02 octubre, 2015

MILETO DE GUSMASÁN Y LA PURA MATERIALIDAD DE LAS ESCRITURAS

Mileto de Gusmasán leía las Escrituras sabiendo que las palabras en su pura materialidad-- como sonidos y letras desprovistas de significados externos o impuestos-- imprimían en el alma poder divino sin relación alguna con los significados culturales, religiosos, mundanos o de diccionario. El
poder divino de las palabras en su pura materialidad inundaba el alma de algo, un Algo indescifrable, intraducible, indecible, innombrable; pero al mismo tiempo se podían sentir sus efectos: efectos de transformación, de transmutación, de aberturas a visiones extrañas y estáticas; como si toda la creación poseyera un equilibrio absoluto en sí misma. Aunque nada que ver con el significado convencional de las religiones, pues cuando iba leyendo, al mismo tiempo las palabras se iban desnudando de la idolatría acumulada en ellas a través de los significados humanos e interesados, siempre interesados; y el sentido convencional de los sacerdotes o los teólogos se iba desvaneciendo en la pureza material del sonido y de la letra y entonces era en esa pureza donde quedaba instalado lo Divino, D-ós.
Sentía el papel, la materialidad del papel y pronunciaba en voz alta las frases que--como si hubieran sufrido un millón de repeticiones--perdían su valor civilizado o su valor común con los mortales, para adquirir esa magia absolutamente a-significativa; ese silencio puro del Espíritu Divino y entonces se elevaba a dimensiones de extraordinaria nitidez. Había descubierto el secreto de las Escrituras. Había descubierto la llave secreta que abre lo material con lo divino y el gozne que abría tal posibilidad eran las palabras crudas en su pureza material y empírica. He ahí la materialidad de D-ós o la Espiritualidad de la Materia--pensaba Mileto--. He ahí la Transubstantación, la fusión eterna e infinita de materia, del cuerpo con el alma y del alma con el Espíritu de lo Divino. Tan contento estaba que al día siguiente fue a la sinagoga y emocionado se lo comunicó al Rabino Adler. El viejo rabino sonrió y ordenó a Mileto no decir nada a nadie. Absolutamente a nadie. Mileto se quedó absorto y abrumado por la advertencia. ¿Cómo se puede guardar un secreto así? ¿Cuántos han descubierto ya este secreto a lo largo de la historia?
Aquella misma noche el rabino Adler se reunió con los rabinos Alkana y Snyder y juntos dieron gracias al Innombrable por la nueva revelación y por la nueva puerta abierta hacia el Templo del Universo. El Templo que en su día, fuera de nuestro tiempo, inaugurará el Mesías: El Templo de la Pura Palabra y de la Pura Materia.        

28 comentarios:

  1. Rara voz. Raros sonidos. La silueta de los árboles al contraste con la luz del oscurecer. Luz que va languideciendo en el cielo. Ha desaparecido el pensamiento bajo el empuje de un balbuceo sin sentido. Pura mirada hacia lo inmediato. Ganas de trabajar. De la inmersión en la acción. Silencios. La creación cobra vida. Resucita. Se ven sus ojos y se ha profundizado en ellos hasta perderse en una vorágine de nostalgia. Se es consciente de la imposibilidad de nombrar lo Innombrable. De aprehender lo inaprehensible. De poseer lo que se aleja más allá de toda lejanía. Por las llanuras cabalgaban los nómadas. Nunca han dejado de cabalgar. A veces lo hacen por la noche cuando hay luna llena. Hay cantos de curación en la tienda de los Omaha. El campamento hebreo tiene el fuego encendido en el desierto del Sinaí. El cielo muestra los enjambres de las estrellas. Enjambres. Locura del cielo. Todo es inaprensible. Los cantos de curación inundan los cerebros y se descubre una nueva lengua: una lengua sin sentido que abre todos los sentidos. Sólo los sonidos y sus cadencias. Roncas cadencias. Puro sonido. Puro murmullo. El rabino canta en hebreo. Los sonidos de la esperanza. El éxtasis de los sonidos sin sentido que abren todos los sentidos.

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  2. ¿Y en el Paraíso alguien leerá las Escrituras?

