El timbre sonaba en el taller. Yo tenía que subir a la oficina,
coger la cartera con las certificaciones y facturas y luego bajaba al almacén a agarrar la bici para salir cuesta abajo por la avenida respirando ya la libertad
de la calle. La ciudad cobraba vida con los coches, autobuses, la gente, los
guardias de tráfico.
Encima de la bici, pedaleando o simplemente dejándome deslizar cuesta abajo era capaz de cruzar y recorrer la ciudad en poco tiempo. La ciudad a mi alcance. Un flujo se deslizaba por las calles y avenidas para recaudar, distribuir y simplemente circular. El tiempo pasaba sin enterarme. Como si estuviese jugando. Tenía tan solo 14 años.
Encima de la bici, pedaleando o simplemente dejándome deslizar cuesta abajo era capaz de cruzar y recorrer la ciudad en poco tiempo. La ciudad a mi alcance. Un flujo se deslizaba por las calles y avenidas para recaudar, distribuir y simplemente circular. El tiempo pasaba sin enterarme. Como si estuviese jugando. Tenía tan solo 14 años.
Cuando el PP decidió en la época Aznar borrar de las matrículas de coches toda identidad regional o provincial, para dejarlas en simple código estatal, lo que esta mentalidad estaba legislando era la uniformidad nacional española. El pretexto era favorecer la venta de coches ya que al no poder estos ser identificados por su origen al parecer hacía más fácil su venta. La intención profunda para cualquier conocedor de la ideología nacionalista del PP, era esa oportunidad de consolidación de la identidad española en base a una uniformidad de España que fuese coincidente con el Estado.
La Constitución española ya contemplaba la diversidad de idiomas y nacionalidades históricas. No obstante, cuando en el artículo 2 se habla de la indisoluble unidad e indivisibilidad de la nación, se está hablando de una esencia metafísica, de una sublimación del concepto nación al reino de lo espiritual. Unidad indisoluble es un atributo de Dios, por ejemplo. Lo cual eleva a la nación española por encima de la realidad histórica, que es cambiante, conflictiva, soluble, divisible, compuesta, variable y contingente. Y si algo ha de ser indisoluble e indivisible, entonces la historia de España es y ha sido eterna. España se encarna en la historia como el Verbo se hizo carne: una incuestionable identidad sacralizada. ¿Un asunto retórico y estético? La historia sigue siendo lo que es en tiempo y espacio. No querer reconocerlo no cambia su naturaleza mudable y contingente. Es curioso que nuestros intelectuales y grandes críticos no estén hablando y reflexionando sobre estas cosas que son la misma esencia de la democracia. ¿Miedo? ¿Oportunismo? ¿Afirmación identitaria a toda costa?
Cuando llegaba de hacer mis recados en bici entonces me esperaba la máquina de llenar tubos. Era una máquina que consistía en una bandeja redonda con unos encajes de acero para meter los tubos vacíos que a medida que la bandeja giraba sincronizaba así mismo con el chorro que iba llenando los tubos de betún. Luego una serie de tenazas iban doblando y cerrando los tubos hasta expulsarlos por una tolva ya llenos y listos para meter en cajas. En aquellos años la automatización todavía no era completa y entonces había un operario que tenía que colocar los tubos a mano y siguiendo los inexorables movimientos ya sincronizados de la máquina durante horas. Aquello me resultaba agotador y desesperante, máxime cuando la máquina al echar el chorro de betún producía un ruido de martillazo seco que se incrustaba en el mismo cerebro volviéndote loco.
