El señor Unodostrés se ha ido a la cafetería y ha cogido la
prensa.
Unodostrés quiere leer lo que pasa en la prensa. Y en la prensa pasan muchas cosas ordenadas de acuerdo al mundo de la prensa. Una vez alimentado de la prensa y su mundo, vuelve al taller a reparar coches. El mundo de la reparación de coches no deja de ser un mundo apasionante a veces.
Unodostrés quiere leer lo que pasa en la prensa. Y en la prensa pasan muchas cosas ordenadas de acuerdo al mundo de la prensa. Una vez alimentado de la prensa y su mundo, vuelve al taller a reparar coches. El mundo de la reparación de coches no deja de ser un mundo apasionante a veces.
Conceptus Unívocus ha diseñado su gran concepto. Se llama
Europa. Ha cogido países y los ha incrustado en su molde. Pero los países se le
fueron disgregando en minorías nacionales. Cogió un trozo de pegamento y se
puso a pegarlos de acuerdo al original impreso que tenía delante de las
narices. Pero el pegamento no logra adherir bien y los países quedan
incrustados de forma anormal en el molde. Pero tampoco los países pegan bien.
De hecho el Sr. Unívocus no puede adherirlos unos con otros y recurre a una
grapadora. Pero todo queda horriblemente deformado. Bullen en los países
fuerzas e intensidades diversas que colisionan a veces. Unas veces se forman
coágulos, otras grandes corrientes de electricidad y magnetismo que pujan en inesperadas
direcciones. Todo amenaza desbaratarse y el concepto no se forma como a él le
gustaría. Le gusta el original. El original está ya ordenado y con colores y
proporcionado. Decide entonces tirar a la basura su molde conceptual y quedarse
con el original. Su mente se seguirá rigiendo por el original.
Mujer X encuentra a hombre Y. Mujer X gusta hombre Y. Hombre
Y gusta mujer X. Hombre Y mujer X se van a hotel Z. Mujer X y hombre Y acoplan
y sienten fuertes corrientes que les atraviesan. Colchón de agua se bambolea
como un océano algo agitado. Las corrientes e intensidades descienden luego a
coordenadas mínimas. Mujer X mira por la ventana del hotel Z y ve una ciudad en
movimiento. Hombre Y se mira al espejo y ve una figura en un plano reflectante.
“X minutos más tarde mujer X dice adiós a hombre Y. Los dos puntos se van
distanciando.
RELATO LITERARIO.
ResponderEliminarEstaba tomando un vaso de vino. El señor que estaba a mi lado me dijo que la televisión estaba muy alta. Yo le dije que no me importaba. El señor le dijo a la camarera que la televisión estaba muy alta. La camarera bajó el sonido de la televisión. Yo seguí bebiendo mi vaso de vino. Afuera había una pandilla de chavales pegándose. No sé por qué se pegaban, pero se daban muy fuerte. Tampoco me importaba. Tan sólo me importaba beber mi vino. Una señora que estaba sentada leyendo el periódico y tomando un café comenzó a gritar algo así como “Viva la puñeta”. Presté más atención y efectivamente estaba gritando: “Viva la puñeta”. Yo seguía bebiendo mi vaso de vino y de vez en cuando comía unos cacahuetes. En la televisión había dos payasos riéndose de alguien. No distinguía bien de qué se reían. Los chavales afuera seguían pegándose de lo lindo. La gente los miraba. Había quien estaba apostando por quien quedaría en pie. El dueño del bar apareció detrás del mostrador muy enfadado y pegó un puñetazo sobre el mismo que hizo saltar mi vaso de vino. Yo me quedé mirándole con cara memo. No entendía por qué ese señor estaba tan enfadado. Tampoco parecía que lo iba a decir. Suerte que en la mesa del fondo alguien se puso a tocar la guitarra.
Fue en ese momento cuando nos anunciaron la llegada de un comando militar. El comando tomó el bar y nos amenazaron con fusiles ametralladores de último modelo. Querían saber dónde estaba el espía. Yo seguía tomando mi vaso de vino y crují un cacahuete. El teniente de aquel comando se acercó a mí y se me quedó mirando. Yo también me quedé mirándole. ¡Jodalpito! Era Mandrinágoras de Pergaminos mi vecino de puerta cuando vivía en el barrio de Justamares. Hola, me dijo Hola dos veces y se abrazó a mí. No comprendía lo que estaba pasando. Yo le dije que qué tal estaba y que hacía mucho tiempo que no le veía pero que me alegraba de verle, aunque nunca había sabido que era militar de graduación. Luego se puso serio y me preguntó: “¿No serás tú el espía, verdad?” Yo le dije que of course no y que no sospechaba que hubiera un espía en el bar. Ese era un bar de barrio y la gente era más bien currante. Gente sencilla de barrio que venía al bar a tomar una cerveza y ver un partido de fútbol. Le invité a tomar un vino, pero me dijo que no, que estaba de servicio para la Patria. Y dicho esto el comando se fue con su teniente y sus fusiles ametralladores. Afuera seguían los chavales dándose puñetazos y varios vecinos seguían apostando a ver quién habría de ganar.