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  3. Esa vieja biblia raída de pastas negras y bordes rojos con páginas de letra negra impresa por la Sociedades Bíblicas en América Latina versión Reina Varela de 1960 mantiene un olor noble de papel añejo y evoca épocas pretéritas de noble búsqueda del Paraíso. Cuando se inmerge uno entre sus letras y frases y oraciones vuelve a sentir la ansiedad de lo nunca bien aprehendido y lo nunca inaprehensible. Me temo que la Biblia es el texto de los textos y los textos sólo tienen el sentido que cada uno aporta con su propio texto de pensamiento: sus proyecciones e interpretaciones. Que no dejan de ser más textos producidos con referencia al Texto. El Paraíso será aquel texto que ha desbrozado los espacios del pliegue y repliegue de nuestra alma, de la producción de nuestra alma. Materia de letra impresa se funde con materia del cuerpo: corpus paradisus. Edén. Amén.

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  4. Qué alegría la del fanático. Siendo fanático sus creencias son inexpugnables. No tiene dudas. Un simple catecismo simplificado ya le sirve para fijar sus creencias. Atraviesa el mundo con su felicidad de la fe y feliz de imponerla a los demás que sólo viven su oscuridad con obstinación y orgullo de torpes asnos que no saben que son asnos. Al fanático le brillan los ojos porque está inflamado de luz. Hay luz por todos los sitios. Todos los recovecos de su alma están iluminados como un centro comercial ultramoderno. Nada se escapa a la Luz. El fanático más puro es aquel que sabe condenar al infiel a los infiernos más refinadamente crueles. Su venganza es pura como el cristal de diamante. Qué placer imaginándose los horribles sufrimientos de todos aquellos que nunca le hicieron caso o se burlaron de él. Su odio profundo al Mal le mantiene a flote en los mares de luz y de felicidad. Sus Escrituras mantienen un significado fijo, una estructura unívoca, una sola y transparente interpretación. Felices serán mis fanáticos porque de ellos será el reino de los Cielos. Venid a mí, mis fanáticos, porque yo os daré descanso y consolación. Quizás sea en el fanático donde el Espíritu y la materia coinciden de un modo pleno y obsceno al mismo tiempo.

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  5. El dilema de la existencia humana siempre ha sido lo que aparentemente es inevitable o inexorable: la dominación y explotación de un conjunto de humanos por otro conjunto de humanos con un trasfondo de naturaleza o de vida contingente, impredecible, inesperado. La producción de alimentos y medios de subsistencia; su acaparación y distribución ha sido siempre en base a una injusticia y sufrimiento para las mayorías. La ley de la fuerza ha prevalecido: quien más fuerza dispone es quien impone sus condiciones y sus modo de ver el mundo, aunque sea adoptando la cultura del vencido en muchos casos y por conveniencia. Queda por ver si esta ley de la fuerza y todas sus modalidades históricas es superable o no lo es y entonces las esperanzas de transformación histórica de la realidad se van desvaneciendo, diluyendo y sublimando o espiritualizando; o por el contrario se ve progreso y salida en base a resistencias políticas contumaces, variables y persistentes. De ser posible esto último la naturaleza humana pasaría a ser mudable y transformable así mismo y podríamos hablar de la creación o producción de nuevas subjetividades en función de mayor justicia, de mayor felicidad o alegría, de reparto más equitativo de la riqueza, etc. Pero de reproducirse indefinidamente y en formas también variables y modificadas los sistemas de dominación y explotación, cada vez más sofisticados en sus medios y posibilidades de control de la vida; o más brutales como en el caso de los cárteles de las drogas, estados despóticos y neofascismo musulmán, etc; con su producción y reproducción de subjetividades fatales y fanáticas; entonces surge de nuevo el fatalismo, la actitud, el pesimismo gnóstico. Gnosticismo. La búsqueda extrema y dramática de una liberación a niveles profundos de la subjetividad. La subjetividad gnóstica es la huida extrema de un mundo que no tiene salida.

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  6. Pero el mundo tiene entradas y salidas por todos los sitios.

