30 octubre, 2015

LOS NUEVOS TERRITORIOS

Hay territorios que son repetitivos; que damos vueltas en torno a lo mismo, que nos marean de aburrimiento. Territorios limitados, cercados sin remedio; con portillas cegadas con las piedras o con el cemento; algunas con maleza: una maleza que ciega toda posible salida. Las repeticiones resuenan sobre sí mismas y el sonido es siempre lo de siempre. Nos hemos encontrado con muchos territorios parecidos y hemos podido salir no sin cierta dificultad. Siempre acabamos encontrando la puerta de
salida, pero la resistencia es difícil de vencer ya que esos territorios suelen representarse así mismo como Realidad y Normalidad. Fuera de ellos sólo existe el peligro, la locura o las rarezas, dicen sus habitantes. Cuando salimos y cruzamos los densos bosques que los rodean, enseguida aparece un horizonte de esperanza y las llanuras nos invitan a correr en libertad. ¿Qué hacer con nuestra libertad? En ese momento lo importante es avanzar y sobrevivir. El desierto nos traza intensas líneas rectas y planos infinitos. El tiempo se fusiona en un pasado-futuro que va incorporando memorias y recuerdos con esperanzas y anhelos. Pronto divisamos nuevas poblaciones y nuevos territorios y nuestros cuerpos se agotan, cansan, desfallecen. Los cuerpos se disuelven en la muerte y experimentan la angustia de la nada. Pero la esperanza desafía a la nada con futuros de territorios inexplorados y cuerpos trasformados. Nos levantamos y cogidos de la mano logramos entrar en el territorio de Akhar-Mithnor.

22 comentarios:

  1. El paisaje se parecía al de Padre Island. Costa baja. Marismas. La isla se alarga por toda la costa sur de Texas. Un día de vacaciones de primavera fui a Padre Island. Pero casi no salgo. Me vi inmerso en un tráfico demencial. La mayoría iban borrachos. Jóvenes universitarios y seniors de high school casi todos borrachos como cubas y conduciendo por toda la avenida principal de Padre Island. Pero el problema es que en medio de los atascos se volvían agresivos y amenazaban. Te insultaban. Era como si todo el mundo se hubiera vuelto loco. Locos agresivos. Dispuestos a romperte la crisma al mínimo error. La policía no intervenía. Pero vigilaban atrincherados por diferentes sitios medio ocultos. Nunca pasé tanto miedo. Había ido a Padre Island porque en las vacaciones de primavera sabía que todo el mundo joven se juntaba en la isla y sus playas y sus hoteles y sus bares y sus hamburgueserías y restaurantes y salas de fiesta y todo el rollo de los sitios de veraneo a lo bestia. Yo quería ver lo que pasaba. Viviendo en Harlingen Padre Island quedaba cerca. Pero me resultó una puta pesadilla. Creía que no salía de allí. Todo se volvía cada vez más agresivo. Todos esos miles de jóvenes estaban bebidos como cubas. Jamás había visto cosa semejante. Los coches se pegaban unos con otros y se insultaban y me insultaban y me amenazaban en una orgía de histeria colectiva. Había peleas en el paseo. El mar gris. La inmensa playa que se perdía hasta el infinito. Las marismas y las praderas cerca de Port Isabel. Un paisaje extraño. Solía perderme con mi Ford Fiesta por esas marismas. Me sentía coyote. Me sentía indio. Los colores del cielo me absorbían y me transformaban en un pinche pendejo sin identidad alguna. Hay veces en que te puedes sentir un mero animal sin más identidad que lo que ves. México y su frontera estaba cerca. Brownsville/Matamoros. A veces íbamos a comer a Matamoros.

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  2. En América siempre hay un lado salvaje. En Europa ya todo está envejecido y la gente tiene mentalidad de Estado. Son ya hijos del Estado.

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  3. ¿Qué que hacer? Dejar que alguno salga primero, y viendo cómo le va, decidir si salir o no.