No. No voy a ir muy lejos. Hay mucha nieve. Me puedo perder. Crisma, mi perra, está conmigo. Los dos pájaros siguen ahí. Están jugando. No hay muchachos con escopetas de perdigón cerca. Crisma está contenta. Siempre está contenta cuando está conmigo. Nunca se enfada conmigo. Tampoco me riñe. A veces ladra. Pero lo hace para advertirme de algo que no me doy cuenta y ella sí. A su manera. Me gusta ver los árboles en este silencio y con tanta nieve encima. Los árboles son nobles. Los hombres los cortan a veces sin mucha razón. Cuando veo un tronco cortado me entra mucha tristeza. Pasan muchos años para crecer. A veces cientos de años. Son nuestros sabios abuelos. Parecen silenciosos, pero saben mucho de la vida. Ellos saben a quién contar sus historias. La cabaña de la abuela Mircal está al otro lado del río. Hemos de cruzar el puente de piedra. Crisma ya sabe que quiero ir a la cabaña de la abuela Mircal. En realidad no es mi abuela, pero como si lo fuese. Caminaremos sin prisa siguiendo el camino del molino. La cabaña está a poco menos de un kilómetro. Veremos el humo salir por la chimenea. Entraremos y la abuela seguro que ya tiene un bizcocho para mí y un buen hueso que roer para Crisma. También tendrá la taza de chocolate espeso en la mesa en poco tiempo.
ResponderEliminarLa abuela Mircal tiene muchos años. Tiene tantos años que yo creo ha visto hasta las criaturas legendarias que poblaban estas tierras antes de que vinieran los colonos de mundos extraños. Ella habla de cosas tan lejanas que la cabaña se transforma en una burbuja flotante y hasta la perra se queda con la boca abierta escuchándola. Los perros son muy listos. La abuela nos cuenta cuentos de las familias de Gnostior, cuando las comunidades legendarias vivían apegadas a sus criaturas sobrenaturales y los cielos estaban mucho más cerca de la tierra que ahora. Hay niños con nombres propios y grandes familias con muchos hijos y parientes de todo tipo. La abuela dice que gracias al gran humor que tenían casi nunca había riñas ni malas palabras, todo lo trataban de ver por el lado del humor, del misterio insondable, como si todo fuese obra y arte de los gnomos y las brujas maliciosas. Pero ni los unos ni las otras querían hacer daño de verdad: solo se trata de jugar inventando trucos. Todas las familias trabajaban en el campo y con los animales y cortaban leña en el bosque. En las tierras legendarias no había guerras ni señores que explotaban o dominaban a nadie. Claro está que esto era en esas tierras de leyenda. ¿Dónde si no?
Afuera sigue nevando. Es un invierno muy frío, pero cuando llegan las navidades el fuego y el calor en nuestras casas arde mejor que nunca. No quiero hablaros ahora de mi familia, ni de mi vida normal. Las personas parecen enloquecer más con el tiempo. Te das cuenta que alguien está loco cuando cree que el mundo no puede ser más que como él o ella piensa que ha de ser. No hay quien hable con ellos. Se enfurecen, mienten, dan vueltas a lo mismo y solo ven la vida de esa manera. Suerte que hay más personas como la abuela Mircal. Qué bueno que tengo a Crisma como amiga.
Estaba rodeada de límites y los límites no eran claros. Eran límites difusos. Podía entender cosas y hacerlas sin problemas. Sabía cocinar platos sencillos. Sabía hacer los deberes de la escuela. Sabía cómo tratar a sus hermanos y a su hermana. Pero a veces no era fácil acertar. A veces se podían enfadar por cualquier cosa que ella les hacía o les decía, pero no sabía exactamente el por qué. Jugaba con sus amigas de la escuela. Eran juegos fáciles. Sabía ir y venir de la escuela sin mayores problemas, pero más allá de esos espacios la vida se complicaba. Más allá de su casa y su familia y sus tareas la vida le producía miedo. Más allá de sus muñecas y sus libros de cuentos el mundo era algo peligroso. Cuando oía la radio se daba cuenta que había mucha gente seria que mandaba en el país. Pero el país para ella era algo muy fuera de su comprensión. Era cosa de mayores que hablaban de política. Y cuando hablaban de política se ponían serios. A veces se enfadaban y amenazaban con malos gestos. Aquello le metía miedo. Debía de ser terrible hacer algo que no gustase a los que mandaban el país. Cuando iba a ver a sus abuelos todo iba bien. Vivían en otro barrio de la ciudad. Iban en autobús y todo iba bien. Pero cuando su abuelo enfermó y lo tuvieron que ir a ver al hospital se dio cuenta que aquello era el principio de algo que se le escapaba y que no era bueno y que presagiaba quizás el final del abuelo que era bueno con ella y que le contaba cuentos fantásticos. El universo sería muy grande y el mundo estaría lleno de gente y de animales y de océanos y nubes; pero más allá de ciertos límites difusos sólo habitaba el miedo, la incertidumbre, la duda. El peligro.