    Puedes entrar. Entra sin molestar. Cierra la puerta. ¿Qué quieres? ¿Quieres cenar? Siéntate. Virgilia, trae la cena. ¿Te vas? ¿Sin cenar? ¿Sales? Pero no hay salida. Bueno sí, hay salida por este agujero que te puede llevar a cualquier sitio. Qué pena que no te quedes a cenar. Virgilia cocina muy bien. Bueno. Adiós. Que te vaya bien.
    Oiga, ¿Por dónde ha salido usted? Esas no son formas de salir de ningún sitio. Me ha manchado el pantalón al salir por ahí, por esa alcantarilla. ¿Vive usted en esa alcantarilla? Pues tiene usted cara de rata y huele mal. ¿Adónde va? Tenga en cuenta que no puede ir a ningún sitio sin permiso de la autoridad. Oiga, no escape. No hay ningún sitio adónde escapar y además usted tiene rostro de rata. Bueno, allá usted. Goodbye.
    Observa, amiga Servanda, cómo aquella sombra trata de subir por esa pared, ¿No es extraño? Mira cómo se mueve. Ya, ya, ya sé. Quiere alcanzar ese árbol y después posiblemente querrá subir a ese edificio y luego coger el helicóptero que hay en la terraza del techo y volar hacia las nubes. Una sombra puede hacer muchas cosas. Nadie sabe el poder de una sombra. Lo que puede hacer una sombra. Asombrado estoy de la sombra. Una sombra con sombrero y perfil de rata. Servanda, es hora de irse.

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  7. Intrigante. Tiene usted cara de concepto. ¿Adónde puede ir un concepto con esa cara? Me he enredado, ya no sé si es usted el concepto o sólo su cara es parecida a un concepto. Conceptualícese de una vez y así nos aclararemos. Mire, para facilitarle las cosas puede ir usted a la Feria de los Conceptos y allí elegir los conceptos que mejor vayan con su concepto de lo que es ser un concepto. Concebir el concepto para luego tirarlo a la basura no es buen proceder. Usted ha de lavar, pulir y dar cera a sus conceptos, para engendrar más conceptos y así poblar la tierra de nuevos conceptos. Seamos serios y conceptualicemos como Dios manda. Me voy a tomar un café antes de arrancarme mis conceptos atrofiados en la clínica de la esquina. Oiga, ¿Es usted la encarnación del Concepto? Tiene ahora cara de abstracto. Se parece usted a un puro abstracto. ¿Se pasa bien siendo un puro abstracto? ¿Dice que va a pasear su abstracción? Pues procure no patinar, esta acera está embadurnada de mucha metáfora resbaladiza. Ah, se me olvidaba: el perfil de su concepto puro se semeja mucho al perfil de una rata. Quizás represente usted el tan buscado y anhelado Concepto-Rata. Bueno, no le molesto más. Adiós. Au revoir.

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  8. ¡Oiga, oiga!
    ¿Qué pasa?
    Es que va perdiendo plusvalía
    De acuerdo, soy capitalista, ¿pasa algo?

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  9. LA GRATUIDAD DE LA CONSCIENCIA

    La consciencia, he ahí el misterio. Podríamos ser unos cuerpos exactamente iguales que ahora, hablando, dialogando, caminando y haciendo todas las cosas que solemos hacer, pero de forma automática, sin consciencia de ser, ni de hacer ni de nada. Todo funcionaría igual. Piénselo. No hay nada que se oponga al funcionamiento automático de nuestra bioquímica: reacciones, percepciones, expresión de emociones, reacción de los otros ante esas expresiones... nada cambiaría.

    El misterio de la consciencia no es tanto su existencia como su gratuidad. No es necesaria para nada. Si un dios hubiera creado el mundo para su recreo personal, igual diversión iba a obtener viendo moverse por la Tierra esos autómatas que él creó. O no. Igual hay una especial diversión divina proporcionada por la consciencia de los seres.

    Sin consciencia, los colores existirían como determinadas frecuencias de las ondas electromagnéticas, pero nada más. No existiría ni podría existir nada parecido a la sensación de verde o de rojo. Las muelas se cariarían y mandarían mensajes al cerebro a través de los nervios, y el cerebro reaccionaría adecuadamente; pero no existiría nada parecido al dolor de muelas. El calor sería la vibración de las moléculas de los cuerpos, transmitida al cerebro por determinados sensores, fibras nerviosas y rreceptores. El cerebro reaccionaría automáticamente ante el calor como tiene que reaccionar, sopesando todos los imputs provenientes de otros datos sensoriales o memorísticos. Pero nadie experimentaría calor ni dolor de quemadura. Y así sucesivamente. ¿Quizá lo que buscaban los dioses que crearon este mundo era precisamente la existencia de esa consciencia? Es decir, la existencia del verde como sensación, de dolor como sensación, o de los sentimientos y emociones vividos en primera persona y etc. ¿Era precisamente eso lo que buscaban? ¿Unos sufrientes o gozosos conejillos de Indias a través de los cuales los mismos dioses cobrarían vida plena? Nada sé. Acláremelo Ud., por favor, Sr. Nesalem. O, almenos, dígame cómo encaja todo esto en su philosophia.