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  4. Pénzamo Gularzamósimos había estado locamente enamorado de una chamaquita, pero se curó de su locura gracias a una bruja del otro lado de la frontera muy cerquita de El Moral. La bruja lo recogió muy pedo en una calle trasera de Ciudad Acuña casi enterrado entre el mugrero de los locales de negocios y los bares de pendejas. Al verlo lo metió en su troca y se lo llevó para casa.
    Cuando despertó de la borrachera y todavía con el dolor de cabeza de la cruda, le contó a la bruja su locura. Había conocido a una chamaquita muy linda en Ciudad Acuña y se enamoró de ella como un poseso. No existía para él más mundo que aquella chiquita y no sabía cómo camelarla lo suficiente. Le compraba todos los antojos que a ella se le ocurrían. La llevaba a comer a sitios de platos caros y se iba quedando sin la lana que se ganaba trabajando en el banco rural de Del Río. La guayabita tenía la cabeza de un gorrión, pero meneaba el cuerpecito con soltura dejando entrever sus febriles curvitas . Era hija del mayoral del rancho de los Muriel y se creía la diosa de la mera Ciudad Acuña. Así que Pénzamo acabó pendejeando como un guajalote con guarachas. La chiquita platicaba poco o mejor dicho casi no decía nada, pos porque a lo mejor no tenía nada que decir y le gustaba jugar con el vato como quien juega con un perrito. Y así hasta que un día se cansó de Pénzamo y lo cambió por Ramiro Cavazos, el hijo de un capataz de una maquila. Ya mero lo besuquiaba por el parque y dicen que cogía con el chamaco cerca del río y Pénzamo se veía enloquecer sin remedio. Comenzó a darle al trago y a babosear con las viejas de los bares hasta quedar puro pedo de tanto pistear.
    La bruja le dio de comer un menudo con tamales y luego le dijo: "No me seas pendejo con las chamaquitas. Te veo muy chingo y te vas a enloquecer de verdad. Lo que tienes que hacer es darte cuenta de que esa chiquita es de carne y hueso y cuando no se lava huele a pescado pocho, y tiene el cerebro de una gata en celo. Qué mi modo, esa güerita del mayoral no te llega ni a la planta de tus pies. Despierta, pinche cabrón, tu has nacido para otras mujeres que te van a querer por lo que eres y no por lo que te fuerces a aparentar mamoneando con esa lagartija. ¡Vale madre! Nomás que eres un hombre muy chulapo y lo que no te van a faltar son mujeres. Ándele. Recompóngase y mírese al espejo sin miedo: lo ves: eres el mero mero chingón del Río Bravo: El más hombre y el más listo. Y ahorita ¡váyase! No le quiero ver más enterrado entre el mugrero de los callejones de Ciudad Acuña. Vuélvase al otro lado y tarde muncho en volver p'acá."

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  5. Sí, en Europa somos hijos del Estado. Hablamos como Estado. Parecemos todos viejos funcionarios. Viejas funcionarias. Hoy día hay muchas más funcionarias que funcionarios. El Estado nos educa. Nos da subvenciones. Nos da seguridad social. Nos paga las jubilaciones. Nos hace ser biempensantes. Políticamente correctos. Civilizados. Se ve en nuestro modo de vestir. Vestimos de un modo estatal. Somos estatalmente grises o estatalmente alegres. Hablamos como hablaría un estado si pudiese hablar. Bueno, nosotros somos el Estado hablando. No podemos de dejar de hablar bajo el guión correcto y si hay disidencias o rebeliones son para conseguir más Estado, Estado absoluto, Estado movilizado. Estado militarizado, pero Estado. El Estado-Dios. Dios-Estado. Por el Estado hacia Dios, o Dios a través del Estado. No hay más vida más allá del Estado. El Estado es la Vida. Oiga, el Estado es la Vida y la Muerte. Morimos bajo el cuidado del Estado, certificados por el Estado, significados por el Estado. Estado. Gran Estado. Super-Estado. Fuera del Estado sólo hay lobos. ¿Sólo hay lobos? ¿Alimañas feroces esperando despedazarse unos a otros? Hobbes. No se os puede dejar solos. Franco. Franco era el Estado. Vaya a una dependencia pública y allí está el Estado: el rostro del Estado. La Realidad es el Estado. No hay Realidad sin Estado. El Ser del Estado. La Ontología del Estado. Hegel. Amado Hegel. Profesor Hegel. Herr profesor. La Humanidad es el Estado. Fuera del Estado es el Caos. La materia informe. Sin forma. Viscosidad enfermiza. Oh! Estado. Acógenos!!! Danos pensiones y subsidios y subvenciones. Queremos vivir hasta los 85 como mínimo.
    Cuando miramos al cielo ¿Qué vemos? ¿Los dioses? ¿Los misterios del cielo celeste de Dios? No. Vemos al Estado en su pura esencia.