ResponderEliminarCuando llegó al pueblo ató su caballo a una argolla de la taberna. Escupió dos veces por necesidad. Acababa de atravesar el llano Escarpado y su garganta estaba áspera. Tan áspera como su alma. Quizás como su espíritu. Retornaba al pueblo después de haber vivido la vida y recorrido el mundo. Tenía llagas en sus manos. Los pies estaban hinchados. Su mirada se clavaba como un clavo. No había ya ninguna mediación entre él y la realidad. Todo era directo como un disparo certero. Había creído en muchas cosas. Había tenido esperanza cuando era imposible mantenerla. Había amado con todas sus fuerzas y mantenido la intensidad de su pasión al máximo, para luego ser traicionado y abandonado. Ahora volvía viejo y derrotado al pueblo donde había crecido. Al pueblo que lo había visto nacer. Su caballo se echó en el suelo de puro cansancio. Su caballo era su más fiel compañero. Un animal noble al que quería más que a las personas.
ResponderEliminarSe fue directamente a la casa donde habían habitado sus padres. Abrió la puerta y la casa estaba vacía. Un aire rancio ocupaba las estancias roídas y destartaladas. Luego fue a ver al sheriff Richard Lozano, pero solo quedaba de él una foto cubierta de polvo y descolocada. El pueblo ya no tenía sheriff. La oficina estaba llena de cagadas de gallinas. Fue a ver al Reverendo Norris a la iglesia, pero la iglesia estaba en ruinas. Consumida por un incendio muchos años atrás. Quizás estuviera todavía su antigua novia Lupita Díaz que vivía allá cerca del arroyo. Fue hasta allá y allí estaba una mujer sentada entre muchos perros, su cara llena de arrugas y su mirada perdida en un cielo de eterna oscuridad. Repitió su nombre tres veces, pero no hubo más respuesta que un gemido. Y luego otro gemido. Y aún otro.
Entonces escupió de nuevo. Los perros gruñían y amenazaban. Se alejó cuanto antes con pasos indecisos. No había pueblo. La vida se había escapado de su pueblo y ahora su alma endurecía como la piedra. Como la misma roca del desierto. Se sentó sobre el saliente del aljibe seco y entonó uno de los cantos lastimeros y nostálgicos que el viejo indio comanche Tusaké le había enseñado cuando traía caballos para su padre.
De nuevo se apareció en el sueño. Me llamó. Samor. Ella estaba allí con su cara algo más arrugada por los años, pero con sus ojos como chispas de vida. Me abrazó y yo me desperté del letargo. No podía creérmelo que ella estuviese allí llamándome para seguir la aventura. Ella venía de algún sitio difuso y yo despertaba de un sueño indefinido. Pero la aventura seguía y habría que seguir recorriendo mundos. Y habríamos de seguir de encuentro en encuentro y de universo en universo. Seguimos abrazados y fundidos en un beso de pura ternura. La Razón Pura. El Beso Puro. Entonces me levanté y reconocí la habitación. Nos miramos el uno al otro y nos preparamos en seguida para el nuevo recorrido. Pronto sabríamos nuestras coordenadas. También nuestra misión. En ese momento éramos pura alegría. Crítica de la Razón Pura. Critica de la Pura Alegría.