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  10. Comentario anterior: Cuetu

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  11. ¡¿Oiga? ¿Oiga?!
    ¿Qué pasa?
    Pues que va perdiendo conciencia.
    Pues claro hombre, soy un homo sapiens, ¿pasa algo?

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  12. Podríamos ser más radicales: no debería de existir nada. ¿Por qué existe algo y no nada? Ciorán: ¿Por qué existe la nada y no algo? Nada. Zero Absoluto. En mi relato la Escritura en su materialidad, desprovista de los significados/sedimentos acumulados en ella abre la conciencia a un mundo material/natural extraordinario. La Revelación Divina nos hace ver el mundo en su pura inocencia, en su puro significado divino. Algo indecible, innombrable e indescriptible. Un silencio incomunicable. Quizás sea ese vivir-materia pura, pero al mismo tiempo esa materia pura es el reverso del espíritu y podría ser materia-espíritu o espíritu-materia. Silencios. Balbuceos. In-creíble... El extraño repliegue de la lejanía más lejana (infinita) como cercanía más cercana (infinita así mismo): ese sería el escenario de esa conciencia.

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  13. La liberación de un espacio del poder significativo de los demás, del poder significante de la cultura, del poder de lo humano como producto de una relación de fuerzas. Y en ello está incluida la teología y las doctrinas: las interpretaciones siempre particulares y convenientes y en función de. La inusitada revelación de una conciencia puramente divina entre paréntesis; una perspectiva extraordinaria que permitiría ver las cosas en su ingenuidad y juego inocente. El milagro. ¿La imposibilidad de tal revelación? ¿El paraíso perdido? ¿Paraíso recobrado?

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  14. El hecho de que se pueda pensar ese espacio de conciencia podría probar su realidad. Ejem! Ejem!

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  15. El estar fuera de la enseñanza me permite disponer de una energía y libertad que hace posible el pensamiento arriesgado, las lecturas que tanto necesitaba, la disposición de una conciencia que deja de ser instrumental para fluir como un proceso constructivo.... Quedan muchos/as colegas míos en los institutos esforzándose ...

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  16. DAVID CHALMERS Y LA CONCIENCIA (Sacado de Wikipedia como subscriptor)

    ''Hard Problem of Consciousness'' ==

    Chalmers acuñó en 1995 la expresión del "[[problema difícil de la conciencia]]" ('Hard Problem of Consciousness'), el cual consiste en la dificultad de explicar la razón de las experiencias fenomenales o [[qualia]], i.e., por qué, por ejemplo, ''duele'' cuando me pincho el dedo con una aguja. Es posible explicar mucho de los procesos fisiológicos internos que tienen lugar en una situación semejante: del dedo son transmitidos impulsos eléctricos a través de las fibras nerviosas hacia el cerebro, donde tiene lugar un procesamiento complejo de esa información. Pero, según Chalmers, no tenemos la más mínima idea de por qué duele, por qué todos esos complejos procesos no suceden sin que tenga que existir una chispa de conciencia. Este es el problema difícil de la conciencia y también el problema clásico de los [[qualia]] como fue formulado ya por [[Thomas Nagel]], [[Frank Cameron Jackson]] y [[Joseph Levine]]

    Las publicaciones de Chalmers incluyen, entre otras obras:

    * '''La mente consciente: en busca de una Teoría Fundamental''' (1996).
    * '''Hacia una Ciencia de la Conciencia III: Las Terceras discusiones y debates''' (1999).
    * '''Filosofía de la Mente: Lecturas Clásicas y Contemporáneas''' (2002).

    EL ZOMBI DE CHALMERS
    Los zombies son seres que, en lo físico, se asemejan a personas conscientes, pero que, sin embargo no lo son. Dado que los zombies son físicamente como los humanos conscientes, se comportan igual que ellos. Cuando su gemelo zombie pisa un clavo, grita "¡hay!", pero no siente nada. El argumento del dualismo de Chalmers se inicia con la reflexión de que es concebible un universo zombie ... son una posibilidad metafísica genuina. No existe contradicción alguna en el argumento según el cual existe un universo que es físicamente igual que el nuestro en todos los aspectos, excepto en que todas las criaturas que habitan en él están completamente desprovistas de conciencia.

    (Cita del libro: 50 Teorías Filosóficas Intelectualmente Estimulantes. p. 66. Barry Loewer y varios colaboradores. Blume. Art Blume S.L. Barcelona 2010).

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  17. ¿VENTAJA EVOLUTIVA?