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  6. Podemos imaginarnos la siguiente realidad: el Universo está constituido por leyes matemáticas. La mente humana está capacitada para llegar a comprender/producir/reproducir tales leyes: llegaría un día en que podría haber una adecuación entre las leyes del universo y la mente humana. Hablaríamos de una conciencia encajada, objetivada; autosuficiente/automática en su ser. Las diferentes modalidades del ser humano se cancelarían en una sola modalidad de ser. Se produciría una comunidad absoluta. Una totalización sin exterior posible. El existir pasaría a fundirse con el ser, comprendido o englobado en una ontología pura, perfecta. Todo sería conocido o seguro de ser conocido, si aún queda algo de duración/distancia que cubrir. Pero por lógica ya podemos concebir la culminación de un universo constituido por leyes matemáticas. Sería alcanzar la mismidad de todo. La igualdad absoluta de todo. El sentido absoluto de todo. La diferencia de intensidades= 0. El cero absoluto. El silencio absoluto. ¿El sentido absoluto de todo sería el sinsentido de una nada?
    ¿O quizás el control y dominio de tales leyes y tales probabilidades (la reducción del azar a la mínima expresión) no haría más que abrirnos a un universo que habría de mostrarnos más leyes subyacentes o más "más allás" en perpetua aventura de descubrimiento/imprevistos/catástrofes?

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  7. La pérdida de sentido. Un sinsentido generalizado. Las cosas significan, pero han dejado de tener sentido. Un universo vacío de sentido. La infinitud de sentidos es la nulidad de cualquier sentido. La banalidad de cualquier sentido si se quiere, da lo mismo. Oiga, el sentido entonces sería el sinsentido: siempre habrá algún sentido. El sinsentido como sentido puede todavía dar mucho juego. Únase a la Comunidad del Sinsentido, le daremos el sinsentido que necesita para vivir con sentido. Al sinsentido hay que oponerle el valor del contra-sinsentido. Y así volveremos a un sentido. Sentido común. Oiga, un poco de sentido común, por favor.

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  8. Es absurdo vivir una vida que empieza con un big-bang y acaba en el cero absoluto de una infinita expansión.

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  9. El dilema de la fe o las fes. Si yo creo en Dios tiene que haber un punto o lugar de comunicación entre lo humano y lo divino. Tiene que haber algo común entre lo humano y lo divino para poder establecer una relación. Algo fiable, algo indubitable, un espacio de no contaminación cultural, ideológica. Un espacio sin ruido donde se pueda oír o leer la indiscutible verdad que proviene del Arriba. O la señal o signo o significante que anuncia lo sobrenatural sin posibilidad de duda o interferencia humana. Descartes creyó encontrar ese punto de apoyo indubitable desde donde poder anunciar su misma existencia como realidad. El problema es incluso el llegar a encontrar ese punto desde el cual podamos estar seguros de nuestra misma existencia como entes humanos. Y ya no la fe, sino nuestra propia existencia como realidad indubitable, no como flujo de sensaciones escurridizas que transitan en cambio permanente sin esencia alguna que reclamar. Si Descartes lo tenía muy claro con el pienso luego existo, Hume no lo tenía tan claro: no hay nada de lo que podamos estar seguros definitivamente. Somos puro fenómeno. Trasladado a la fe esto es desastroso. No habría fe posible fuera de lo humano. Salvo que la fe fuere producto del milagro, como cualquier curación milagrosa de haber podido producirse. La intervención de lo divino en el hombre ha de ser de índole milagrosa, de lo contrario no sería más que un delirio o una proyección o una representación interesada. Y de ser así, ¿cuáles son las señales de tal milagro de la fe de llegar a producirse en la vida de alguien o en una comunidad?