ResponderEliminarEn las montañas de Alkahim me encontré con la terrible secta de los Hgstml. Me hicieron prisionero y me interrogaron con pinzas al rojo vivo. Querían saber si yo era un espía del gobierno de los odiados Jafgtos que se habían hecho con el poder en todo el territorio de Umal-ferkabi. Después de sufrir como un perro me dejaron medio desnudo en una cueva junto con las cabras como compañeras. Tenía tanta hambre y tanta sed que rabiaba con alucinaciones demenciales. Una vieja bruja madre de aquellos demonios de la secta vino a ofrecerme agua. Su aliento me produjo horribles náuseas y cuando bebí de aquel agua sentí mi cuerpo temblar como si padeciese de fiebres espantosas. Nunca había sabido que a un cuerpo se le puede hacer sufrir lo indecible hasta que yo mismo lo padecí con los Hgstml. Quise volverme loco entre aquellas cabras y sufriendo los dolores de las terribles quemaduras que me habían infligido. Después de los temblores que el agua me había producido, la vieja bruja me dijo que la única escapatoria era decir la verdad: descubrir mi secreto.
ResponderEliminarNo tenía secreto alguno y no era ningún espía. No era más que un viajero Lpranek venido de la Gran Ciudad de Hbquert. Tan solo buscaba un rostro de una mujer que habría de viajar conmigo hasta los confines del cosmos Nhatrsa, creado por el dios maldito Bhothar.
Si se pudieran contemplar las cosas en sí mismas, el desasosiego desaparecería. Condicional. Hipotético. Un sujeto contempla las cosas en sí mismo. El desasosiego desaparece. ¡Hum! Oiga, ¿qué dice usted a eso? Las cosas en sí mismo serían las cosas en su perfección. No falta nada ni se necesita añadir nada. Está todo ahí. El libro que tengo en la mesa lo contemplaría en su total perfección o absoluto. Instantáneamente comprendería su texto en toda su plenitud. Vería todo volumen y forma de un modo transparente. Todas las letras impresas estarían presentes en mi mente. Todos los átomos, composición, elementos, etc. Todo significado a todos los niveles: físicos, metafóricos, literales, simbólicos, químicos, religiosos, místicos, etc. Todo presente ante una mente absolutamente privilegiada. El sujeto no necesita nada de un objeto que ya conoce en toda su perfección y transparencia. Sujeto y objeto serían entonces una misma cosa. Objeto y sujeto se fundirían en un todo absoluto. Desde luego en los absolutos no puede haber desasosiego. Todo desasosiego evidentemente desaparecería. Ni sujeto ni objeto. Adiós sujeto paciente o activo. Nada. Adiós objeto externo al sujeto. Nada. Imaginaros un cosmos donde Sujeto y Objeto sean la misma cosa en el mismo instante. Mismidad. Quietud absoluta. No habría naturaleza, materia. No habría intelecto, inteligencia, mente, pensamiento; historia, conflicto alguno. ¡Hum!
ResponderEliminarSiempre vivimos en un entre. Estamos entre A y B. Nunca sabremos lo que es A en sí mismo. Nunca sabremos lo que es B en sí mismo. Nunca sabremos quiénes somos nosotros en sí mismo. Sujeto trascendental. Sujeto ideal. Siempre estamos en un entre entre diferentes polaridades. En un diferencial de intensidades que nos configuran, nos dan existencia. Pero aspiramos a una plenitud: sea absoluta pasividad o absoluta actividad o absoluto equilibrio entre las dos. Vivimos como desasosiego, desequilibrio, desplazamiento. En un entre siempre en movimiento. Aspiramos a la coincidencia entre los deseos y los afectos y los objetos que deseamos y queremos. Nos pasamos la vida así. Y eso nos hace vivir. Expansión: desear, querer, acción/alegría/creatividad y por otro lado repliegue: miedo, temor, rechazo, odio, pasividad, hundimiento, agujero negro sin salida. Amor/odio. Plenitud/vacío. Dios/la Nada. La absoluta plenitud de la cual no se puede hablar. La Nada de lo cual nada se puede predicar. Nada se puede decir de la nada.