    Me congratula saber, Sr. Nesalem, que ese hombre llamado Chalmers concibe el problema de la consciencia de la misma manera que yo, aunque ese dato sea para mi bastante irrelevante. Esta manera de verlo es diferente de la de otros investigadores de la consciencia, que piensan que todo radica en explicar los mecanismos fisiológicos y bioquímicos implicados, de manera que, en el momento que dispongamos de tal explicaciòn completa, el problema de la consciencia estará resuelto. Craso error, a mi juicio, que demostraría que esos investtigadores no han comprendido el problema de la consciencia en toda su profundidad filosófica.

    El cerebro del zombi recibe a través de las fibras nerviosas, información codificada que consiste en la traducción que los sensores situados en su piel han hecho de las vibraciones de las moléculas de un cuerpo caliente. El cerebro zombi, igual que el de un humano, puede elaborar en sus circuitos una reacción parra retirar la mano del calor. O no hacerlo, si otros datos sensoriales o datos memorísticos aconsejaran no hacerlo. El cerebro del zombi puede evaluar y sopesar, exactamente igual que un humano, y con los mismos circuitos biológicos, la importancia relativa para su supervivencia y para su vida tiene esa información del calor que recibe, de manera que podría decicir no retirar la mano por la existencia de un fin superior para su existencia. El zombi podría hacer esta evaluación y adoptar una respuesta racional al problema, con una diferencia: en ningún momento sentiría sensación alguna de calor o de quemazón. El zombi podría acudir al dentista por una muela cariada, porque su cerebro avalúa la intensidad de la caries como dato de importancia superior a la pereza a acudir al dentista, al coste económico de la operación, a la pérdida de una jornada de trabajo, a la energía consumida para vencer los problemas que lo separan físicamente y temporalmente del dentista, etc. El humano evalúa todo eso obligado por la intensidad del dolor y por la angustia asociada; el zombi no siente dolor, pero la bioquímica asociada a la caries actúa sobre los circuitos neuronales de la misma manera y lleva al zombi al sillón del dentista con la misma eficacia que al humano sufriente.

    Siendo esto así, planteemos la pregunta en la única manera racional que puede hacerse: ¿Qué ventaja evolutiva proporciona la consciencia a los seres vivos? Si existe la consciencia en los seres vivos, no puede ser por otra razón que la consciencia aporta una ventaja evolutiva respecto a los autómatas que carecerían de ella. ¿Cuál podría ser esa ventaja?

    Cuetu

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  18. El dolor, el sufrimiento y la tristeza apremian. Me duele la muela. Hay que hacer algo. Investigar algo. Movilizarse para acabar con esa impresión de substracción de gana de vivir, de energía, de alegría. Dolor: substracción de placer, alegría. Placer y alegría. Nos hemos olvidado del placer y la alegría. Dos polos: placer/alegría y dolor/tristeza. Entre tales se mueve la vida. A más placer/alegría quizás más conformismo con la situación: me encuentro a gusto en este Edén. Estoy en el Paraíso y no me muevo. Vivo en el placer y me encuentro siempre a gusto. La serpiente ha venido a recordarnos que ahí, en el Paraíso, no se puede seguir. Hay que salir del Edén. La serpiente viene de otros mundos, de otras dimensiones y nos provoca a salir del Paraíso. Nos echa Elohim del Edén y empezamos a sentir dolor y sufrimiento. DOLOR Y SUFRIMIENTO. Hay que aliviar el dolor y la tristeza. Hay que trabajar para evitar el dolor. Hay que crear historia para evitar el dolor y buscar el placer, la estabilidad, la tranquilidad. El cerebro en pleno rendimiento. Evitar la muerte y que nos maten. Competición para evitar el sufrimiento. ¿El sufrimiento y el dolor como motor de la Historia?
    Pero....oiga usted...¿Para qué es necesaria la historia si se puede saber? ¿Para qué es necesaria la evolución de la vida si se puede saber? ¿Qué sentido tiene todo ello y PARA QUIÉN? Y...si no hay QUIÉN ¿qué sentido tiene algo en una nada de la nadería? ¿Un porqué sí? Estoy aquí porque sí: ¡sufre cabrón! Sheer nonsense. Puro sinsentido. Un absurdo. El absurdo más absurdo de todos los absurdos.

