La podemos imaginar. La imaginación al poder en forma de
botella de sidra. ¿Pero cómo materializar lo que existe en la imaginación? He
ahí la cuestión. Mi botella de sidra perfecta e inmaculada existe
en mi mundo particular, la veo, la palpo con mis fantasmas; pero no puedo materializarla para que ustedes la vean en su perfección. En fin, esta botella de sidra que domina ya mi imaginación no puedo compartirla con ustedes, no puedo escanciarla con ustedes. Pero millones de fantasmas están ya disfrutando de ella en mi mundo mental, en mi dimensión espiritual. Los veo escanciando como locos y disfrutando de la sidra perfecta que nunca se agota y que siempre coloca. ¡¡Aggh!! Se está produciendo una gran espicha entre arquetipos inmateriales. Una pasada. Ahora se han puesto a tocar una gaita holográfica y el tambor retumba como el demonio.
en mi mundo particular, la veo, la palpo con mis fantasmas; pero no puedo materializarla para que ustedes la vean en su perfección. En fin, esta botella de sidra que domina ya mi imaginación no puedo compartirla con ustedes, no puedo escanciarla con ustedes. Pero millones de fantasmas están ya disfrutando de ella en mi mundo mental, en mi dimensión espiritual. Los veo escanciando como locos y disfrutando de la sidra perfecta que nunca se agota y que siempre coloca. ¡¡Aggh!! Se está produciendo una gran espicha entre arquetipos inmateriales. Una pasada. Ahora se han puesto a tocar una gaita holográfica y el tambor retumba como el demonio.
Señores, comprendan la absurda y absoluta imposibilidad de
compartir con ustedes lo mejor que yo puedo imaginar. Yo quisiera conquistar el
mundo con mi botella de sidra perfecta, pero entre mi imaginación y el mundo
material hay una absoluta discontinuidad. Jamás podrá ser posible la perfecta
materialización de mi poderosa botella de sidra. Por tanto, les invito a Casa Pin a tomar
unas botellas de sidra reales con huevos cocidos y lacón. Casa Pin, la sidra
que mejor se aproxima a la perfección.