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  10. !964. Septiembre. 14 años recién cumplidos. Salgo de la fábrica de cera en bicicleta para hacer un recado. LIbre. La libertad de la bicicleta y la bajada a la ciudad. Son horas de estar en el colegio, pero yo estoy libre bajando la Avenida a mucha velocidad con la cartera de correos atada a la barra. Toda una ciudad para mí. Para recorrer con mi vehículo propio y vestido con un mono azul mucha ciudad, una ciudad abierta a multitud de recorridos nuevos, sin explorar. A veces me cruzaba con otro pinche de otra empresa o negocio o banco o farmacia o taller y nos saludábamos, o parábamos a hablar o éramos dos o tres: la comunidad de los pinches de 14 años trabajando con nuestras bicis recaderas, pesadas y de piñón fijo: todos habíamos recién dejado la escuela o instituto para trabajar y ganar algún dinero y respirar esta libertad de la bici y la ciudad. Luego el trabajo serio con gente seria y responsabilidades de obrero o aprendiz o pinche y sobre con perras el sábado. Comunidad de bicicleteros de mono por la ciudad. El nuevo territorio de la ciudad.

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  11. Lo bueno de mi época de pinche recadero era que la ciudad me parecía diferente todos los días. Me lo pasaba pipa con mi bici haciendo recados, me pasaba el tiempo sin darme cuenta, como un juego inacabable. Pero claro, los mayores y algunos amigos ya me advertían que si no aprendía un oficio o combinaba trabajo y estudio mi futuro iba a ser negro. Al final tuve que abandonar mi alegría de neñu y la ciudad de Gijón se empezó a volver una ciudad rutinaria, aburrida y repetitiva. Había que buscar otros desiertos, otras paisajes y territorios donde pudiera volver a ser nómada. Nómada. Nunca pude dejar de ser nómada o mutante.

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  12. La primera vez que vi Villaviciosa fue en el año 1962. Vivíamos en Lieres y entonces era un día triste de septiembre y cogí la bici de mi hermano mayor y me lancé a dar pedales. Llegué a la Secada y tiré por la carretera del Altu La Campa pasando por Sariegu. Cuando llegué a la Campa vi allá abajo la Villa de Villaviciosa con el cielo azul, mientras que en Lieres estaba gris y amenazando llover. Tal fue el alegrón que recibí de ver la Villa y una playa enorme al fondo (Rodiles) y la Ría y el mar; que dejé que la bici bajara la Campa a toda leche y curva va y curva viene, hasta que al intentar dar una curva cerrada de repente veo el ALSA que se me echa encima y hasta el día de hoy no sé cómo logre esquivarlo, pero el caso fue que lo esquivé con una frenada inexplicable que me hizo mirar para el lado contrario y con la boca serrucho y las piernas de alambre. Llevé el susto de mi vista. Pero seguí bajando y bajando hasta llegar a Amandi o poco más allá, cerca de la entrada a la Villa. Y no seguí. Pregunté la hora a alguien y me dijo que eran las cuatro y yo tenía que devolver la bici antes de que mi hermano se enterara y tuve que dejar Villaviciosa atrás para otra vez. Volví a subir la Campa como un campeón, otra vez Sariegu y La Secada y pronto Lieres, los Cuarteles de Solvay. Así fue mi primer viaje a Villaviciosa con 12 años recién cumplidos.

