

8 comentarios:

  1. A tener en cuenta: Satán era un hijo de Dios en la corte celestial de Jehová o Yahvé. Parece que su misión era vigilar o dar vueltas por la tierra. El castigo, el sufrimiento, el mal que se infringía a los hombres provenía de Jehová a través de sus hijos o ángeles. No existía el diablo tal como luego evolucionó.

    No había mundo más allá. Todos los premios y castigos se daban en esta vida. Todo juicio divino repercutía en esta vida. Los muertos iban al Sheol. Un valle de sombras donde la existencia se reducía mera sombra apática. En algunos casos Sheol es muerte sin más matices. Muerte absoluta. Mucha gente no sabe que en el Antiguo Testamento no había concepto de más allá con la excepción de los apócrifos en el libro de Segunda de Macabeos. La resurrección es un concepto más tardío.

    El concepto de Dios vivo hebreo difiere mucho del Dios filosófico griego: una abstracción de pureza, bondad, infinitud, razón, necesidad, etc., pero no comunicable con los hombres salvo de un modo intelectual. Algo no-humano.

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  2. PERMA Y CARCASO DEBATEN

    PERMA: Eso de la Biblia es un rollo macabeo. Son textos muy lejanos a nuestra experiencia. A nadie le interesan esos textos salvo a algunos tarados que estáis ahí obsesionados con eso. Está más que demostrado que la religión es todo mentira e imaginación. Nadie puede demostrar la existencia de ese Dios de la Biblia. Es una idea sin realidad, o mejor dicho, una idea que funciona entre ideas, pero sin materialidad alguna o presencia que se pueda demostrar. Lo cual le hace muy sospechoso. Puro psicologismo o mentalismo.

    CARCASO: Bueno, a mí me interesan. Y si me interesan pues la lectura y estudio de tales textos me resultan placenteros. Eso me permite ahondar en la historia y espiritualidad de aquellos pueblos, de aquella época. También me permite instalarme en sus creencias y sus dilemas. Pero también está el valor literario. Un gran valor literario diría yo. Luego, es importante ver cómo se desenvuelve y desarrolla la idea de DIos o Jehová en la Biblia. Podrías considerarlo una imagen o idea o ente en todas las Escrituras. A mí me resulta algo apasionante.

    PERMA: Bueno, visto así pues es otro tema en el cual alguna gente se podría enrollar en plan cultureta, pero el problema de la Biblia es que fue el Libro en que se inspiró la iglesia católica para sustentar ese dominio tan opresivo durante siglos. Bueno, y otras iglesias. No es un libro inocente: en nombre de la Biblia se prohibió la libertad de pensamiento y la ciencia y la libertad política. Había que aceptar ese universo mítico como el real y verdadero. Y nadie podía cuestionar la autoridad de Dios y de la Iglesia.

    CARCASO: Nadie te lo niega y yo condeno ese dogmatismo y esa intransigencia tanto como tú. Hoy día estamos liberados de esa intransigencia y dogmatismo y podemos ver las cosas de otra manera y en libertad. Por lo menos en cuanto a la Biblia se refiere. Y es en esa libertad se pueden sacar cosas curiosas e interesantes del estudio del Libro. E incluso importantes. Es imposible que vaya a haber una vuelta atrás hacia dictaduras o totalitarismos que hagan de la Biblia su libro. Ni el comunismo ni el fascismo tuvieron al Libro como fuente de inspiración. Les hubiere resultado imposible justificar su totalitarismo en las escrituras.

    PERMA: Ya, pero andan sectas fundamentalistas por ahí comiendo el coco a bastante gente y con ideas muy retrógradas sobre la moral y la sociedad. Y estos si que tienen a la Biblia como libro de inspiración.

    CARCASO: Bueno, los extremismos son inevitables en toda sociedad. Los sectarismos. Las interpretaciones estrechas o muy cerradas sobre el mundo y los demás. Eso ocurre con toda ideología. Yo creo que es condición humana.

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  3. QUIZÁS

    CARCASO: Nunca. Jamais. Never. Frecuencia cero. Quietud. Un espacio en abstracto. Espacio circunscrito. Puro. Puro volúmen. Ahora, gradualmente, comenzamos a ver cuerpos, figuras, luz. Un árbol plantado en medio del espacio. Otro árbol a pocos metros. Forman sombra. Hay un muro de piedra cercando parte del espacio. Luego el muro se acorta y se deja ver un prado verde. Entre los árboles hay hierba. Hierba bajo la sombra. Unos bancos arrimados al muro más alto de la derecha. Y detrás de mi está la iglesia de piedra. Una pequeña iglesia de piedra de origen prerrománico. Y un espacio dentro de la iglesia. Otro espacio y luz que va descubriendo paredes de piedra. Suelo de losas de piedra, y un altar rudimentario formado por otra losa de piedra. Piedra sobre piedra. Una cruz de hierro. Ahora retengo la imagen. La imagen queda retenida en la mente, en el alma, en la memoria. La puedo evocar cuando quiera. Imposible deshacerme de ella.