ResponderEliminarHope. Hoping something I have in my mind would take place in the future. Something I dream, something I wish, something I want. A world without hope would be an imposible world. Isn't faith the same thing? A way of keeping our energies alive. Our passions, our projections: meaning, deep meaning that comes out from the soul. Deep love. Unconditional love. Is that possible? Unconditional hatred. Is that possible?
ResponderEliminarSi siempre estamos de paso, entonces somos nómadas queramos o no queramos. Seguimos siendo nómadas aún dentro de una habitación pensando en cuán miserables somos. Por ejemplo. El tiempo sigue pasando y todo sigue cambiando, mudando. Las ideas circulando. Las obsesiones, Las fantasías. Las ilusiones. Las esperanzas. Las preocupaciones cotidianas. Profanas. Prosaicas. Todo en movimiento. En circulación. Oscilante. Flujo. Reflujo. Expansión. Retracción. Despliegue. Pliegue. Repliegue. Puros nómadas. He de llevar a mi pueblo más allá de los las montañas de Itmas. Necesito orientarme. Una brújula. Un sentido. Salimos de Necor y llegaremos, si Jah nos lo permite, a Agathar dentro de dos meses. Ya están las provisiones listas. Los animales.
ResponderEliminarUn planteamiento puede ser lo más racional posible, pero si la pasión y los afectos no lo acompañan o lo sustentan poco efecto real ha de tener. Un planteamiento histórico racional y objetivo, en el sentido de que se ha llegado al mínimo denominador común de datos y documentos entre historiadores, poco sentido o efecto va a tener en las masas si la pasión identitaria de las masas ya está configurada por un apriorismo histórico mítico-heroico capaz de despertar intensidades y pasiones en una misma dirección. Lo irracional se impone a lo racional por su poder afectivo y pasional. Por su capacidad de producir diferenciales de intensidad en momentos de crisis.
ResponderEliminarEl poder del Estado crea un nacionalismo muy efectivo sobre las personas a través del sistema de educación, de los medios de difusión cómplices y fieles a tal ideología y mitología, a través de partidos políticos que representan ante todo al Estado como poder centralizador e integrador. El Estado produce sus ciudadanos y su ideología nacionalista integradora. Son apriorismos que si no han tenido contraste o resistencia desde la infancia en forma de contestación familiar o de grupo diferenciado y crítico contra la ideología oficial, se imponen como algo NATURAL y resistente a toda razón que no sea la razón que lo justifique y lo refuerce. Es muy difícil romper con los apriorismos que se han impuesto en una edad temprana. Los políticos astutos e inteligentes saben mucho de esto y lo saben ejerciendo desde otro apriorismo más peligroso: el cinismo.
ResponderEliminarHegel eleva al Estado al grado de encarnación del Espíritu Absoluto en su proceso o devenir hacia su completa realización. Hegel, en definitiva, diviniza al Estado. Y si un estado es divino en su naturaleza, ¿quién contra él? La Constitución española en su artículo dos expresa esta encarnación divina de la nación estado de un modo claro. Según este artículo España está más allá de toda contingencia histórica ya que es una indivisible e indisoluble, o sea, los atributos divinos por excelencia.
ResponderEliminarOtros entendemos que el Estado de derecho es un producto histórico, sustentado en un supuesto contrato social que podría ser revocado si tal estado no se ajusta a justicia y derecho. De nada sirve pertenecer a un estado-nación y sustentar una identidad nacional si tal estado-nación sólo sirve como instrumento y máquina de ejercer el poder por el poder. Un estado por encima de sus ciudadanos. No el estado pertenece a los ciudadanos, sino que son los ciudadanos quienes pertenecen al Estado (Rousseau y la Voluntad General hipostasiada, Hegel y el Estado Divino). Cualquier partido o secta política lo puede convertir en una máquina de guerra aterradora. Si el Estado de derecho podría ser capaz de distribuir justicia, también es el aparato que puede ser convertido en una máquina de guerra brutal y destructiva de los individuos, de las personas, de las minorías diferenciadas, de cualquier alteridad que no le resulte conveniente a cualquier interés particular con el poder del Estado.