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  19. Los sentidos sólo tienen sentido dentro del discurso-referente. Fuera de tal discurso ya no hay sentido. La evolución tiene sentido dentro de un discurso donde hay historia, cambio, movimiento, mutación... La conciencia tiene sentido dentro de los discursos (culturales, religiosos, científicos, etc, etc.), pero los discursos ya se elaboran en la misma conciencia; ya se producen con el sentido que les da la conciencia. No hay posibilidad de sentido fuera de la conciencia, salvo que haya un dios que dé tal sentido desde fuera. El sentido siempre es un sentido-en-sí y para-sí. De haber progreso hacia, una teleología, siempre implicaría una Trascendencia: un Sentido Mejor. Nos movemos en un pensamiento circular dentro de discursos en función de la conciencia. ¿Y el afuera? ¿Hay un afuera? ¿Hay un algo que irrumpa desde el afuera como la serpiente del Edén? Pero las mismas preguntas que hago ya son producto de la conciencia y dentro de su sentido discursivo. Sin Trascendencia todo se mueve en un sinsentido. Todo está bajo un trasfondo de nada, de sinsenstido. Los sentidos circulan con "sus sentidos" porque sí.

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  20. Un más allá infinito y un más acá infinito, que no es más que el pliegue del más allá infinito. Ese es el escenario de la conciencia.

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  21. Mikome de Nurtacols se había vuelto majareta y ahora vivía con una camisa de fuerza de 900 toneladas de resistencia. Antes de llegar a tal estado se le encontró una nota en su mesita de noche que decía:

    "Uno a veces está en rebelión contra la misma existencia y quisiera salirse de ella dando un corte de manga cósmico....no, no el suicidio...eso sería el abrazo al sistema de la existencia anulándote en la gran infamia de la cobardía. No. La Gran Rebelión es el corte de manga cósmico. La capacidad de burlarte del sistema de la existencia en toda su absoluta radicalidad. Fuera de todo discurso, de todo cuerpo, de todo espíritu...fuera de la misma muerte...fuera de la nada, fuera de todo..."

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  22. Los poemas que nadie ha leído ni van a leer han pasado al otro blog de relatos y titulado Los Relatos de Nesalem. Seguimos entonces intentando llegar a ser zombies, pero mucho me temo que sin gran resultado. Zombie es un muerto viviente y la verdad quién quiere ser un muerto viviente. Parece una contradicción en términos, pero da mucho tema para las películas del género. A veces nos sentimos muertos vivientes cuando nos da una ligera depre o nos sentimos vacíos por algo, pero pronto nos viene una idea y nos ponemos a funcionar en cualquier dirección imprevista. El cerebro se cansa de todo hasta de estar aburrido o ser zombie. A mí me hubiera gustado tener algún vecino zombie, pero nunca me ha ocurrido. Alguna vez que estuve en un cementerio vi a alguien que parecía salir de una tumba a dar la vara, pero era un sepulturero vestido con ropa de trabajo y con muy mala leche. me alejé de él en cuanto pude. Es curioso: psicológicamente podemos inventarnos cosas que podrían crear efectos en nuestro modo de ser, pero duran poco o se difuminan o se agotan sin más. Lo que hay que hacer es ser lo que se es y si una película o libro nos hace resonar pues es que hay algo ahí en nosotros que pide salir a flote o algo ha entrado por la rendija del "más allá" y nos ha tocado la fibra. Esas cosas tienen su intríngulis. Eso quiere decir que algo o alguien nos ha tocado, o ha despertado una dimensión que no sabíamos que estaba ahí. Pues eso hay que explorarlo y vivirlo hasta donde sea posible. Hombre, psss, Me refiero a algo que no vaya a tener consecuencias escabrosas o nefastas o malignas...enfín...asumos que ese algo acontezca en cabezas bien amuebladas o algo equilibradas.

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  23. Las palabras en realidad se pueden devolver a su pura materialidad. Y cuando se devuelven a su pura materialidad son neutras, carecen de significado y de sentido. No existen más que como sonidos y letras impresas o manuscrito o escritas con hollín o carbón, tiza, etc. Lo cual nos hace pensar que el sentido lo da el discurso que llena esas palabras. Pero entonces el sentido es algo inmaterial; algo que viene de fuera y se une a la materialidad. Una combinación de letras que forme la forma "Dios" no dice nada en su materialidad. Todo el mundo podría ver, tocar y oír esa palabra, con lo cual "D-i-o-s" sería una palabra absolutamente objetiva y común en su ser material. Todo el mundo, absolutamente todo el mundo "creería en Dios" sería una verdad palpable que nadie podría negar. Pero cuando esa palabra cobra significado y sentido y pasa a simbolizar o a apuntar a un concepto y ese concepto a funcionar dentro de un discurso religioso, cultural, político, ideológico, filosófico, etc.; entonces ya deja de ser absolutamente objetiva para pasar a ser subjetiva, inmaterial: cada uno se hace inevitablemente una idea de Dios siempre particular, subjetiva, etc. Y esa idea sólo será compartida por conjuntos de personas que se adhieran a un discurso particular sobre Dios: una religión concreta, una iglesia, una comunidad de personas que comparten la misma filosofía sobre Dios, etc. Es curioso.

