a analizar el asunto de la desigualdad y la injusticia, no es cuestión de derechas e izquierdas, sino de muchos factores que inciden en que las cosas no alcancen esa idealidad social y económica a la que todos aspiramos. En primer lugar los parámetros a los que aspiramos en cuanto a que la justicia e igualdad lleguen a ser realidades, implican un funcionamiento de la economía óptimo, es decir: que nuestras empresas sean competitivas en los mercados y luego el beneficio se reparta de un modo que podamos ofrecer óptimos servicios sociales que cubran muchas cosas básicas: educación, salud, etc. Para ello necesitamos también de un Estado, una burocracia y una clase política entregada moralmente al bien común, por encima de intereses partidistas, de ideologías, de lobbies, de lucros personales, etc. Por mencionar dos ejemplos. No hablemos ya de factores culturales, de posicionamientos éticos o amorales o de relativismo moral a conveniencia, de prejuicios, de ignorancia, de nivel de formación o desinformación; en fin, de modalidades infinitas de ser persona.
En el primer caso, el de las empresas competitivas en el mercado globalizado, nos encontramos ya con un problema sustancioso: ahora se compite con países de mano de obra barata, con capital
financiero muy superior al nuestro. Adaptarse a esas condiciones y buscar el nicho apropiado para encajar requiere esfuerzo, organización, salarios y beneficios ajustados a la realidad. No es tan fácil. Lo más fácil es condenar al capitalismo moralmente y soñar con el paraíso, pero eso no cambia sustancialmente la realidad por desgracia. Y, como hacen en general ya todos los partidos en España, vender retórica buenista e idealista (demagogia) sin soluciones viables a cambio, tampoco es solución. No hablemos ya de una política pública de Estado de bien común imparcial, objetivo y moralmente impecable. En definitiva: con retórica buenista y demagógica no se solucionan los problemas de una realidad complicada y compleja. Al mismo tiempo jamás hemos de dejar de soñar con el bien.
UN FUTURO CERCANO
ResponderEliminarDentro de unas decenas de años nuestros datos estarán todos centralizados. Incluidos nuestros códigos genéticos. Un mega-ordenador perteneciente a un mega-estado sabrá dónde estamos a cierta hora, qué comimos, con qué persona nos acostamos; qué debemos o qué nos deben. Habrá comunidades secretas desprogramadoras donde habrá vida alternativa que es la que nos gusta. Vida alternativa por espacios de tiempo muerto para el mega-ordenador. Pero luego la policía investigará tales tiempos muertos de tantos fulanos y fulanas e irá desmantelando dichas comunidades secretas. Luego vendrán las sectas ultrasecretas donde los ciudadanos simplemente desapareceremos para vivir submundos clandestinos.
En el mundo de la normalidad ciudadana la tecno-psicología será capaz de instalarnos un "yo" integrado a nuestro código genético y en sana correspondencia con las necesidades del mega-estado. Un simple programa dentro de una informática hiperdesarrollada. La economía se basará en sistemas de crédito ya asignados a nuestro programa. Habrá un margen de gasto y consumo programado con el tiempo libre. Viviremos como parejas, comunas, familias, solos; pero todo dentro de una programación sofisticada y producida por entusiastas sociólogos. psicólogos, neurólogos, antropólogos y demás -ólogos.
Habrá pirateos, virus desestabilizadores como los descritos arriba, sabotajes, y sectas ultrasecretas que se moverán en las cloacas del sistema.
MÁS SOBRE ESTE FUTURO DEL MEGA-ESTADO
ResponderEliminarSi triunfa el Mega-Estado habría una ideología neo-comunista de abolición de todo individualismo, del alma, del yo-propio, del libre albedrío; para adaptarse a un superprograma de convivencia igualitaria basado en comunas y en yoes integrados a la solidaridad. Los niños pertenecerán al Estado a través de las comunas y serán educados en grandes guarderías. Será la época de gloria de los pedagogos. Los pedagogos al servicio del Mega-Estado y del Nuevo Ser Humano/-na. Bueno. Hay mucha ciencia ficción sobre este tema. Zardoz, Logan's Run, Brave New World, etc. Los desviacionismos se tratarán con nuevas drogas y terapias de readaptación, etc. Los trabajos estarán regulados hasta el aburrimiento y el mercado será la redistribución de un plan de racionamiento intensificado. Una élite política de Partido gobernará en nombre del Pueblo. Habrá una tecnocracia basada en la máxima integración solidaria.