    PERMA: ¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué quieres explicar? Todo eso que dices es una imagen que quizás has reflejado de un espacio real en cualquier sitio. Hay imagenes que se nos quedan como un arquetipo. No te lo niego. Una ecuación matemática es algo fijo. Inmutable. Eterno. Pura relación. Pero me deja indiferente. La verdad es que muchas formas abstractas, fijas, analíticas, no me añaden nada. Me aburren. Indiferentes. Vacías. Pura rigidez mental. ¿Es así como vives tú ese espacio? ¿Como algo que se torna indiferente?

    CARCASO: No. Es un espacio inmensamente rico en sensaciones. Infinito en sensaciones. Infinito en visiones. Infinito en detalles. Los recuerdos o las imagenes surgen de él y se abren a una experiencia que luego languidece, pero a continuación surge otra. Personas, animales, música, sonidos naturales, artificiales, colores. Sí, los colores. Del oscuro absoluto a la luz más pura posible. Graduación. En graduación. Formas cambiantes. La escenificación de toda una historia universal al mínimo detalle de experiencia tras experiencia. O historia natural. Curioso.

    PERMA: Amigo Carcaso, eso es sorprendente. Extendamos ese espacio al mundo entero y he ahí tu calidoscopio mágico. Lo hacemos nuestro. Nuestro calidoscopio. Mejor dicho, hagamos ese espacio más y más extenso y que abarque todo el espcio, todo el universo. Espacio, tiempo. Un espacio/tiempo: E=mc(2). La energía convertible en masa y velocidad de la luz al cuadrado. Bonita fórmula que transforma las masas en movimiento e intensidad. Todo vivo y en movimiento a diferentes ritmos y velocidades. Cierto.

    CARCASO: ¿Qué hacemos aquí? La avenida se nos aparece como algo corriente, indiferente, aburrida...prosaica. Sobre todo prosaica. Visión ciudadana de la vida. Visión práctica, mecánica. Esa es la caida. El mundo en sí es inocente, pero la visión que rige y que demanda vida propia es la visión prosaica. Lo prosaico nos lleva al aburrimiento. A la ecuación analítica. A la tautología existencial.

    PERMA: ¡Bienvenido a la tautología existencial! Transformemosla en E=mxc(2).

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  4. LA AVENIDA

    CARCASO: Esta ventana de este edificio. Fijate en esta ventana de este edificio. Acógelo como una singularidad. La parte de arriba. Fíjate en la parte de arriba. Despacio. No hay prisa. Relieves enroscados como serpientes. De piedra. Dos serpientes de piedra enroscadas. Las cabezas simétricas y un eje común que divide la elipse mágica que forman sus cuerpos al enroscarse. La ventana forma un arco ojival. Parece la ventana de un templo. Los relieves laterales forman dos columnas con capiteles jónicos. Todo lo demás es bastante ordinario. Los cristales, los visillos desordenados, las contraventanas ya ajadas y necesitadas de pintura o barniz. Todo pasa desapercibido. Hay que fijarse y mirar los detalles con tranquilidad. Es un edificio con más de medio siglo de vida. Mirando siempre a la avenida. Pasando casi siempre desapercibida. ¿Quienes habrán vivido en ese piso, en esa vivienda? ¿Quiénes viven ahora? ¿Qué vidas han crecido, nacido, muerto en esta vivienda? ¿Qué disgustos, ilusiones, infiernos personales o locuras o creaciones del espíritu han acontecido en esta vivienda y tras esta ventana? Cualquier singularidad conduce al resto del universo.

    PERMA: Fíjate en la acera. Hay bastante gente caminando. Fíjate en cada persona. Cada figura. Fíjate en sus rostros. Si tan solo te fijas en los rostros ya recibes sensaciones extrañas y misteriosas. La gente que no conoces te envía señales desconcertantes. Cada cerebro fermenta sus venganzas, sus preocupaciones, sus esperanzas, sus desesperaciones, sus aburrimientos. Algunos juegan con ideas. Viven con las ideas. Las barajan, las ordenan y desordenan. Otros se figuran paraísos a través de fantasías. Otros desean las mujeres de sus prójimos con intensa lujuria. Otras desearían poder saludar a fulano o a zutana. Los hay que miran para abajo. Otros de frente. Otros para arriba. Ligeramente para arriba. Gente muy mayor que se apoya en bastones. Otros niños cogidos de la mano. Todos....circulan. Caminan. Es extraordinario ver a la gente de esta acera como si fuese la primera vez que los ves. Con máxima extrañeza. Como seres que se aparecen, sin historia, sin rastro, sin señales de su alma.

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  5. CONVERSACIONES CALLEJERAS

    CARCASO: Escucho conversaciones cuando camino por la avenida. Bien sean de gente que va delante de mí o bien detrás. La mayoría de las conversaciones son referentes a la salud. Hablan de enfermedades propias o del prójimo. De medicinas, de hospitales, de molestias. Sobre todo de padres y madres ya ancianos, de suegros y suegras; pero también de otros. La puesta en común de dolores físicos y anímicos entre quienes hablan parece llevarles a una necesaria catarsis. Salirse de uno mismo y poder hablar con otro que también sufre de forma similar es algo importante. Alivia. Se comparte preocupación. Uno no es el único. Los demás también. Comunidad de dolor y alivio. El dolor guardado en la soledad de cada uno se hace insoportable. Comunidades de encuentro. Casuales. También en el autobús ocurre esto.