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  13. When living in Austin, Texas, I rode a bike to the hospital I used to work part time. I started at 6 am in the early morning and I'm sure I might've been the only biker in Austin at that hour of the day. There wasnt almost any traffic and I peddled up and down Sixth West Street half sleep, then I turned left to Nueces Street, and last I ended up in Martin Luther King Boulevard which took me to the East side of town: right in the middle of the black neighborhood. My hospital was between Walnut Street and MLK Boulevard. I think today it's a Cancer center, but at that time 1976, it was Holy Cross Catholic Hospital. It took about 45 minutes from Colorado Married Student Housing to the hospital. It was a strange ride, because at that time you barely saw anyone riding a bike to go to work at that owl hour. Sometimes, I got scared when ocasional cars slowed down to get near me. One time a pólice patrol car stopped me to check what I carried in my backpack. It wasn't a pleasant ride under any circumstance, but we only had a car and we both had to work to make our ends meet. Strange ride for a lonely rider at dawn.

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  14. Brings me back. Thanks for sharing the little piece of your Austin life.

    Dorla A. Evans

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  15. Cuando las limitaciones comienzan a estrangularte en espacios reducidos y ves que los espacios mentales están muy protegidos por el miedo y las fronteras se imponen como sagrados axiomas que jamás se deben de traspasar por él sacrilegio que ello implica; entonces te das cuenta que ya estás reducido al espacio y territorio de lo sedentario. Todo traspaso o transgresión se convierte en sucia culpa o grosería vergonzosa o vergonzable o ambigüedades que pretenden o simulan, pero que jamás llegan a ser rebeldes o verdaderos nómadas o exploradores valientes que se lanzan a la exploración y aventura sin culpar a nadie de su riesgo; pero precavidos ante los acechos y las trampas. No. Las ambigüedades y las ambivalencias son expresiones de cobardía y de maldita inhibición que luego se convierte en venganza hacia el trasgresor que se ha atrevido a tomar un camino más allá de las fronteras y los límites y las determinaciones de la convencionalidad sedentaria. Ese transgresor que él o ella hubieran deseado ser, pero cuyo riesgo llegaba ser insoportable. La vida o es continua apertura hacia lo desconocido, o si no el aburrimiento y la repetición nos hace ser hijos de un único territorio y un sólo centro gravitatorio de poder con sus diferentes órbitas.

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  16. Nos sobreviene de repente una línea de intensidad que nos cruza el cuerpo y la mente y todo ello se coloca en movimiento. Hay estimulación micromolecular, celular; nuestros tejidos orgánicos vibran y la conciencia se ve perturbada y lanzada al riesgo de nuevos horizontes, nuevos paisajes, nuevas visiones. Nuevas relaciones. Puede ser una fe religiosa o un fascismo, o una expansión que genera amor y creación/producción y la fe religiosa abre vistas a nuevos panoramas en lugar del encierro dogmático/axiomático de una iglesia o secta; o el fascismo rompe con sus delirios destructivos sadomasoquistas, para instalarse en la apertura hacia el otro y lo otro. Trascendencia.
    O puede ser un enamoramiento súbito ante un rostro o un gesto o un movimiento de cuerpo peculiar, o una forma de pronunciar las palabras, o una idea que vibra y resuena de modo intenso. O una obra de arte. O un paisaje. O un viajar en bicicleta que sumerge en todo un acontecimiento cuerpo/paisaje/velocidad/máquina.
    Entre la pura anarquía de una línea de fuga esquizofrénica y la deseada gravitación de obediencia/sumisión/limitación/reacción paranoica, existe el equilibrio, el esquema que media entre las súbitas intensidades que nos pueden atravesar y la realidad que hemos de habitar/estar situados. El esquema hace un buen uso de la razón, de la ciencia, de la moral, del gusto estético. Todo ello es una ética. He ahí la ética.