PODRÍA SER DE OTRA MANERA
ResponderEliminarSí, el Mega-Estado podría desintegrarse y entonces surgiría un nuevo nomadismo y un mundo de tribus y comunas y guetos y reductos privados superprotegidos. La tierra volvería a ser del que primero la tomase y allí fundaría su tribu en lucha contra otras tribus sedientas de conquista y poder y mujeres u hombres. Habría tribus amazonas-hiperfeministas armadas hasta los dientes con sus hombres-sementales ya escogidos. También lo opuesto: tribus de machos con sus hembras-esclavas. Pero mucho más: se formarían zonas hiperprotegidas con centros de producción propios y autárquicos. Con sus ejércitos privados y sus sofisticados laboratorios y un nivel de vida envidiable. Las grandes megápolis quedarían abandonadas, y los barrios formarían sus propias bandas. También hay bastante ciencia ficción sobre esta posibilidad de futuro. Charlton Heston en "Soylent Green", "Mad Max", "Blade Runner", "Judge Dredd", etc.
Habría territorios de sectas poderosas adorando dioses extraños. Salvajismo sin control. Etc, etc... También comunas aisladas de hiperecologistas vegetarianos, vegarianos, nutrición basada en minerales, etc. Zonas de sociedades fascistas hiperviolentas. O por otro lado comunas anarquistas de experimentación erótico-amorosa. No hablemos ya de catolicismo underground, variedades ciber-islámicas, comunidades pentecostales basadas en la telepatía emocional, etc.
MUNICHEN, !OH MUNICHEN!
ResponderEliminarÉrase una comunidad del Gran Valle de Nikdorff adónde habían huido los Sirdom, gente que habían pertenecido a la secta llamada la Iglesia del Remoto Misterio, en la ciudad, hoy día abandonada de Munichen. Munichen, gran ciudad en otro tiempo de intensa vida comercial e industrial; centro de una prestigiosa universidad donde se cultivaban las ciencias y las humanidades en su mayor sofisticación. Ciudad gobernada por renombrados alcaldes de probada honestidad y espíritu disciplinadamente democrático, pero la ciudad más golpeada por la Gran Crisis del continente europayano cuando el Mega-Estado continental intervino la ciudad para abolir sus propias leyes y su auto-financiación considerada de las más eficaces de Europayán, y entonces sustituyó al gobierno libremente elegido por funcionarios de otras partes del territorio: funcionarios ajenos a los intereses locales que el Mega-Estado trataba de borrar en nombre de una totalitaria igualdad de Gran País, Gran Territorio, Gran Patria, Gran Centro. Y así fue cómo comenzó la decadencia de Munichen y cómo se fue perdiendo la confianza en el poder político, y cómo se abría una sima entre el ciudadano municheno y las burocracias y los políticos acostumbrados éstos desde hacía mucho tiempo al cinismo y a las vanas ideologías del sentimentalismo cuando hacía falta mientras se auto-perpetuaban en sus espacios políticos y se enfrescaban en imponer más y más impuestos en nombre de necesidades absurdas o inventadas, pero que era imposible de evitar ya que el honrado ciudadano nunca era capaz de entender y superar los laberínticos procedimientos legales que se habían instalado de forma cínico-despótico con barnizado ideológico de gran bienestar universal. Y así fue poco a poco cayendo en el abandono y el éxodo al ir congelándose la vida y la más abyecta y aburrida mediocridad fue tomando cuerpo en Munichen. Poco a poco fueron saliendo a un incierto exilio todos los habitantes honrados incapaces de soportar tal infierno programado desde El Gran Centro, la Gran Unidad, etc.
Y entre ellos salieron también las gentes que habían formado parte de la respetada iglesia del Remoto Misterio, llamados también cariñosamente los Sirdom.