    PERMA: Pero también se escuchan conversaciones sobre la familia o los amigos o la vida propia y lo bien que están saliendo las cosas. Madres que hablan de sus hijos que estudian y trabajan fuera, quizás en un país extranjero. Se enorgullecen de ver cómo sus hijos salen adelante. Otras madres viven dramas con sus hijos. Dramas de desempleo, de vidas torcidas por tener mala cabeza, malas disposiciones, mala suerte o también las drogas y las compañías equivocadas. Otras veces malos estudiantes y que no pueden con ellos. Cuando camino por la avenida muchas veces son conversaciones a través del móvil. Hay gente que da consejos en voz alta o les recuerdan al otro que vaya a tal sitio y pague el recibo. O que ya está bien y que mande a tomar por el culo a tal persona. O cuestiones de juicios y abogados. Líos familiares abundan y suelen ser descritos con muy mala leche. Pero también las conversaciones entre los jóvenes que se quieren y aprecian o se van a ver. Es todo un mundo el de las conversaciones que vas escuchando sin quererlo. Y muchas a través del móvil. La universalidad del móvil.

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  6. MÁQUINAS

    CARCASO: Es mejor no meterse en la vida de nadie. Es mejor contemplar a las personas así, como figuras que circulan por una avenida. Meterte en la vida de alguien es buscar mierda de forma gratuíta. La mayoría somos sacos de resentimiento a punto de explotar. Pero no explotamos y seguimos aguantando con la mayor resignación posible y un sentido correcto de la vida que nos lame el cerebro con lascivia. Nos llevamos bien, en parte bien, coincidimos aquí y allí, pero nos odiamos allá y acá. Cuando no somos indiferentes totales. Hay gente maja, buena. Y también depende cuando y dónde los pillas. Nunca llegas a saber lo hijo de puta que puede llegar a ser una persona en un momento dado. En realidad los humanos tenemos un cerebro paranoico debido a un sistema nervioso complicado y cualquier cosas nos pone en alarma, a la defensiva, desconfianza al cubo. Hay personas que tienen el ego más inestable que una lechuga. Y siempre están en contra del mundo. Insoportables. Muertos de miedo y terror por sus adentros.

    PERMA: Hay que moverse. Siempre en movimiento. Tomaremos un café allí en esa cafetería, luego nos vamos y caminamos hasta el parque grande. Leeremos un poco de algún libro que nos haya tocado la fibra. Luego volvemos a coger otro autobús y a casa y luego nos hacemos máquinas. Anulamos la conciencia como podamos. La apagamos como una colilla. Y el cuerpo se transforma en máquina y te pones a hacer cosas tales como limpiar la casa, hacer la cena, rellenar papeles. Si alguien de tu familia o compañero o compañera está viendo las noticias, nosotros máquinas sin conciencia, sin sentimientos ni pasiones, pura máquina de carne y hueso.

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  7. DAME UN PUTO ABRAZO

    PERMA: Joder! Carcaso, te quiero. Eres la persona que esperaba y has llegado. Seguro que eres un ángel llegado del cielo de algún dios con las cosas muy claras. Hubo una vez que me enamoré de un hombre que no sabía más que desconfiar de todo. Me había enamorado de un demonio cargado de veneno pero que simulaba el muy perro ser socialmente y políticamente aceptable bajo todos los parámetros de su vida de funcionario. Presentaba su fanatismo político con cara de perla, al mismo tiempo que siempre estaba afilando las uñas para clavarlas en alguien que le llevara la contraria. ¿Cómo puede una enamorarse de algo así? Esa es la mierda de la vida con que has de lidiar la mayor parte del tiempo. Todos somos muy tolerantes y muy bellas personas, pero cuando quitamos la careta hay mucha confusión interna, muchos choques de trenes emocionales, muchos semáforos estropeados, mucho fanatismo. Es un milagro que la civilización circule como circula. Yo siempre dije que la vida es un milagro sin más explicación que un porque sí como comienzo de todo: singular y plural.

    CARCASO: Te enamoraste de ese cabrón porque dentro de tí había atración por el veneno cabronicio que pudiera torturarte y machacarte. Te enamoraste de tu verdugo para que acabase contigo cuanto antes. Para sufrir torturas y pagar culpas que nunca supiste borrarlas de la memoria. Dentro de nosotros hay egos malformados, dolientes, niños apaleados por padres o maestros cretinos; egos que se reflejan en espejos deformados por quienes ya estaban deformados y tan solo se estaban vengando de su sufrimiento y miseria. Cuando miras la vida de frente empiezas a ver la verdad hay que vomitar, hay que echar mucha cagalera verde, hay que sacar el pus. Y entonces empiezas a vivir. Amiga Perma, sabía que iba a ocurrir esta química entre los dos. Dame un puto abrazo.

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  8. Nesalem se va a Rusia unos días. Pasadlo bien.

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