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  17. WAKING UP

    Woke up this morning full of hopes
    Saw the sun coming thru the clouds
    A book was lying on the desk
    Nothing unusual was taking place
    Didn't want to switch on the Net and read the news
    Just had a cup of coffee and listened to Philip Glass
    Fully realized it was only a point between the now and the future
    How long could it remain in such a state of time?
    Right then, thought knocked at the door
    Filled with images and words
    When a voice called my name: I was ready one more time
    I was, myself, me, again.

    Vital de Andrés

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  18. Cuando se está bien comido, cuando la salud es buena. Cuando la familia es toda una comunidad que deambula por el mundo. Cuando llegas a una población y te preguntan ¿y tú quién eres? y ¿de dónde vienes? Y cuando tú respondes "de muchos sitios", "me llamo Nesalem". ¿Nesalem? Qué nombre más raro. Suena a Jerusalén. ¿Por qué no te llamas como los demás? ¿Dónde vives? En el camping. Vivimos en los campings y en caravanas que siempre están en movimiento. ¿De qué país? Ninguno por ahora. ¿Ninguno? No puede ser. No existe ese país al cual podamos pertenecer. ¿Sois raros de narices? ¿Quién o quiénes? Vosotros. ¿Vosotros, quiénes? No tengo ni idea, pero hablas con acento de fuera. ¿Estaréis mucho tiempo aquí? El que sea necesario, pero puede que nos guste vivir aquí algún tiempo más. ¿Qué sois?, ¿una religión? No, somos un pueblo. ¿Un pueblo? Los pueblos tienen casas y un alcalde y policía municipal; pero vosotros no tenéis más que caravanas. ¿Quién es el Jefe vuestro? No hay Jefe, hay ancianos que nos ayudan a comprender cosas que sean difíciles de solucionar, o cuando hay conflictos. Pero no tenemos muchos problemas. ¡Esto es la leche! Vaya gente. Oye, ¿tienes carné de identidad? No. Tengo identidad sin carné, pero es difícil de explicar esa identidad. ¿Identidad? ¿Cuál era nuestra identidad? ¿Carné? Los que mandan en los territorios siempre te piden carné, ellos quieren carnés o papeles o certificados. Nosotros tenemos un pasaporte. ¡Ah! ¿De qué país? De Tysfdrt. ¿De qué? De Opsghtan. ¿Te estás riendo de nosotros? Somos de un país que tiene un nombre que ocupa todas las combinaciones de letras y sonidos... O sea, ¿eso quiere decir que estáis locos? Es hora de irme. Curioso. Hasta luego Nesalem. Decías que te llamabas Nesalem. Sí, y suena a Jerusalén.

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  19. Todas las combinaciones de letras y sonidos posibles. Líneas rectas de abstracción. Vectores de fuerzas. Abstraer para poder sobrevivir. Líneas y planos de abstracción. Eso será nuestra salvación. Nuestra nunca descubierta identidad. Vivir dentro del lenguaje y hacer del lenguaje un territorio infinito. Nuestro territorio. Nuestro pueblo vive en el Sagrado Libro. Dentro. No fuera. Somos Libro. Nos movemos en los territorios de las múltiples combinaciones. La gramática del "afuera" combina con la gramática del "adentro", pero las intensidades se producen en diferenciales gramaticales. El sentido está en las mutaciones de significantes que se van extendiendo por nuevos territorios y forman ellas nuevos territorios sin explorar. Nos hemos de juntar en territorio Gfscdar y allí celebrar nuestra fiesta de Pascua. He aquí nuestra libertad como pueblo, he aquí nuestro desierto y nuestra estepa. Jamás saldremos del Libro, de nuestro Sagrado Libro.

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  20. Ya no portamos las Sagradas Escrituras con nosotros, sino que son las Sagradas Escrituras las que nos llevan en su omnipotente e inagotable producción de significados de vida infinita y eterna. Dispersión nómada. Adiós al Estado.

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  21. Buenos territorios nos den los dioses.

    Pedrosa Latas

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  22. Lenguajes, sintaxis, gramáticas...dentro de una Sagrada y Cósmica Escritura. Queramos o no queramos hay que seguir hablando, escribiendo y leyendo.

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