Hasta cierto punto nos podemos expresar como individuos. En
lugar de considerarnos sujetos sustantivos, somos más intensidades o espectros definidos
provisionalmente y en cada circunstancia concreta por un color más o menos
intenso o débil; por un ruido más o menos percibido por otros; por
afectividades que emanamos o restamos a los demás: también espectros o
intensidades dentro de una extraña y misteriosa emanación (que no inmanencia). Somos
extrañas existencias creando a cada instante el universo. Atraemos
afectividades comunes; rechazamos aquellas que nos destruyen o repelen. Los
espectros se mueven en función de los grados de intensidad, de color, de
sonido. Todo parte de una gran emanación. Es todo más confuso: circunstancias,
ensamblajes, una parte me cae bien, otra mal; pero todo visto como intensidad, como
espectro; como ensamblajes de espectros “externos”, “internos”.
Todo es más complicado pero a la vez maravilloso dentro de
su perversidad.
Efectivamente, Sr. Nesalem. Como Ud. dice, "intensidades o espectros definidos provisionalmente y en cada circunstancia concreta". Eso es lo que somos. Todo ello formando parte de un Gran Bromazo Cósmico (GBC), que sería un gran bromazo si no fuera tan tràgico, llamado Chekrajna.
ResponderEliminarCuetu