Por fin acabé mi vaso de vino y salí del bar. Pero antes de abrir la puerta el dueño del bar me cogió y me espetó su cara sudada contra la mía. El aliento que despedía era atroz. Me dijo que ya sabía quién era yo y que si seguía teniendo las ideas equivocadas, él se encargaría de ponérmelas en su justo sitio. Yo le dije que tenía prisa y que gracias por el excelente vaso de vino que me habían servido en su bar y que ya había pagado con antelación. Entonces me dijo que perdonara que él llevaba tiempo confundiendo a las personas y que quizás me había tomado por otro al que odiaba con mucha gana. Yo le respondí que era nuevo en el barrio pero que ya había tomado más vasos de vino en su bar y que tenía que conocerme. Ah, sí, dijo él golpeándose la cabeza tres veces. Es usted. ¿Le dije alguna vez que mi mujer trabaja para los servicios secretos de nuestro país enemigo? Pues no, le dije yo. Pues ahora ya lo sabe. Me dijo él. Bueno, pues ya lo sé, muchas gracias por informarme, dije yo.
Salí del bar y me fui para casa. Los chavales seguían dándose de lo lindo. Una señora estaba meando cerca de un portal. A lo lejos se oían tiros, disparos, ráfagas. Me di cuenta que estábamos en guerra contra algún país y que nos invadían por todas partes. Pero la verdad, estaba muy cansado y me fui a casa a leer y a dormir. Mañana sería otro día.
OTRO RELATO LITERARIO BREVE
ResponderEliminarFui a dar un paseo por la ciudad y me aburría. Para no aburrirme me fijé en las caras de la gente pero las encontré todas aburridas y abrumadas de preocupaciones. Menos una que se me quedó mirando fijamente y casi me mareo al incrustarme los ojos desorbitados en mi humilde mirada de ciudadano gris. Parecía un señor algo trabado de cuerpo y la cabeza la tenía algo pequeña, demasiado pequeña para aquel cuerpo, pero sin llegar a la anormalidad. Una suposición mía, quizás. Yo seguí caminando sin darle más importancia, pero unos metros más adelante me dio por mirar para atrás y la cabeza del señor miraba anormalmente hacia mí, algo así como si pusiera girarla 180º y aquellos ojos desorbitados clavados en mí. Me asusté un poco y aceleré el paso. ¡Rediez! vaya susto. Pero al caminar unos metros más por la misma calle me encontré a Pecoloros Nicasiarpe que venía con su novia mulata. Pecoloros comenzó a hablar de política y yo quería dar alguna opinión pero en el discurso de Pecoloros no cabía más opinión que la suya y siguió hablando o mejor dicho pontificando y cuando al fin pude decir algo que no llegó a una frase Pecoloros Nicasiarpe me tachó de peligroso liberal, de fanático de no sé qué ideología brutal y asesina. Y entonces vio la necesidad urgente de educarme en su verdad, que era la verdad evidente y autoevidente para los sensatos e inteligentes como él y así entró en un discurso pedagogía de higiene política-ideológica para lograr corregirme de mis errores, pues yo pasaba a ser fruto de un lavado de cerebro de los poderes malignos de una derechona ultraliberal y fascista que se le hacía insoportable. Por más que quise expresarme era imposible hablar. No podía hablar pues cuando decía una palabra me cerraba las oraciones con sus frases redentoras del mundo, de los pobres, del capital mundial... La gente ya comenzaba a mirar. Busqué un pretexto para escapar a aquel asedio mental; de aquel tribunal tal inmisericorde; de aquella visión tan higiénica y sanitaria de la realidad. Y a fuerza de mirar al reloj y de aislarme del discurso y del discursante logré encontrar una salida y me fui. Comencé a respirar hondo hasta encontrar el equilibrio de nuevo. Y seguí mi paseo sin rumbo fijo.
REFLEXIÓN I
ResponderEliminarHay quienes creen que el canon del Nuevo Testamento era un Canon que ya estaba seleccionado y escrito como propósito de Dios. El Canon entonces habría de encarnarse en unos textos concretos y así completar la revelación de Dios. Poco a poco, dicen muchos cristianos, los mismos textos revelados se fueron imponiendo a los textos espurios o falsos; los hoy considerados como apócrifos. Efectivamente, hay una historia de tira y afloja entre muchos otros textos que también aspiran a ser canon, pero la iglesia de los primeros siglos los va rechazando en base a una “sana doctrina”; a la “doctrina verdadera”. Sería un poco como una encarnación de textos sagrados revelados en forma de canon o conjunto de libros autorizados sobre la fe cristiana. Habría que verlo y entenderlo como un milagro: el milagro del canon que se va organizando sobre sí mismo por medio de la iglesia.