Lo que estamos contemplando en España actualmente es que la socialdemocracia le ha cogido gusto al Estado como máquina represiva. ¿Y Europa? ¿Necesitará Europa de un mega-Estado capaz de imponerse por la fuerza cuando las soluciones políticas no sean lo más expeditivas posibles ante las necesidades particulares de grupos incordiantes o alteridades inesperadas que surjan de la misma sociedad civil? Ojo. España puede que este siendo un laboratorio de un futuro que ha de atañer a toda la Unión Europea.
ResponderEliminar¿Quién dijo que una nación ha de coincidir con un estado? ¿Qué es una nación? ¿Cómo evoluciona este concepto antes y después de la Revolución francesa? ¿Cómo evoluciona el Estado? ¿Cómo se justifica el estado? ¿Cómo es posible entonces que la mayoría de estados sean plurinacionales? ¿Han de someterse las naciones a cualquier estado por necesidad divina o metafísica o mítica o por fuerza e imperativo político? ¿Cuál es la historia de España que hemos aprendido y la que podríamos aprender si volviéramos de nuevo a investigar nuestras historias?
ResponderEliminarSon muchas preguntan que apelan a una razón común al alcance de todos.
A algunos la pasión se centra más en la razón común de cuerpos y almas. Mucho me temo que la pasión de las mayorías no encuentre realización en la crítica y las lecturas. Más allá de las banderas está la razón y la verdad. La PASIÓN de la razón y la verdad.
El tema catalán está envenenado. Pero es un envenenamiento que viene de siglos. Me imagino cuál sería la respuesta a cualquier pregunta sobre judíos o protestantes o moriscos en los reinos ibéricos del siglo XVI y XVII. O cualquier percepción sobre los mismos y sus creencias. Odio. Prejuicio profundo. Judíos y protestantes o herejes pues miserias humanas. Basura a exterminar. Y por otro lado la sospecha de que quizás saben algo que los demás no saben y por eso se les persigue. El árabe sabio, el judío que guarda conocimientos secretos, el protestante que a lo mejor tiene razón etc. De las Españas a España se pasa por las hogueras y las torturas de la Santa Inquisición. Y el desprecio absoluto por todas aquellas ideas que pudieran perturbar el orden establecido. Y el miedo y silencio o desprecio ya natural; desprecio u odio ya natural. Naturalizado. Apriorismo ya instalado en cuerpos y almas del pueblo. La idea de España,--la identidad de lo español--del siglo XIX se va consiguiendo entre dos polos ideológicos: el liberalismo centralizador de aduanas, lenguas, leyes y fronteras bajo un mismo Estado por un lado, y por otro el poder ya milenario de catolicismo integrista encarnado en los estamentos inmovilistas compuestos por los grandes terratenientes, la nobleza rentista, clero, etc. Para unos y para otros España se va construyendo, por un lado, sobre el odio a lo que entorpezca la centralización a la francesa, pero sin Revolución francesa; y por otro mantener pura la esencia católica de España machacando y excluyendo toda herejía liberal, religiosa o cualquier tipo de aperturismo a la nueva Europa. Ser diferente en las Españas se pagaba caro.
ResponderEliminarEl tema catalán está envenenado y sigue siendo natural ver o percibir a los catalanes como en otra época se veía a judíos o protestantes: odio, prejuicio, fobia sin paliativos. Desde que era niño siempre oía como algo natural el recelo y rabia contra los catalanes que hablaban catalán para fastidiar, eran muy suyos, peseteros; no querían ser españoles, etc. Muy curioso. Tópicos que se aplicaban a los judíos (no ser católico era no ser español). Discurso sustentado y producido por el poder en su día, pero ya consustanciado en la misma "esencia" del ser español.
