Para que haya crecimiento económico los flujos de capital
han de fluir con la mayor libertad posible. Hemos de favorecer las inversiones
de afuera; atraer las extranjeras con ventajas de todo tipo. Hemos de crear un
tejido económico real, fuerte; basado en la libre empresa competitiva y sin
inhibiciones. Sólo de esta forma Asturias podría salir del marasmo, del
bloqueo, de las aguas estancadas que hacen imposible estos flujos de capital
necesarios para reavivar la economía.
Ha de pasar mucho tiempo para que esto se produzca. Primero
ha de entrar en crisis seria toda la empresa productiva al no poder soportar
los costes de producción y mercado como está sucediendo ahora. Es algo que ya lleva tiempo produciéndose. Han
desaparecido ya muchísimas empresas pequeñas y medianas a lo largo de estos últimos
40 años; y, ahora hay un peligro real de que desaparezcan las empresas más
importantes que dan todavía cierto respiro a la vida económica de la región.
Ha de desaparecer el dinero que nos llega de afuera en forma
de ayudas, de compensaciones, subvenciones, etc. Es la economía del engaño, del
espejismo: pan para hoy hambre para mañana. Ha de desaparecer, es inevitable,
toda una población que vive de las pensiones, de las ayudas, etc.
Una vez que esto ocurra con el paso del tiempo, solo
tendremos dos opciones: quedar como una región estancada, con una clase política
apolillada gestionando la pobreza; o, por otra parte entrar en una dinámica de
plena libertad a los flujos de capitales. Hacer de nuestra región una nueva
zona de potente inversión; lanzarnos a una dinámica de competitividad sin
tregua; sentar las bases de una producción real en un mundo real.
Todo ello generaría nuevas y potentes afectividades que harían
de nuestra región un modelo a seguir, una sociedad que ha de disponer de
riqueza suficiente para hacer proyectos sociales sustentados en la realidad, para llevar a cabo ilusiones.
En una palabra, en lugar de empezar la casa por el tejado, habríamos de
empezarla por los cimientos. Nadie sabe cómo puede evolucionar Asturias. ¿Cuál
es el devenir asturiano?