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  24. SOBRE LA MATERIALIDAD DEL LENGUAJE

    No hay nada que no sea material en la lengua y en los discursos vehiculados a través de la lengua. Y para comprender esto bien, no podemos dejar de lado las aportaciones de la Lingüística moderna.

    Ninguna duda puede haber sobre la materialidad del habla, en tanto que oscilaciones de la materia-energía que, mediante un código por ambos conocido, transmite cierta información entre un emisor y un receptor, a través de un medio físico y en una situación contextual definida. Los sonidos del lenguaje, sin embargo, no constituyen toda la materialidad de la lengua, ni mucho menos. Estos sonidos, como es sabido, son portadores de rasgos acústicos que llegan a la oreja del receptor y, a través del tímpano y el nervio auditivo, actúan sobre ciertas áreas cerebrales del receptor. El cerebro del receptor, después, debe efectuar un trabajo de descodificación muy complejo. Teniendo en cuenta que el lenguaje humano es un sistema doblemente articulado, en primer lugar el cerebro del receptor debe descodificar los FONEMAS o unidades fónicas pertinentes de que está hecho el lenguaje, Y luego debe descodificar los LEXEMAS y las unidades gramaticales que vienen vehiculadas en la tira fónica.

    La materialidad del sonido concreto y el fonema no son, ni de lejos, la misma cosa. El fonema es una unidad teórica, que reside en el cerebro de los hablantes de un idioma. El fonema no reside ni en la tira fónica, ni en el texto escrito o grabado, ni en ningún lugar fuera del cerebro humano. El hablante, poseedor de una lengua, es decir, de un SISTEMA lingüístico, debe delimitar, en primer lugar, qué fonemas concretos están contenidos en la tira fónica que percibe. Como es sabido, los fonemas son analizables en rasgos distintivos, pero estos rasgos distintivos no son exactamente emitidos ni percibidos en muchas ocasiones. Pueden faltar algunos, pueden ser cambiados por otros, pueden ser modificados o incluso eliminados por el contexto fónico o por otras muchas causas. Los fonemas no están contenidos de manera evidente en la tira fónica, sinó que son atribuídos a esa tira fónica por el oyente, utilizando los patrones que el sistema mental llamado lengua le proporciona. Un hablante árabe, por ejemplo, cuyo sistema linguístico tiene solamente tres fonemas vocálicos, no percibirá cinco fonemas vocálicos en el habla de un español, ni siete en el habla de un catalán. Su cerebro está habituado a distinguir sólo tres fonemas vocálicos, y los sonidos que le llegan, en consecuencia, los clasificará en alguno de los tres cajones teóricos de que dispone. Por ejemplo, el hablante árabe que no haya aprendido otros idiomas no distinguirá entre /e/ y /i/, que para él son una y la misma cosa, ni entre /o/ y /u/. Lo mismo le pasa al hablante castellano, que no distinguirá las /e/ abiertas de las /e/ cerradas del catalán; para el castellanohablante, que aplica el sistema de descodificación castellano, ambos fonemas se confunden un una única /e/ y no percibirá dos fonemas diferentes,sinó uno sólo.

    El fonema, pues, reside en el sistema de la lengua, y no en el habla. Es una unidad teórica y no un hecho físico del habla. El fonema está dentro de los cerebros de los hablantes. Y esto, precisamente, hace que no sea una unidad inmaterial, ya que los cerebros humanos, por todo lo que sabemos, son sistemas materiales. El fonema, pues, debe responder a cierta configuración de materia-energía DENTRO DEL CEREBRO, es una unidad material, aunque no sepamos exactamente a qué configuración concreta de materia-energía cerebral pueda corresponder.

    Si queremos ser coherentes con la ciencia moderna, hemos de tener muy claro que en el universo no existen entidades espirituales. Dicho de otra manera: si un fenómeno concreto puede ser explicado e investigado en términos de materia-energía, no debe acudirse nunca a explicaciones por medio de entidades sin asiento material.