BUENO HOMBRE, BUENO, YA LO SABEMOS
ResponderEliminarCuando nuestra perspectiva parte de la realidad diaria de la calle, trabajo, familias o grupos sucedáneos, relaciones con los desconocidos, etc.. seguimos viviendo fricción, conflictos, violencia explícita e implícita en forma de mala leche o carácter intratable. También alegrías, disfrute con la gente maja o que coincide con nuestra forma de ser o ideas, etc. Lo que queremos decir es que lo que se pretende ver bajo perspectiva macrosocial o macropolítica, no cambia en mucho nuestra condición humana. Nos expresamos de otra manera y decimos lo que queremos hasta cierto punto, nuestros cuerpos parecen más desinhibidos en lo erótico-sexual y formas de exhibirlo o presentarlo al público. Parece que hemos roto y estamos rompiendo con prejuicios sociales ancestrales y aparentemente somos más tolerantes, más libres, más capaces de movernos, de creer lo que queremos, etc. Pero el día a día sigue siendo rumiante con la gente que no nos cae bien, con aquel que parece querer competir con nosotros en ambición, con el enemigo o amigo ideológico que no calla y se le odia a muerte a veces. Con la pareja que sigue desconcertándonos a pesar de haber cambiado varias veces de persona, pero que las personas siguen siendo complicadas de narices por mucho que se cambie y vivir solo es una puñeta para la mayoría. Somos muchas veces irascibles y maleducados cuando tropezamos con alguien en el autobús o nos llevan la contraria. Nos sentimos humillados cuando no nos respetan o nos explotan vilmente, o nos mienten, o nos desvaloran. No hablemos ya de conflictos familiares de herencias, de rencillas, de manías, de neuras, de depresiones galopantes, enfermedades imprevistas, etc. Desde luego que la otra cara son las alegrías, el disfrute de la libertad de ir adonde quiera uno, la posibilidad de alejarte de ciertas personas y ambientes para siempre.
Visto desde el bosque macro-sociológico tenemos muchas más libertades que hace 100 años, vivimos más tiempo, pero la condición humana no parece cambiar mucho en lo esencial, en lo existencial; nadie nos saca del conflicto, de la lucha por sobrevivir, de las dudas, del aburrimiento con las cosas y las personas y con nosotros mismos. Y todo ello al margen de la ideología política, religión, sexo, raza, y demás cosas.
LA RELIGIÓN TIENE SUS SUCEDÁNEOS
ResponderEliminarTuvimos la suerte de haber sido escépticos con la política desde muy jóvenes. Cuando allá en los años 60 la izquierda nos atraía y algunos se metían ya en los núcleos duros del PC, nosotros optábamos por aquellos aspectos románticos o contraculturales que nos alejaban ya de la política real de organización, de obediencia, de creencia en las posibilidades de la clase obrera y todas esas cosas del marxismo. Esto último siempre nos pareció un cuento chino, un artificio sucedáneo del pueblo elegido del mesianismo judío y cristiano. A nosotros nos importaba más el tipo de gente con quien tratábamos, y, muchos de los que se metían en el asunto de la revolución eran tipos ambiciosos, calculadores y con muy poca imaginación. Además se les veía venir como manipuladores profesionales muchas veces. Había también gente más imaginativa. Otros estaban tocados por un idealismo ingenuo. Pero en estos núcleos dominaba el tufo a ambición de poder y a aventura arriesgada para jóvenes con ambición política por amor a la política como arte e ingeniería de la vida. Sin embargo, lo nuestro era la cultura, la imaginación y el poder soñar y encontrar en los espacios posibles de la vida diaria una vida diferente. Nuestra revolución empezaba con la misma percepción de las cosas y de nosotros mismos; pero eso a los duros de la izquierda siempre les resultaba extraño o lo despreciaban. Carecían de sensibilidad para ello. Tan sólo tenía valor si era o no manipulable o utilizable para su estrategia de poder. De hecho la izquierda actual sigue siendo lo mismo: el arte sirve en la medida en que se pueda discernir ideológicamente o convenientemente para fines políticos. Hay trampa en ello. Y mucho dogmatismo disimulado de pose intelectualoide. Nuestra izquierda era contracultural en todos los sentidos, con todas sus manifiestas irresponsabilidades y vanos idealismos. Pero así es este mundo.