Creíamos que con la transición y la reforma educativa y demás modernidades y posmodernidades este prejuicio habría ido a menos. Quizás. Pero mucho me temo que no. Que para Rajoy Cataluña es una espina envenenada que impide la perfección de la España Ideal que ha de constituirse en Estado y regiones por imperativo ideológico centralizador. Sigue la historia negra. Y todo se envenena. Oigan los medios de comunicación. Horror. Totalmente histéricos y chulescos contra Cataluña. Vale todo: mentir sin escrúpulos, degradar, etc. Y la gran mayoría de españoles o están de acuerdo o guardan silencio por si las moscas.
Una cosa es ser libre de. Y otra libre para qué. Empezamos por lo segundo. Libre de escoger una carrera que me guste. Libre de escoger esa persona o personas que me gustan. Libre de vivir donde quiero o siquiera una aproximación. Libre de trabajar en aquello que me gusta. Libre de disponer de mi tiempo. Libre de pensar como quiero y poder expresarlo sin problemas. Libre de poder participar en la vida social o cultural o deportiva a mi modo y en aquello que me gusta.
ResponderEliminarLa segunda. Libre del poder o efecto que ejercen sobre mí ciertas personas. Hay personas que convienen y otras que no convienen. Hay intuiciones que no fallan. No despreciemos el conocimiento intuitivo. Lo que llamamos vibración. Nos da buena o mala vibración. Se trata de la resonancia positiva o negativa que nos dan las personas después de tiempo de trato. La intuición suele ir al corazón y no vale el disimulo o el simulacro del otro que busca dar imagen positiva para seducir. Es una alegría descubrir personas cuya profundidad en valores coincide con la nuestra. Saber apartarse de las personas que no convienen. Saber decir no a ciertas personas que no comparten valores profundos o medir hasta dónde se puede llegar en confianza con las personas es un don importante que desgraciadamente poca gente dispone.
Libre de ideas o ideologías o creencias que no convienen. Esto requiere cierta madurez y fuerza de voluntad que solo puede provenir de una seguridad interior. De un saber lo que se quiere como vector dominante en la vida de uno. Muy difícil. Las ideologías o ideas o creencias no convenientes para nuestro cuerpo y alma, para nuestra afectividad; suelen hacer efecto perjudicial, por desgracia, desde nuestra infancia. No siempre nuestros padres nos instalan valores buenos en base a una visión de la vida sabia y equilibrada. Lo normal es que no. Las vidas humanas son muy complicadas. Muy vulnerables. Muy fácil de torcerse y meterse en laberintos. Dilemas insolubles.
Y saber percibir nuestra potencia y afectividad con cierta claridad puede llevar una vida entera. Y ni aún una vida nos sirve. Lo normal es que quedemos atrapados en aquello que no era lo nuestro. Que nos atrapa a modo de espejismo. De engaño o sueño del cual no podemos despertarnos.
Nadie. Nobody. Nadie estaba en el cementerio aquella tarde tan gris. Tan fría. Tarde fría. Nadie escuchaba la canción que salía de la armónica de Justin. Triste balada de armónica que nadie escuchaba. Nadie se daba por aludido cuando anunciamos la venida del Mesías. Nadie salió a recibir al peregrino que entraba en el poblado con las buenas nuevas. Nadie vio la puesta de sol tan extraña que se produjo aquella tarde. Nadie veía los ojos brillantes que espiaban tras de las nubes. Nadie se dio cuenta que algo se estaba apagando, extinguiendo, languideciendo. Nadie supo que Candor había abandonado el pueblo para siempre. Candor pasó a vivir en la memoria de la gente. Nadie ha sido capaz de encarnar o materializar una memoria del pasado. Candor pasó a ser nadie. Nadie estaba allí para recibirle y darle un abrazo. Nadie quiere ser nadie, pero siempre acabamos siendo un nadie para alguien. No había nadie en la casa. No quedaba nadie en la casa. La casa de nadie. Llena de maleza. Los tejados cubiertos de hierba y matojos. Nobody is there anymore. Who are you? Nobody.
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