    Cuetu

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  25. Y fijándonos en el emisor, habrá que tener en cuenta que la producción fónica de los sonidos del lenguaje está regida también por el patrón de fonemas que el hablante tiene internalizados en su cerebro. Naturalmente, este patrón teórico que el hablante imprime en la tira fónica es, en el habla, alterado por las influencias sintagmáticas y paradigmáticas que sean del caso. Es decir, que en el emisor, en el cerebro del emisor, están contenidas también las mismas unidades teóricas de la lengua que en el receptor, contenidas en forma material, en una configuración concreta y determinada de materia-energía.

    Cuetu

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  26. LO MISMO SUCEDE CON LAS UNIDADES DE LA SEGUNDA ARTICULACIÓN DEL LENGUAJE.

    Un funcionamento semejante se observa en la segunda articulación del lenguaje, es decir, en la delimitación no ya de los fonemas, sinó de las unidades dotadas de significado: los monemas, tanto los de contenido léxico o lexemas como los de contenido gramatical o morfemas. Cada hablante, al poseer la lengua, posee en su cerebro un amplio repertorio de signos lingüísticos, es decir, un repertorio de RELACIONES entre determinadas imágenes acústicas y determinados conceptos. Este conjunto de relaciones es aprendido por el hablante en su tierna infancia, y transmitido por vía familiar y social (con un escasísimo margen de intervención personal del hablante). Como es sabido, el signo lingüistico (es decir, la relacion entre significante o imagen acústica y concepto o imagen conceptual) es puramente arbitraria, es decir, no necesaria.

    Cuando un oyente descodifica el lenguaje, el mecanismo mental que actúa es sumamente complejo. El oyente no sólo debe identificar los fonemas (unidades fonológicas) contenidos en la tira fónica, ayudándose, para confirmar la identificación en un acto de habla concreto, de sus patrones internalizados y del conocimiento de las alteraciones impuestas por las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas que establece cada fonema, sino que, al mismo tiempo, debe identificar las imágenes acústicas que corresponden a los monemas, y no otras, y establecer la relación pertinente entre tales imágenes acústicas y los conceptos correspondientes, teniendo en cuenta, a su vez, las complejas relaciones sintagmáticas (integración y coherencia del significado léxico o gramatical en el contexto lingüístico de la frase concreta) y paradigmáticas (diferentes acepciones de un lexema, o diferentes correspondencias gramaticales con una determinada imagen acústica). El oyente debe, asimismo, calibrar, valorar y delimitar las relaciones sintácticas entre los diferentes signos, tanto a nivel intrasintagmático como intersintagmático, y establecer la relación significante entre los valores y posiciones gramaticales y el contenido lógico o significativo de la frase. Debe valorar también los ingredientes extralingüísticos de la situación comunicativa concreta, que son, la mayoría de las veces, esenciales para la descodificación correcta del sentido lingüístico de la frase.

    Cuetu

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  27. CONCLUSIÓN

    Todo ello nos lleva a poder decir que, tanto los signos lingüísticos como el sentido de los textos que un hablante produce y un oyente escucha, son entidades materiales, y corresponden a ciertas configuraciones de materia/energia dentro de los cerebros de los hablantes. Creo, pues, que la frase del Sr. Nesalem "entonces el sentido es algo inmaterial; algo que viene de fuera y se une a la materialidad." o bien no es cierta, o bien debería ser reformulada en términos inteligibles.

    Cuetu

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  28. Cuando digo inmaterial me refiero más a incorporal. El sentido es incorporal: no se ve ni se toca ni se mide. Con un concepto de lo material como inmanente al mismo ser del mundo (concepto ontológico), pues todo, absolutamente todo, es material hasta que no se demuestre lo contrario, pero la cosa se complica bastante. El discurso literario es más productivo y revelador cuando se experimenta estéticamente. Hay algo que irrumpe en el lenguaje o el lenguaje nos empuja a un algo que vivimos como placer afectivo, estético, creativo: hay resonancias entre las palabras y los afectos que empujan a nuevas aventuras del lenguaje, nuevas exploraciones. Es un tema complejo que desde luego se puede analizar como ciencia lingüística, pero (sin dejar de considerarlo materialidad) también a otras reflexiones existenciales, estéticas, etc.
    Voy a hacer una lectura más cuidadosa de sus comentarios que me parecen una aportación muy rica. Como el tema es complejo deme un tiempo para darle una respuesta más amplia y satisfactoria.

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