SEGUIMOS EN LO MISMO A PESAR DE LOS EJEMPLOS HISTÓRICOS
ResponderEliminarLas realidades económicas basadas en cierta racionalidad o sentido común importaban poco. El hecho de que hubiera ricos y pobres ya definía de forma simple y simplista el programa político de mucha izquierda. La cuestión era quitar al rico que al parecer acumulaba la mayor parte de la riqueza disponible, para dárselo al pobre. Una vez desaparecido el rico, ya todos pasaríamos a gozar de una igualdad en todo: política, económica, en derechos colectivos, etc. Esa era la base y fundamento de toda la izquierda. Para despojar al rico y evitar que se reprodujere como tal habría que acabar con la propiedad privada y socializarlo todo usando el Estado como máquina represiva del rico y a través de la dictadura del proletariado laminar todo dejando libre una sociedad sin clases comunista. El sujeto histórico de tal hazaña sería la clase obrera: el proletariado. O sea, un planteamiento milenarista o mesiánico-milenarista en toda regla, pero ateo, sin mundo sobrenatural que lo avalare y garantizare.
Rico malo y pobre bueno. Ese es el sencillo planteamiento. Añade al rico: capitalismo, imperialismo, racismo, colonialismo, burguesía, occidente, machismo, sionismo, bancos, dinero, finanzas, comercio, empresas, falocracia, eurocentrismo, fascismo, etc. Y, por otro lado: obreros, colonizados, proletarios, desposeídos, desfavorecidos, pobres, palestinos, mujeres, cumunitarismo, comunismo, liberación, revolución, etc.
El mundo queda dividido por una fisura o cesura inexorable, tan solo superable por un inevitable enfrentamiento entre buenos y malos. Los buenos se harán con el poder y acabarán con los malos.
Una visión simplista subyace a mucho pensamiento de izquierdas. Complíquese como se quiera complicar que el trasfondo es el mismo: ricos malos, pobres buenos.
No importa las crisis que este idealismo base siga creando en las izquierdas, sigue siendo muy difícil hacer comprender que el mundo es siempre mucho más complicado y complejo y que la justicia social y la dignidad humana no es monopolio de ninguna ideología, sino de una lucha concreta de situaciones reales y siempre racionalmente dentro de lo posible considerando los múltiples factores que condicionan una realidad. La realidad es múltiple, plural, indefinida muchas veces, predecible otras veces; lo malo y lo bueno pueden cambiar y transmutarse fácilmente y entonces el comunismo puede derivar en tiranía y el capitalismo en más libertades civiles, o derivar en oligarquías represivas, etc.
El mundo es complejo y la dignidad humana al margen de nación, sexo, religión o raza ha de prevalecer por axioma o por imperativo categórico: No por cuentos chinos o fantasías ideológicas de buenos y malos.
ASTURIES PATRIA PERDIDA
ResponderEliminarEn Asturias el cuento chino descrito arriba tiene mucho poder. Domina en muchas esferas, de tal manera que presentarse fuera de ese mito ideológico puede costar en muchos casos hasta el ostracismo social o el abierto rechazo. El poder de la izquierda es tal en esta región, que hasta se confunde con la misma derecha: casi todos participan de las bondades de lo colectivo o "social" frente a lo malo que por definición se atribuye a lo privado, lo empresariarial, el dinero, el "para hacer negocio", el competir como algo odioso, más Estado o Ayuntamiento o más intervención pública en lugar de iniciativas privadas en competición y creatividad; más impuestos que expropien, pues se entiende que has de expropiar al "rico" para darlo al "pobre", aunque luego sean los de siempre los expropiados crónicos.
Además es un dualismo que funciona muy bien a nivel psicológico, que se autorefuerza: si las cosas no van bien el culpable es el Sistema que no nos deja hacer las cosas bien y por lo tanto hay que ir más contra el Sistema a favor de "lo social", lo "solidario", lo público, más cargas fiscales; y si no, pues deuda, endeudarse.