El argumento opuesto sería que el canon obedece a los dictados del grupo o iglesia triunfante o ganador en la contienda teológica y doctrinal de los primeros siglos del cristianismo. Quien logra hacerse fuerte impone su verdad sobre los demás. De ahí que unos textos queden excluidos y otros aceptados como Revelación unívoca e indiscutible. En este caso no se trataría de una verdad original que subyacería en el fondo o centro del flujo de la historia y sus avatares. No dependería de una contingencia histórica o política de conflicto entre numerosas iglesias o grupos, cada una de ellos reclamando para sí la verdad original de Cristo. No sería tampoco la necesidad de retroproyectar o retrotraer la teología del grupo o iglesia vencedora a la supuesta originalidad de una vida de Jesús transparente y prístina. El argumento opuesto prestaría más atención a la verdad histórica de los más lejanos textos existentes del Nuevo Testamento o partes de él. Y los textos más tempranos proceden del siglo III. Lo cual quiere decir que en el intervalo de tiempo transcurrido entre los supuestos originales y el siglo III, hubo copias y copias y correcciones y posibles interpolaciones o remiendos que tratarían de poner ciertas cosas en su sitio “correcto” y en función de una ortodoxia ya triunfante.
No sé. Hay alguna opinión más por ahí.
REFLEXIÓN II
ResponderEliminarHay quien dice que la teología es una ciencia. Y si la teología es una ciencia todo su conocimiento ha de aspirar a una objetividad y a una transparencia. No sólo la ciencia sería una ciencia; la Ciencia por excelencia, si no que la teología sería también ciencia a la par que la Ciencia, pero en su ámbito de verdades reveladas. Si hay una Verdad Revelada, entonces la labor de la teología sería llegar a esa verdad lo más objetiva y transparentemente posible. Igual que las Ciencias Naturales, sólo que en este caso las verdades reveladas son Verdades de Dios pertinentes para nuestra salvación y buen vivir. Las Verdad Revelada sería Real y poseería un estatus ontológico que se antepondría a todo relativismo, accidente, contingencia. Ergo, la teología sería más importante que la Ciencia o las Ciencias Naturales.
Bueno, creo que hay un problema con esta atrevida reivindicación. Para dar validez a la teología hay que tener fe, partir de la fe. Fuera de la fe la teología tiene un sentido especulativo de orden metafísico. Sería una rama de la filosofía. La teología se convertiría así en un conocimiento particular, no universal; ya que la epistemología teológica se mueve solamente en el ámbito de la religión. La Ciencia sin embargo si es un conocimiento común y universal; y, es por eso que la Ciencia puede y debe de investigar los postulados textuales del canon de la fe y así corroborar o descalificar los supuestos fundamentos históricos y reales que reclama para sí la fe y la religión. Lo contrario no es posible. La teología, por ser un conocimiento parcial o particular (relativo a la religión), no puede pretender sustituir o cuestionar la universalidad de los postulados científicos.
Hay católicos que ven en la teología la ciencia por excelencia ya que la fe, según ellos, precede en verdad a toda racionalidad. La Ciencia estaría así subordinada a la teología cuya función sería tutelar, controlar y regular a la Ciencia. Sería la guía espiritual de la Ciencia que la orientaría tanto ética como moralmente. No hace falta decir que aquí la Iglesia y el Magisterio de la Iglesia serían los brazos de la fe. En el protestantismo las cosas no son así, o no deberían de ser así.
Teología, numerología, astrología, curanderismo, adivinación, demonología, psicoanalisis, alquimia, creacionismo o diseño inteligente, dianética, frenología, grafología, homeopatía, ufología, parapsicología... Todo eso existe y hay mucha gente que lo practica. Tiene un nombre: PSEUDOCIENCIAS.
ResponderEliminarCuetu
Problema núm 54. En un campo gravitatorio que variase en proporción inversa AL CUBO de la distancia, establezca, en función de t, la ecuación del movimiento de un cuerpo que car libremente en ese campo desde una altura h.
ResponderEliminarMe gusta encarnar las pseudociencias. Quiero vivir cada pseudociencia una a una y disfrutarlas a tope hasta agotarlas. Hoy soy un intenso ufólogo y veo planetas extraños donde florecen chocantes civilizaciones. Veo sus aeronaves tomando vuelo en zig-zag y dirigiéndose a través de un warm-hole hacia latitudes increíbles e inauditas. Mañana seré un espiritista y veré espíritus por doquier y los llamaré a golpe de guija y me recrearé con ellos.......................
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