Este esquema no nos hace ir bien a nadie. Llevamos muchos años de no ir bien, de aumentar la corrupción con dinero público, de sindicatos fuertes que dominan la política de la región: no te metas con ellos, pues te pueden anular; de nuevos partidos de izquierda que comparten esa ideología incluso con más intensidad. De empresarios que se benefician del blindaje político y de malas prácticas; de tener un paro crónico elevado y sin posibilidades de bajarlo. Somos muy ecológicos de boquilla, pero luego la zona central de Asturias es una desolación de paisaje cutre, sin planificación alguna, paisaje castigado y triturado que no parece molestar a nadie. No hablemos del campo sometido a regulaciones europeas y muy estrangulada. Sin futuro.
Por razones de peso histórico-mitológico y por su poco peso político a nivel de Estado, podría seguir así por tiempo futuro indefinido. Las tendencias además tiran todavía más a la izquierda e izquierda radical en muchos casos; o sea, esa izquierda que te remite siempre al apocalipsis, a la conspiración permanente del Sistema capitalista, a las interpretaciones polarizadas y simplificadas: con Pueblo pobre pero orgulloso del "no pasarán". Hay la versión dura de mono y bombacho y la suave de funcionario o medios de comunicación y clase media que refuerzan el discurso de "la bondad solidaria" a diario.
Y como siempre, la realidad es mucho más compleja y más flexible, más cambiante; con muchas más posibilidades que nos negamos a verlas y menos a promocionarlas, no vaya a ser que perdamos nuestros pequeños privilegios al verse un futuro posible que rompa con lo establecido.
DESGRACIADAMENTE ASÍ ES EN MAYOR O EN MENOR GRADO
ResponderEliminarNo todo ser humano es bueno. Hay gente que tras de la máscara oculta un corazón de piedra. Hay gente que no siente empatía ni compasión por los demás porque es incapaz. Han nacido así. Y no hay nada que hacer al respecto. Lo fatídico del caso es que esta gente son manipuladores por necesidad, saben explotar la compasión y en general los sentimientos de los demás para conseguir sus fines. Practican la simulación con naturalidad. Cuando miran a sus adentros se ven vacíos y fríos y eso genera desprecio por sí mismos y por los demás. Tal desprecio se transforma en destructividad, en intenso deseo de dominio sobre el prójimo; en la simple instrumentalización de sus semejantes para sus fines. Necesitan ser los que mandan, los que tienen la voz cantante en todo momento; los que han de presentarse ganadores en la lucha por el poder.
Y muchos están en la política.
AQUELLA CAPILLA EVANGÉLICA DE GIJÓN
ResponderEliminarProveníamos de la Capilla Evangélica y nuestro protestantismo estaba basado en la voluntariedad de la conversión y la asociación como asamblea local. Nuestra constitución era la Biblia y nuestro trabajo de interpretación nuestra experiencia constituyente. La asamblea se regía por un consejo de ancianos o presbíteros nominados en función de su vocación o llamada y entre ellos podía haber un pastor dedicado a tiempo completo financiado por la misma asamblea local. Los cultos se centraban en la letra de la Biblia, la lectura y la predicación. También los himnos acompañados de órgano. En particular nos gustaban los himnos del protestantismo histórico partiendo de Lutero, Bach, Hendel, y otros muchos entre ellos el español Enrique Turral. Las paredes estaban desnudas de cualquier motivo religioso que no fueran versículos bíblicos escritos a pincel. El templo o capilla invitaba al repliegue interior, al alma, a la subjetividad, más que una proyección a cualquier signo externo con propiedades sacramentales o mágicas. La Cena del Señor se celebraba con pan de riche y vino generoso que iba circulando por los bancos y todos sabían que ese pan y ese vino eran símbolos de la sangre de Cristo derramada en el Calvario una vez y para siempre; y el cuerpo torturado en la Cruz. Pero lo que subyacía a la Cena era más bien la Resurreción y la superación de las limitaciones del mundo gracias al poder de la Redención. En aquel protestantismo de las Asambleas de Hermanos más que la fijación en la tortura o el dolor del Cristo agonizante, lo que más se revelaba era la Resurrección a vida eterna.
La Capilla Evangélica seguía muy bien la distinción de los dos reinos de Lutero aunque sin mencionar a Lutero, sino más bien a Pablo. La Capilla local era el reino del Espíritu y la independencia del mismo respecto al reino temporal, civil, político. Respecto al reino civil el creyente habría de ser cumplidor con la ley, trabajador, vocación de superación a través del esfuerzo y la autodisciplina. No había programa político alguno de forma explícita. Los pastores o ancianos se inhibían a la hora de hablar o mencionar la situación política concreta del momento. Muchísimo menos recomendar a ningún creyente cualquier opción ideológica o política. Pero las consecuencias de vivir en una Asamblea cristiana evangélica local, independiente de toda organización o jerarquía o mediación que no fuese entre Dios y la persona, nos llevaba explicita e implícitamente a la valoración de una sociedad basada en el valor de los individuos y en la voluntariedad democrática.
Proveníamos de una comunidad protestante muy pequeña, sólo conocida por referencia y arraigo de años, pero una comunidad que se veía extraña o curiosa por la gente de fuera y en un ambiente todavía nacional-católico.
LAS ESCRITURAS Y LA CREACIÓN
ResponderEliminarQuizás la Capilla Evangélica fue más determinante de lo que uno pensaba. La valoración de la lectura, la letra impresa; el poder de lo escrito, los efectos de la escritura, el placer de la lectura; el ánimo de saber, de descubrir, de complementar o relacionar las Escrituras con los muchos textos impresos: los libros, la lectura como oasis, como pauta de reflexión, de reflejo, de cómplice aventura con los autores, fueren estos novelistas, pensadores, ensayistas, políticos, científicos, filósofos, historiadores. La letra impresa de la Biblia se extendía ad infinitum como sombra y circunscripción de todo texto escrito y por escribir. Hambre de saber, de conocer, de iluminar, de aclarar. La palabra que representa, que recrea, que simboliza, que se desplaza en tantas direcciones. Íntimo placer de la lectura. Íntimo placer de la Biblia en la mesita con su Torá, con sus libros históricos, con sus profetas, con su sabiduría. Con sus evangelios, sus epístolas, su apocalipsis. Intimidad espiritual y un abrazo de amor hacia toda la creación. La misma materia que te rodea es materia de la creación: creada por D-ós. La fe habría de romper con los dualismos materia/espíritu. la letra impresa, la escritura, los lenguajes del arte, la posibilidad de ver signos y símbolos de unión y recreación de lo invisible a lo visible y viceversa. Las Escrituras no te confinan jamás a un mundo cerrado y acabado; todo lo contrario: te invitan a la total apertura de mente/espíritu; a la resurrección de tú cuerpo. La fe no te ahoga, no te asfixia: te presenta la creación renovada y el infinito de la existencia.
POR SOÑAR QUE NO QUEDE. LOS PARTIDOS YA NO CONVENCEN.
ResponderEliminarLos partidos políticos tienden a perpetuarse como entes o entidades y entonces actúan como un organismo que antepone su supervivencia propia a todo lo demás. Y lo demás somos simplemente votantes a quienes hay que pescar, cazar, persuadir, engatusar, quizás convencer o seducir. Se antepone lo afectivo e irracional a lo que bien se podría comprender de forma objetiva y racional: comparando, contrastando, investigando; pero para esto se necesita imparcialidad, honradez de análisis, distanciamiento de los efectos propagandísticos y de las pasiones inmediatas de mucha gente.
Quizás se haya producido ya la fisura definitiva entre partidos políticos y sociedad civil; o quizás la sociedad civil se ha fundido ya en los partidos y tendremos que reinventar otro modelo de sociedad civil que sea lo más aproximado a todos los que componemos dicho espacio. La ideología de lucha de clases y sus variantes, o los maniqueísmos insalvables tendrían que disolverse en pura retórica vacía y a extinguir.
Quizás habría que recurrir a plataformas o asambleas civiles de barrio, de ciudad, de territorio. Plataformas que presentarían a los parlamentos asuntos concretos, problemas de todos. Sería cuestión de saber organizar y canalizar de las quejas, los problemas, las soluciones, las propuestas. Nuevos modelos de debate con orden, con disciplina en plataformas o asambleas no sectarias, no partidistas: asambleas de ciudadanos sobre problemas concretos que luego se presentarían en los parlamentos compuestos de gente elegida por tales asambleas de territorio. Plataformas de cargos revocables cada x tiempo.
LUTERO Y LOS DOS REINOS.
ResponderEliminarLutero reafirmó los dos reinos que a lo largo del cristianismo han estado en pugna: el mundo, la Iglesia, la dimensión civil y la espiritual. En Lutero una correspondería a las necesidades del espíritu y otras a las del cuerpo. En una palabra, unas corresponden a la Iglesia y otras al gobernante civil: magistrado, príncipe, rey, etc. De ahí que el poder civil no se debe inmiscuir o interferir en las cosas meramente espirituales de la iglesia: su doctrina, su magisterio, sus oficios, sus pastores en su labor espiritual, etc. Y tampoco la Iglesia debería interferirse en los asuntos civiles, sus leyes, la política, etc. Bueno, la realidad luego siempre es otra, pero los principios luteranos de los dos reinos fueron importantes en el posterior desarrollo del protestantismo. Ojo, con Lutero no estamos hablando de separación de Iglesia y estado al modo moderno de entender una democracia. El Reformador sajón entendía que tanto el espacio de la Iglesia como el civil, estaban sometidos al la moral y creencias cristianas, pero en diferentes modalidades. Es decir: Dios gobierna el mundo bajo dos formas: la espiritual y la civil (temporal) y cada "reino" tiene su propia jurisdicción y modo de gobernarse, aunque de común entendimiento y complementación. Con el luteranismo quedaba claro que un pastor u obispo que cometiera una falta delictiva o contra la ley civil, pues tal pastor se sometía al derecho civil como cualquier súbdito del reino. Y viceversa, cualquier político, magistrado o príncipe que faltase a las normas divinas de la Iglesia pues sería amonestado como cualquier creyente.
Bueno, es una armonía nada desdeñable y que aclara los límites de separación de ambos territorios. Fue esta una pugna continua a lo largo de la historia de la cristiandad.
Luego, bien es verdad que el Estado en los dominios luteranos también se hacía cargo de los edificios de las iglesias, de pagar a los pastores como funcionarios civiles, de presionar para decidir qué nombramiento eclesiástico era o no era conveniente, etc. La realidad siempre es otra.
Pero yo creo que ese dualismo de los dos reinos podría en realidad fundirse en una misma realidad cristiana: mi trabajo y vocación en la sociedad civil no deja de ser un trabajo cristiano procurando hacer las cosas lo mejor posible, participando en la política local o nacional bajo una ética pensada y reflexionada que no tiene porqué ser la misma que el otro creyente, etc. Pero aclarando que cuando se participa en la sociedad civil uno no está imponiendo su religión a nadie, o queriendo trasformar tal sociedad a los modelos luteranos, protestantes, etc. La separación de Iglesia y Estado implica una sociedad civil abierta, libre a toda ideología y forma de vida, y regulada por una ley y razón común.
De vez en cuando escribimos en RELATOS DE NESALEM.
ResponderEliminarhttp://nesalem-wwwrelatos.blogspot.com.es/2017/02/tan-solo-leiamos-un-libro.html
¡OH, JUSTICIA!
ResponderEliminarSi el poder judicial está condicionado por el poder político y sus ideologías entonces apaga y vámonos. Y si perdemos la confianza en la justicia pues entonces la vida cotidiana se deprime, se degrada, se vive con la sensación de que vivimos en un país donde la picaresca de los listillos sigue vigente y PREPOTENTE. Este vídeo explica el asunto.
http://hayderecho.com/2017/02/11/el-impactante-video-sobre-el-ataque-politico-al-poder-judicial-de-la-pcip/
ASÍ ES LA VIDA
ResponderEliminarSi tuvieras que atenerte al juicio que los demás hacen de ti, jamás hubieras llegado a ser el protagonista de tu persona y serías todo menos tú mismo. No olvides —con la excepción de tus amigos de verdad—, que a la gente les gustaría que tú fueras a su imagen y semejanza, según su ideología, religión o parecer; les gustaría que fueses parte del guión de sus esquemas o afectos. Pero si tienes las cosas claras sobre ti mismo, de todos sabrás coger lo mejor y desechar lo peor para crear tú propio camino: realizar ese potencial que siempre estuvo ahí.